Tengo unas cuantas dudas que me acaban de surgir, con la idea inicial de que el método de tener una agenda personal, es un modo excelente de hacer un seguimiento y mejora de los propios hábitos de vida.

Me pregunto ahora, hasta qué punto los numerarios y agregados del Opus Dei, tienen auténtica libertad personal hasta para algo tan básico, como usar una agenda personal en forma creativa, e ir programando sus prioridades personales y actividades diarias. Se me ocurrió el tema de la agenda personal, porque en el entorno empresarial de Estados Unidos se han hecho muchos más progresos que en Europa, en el desarrollo de recursos y publicaciones para la gestión del tiempo y la mejora de la vida personal...

En Estados Unidos, hay una empresa muy conocida, en el tema de la gestión del tiempo (FranklinCovey). Aunque en mi opinión, han sido superados recientemente por otros métodos más efectivos, como el del “Coaching” (hasta han decidido adoptar la terminología).

En el método de esta empresa, aparte los objetivos personales que uno se establezca en distintos ámbitos de la vida (trabajo, familia, amistades, proyectos personales, etc.), también tienen previstos unos hábitos de “perfeccionamiento personal”, en los ámbitos siguientes: físico (deporte, descanso, alimentación, etc.), social-emocional (relaciones personales, familiares y sociales), mental (programa personal de formación y lecturas) y espiritual. Lo comento, porque no veo que un numerario tenga la suficiente libertad personal como para determinar sus propios hábitos de vida, que le son impuestos desde fuera. (*No es necesario que nadie imite el método que he comentado de esa empresa, que tiene muchas limitaciones en su filosofía – lo estuve ensayando durante un tiempo –; los hay en la actualidad, que respetan mucho mejor la libertad personal).

Sin embargo, ahora caigo en la cuenta de que un miembro numerario, no tiene tampoco un acceso posible a estos recursos para la mejora de su vida, porque entrega en principio, como ya es sabido de todos, todo su dinero a la Obra (si no me equivoco, el más ingenuo tendría que pedirle prestado dinero al “Prelado”, hasta para comprarse una agenda personal de cierta calidad). En cuanto en Estados Unidos se enteren de todo esto, sobre todo en temas de libertad y dinero, los de la Obra tendrán muchas demandas judiciales aseguradas (Estados Unidos tiene toda una cultura de los pleitos judiciales, además de que el derecho americano, inspirado en el “Case Law” de Inglaterra, no es como el continental europeo, inspirado en el derecho romano).

Con la palabra “coaching”, y viendo que la Universidad de Navarra acaba de lanzar la primera edición de un “Curso de Coaching Directivo”, me surgen muchas preguntas relacionadas con el entorno del Opus Dei.

Ahora que acaban de lanzar ese Curso de Coaching Directivo, me pregunto, en la medida en que la institución sea “salvable” (pero hay muchas dudas de ello), si no podrían dejarse asesorar por un equipo de expertos en “Coaching” (y también, por gente formada en las distintas ramas de las humanidades), para revisar a fondo, toda la forma en que se ha gestionado muchos temas internos pertenecientes a las costumbres, como el “programa de vida”, la forma de hacer la “confidencia semanal” (en realidad, la “confidencia” no es del ámbito de lo espiritual – hasta un “coach”, un asesor profesional para la mejora de la vida personal, les diría con mucho enojo – pero no sé si uno puede fiarse realmente de los de la Universidad de Navarra –, que están muy equivocados), etc.

Me surge otra pregunta, relacionada con la anterior. Debido a las limitaciones impuestas por un estilo de vida interno, qué tipo de trabajos han ocupado históricamente los numerarios y agregados (si mayoritariamente, la enseñanza, etc.). Con las limitaciones impuestas a su vida, no me imagino a un miembro numerario con la suficiente capacidad de adaptación a un entorno empresarial moderno (tal vez con cierta ética española de la “pillería” – en la ética protestante del trabajo, hay mayor rectitud que en la cultura latina). Por ejemplo, no me imagino a ninguno, trabajando directamente de comercial (ya tienen suficiente, con la tarea de intentar hacer “pitar” a la gente). Y con los que gestionen empresas, o cualquiera que gane más de lo declarado (*me lo imagino, hasta con los libros “periodísticos” de Pilar Urbano – que además, dice unas cosas muy raras sobre los filósofos, Epicuro, Kant, etc., siendo totalmente ignorante de quienes eran), deben de darse muchos casos de las “dobles cuentas” (una cantidad estipulada que se entrega a la “Obra”, y el resto de dinero que se quedan e invierten para otras actividades).

Saludos para todos.

‘IgnaciodeLoyola’.