Ana Azanza se interesa por una época del opus que conozco bien y en la que la actividad política de sus miembros era muy intensa gracias al favor de Carrero que, desde 1957, se rodeó de ellos. Escrivá disfrutó y fomentó ese asalto al Estado. "¡No han hecho ministros!".

Vicente Rodriguez Casado era muy fanático y lo demostraba siempre que podía. Le hicieron director del Instituto Social de la Marina para politiquear a favor del opus. El y otros utilizaban las oposiciones al Estado, si podían, no solo para meter gente del Opus sino para impedir el acceso de los que no le caían bien. Por eso, Julián Marías nunca ganó unas oposiciones a cátedra.

A Ramón Cercós yo le conocí como oblato y profesor en Navarra, se salió y se casó con una exnumeraria pero nunca dejó de ser simpatizante.

Pienso que la movida contra el SEU era general y formaba parte de la tensión Opus-Falange a la que me he referido alguna vez. Por eso, gentes que eran de ambas cosas, como Herrero Tejedor y el propio Suárez tenían problemas puntuales hasta que Herrero se mató en un accidente y Suárez dejó el opus, antes de ser presidente del gobierno. No sé si Florencio era jefe o cura en esas fechas pero era un notorio conspirador aunque poco inteligente, se le notaba todo.

Eran tiempos en que la gente del opus se ayudaban unos a otros y no solo en política, en que nacieron las empresas opus aunque todo acabara como el rosario de la aurora.

Alberto Moncada