He esperado pacientemente al estreno de esta película.  Conozco al productor en persona.  He de decir que, aunque esta página sea de crítica hacia el Opus Dei, que desde luego la institución no cuenta con mi beneplácito por las numerosas experiencias que he sobrevivido con ella, sin llegar a pertenecer en ningún momento, he de decir, en contestación a los correos de Vermudo, Haenobarbo y Job Fernández que: 

1.- El productor, Ignacio Gómez Sancha, es una bellísima persona, que desde luego ejemplifica en su día a día las “buenas y correctas” aplicaciones de las enseñanzas de José Mª Escrivá de Balaguer, que no San Josemaría, porque para mí él nunca será santo, sobre todo si se tiene en cuenta cómo se comportó siendo ya mayor, con ese soberbia que le caracterizaba (véase como trató a Mª del Carmen Tapia). Lo digo no por defenderle a capa y espada pero porque puedo decir que por los muchos minutos que me dedicó en su momento hoy puedo decir que soy mejor persona, que me hizo reflexionar en momentos de rabia y que es una persona genuina de los pies a la cabeza. 

2.- Que la película tendrá las inexactitudes que tenga como cualquier película con contenido histórico, sobre todo si se trata de nuestra Guerra Civil y de alguien tan controvertido como es la figura de José Mª Escrivá de Balaguer, pero que es un ejemplo a seguir en cuanto al mensaje de perdón. Con riesgo de sonar cursi y retorcida, esta película ha obrado una obra en mí. Soy una persona apartada de la religión desde que mi hermana con 15 años murió de un cáncer. Mi hermana sí que podría haber sido canonizada a diferencia de José Mª Escrivá de Balaguer. Y nunca puede comprender como alguien como ella se la podía llevar Dios. Porque gente como mi hermana es la gente que necesitamos en la tierra para que haya menos rabia, envidia, ensañamiento, desamor, en fin todo aquello que tenga una connotación negativa. Ella era la santidad personifica y se la llevó con él. Esta película me ha devuelto las ganas de volver los ojos a Dios, de perdonar, de apartar la rabia que llevo dentro. No sé si la película tiene o no como fin promover la figura de Escrivá, pero lo que ha hecho en mí es indescriptible. Fui a verla con una idea ya bastante crítica, convencida de ir a ver pura propaganda del aparato del Opus Dei y me encontré con un mensaje de perdón que aún tengo vivo en la memoria y hace ya dos semanas que fui a verla! 

Un abrazo muy fuerte a todos aquellos que escribís en esta página y que seguramente ayudáis a gente que está muy perdida. 

Karinka.