Si he tardado unos días en agradecer a Agustina la cariñosa delicadeza de incluir mi nombre en la memoria de los primeros tiempos de Opuslibros es porque me di cuenta que faltaban muy pocos días para la fecha de hoy, 12 de diciembre, y me salió el deseo de volver a escribir en el preciso día en el que envié mi primera participación a la pagina, en su primera semana de existencia, hacen precisamente 20 años hoy.

No me esperaba en absoluto ver mi nombre allí, citado por Agustina, el pasado 7 de diciembre, además hace mucho rato que principalmente participo leyendo después de tanto escribir, y me emocioné mucho, muchísimo.

Y en esta celebración quiero añadir mi pequeño granito de arena haciendo dos consideraciones, conexas entre sí.

La primera es el recuerdo de una reunión que tuvimos en Madrid muchos participantes de los primeros tiempos en la pagina, de España y de fuera, en marzo 2009 (tengo unas cuantas fotos, si a alguien le interesan) para festejar a Agustina, demostrarle nuestro apoyo y nuestro agradecimiento, y conocernos entre nosotros. Fue un almuerzo muy numeroso, divertido y alegre, parecía mentira que muchos de los que estábamos allí nos veíamos por primera vez.

Lo segundo que quiero apuntar está muy relacionado con ese episodio, y es lo siguiente: la entrada de internet en nuestro mundo ha significado una gran abertura de libertad que anteriormente era impensable, pero lo que se reprocha a menudo a este medio es que las relaciones pierden autenticidad y se vuelven meramente virtuales. Lo que ha pasado con Opuslibros ha sido exactamente lo contrario: con muchísimas Orejas yo he entrado en una relación muy personal y concreta, muchas han pasado por mi casa, yo he pasado en casa de otros, me he apoyado y he apoyado en circunstancias críticas o alegres de la vida, hasta con unos cuantos que viven al otro lado del océano hemos llegado a encontrarnos y con otros no he llegado a encontrarme directamente, pero tenemos igualmente honda amistad. Me imagino que lo mismo habrá pasado a otros Orejas. Yo he ayudado a traducir al italiano unos cuantos documentos que se encuentran en Opuslibros, otros han traducidos mis escritos más largos... total, nuestras vidas se han entrelazado de forma tan densa que no creo posible que podamos ya perdernos en esta vida, aunque pueda pasar que Opuslibros acabe, un día u otro, como hipotéticamente dice EBE, cuando ya no sea necesario por la recuperación y la reconstrucción de tantos que, ¡gracias a Dios!, se fueron.

Por todas estas razones me uno a la celebración del aniversario de Opuslibros y al agradecimiento a Agustina y a los que le ayudaron más de cerca, como Ottokar (uno de los tantos que he llegado a conocer personalmente en un viaje suyo a Roma). ¡Realmente tengo el corazón lleno de cariño y de agradecimiento!

Y también, el deseo de unas felices Pascuas de Navidad para todos!

Aquilina (Elena Longo)