Recortes de prensa de El Comercio Digital y La voz de Asturias.


No quiero entrar en las cuestiones de fondo, que son similares a las de otros casos que surgen por toda España respecto a los centros vinculados con el Opus Dei. Se me ocurría tan solo una reflexión en torno a las razones expuestas por la administración y por los centros de Fomento para sus respectivas posturas. Pese a que ambas partes justifican su actuación en la ley (estemos o no de acuerdo con el modo en que la interpretan), las auténticas razones son claras.

Desde el punto de vista de la Administración educativa del Principado de Asturias, de ideología izquierdista (PSOE-IU) y con ocasionales posicionamientos anticlericales, es inadmisible mantener un concierto con unos colegios tan evidentemente opuestos a sus ideas y prácticas políticas y filosóficas. De modo que se buscan razones legales para justificar una decisión que se basa en una voluntad política clara. Y ya que la crisis económica también golpea a la Administración Pública, esos dineros ahorrados seguramente sean un respiro para los presupuestos educativos.

Desde el punto de vista de los colegios de Fomento, convertirlos en mixtos sería poner en serio peligro su razón de ser: cosechar numerari@s y agregad@s adolescentes primero, y dar apoyo a supernumerari@s y cooperadores en la gestión de sus familias opusitamente correctas. Creo que toda otra razón que puedan aducir es hueca: son disculpas, simplemente.

En ambos casos, nos encontramos con racionalizaciones para lograr objetivos que, expuestos con claridad, no serían aceptables.

¿Qué opino yo? Me alegra mucho que se les retire el concierto. No me importa si es justa o injusta la medida: me da exactamente igual. Puedo estar en desacuerdo con la política educativa del Principado de ASturias (así es, de hecho), pero como profesor, como ex numerario y como ciudadano, me alegro mucho de que se les retire la concertación a Los Robles y a Peñamayor.

Si el Opus quiere pitajes adolescentes, que no los pague con mis impuestos. He dicho.

Lobisome