CANONIZACIONES
ANTONIO GALA
El Mundo
26 de diciembre de 2001
Que, como está el mundo y como está la Iglesia,
decida el Vaticano (no coge de sorpresa), canonizar tan deprisa
al fundador del Opus Dei, corrobora el poder del dinero y
de las altas influencias. Cuando se habla del secuestro del
Papa no se hace más que reflejar el desapego y la indiferencia
que los cristianos de base sienten por el ceremonial, por
las lagoterías y por el empacho de una Iglesia lejana
a ellos, a ella misma en su verdadero ser y al Cristo en que
se apoya. Porque él no deseó fundar una religión
cicatera y vendida, sino una forma de vivir, de amar y de
morir. Clara, jubilosa, fraternal y limpísima.
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