Pilar Urbano confirma las gestiones del Opus Dei para hacer obispo a Escrivá.

Simplicio, 14/03/2014

 

I.- Confirmación de los hechos

 

Algunos habrán visto el artículo de Pilar Urbano* como un ataque extremo a "Marcus Tank"*, pues aunque ella dice expresamente "no deseo responder ad hominem", su escrito está repleto de descalificaciones hacia él: "un desconocido", "ínfulas de crítico historiográfico", "blindaje de la cobardía", "incuria intelectual", "trampantojo malévolo y falto de fundamento", "enmascarado", "reata de infundios", "descarga jupiterina", "el ignoto Tank descanoniza lo que la Iglesia ha canonizado"… no sigo porque les voy a aburrir.

 

Prefiero centrarme en lo que me parece más relevante de su escrito: Pilar Urbano confirma que don Álvaro y otros miembros del Opus Dei hicieron diversas gestiones para que Escrivá fuera nombrado obispo residencial en España. En esto estamos de acuerdo todos: "Marcus Tank", Pilar Urbano, yo… y todos ustedes. Las diferencias -y no pequeñas- surgirán a la hora de interpretar los hechos.

 

Las gestiones fueron "un hecho" y Pilar Urbano lo confirma por todo lo alto. Nos ofrece como primicia un texto "inédito hasta este momento". Se trata de la nota autógrafa de don Álvaro, de fecha 29 de diciembre de 1961 (nótese que es de quince años después de las primeras gestiones de 1946); en cuya nota don Álvaro reconoce haber solicitado personalmente el episcopado para Escrivá en sendas entrevistas con el nuncio Mons. Cicognani y con el ministro de Asuntos Exteriores Sr. Martín-Artajo, eso sí, todo ello por encargo del cardenal Tedeschini y al parecer sin que lo supiera Escrivá.

Pilar Urbano reconoce que "obtuvo" esta nota cuando accedió al Archivo General de la Prelatura para escribir el libro "El hombre de Vila Tevere", sin embargo no publicó nada al respecto y no se entiende por qué; hubiera quedado muy bien en su hagiografía decir, siguiendo lo que afirma Echeverría en su nota sobre la nota, algo así como: "muchos eclesiásticos habían comentado la conveniencia de que el Presidente General fuera obispo… pero el rechazo total de Escrivá… era una expresión más de su disposición permanente de no aceptar nada que le dificultase su misión de Fundador y su dedicación a hacer el Opus Dei".

 

II.- Los hechos "probados"

 

1.- Pilar Urbano reconoce que hubo diversas gestiones de miembros del Opus Dei para que Escrivá fuera nombrado Obispo.

 

- De don Álvaro del Portillo nos ofrece su "nota" de 1961, en la que reconoce por escrito que se entrevistó con el nuncio de la Santa Sede en España y con el ministro español de Asuntos Exteriores. La "excusa" de que lo hizo por iniciativa del cardenal Tedeschini y sin conocimiento de Escrivá no parece verosímil, como veremos luego.

 

- De Antonio Pérez Tenessa (secretario General del Opus Dei de 1950 a 1956) no tiene más remedio que reconocer la existencia de la carta de 2 de junio de 1956 dirigida por el ministro de Exteriores Martín-Artajo al embajador ante la Santa Sede Sr. Castiella. Pero intenta -vanamente- restarle valor: "no lleva firma, sino un trazo de visé", son solo "nueve líneas", etc…

Por otra parte, Pilar Urbano tergiversa el sentido de la carta cuando dice que "deja claro que no postula el nombramiento de Escrivá como obispo", cuando lo que deja claro es que ya antes se había postulado el nombramiento de Escrivá como obispo, si bien "los del Opus Dei piensan ahora que quizá haya sido acertada la resistencia de la Santa Sede de nombrar obispo residencial a su fundador" pero sigue siendo conveniente que alguno de los inmediatos colaboradores sea promovido a la dignidad episcopal", y se "sugiere el nombre de don Álvaro del Portillo".

Y finalmente, en una jugada bastante sucia, además de recalcar que "Antonio Pérez dejó de pertenecer al Opus Dei apenas un par de años después" (ya se sabe que para la Prelatura quien abandona el Opus Dei es un traidor y un miserable y no es digno de ninguna confianza), insinúa que en su gestión Antonio Pérez tal vez pretendía la dignidad episcopal para él. Afirmación gratuita, que en absoluto resulta del documento examinado, y perversamente maliciosa (Pilar Urbano disparando contra todo el mundo; ¡y eso que no quería utilizar argumentos ad hominem!).

 

- Pero tuvo que haber más gestiones, porque don Álvaro en su nota se refiere "hacia el año 1949-1950" y la gestión de Antonio Pérez se refiere al año 1956, pero Echevarría en su relato sobre la audiencia de Pablo VI de fecha 10 de octubre de 1964 (segundo documento aportado por Pilar Urbano) se refiere a la época en que "don Álvaro estaba solo" en Roma (principios de 1946; el fundador llegó en junio de 1946), lo que concordaría con el incidente narrado por el embajador Churruca en su carta al ministro, de fecha 6 de noviembre de 1946.

 

b) Las gestiones pretendían el nombramiento de Escrivá como obispo residencial. Es decir, no se trataba solo de conferirle el orden episcopal como a sus sucesores Prelados, sino nombrarlo obispo residencial de una diócesis española concreta o alternativamente Vicario General Castrense.

Esto es evidente porque las gestiones no se dirigieron a la Santa Sede sino al nuncio en España y al ministro español de Asuntos Exteriores, tal como reconoce don Álvaro en su nota. Así resulta además de la carta del embajador Churruca de 6 de noviembre de 1946, que advierte que se pretende el nombramiento de Escrivá como Obispo General Castrense; y también de la carta de Martín Artajo, de 2 de junio de 1956, que habla literalmente de "nombrar obispo residencial a su fundador el Padre Escrivá".

El nombramiento de Escrivá como obispo residencial no se entiende bien como luego veremos, pues parece incompatible con su cargo de Presidente General del Opus Dei, so pena de no atender adecuadamente un cargo ni el otro.

 

III.- La interpretación de los hechos

 

Pilar Urbano en su escrito defiende la tesis de que Escrivá nunca pretendió el carácter episcopal y que cuando supo de las gestiones realizadas en tal sentido se opuso enérgicamente e "incluso llegó a prohibirlo a quienes gobernaban la Obra con él".

Pero esta tesis no tiene ningún apoyo sólido; por ejemplo, en el escrito de Pilar Urbano no hay ninguna prueba de esa supuesta prohibición de Escrivá, salvo la mera afirmación de ella misma.

 

La tesis de "Marcus Tank" de que Escrivá pretendió el episcopado parece más verosímil, admitido el hecho de que varios miembros del opus Dei hicieron gestiones, al menos durante diez años entre 1946 y 1956. Más aún cuando en su trabajo "Marcus Tank" también acredita que ya había habido gestiones de Ibáñez Martín, ministro de Educación, en el año 1942.

 

Ahora bien, yo parto de la base de que es vano el intento de pretender juzgar sobre las intenciones de alguien, a no ser el propio interesado nos las revele; por lo tanto no me detendré en especular sobre si Escrivá intentó o no ser obispo, sino que me limitaré a intentar mostrar -que no demostrar- lo inverosímiles que resultan los argumentos de Pilar Urbano defendiendo que aquellas gestiones se hicieron sin su consentimiento y sobre todo sin su conocimiento.

 

1. La nota de don Álvaro ofrece muchas dificultades. La primera es formal: relata unos hechos, acaecidos en 1949-1950, once años después de que sucedieran y lo hace como reacción defensiva para proteger a Escrivá ante lo que monseñor Laboa (secretario del nuncio Cicognani) va diciendo por ahí: "que el Padre quiso que lo hicieran obispo". Huele a "reinterpretación" de la historia.

 

2. Otra dificultad radica en el motivo de por qué convenía que Escrivá fuera nombrado Obispo.

En la nota de don Álvaro de 1961 se nos presenta como una iniciativa del cardenal Tedeschini porque "en aquellas circunstancias taparía muchas bocas"; parece una razón meramente táctica: el prestigio del episcopado taparía las bocas de los detractores del Opus Dei.

En la nota sobre la nota, de don Javier Echevarría, del año 1994, curiosamente cambia el motivo: "para defender la secularidad de la Obra, que no era estado de perfección"; ahora se trata de una cuestión de fondo: la defensa de la secularidad.

A mí me cuesta entender por qué la condición episcopal del Presidente General defiende la secularidad de la obra. Pero lo que parece totalmente incongruente es considerar que el nombramiento de Escrivá como obispo residencial de una diócesis concreta española (no se olvide que era "eso" de lo que se trataba) refuerza el carácter secular del Opus Dei. Con este argumento se podría defender por ejemplo que el nombramiento del jesuita José-Mario Bergoglio como obispo residencial de Buenos Aires reforzó el carácter "secular" de los jesuitas, o al menos los de su provincia, que a partir de entonces ya no serían tan "religiosos".

 

3. Tampoco se entiende el objetivo. Si Tedeschini consideraba conveniente que se nombrara obispo a Escrivá ¿por qué no solicitó su nombramiento como mero obispo titular y dirigió sus gestiones a la Santa Sede? Tal vez el nombramiento episcopal adecuado fuera el de obispo titular, dignidad añadida a su condición de Presidente General del Opus Dei, tal como ha ocurrido con sus sucesores Prelados; pero nunca el de obispo residencial de una diócesis concreta, porque esto implicaba que no podría dedicarse convenientemente a dirigir el Opus Dei y seguramente tampoco atendería bien a su diócesis.

La única explicación que se me ocurre sería que Tedeschini viera imposible convencer a la Santa Sede y recurriera a la "maniobra" (¿cómo llamarla?) de presentar el asunto como iniciativa del nuncio y del Gobierno Español. Parece un tanto retorcido.

 

4.- Menos aún se entiende por qué tuvo que hacer las gestiones don Álvaro personalmente.

Por una parte don Álvaro dice que "Tedeschini, por delicadeza con su sucesor en la nunciatura de Madrid, no quería forzarle, escribiéndole". Este argumento no es creíble; la delicadeza en la petición no depende en absoluto de que se haga de palabra o por escrito. Es más el escrito, que puede ser pensado y reescrito, tiene mayor capacidad para emplear las palabras y expresiones exactas incluso escribiendo directamente: "no quiero que te sientas obligado a nada".

Hay algo de contradicción en decir primero "no quería forzarle" y añadir luego que Tedeschini solicitaba "un favor personal" y que "era cosa que había de redundar en servicio de la Iglesia". Además, es curioso que tratándose de proteger a la Obra se haga la petición aleganado como primer motivo el favor personal y solo en segundo lugar el servicio a la Iglesia; lo del favor personal cuadraría más con un interés particular de Tedeschini en la persona de Escrivá.

Lo mismo vale para el ministro Martín-Artajo. ¿Por qué Tedeschini no le escribió? ¿No resulta un poco raro que don Álvaro, que no tenía relación de dependencia con Tedeschini, pidiera de parte de éste al Ministro un favor para Escrivá, con el que don Álvaro sí tenía relación de dependencia?

En mi opinión las gestiones personales de don Álvaro, en lugar de los naturales escritos, podrían estar motivadas tal vez precisamente por el deseo de no dejar rastro escrito. Y de hecho, durante once años no hubo rastro escrito alguno, hasta que la locuacidad de monseñor Laboa (secretario del nuncio Cicognani) llevó a don Álvaro a considerar conveniente dejar por escrito "su" versión de los hechos con la finalidad de disipar cualquier duda sobre la rectitud de intención de Escrivá.

 

5.- Lo inverosímil sube de grado cuando don Álvaro dice en su nota que hizo todas las gestiones ¡sin decirle nada a Escrivá!; en un asunto que si hubiera llegado a buen término -nombramiento de Escrivá como obispo residencial- hubiera supuesto un cambio sustancial en la vida de Escrivá y en el gobierno del Opus Dei.

Permitidme que pierda un poco la compostura: ¡esto no me lo creo yo, ni harto de vino!; he sido numerario durante casi dos décadas, no he tenido ningún cargo de gobierno ̶¡gracias a Dios!̶ pero sé perfectamente cómo funcionan las cosas ahí; lo tienes que consultar todo, ¡absolutamente todo!: comprarte una camisa o unos calcetines, leer un libro, hacer un plan, escribir una carta a un periódico aunque sea de un tema nimio … y mucho más cambiar de trabajo, o de ciudad de residencia, etc.… Si don Álvaro no lo hubiera consultado hubiera sido –objetivamente- un irresponsable y Escrivá lo habría fulminado. Porque, recordémoslo, la iniciativa era de Tedeschini, no era algo que don Álvaro hubiera decidido por su cuenta; y además nos dice que hace de "recadero" de Tedeschini: "Yo, tal como me lo pidió el Card. Tedeschini, hice el recado" ¿desde cuándo se aceptan iniciativas externas en el gobierno del Opus Dei? Escrivá no se lo consintió ni al padre Sánchez; en algún sitio -que ahora no recuerdo- dejó escrito que el padre Sánchez llevaba su dirección espiritual pero no le permitía la más mínima injerencia en la Obra. Don Álvaro, eso sí, dio cuenta al cardenal de la gestión realizada, pero a Escrivá ni una palabra de lo que había hecho en su viaje a España; había estado con el nuncio y con el ministro de Exteriores, a quienes por otra parte hay que pedir audiencia, y a Escrivá no le dijo una sola palabra. ¡Apelo a los que habéis tenido cargos de gobierno en delegaciones y comisiones regionales, a los que habéis estado en Vila Tevere, y me digáis si es creíble lo que dice la nota de don Álvaro o si yo me estoy volviendo loco!

El colmo llega con don Javier Echevarría en su nota (de 1994) sobre la nota (de 1961), que explica la omisión de don Álvaro con un razonamiento inconsistente "Durante años, en España y en Roma, muchos eclesiásticos –nuncios, cardenales, obispos- habían comentado con el Padre y Don Álvaro la conveniencia de que el Presidente General fuera obispo, para defender la secularidad de la Obra, que no era estado de perfección. Por eso, Don Álvaro no consideró necesario informar al Padre desde el principio de esta gestión.”. ¿Por eso? ¿Alguien me lo puede explicar?.

Y además, si durante años (y siempre antes de 1949-1950 según el contexto) muchos eclesiásticos habían comentado con Escrivá y Don Álvaro la conveniencia de que el Presidente general fuera obispo, algo habría dicho Escrivá al respecto en todas aquellas ocasiones; ¿por qué no se opuso? como dicen que hizo luego; y si se opuso ¿don Álvaro lo ignoraba todavía al tiempo de hacer el "encargo" de Tedeschini?. El por eso de Echevarría solo es lógico si en aquellas conversaciones Escrivá se hubiera mostrado de acuerdo con su promoción episcopal, entonces tendría una cierta justificación que don Álvaro hubiera iniciado las gestiones sin decirle nada; pero -insisto- para los que conocemos un poco cómo funciona el gobierno en el Opus Dei ni si quiera en ese caso es verosímil el silencio de don Álvaro.

Para rematar las incongruencias de las tesis de la Prelatura está el reproche de Pilar Urbano a Pérez Tenessa: "En razón de su cargo, Don Antonio Pérez no podía ignorar que, desde hacía más de diez años, el fundador del Opus Dei había manifestado de modo expreso que no se hiciera gestión alguna en pro de su nombramiento de obispo, pues lo rechazaría. Incluso, llegó a prohibirlo a quienes gobernaban la Obra con él"; pues si en 1956 "hacía 10 años" que Escrivá había expresado su negativa y prohibido esas gestiones, en 1950 también "por razón de su cargo" ¡don Álvaro no lo podía ignorar!

 

6. Concluidas las entrevistas de Madrid y dada cuenta a Tedeschini (¡pero no a Escrivá!), don Álvaro dice "Algún tiempo más tarde, comenté yo con el Padre que había hecho esa gestión por encargo del Card. Tedeschini", así, como quien no quiere la cosa, se lo comentó. No dice cuánto tiempo más tarde, pero teniendo en cuenta que Escrivá acudió "inmediatamente" a ver a Mons. Tardini y "enseguida" a Mons. Samoré y que este fue nuncio en Colombia desde 1950 y no fue nombrado Secretario de la Congregación de Asuntos Extraordinarios hasta 1953, debían haber pasado 3 o 4 años como mínimo desde las gestiones. En mi opinión debió de ser bastante más tarde; tal vez los comentarios de Mons. Laboa fueron los que dieron lugar a la reacción de Escrivá primero y finalmente a la nota de don Álvaro de 1961 (pero esto es solo una conjetura).

La reacción de Escrivá, según la nota de 1961, consistió en decir a ambos, Tardini y Samoré, que no aceptaría ni la mitra de Toledo, ¡con su púrpura! añade Echevarría en su relato sobre la audiencia de Pablo VI de 1964.

 

7. Más adelante Pilar Urbano dice que "don Álvaro afirma con pormenor que tanto el ministro Martín –Artajo como el cardenal Cicognani, por distintos motivos tienen animosidad manifiesta contra el Opus Dei", pero nos hurta el texto que aquí sería muy pertinente, porque nos vendría muy bien saber las causas de esa animosidad y cómo se manifestaba. Por ejemplo, ¿existía esta animosidad ya al tiempo de las gestiones de 1949-1950?; si fuera así, parece bastante incongruente que Tedeschini confiara el recado a un destacado miembro del Opus Dei ¿no hubiera sido más adecuada cualquier otra persona?

 

8. Finalmente, sorprende la afirmación de don Álvaro: “Pueden los dos -con seguridad, el Cardenal Cicognani- haber interpretado torcidamente mi gestión", lo que habría dado lugar a "las falsedades" de monseñor Laboa, el cual ̶recordémoslo̶ se limitaba a decir "que el Padre quiso que lo hicieran obispo".

Ahora bien, si yo soy el nuncio Cicognani y viene a verme "la mano derecha" del fundador y me pide que haga gestiones para nombrar obispo a Escrivá y me dice que viene con una recomendación del cardenal Tedeschini, que lo solicita como un favor personal, ¿es tan raro y tan malévolo que yo suponga que Escrivá quiere ser nombrado obispo?, ¿es lógico suponer que el favorecido no sabe nada de nada?; lo van a sacar de Roma, le van a dar un nombramiento que le cambiará la vida ¿y el interesado no sabe nada?, ¿de verdad es tan extraña la suposición de Laboa de que Escrivá quería ser nombrado obispo?. Don Álvaro concluye que el nuncio y el ministro "han interpretado torcidamente su gestión" ¿acaso les informó de que Escrivá no sabía nada del asunto?, no parece. En otro caso lo haría notar y hubiera escrito algo así como: "a pesar de que informé expresamente que Escrivá no sabía nada, ahora andan diciendo que quería ser obispo".

Me pregunto hasta qué punto el alegato de esa "animosidad manifiesta" puede ser una excusa para desacreditar a Cicognani y como consecuencia a Laboa. Confieso que yo no sé cuál es la verdad, pero sí tengo claro lo que me parece probable y verosímil y lo que me parecen argumentos artificiosos e incoherentes.

 

9. El segundo documento que aporta Pilar Urbano es precisamente una parte del "relato" de don Javier sobre una audiencia de Escrivá con Pablo VI el 10 de octubre de 1964.

En este relato se cuenta como Escrivá informa al Papa de las gestiones que se habían hecho para nombrarle obispo. No tiene más valor que el que quiera dársele a la versión de Escrivá. En suma: la iniciativa fue de Tedeschini, don Álvaro era un ingenuo "era ancora più innocente di me" y cuando Escrivá se enteró acudió inmediatamente a Tardini para rechazar tal posibilidad (huele al "síndrome de Juan Jiménez Vargas" en su excusa por lo de la División Azul; la culpa es mía, en este caso de don Álvaro, pero Escrivá no sabía nada).

 

10. La Prelatura apoya su versión -"hubo gestiones, pero Escrivá no sabía nada"- en los dos documentos aportados por Pilar Urbano, pero conviene notar que Echevarría cuenta las cosas en 1964 de forma algo diferente a como lo hizo don Álvaro en 1961. Don Álvaro habla de gestiones realizadas en 1949-1959, mientras que el relato de Echevarría sobre lo que Escrivá dijo al Papa parece dar a entender que don Álvaro había hecho las gestiones cuando estaba "solo" y esto ha de referirse necesariamente a principios de 1946 (don Álvaro llegó Roma en febrero y Escrivá en junio de ese año); y que Escrivá únicamente se enteró cuando "conoció en Roma los intentos de Tedeschini"; no concreta fecha pero el contexto sugiere que fue al poco de llegar. De la nota de don Álvaro de 1961 resulta claro que pasó bastante tiempo entre las gestiones y el conocimiento de Escrivá; en el relato de 1964 parece una cosa más inmediata.

Esto genera contradicciones evidentes en el escrito de Pilar Urbano y la causa de todo ello tal vez consista en la existencia de dos versiones distintas -ambas de la Prelatura, por supuesto- sobre aquellos hechos:

- La "tesis Echeverría" -de 1964- se refiere a las gestiones que hizo don Álvaro en 1946, cuando está "solo", lo que confirma la carta del embajador Churruca; y cuando llega Escrivá a Roma se entera y acude a Tardini (que se encargaba de los "asuntos exteriores" de la Secretaría de Estado entre 1944 y 1952) y a Samoré (que fue miembro del personal de la misma Secretaría del Estado entre 1938 y 1947); ambos estaban en Roma en 1946. Pilar Urbano bebe en esta tesis cuando dice que Perez Tenesa debía conocer la prohibición de Escrivá desde hacía diez años lo cual deja a don Álvaro "en falso" en sus gestiones de 1950.

- La "tesis Portillo" -de 1961- se refiere a las gestiones de don Álvaro en 1949-1950, coincidentes con las negociaciones Iglesia-Estado, para las diócesis de Vitoria y San Sebastian (los documentos que presenta "Marcus Tank" en sus entregas 3ª y 4ª son precisamente de enero de 1950); Escrivá se entera ¡años más tarde! pero en cuanto lo supo acudió inmediatamente (también según esta tesis) a Tardini y a Samoré. Y tuvo que ser años más tarde porque Samoré abandonó la Secretaría de Estado en 1947 para pasar a la Delegación Apostólica en Estados Unidos (1947-1950) y luego fue designado nuncio en Colombia (1959-1953), no volvió a la Secretaría de Estado hasta 1953; en 1952 Pio XII había reorganizado la Secretaría de Estado y Tardini fue designado Pro-Secretario de Estado para Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios (1952-1958); Samoré desempeñó el cargo de Secretario (1953-1959). Por ello si Escrivá acudió a ambos "inmediatamente" tuvo que ser a partir de 1953.

 

IV.- Las falacias de Pilar Urbano

 

Quiero denunciar ahora algunas de las falacias argumentales utilizadas por Pilar Urbano en su escrito.

 

1. Para empezar vuelve a recurre al argumento ad hominem y además miente cuando narra "leí hace unos días un largo artículo firmado por un tal Marcus Tank … busqué su nombre entre los elencos docentes universitarios, pero no encontré rastro alguno de su persona, ni de obras suyas … Lo cual me induce a pensar que se trata de un seudónimo".

Pilar Urbano (como sus superiores jerárquicos) conoce bien la página web "opuslibros" y sabe de sobra que es costumbre escribir en ella con "nick" o seudónimo, como es habitual en muchos ámbitos de internet. Nadie puede creer que se haya puesto a buscar este nombre entre los elencos docentes universitarios en busca de su persona y de sus obras, para llegar a la conclusión de que "Marcus Tank" es un seudónimo; es más, estoy seguro de que sabía quién era "Marcus Tank" desde el principio y de que no es la primera vez que lee a "Marcus Tank".

 

2. Continúa con una falacia tipo "la falacia del hombre de paja" (inventa una tesis fácil de refutar y luego la atribuye a su oponente para destrozarlo). Quiere dejar en ridículo a "Marcus Tank", cuando dice que su escrito pretende reprobar con dos simples documentos todo el proceso de canonización: "los cientos de miles de folios que durante 32 años fue acumulando el proceso canónico hasta llegar a la solemne declaración de santidad del fundador"; y eso no es verdad.

La pretensión de "Marcus Tank" es mucho más modesta: llenar una laguna; como él mismo advierte, "en las biografías, aparte de lo que se dice y documenta, lo que voluntariamente se omite puede llegar a ser fundamental cuando su conocimiento cambia del todo el sentido de lo que se cuenta".

 

3. A continuación intenta desacreditar el primero de los dos documentos que aporta "Marcus Tank" en su primera entrega, la carta, de 6 de noviembre de 1946, del embajador Churruca al ministro Martín-Artajo.

Pilar Urbano manipula el sentido de esta carta y para ello omite el párrafo fundamental; nos dice que el embajador informa al ministro de "su estado de desinformación" y que "se queja ante el ministro por la contradicción de darle instrucciones para que plantee en Roma el nombramiento de un Vicario General Castrense, pero sin comunicarle el nombre del candidato del Gobierno".

Pero esto no es verdad (vale la pena leer el documento entero); para empezar, no se trataba de "nombrar un Vicario General Castrense" sino de "restaurar el Vicariato General Castrense", el nombramiento vendría luego.

De lo que se queja el embajador es de las gestiones oficiosas de don Álvaro. Pilar Urbano reproduce casi toda la carta, pero curiosamente omite donde dice "la intervención de estos agentes oficiosos dificultan mucho la gestión oficial". El embajador no se queja  sin más de que no le hayan dado el nombre del candidato del Gobierno; se queja de que agentes oficiosos están negociando con la Santa Sede, supuestamente en nombre del Gobierno español y a él, que está negociando oficialmente con los mismos interlocutores, no se le comunique esta información.

 

4. Pilar Urbano prosigue con otra "falacia del hombre de paja" y afirma que en la carta de 6 de noviembre de 1946 queda claro que el Gobierno no había propuesto a Escrivá y que el nuncio Cicognani tampoco; y concluye triunfante "no había pues ninguna gestión oficial". Pero nadie dijo que la carta probara gestiones oficiales, lo que había y lo que se ha censurado es una serie de gestiones oficiosas por parte de miembros de la Obra.

 

5. Luego sigue manipulando el sentido claro de la carta y dice que "al referirse a la intervención de Del Portillo, Churruca no expone una información sino «una impresión», que dice haber confirmado más tarde". Tampoco esto es verdad; la impresión es lo que percibe Churruca al hablar con Tardini: tuvo la impresión de que no era la primera vez que a Tardini le plantaban el asunto (la restauración del Vicariato General Castrense); después de esta impresión, vino la confirmación "al saber que el Padre Protillo, Delegado aquí del Opus Dei, había ya tratado el caso con Monseñor Montini…".

 

6. Pilar Urbano incurre también en una "petición de principio": como Churruca no nos dice su fuente de información "es fácil deducir que lo hubiera oído en salas de pasos perdidos del Vaticano"; para ella, para Pilar, es fácil deducir eso, pero para mí es más fácil deducir que el embajador lo confirmó profesionalmente hablando con las autoridades vaticanas correspondientes; recordemos que usa los términos confirmación y saber, que no son los adecuados para calificar -y menos un diplomático- las simples habladurías oídas por ahí.

 

7. Prosigue Pilar Urbano e intenta desacreditar el segundo de los documentos aportados por "Marcus Tank", la carta de 2 de junio de 1956, dirigida por el ministro Martín Artajo al embajador Castiella.

Nos dice que en el documento queda claro que no se postula el nombramiento de Escrivá como obispo, sino de alguno de los inmediatos colaboradores; otra falacia del tipo "hombre de paja", porque nadie ha dicho que en esa carta se pida hacer obispo a Escrivá. Sin embargo, en el documento queda claro que antes de esas fechas se había postulado a Escrivá como obispo; luego añade que ahora ante "la resistencia de la Santa Sede" el Opus Dei se conformaba con la exclusión de Escrivá, pero seguía interesada en el nombramiento de algún otro miembro y sugería el nombre de Álvaro del Portillo.

 

8. A continuación arremete contra Pérez Tenessa con gran profusión de argumentos ad hominem para desacreditarlo. Dice que por razón de su cargo tenía que saber necesariamente que Escrivá había prohibido que se hicieran gestiones para nombrarlo obispo; de ahí deduce en claro sofisma que Perez Tenessa hizo la gestión de 1956 por su cuenta a sabiendas de infringir tal prohibición; además en el colmo de la desvergüenza llega a insinuar que tal vez Pérez Tenessa quería el carácter episcopal para sí.

 

9. Alega que no hay prueba documental de por cuenta de quién hizo el encargo Pérez Tenessa toda vez que dejó el Opus Dei apenas dos años después, lo que constituye un razonamiento incongruente. El hecho de que dejara la Obra dos años después no implica que sea imposible hallar prueba documental de quién le encomendó el encargo, porque de todos los encargos de gobierno en el Opus Dei siempre hay un documento escrito previo al encargo, más aun tratándose de un asunto de tanta importancia.

 

10. Añade triunfante "En cualquier caso, su propuesta no era para Josemaría Escrivá. Por tanto, para la pretensión demostrativa de Tank, esta segunda carta es superflua". En absoluto, Pilar, esta carta demuestra rotundamente que se hicieron gestiones por parte del Opus Dei para que Escrivá fuera obispo y si no triunfaron fue por la resistencia de la Santa Sede. Cómo interpretar si no esta frase de la carta: "los del Opus Dei piensan ahora que quizá haya sido acertada la resistencia de la Santa Sede de nombrar obispo residencial a su fundador".

 

11. Al final concluye "La fuerza de quién lo dice y a quién lo dice no requiere más comentarios, zanja la cuestión". "Quien lo dice" es Escrivá y "a quien" lo dice Pablo VI; un santo a un papa. Y no un santo cualquiera, "el más santo". Todavía recuerdo que me sorprendí cuando el director del centro de estudios me comentó -a solas- que en una entrevista de don Álvaro con Pablo VI éste había dicho que consideraba a Josemaría Escrivá el santo que más carismas había recibido y mejor había correspondido ellos después de San Pablo; y me sorprendió no porque yo no considerase a Escrivá un gran santo, sino porque no se me ocurría cómo era posible calibrar de forma tan universal y absoluta los grados de santidad. Hoy dudo mucho que Pablo VI hubiera dicho aquello así, literalmente.

Este es el clásico argumento "de autoridad"; no pienses por ti mismo, porque "los que saben" ya han decidido que las cosas son así y cuestión zanjada. Me dan ganas de decir: ¿zanjada?, de nada "monada".

 

En resumen, llama poderosamente la atención comprobar como el escrito de Pilar Urbano empieza con la falacia del "argumento ad hominem" -contra "Marcus Tank"-, argumento que solo convence a los faltos de inteligencia, y concluye con la falacia del "argumento de autoridad", que solo convence a los faltos de voluntad.

 

V.- Daños colaterales

 

El escrito de Pilar Urbano tiene por finalidad esencial defender la tesis de que Escrivá rechazó todo intento para promoverle a la dignidad de obispo y fue ignorante de todas las gestiones que se hicieron (incluso por hijos suyos como don Álvaro y don Antonio Pérez), hasta mucho tiempo después de que fueron realizadas.

 

Su estrategia de defensa se lleva por delante la buena fama de otras personas, que quedarán como "los malos de la película"; muchas veces en el Opus Dei la defensa de la institución está absolutamente por encima de las personas, de sus derechos y de su dignidad, porque "ese fin" justifica cualquier medio.

 

Si han leído entero el escrito de Pilar Urbano "habrán comprobado" que monseñor Laboa era un maledicente, Cicognani y Martín Artajo tenían animadversión -infundada, por supuesto- contra el Opus Dei, el embajador Churruca no se enteraba de nada, Tedeschini era un metomentodo, Pérez Tenessa un desobediente recalcitrante, incluso don Álvaro era un ingenuo; y "Marcus Tank" … bueno ¿qué más se puede decir (mal-decir) de "Marcus Tank.

¡Pobre Escrivá; solo ante el peligro! Veamos:

 

1.- Monseñor Laboa

 

Mons. Laboa es el "culpable" de la nota de don Álvaro de 1961. "He sabido en estos días que Mons. Laboa, secretario del Cardenal Gaetano Cicognani, va diciendo que ‘el Padre quiso que lo hicieran obispo’" escribe don Álvaro; y justifica su nota "para que resplandezca la verdad que el secretario del Card. Cicognani quiere oscurecer", aquí ya hace un juicio de intenciones. La nota de don Álvaro, según éste, "demuestra (?) la falsedad de cuanto afirma monseñor Laboa".

No es que Laboa se confunda o malinterprete sino que miente voluntariamente porque "quiere oscurecer" la verdad.

 

2.- El nuncio Cicognani.

 

Según don Álvaro, Cicognani (igual que Martín-Artajo) tiene "animosidad manifiesta contra el Opus Dei" aunque "por distintos motivos"; motivos que, según Pilar Urbano, don Álvaro "detalla con pormenor". Sin embargo, Pilar Urbano no considera conveniente darnos a conocer esos motivos y oculta toda esta parte de la nota ¿por qué?.

Esta animosidad de Cicognani no concuerda con lo que narra Vázquez de Prada refiriéndose a un hecho de 1941: "Cuando don Josemaría pensó en visitar a los del «Palau» (nombre que habían dado al piso de los primeros miembros del Opus en Barcelona, en la calle de Balmes), monseñor Cicognani, nuncio en Madrid, le aconsejó que sacase el billete de avión a nombre de Josemaría E. de Balaguer. Medida de cautela, pues se le conocía entonces popularmente por Escrivá". No parece que en 1941 hubiese mucha animosidad.

Tampoco concuerda con la visita que don Álvaro hace a Cicognani (por encargo de Tedeschini, según dijo) en 1949-1950, porque en tal caso era más lógico que la visita se hubiera encomendado a otro.

Gaetano Cicognani dejó la nunciatura en España en 1953, cuando fue nombrado cardenal y Prefecto de la Congregación de Ritos. ¿Se originó entonces su animadversión contra el Opus Dei? ¿Por qué motivo?. Mientras Pilar Urbano no publique la nota en su integridad no podremos saberlo.

 

3.- El Ministro Martín Artajo

 

También tenía "animosidad manifiesta" contra el Opus Dei; por distintos motivos que Cicognani, reseñados por don Álvaro "con pormenor".

Como Pilar Urbano, que conoce esos datos, no quiere los sepamos, no me queda más remedio que hacer suposiciones. Tal vez podrían ser las "gestiones oficiosas" de 1946 que denuncia el embajador Churruca en su carta a Martín-Artajo. Yo no sé si estando en lugar del ministro tendría animosidad manifiesta, pero desde luego no me hubiera hecho ninguna gracia la interferencia. Se trataría entonces de una animosidad un tanto justificada.

No obstante todo, tampoco parece que hubiera mucha animosidad contra el Opus Dei en 1949-1950 cuando don Álvaro decidió visitarlo y él se avino a recibirlo.

Incluso en 1956 no se ve ninguna animosidad en la carta que escribió al embajador Castiella informándole de la visita de Pérez Tenessa que pedía el episcopado para don Álvaro, pues concluye textualmente "En el último despacho con el Nuncio le esta noticia y ese nombre (el de don Álvaro) que en principio ha tomado en consideración. Aprecia sus buenas dotes". ¿Dónde está la animosidad?; yo no la veo por ninguna parte.

Martín-Artajo cesó en su cargo de ministro unos ocho meses más tarde. ¿Surgió la animosidad al jubilarse?

Por otra parte, la nota de don Álvaro se queja de que puede haber interpretado torcidamente su gestión: “Pueden los dos -con seguridad, el Cardenal Cicognani- haber interpretado torcidamente mi gestión". Se queja de que por pedir don Álvaro -en persona- el episcopado para Escrivá hayan interpretado que Escrivá quería ser obispo; pero esto no es una interpretación "torcida", sino una interpretación "natural", sin perjuicio de que pudiera no ser certera.

 

4.- El embajador Churruca.

 

Si don Álvaro intenta desacreditar a monseñor Laboa, al nuncio Cicognani, a Martí-Artajo y a Tedeschini, Pilar Urbano se emplea a fondo con el embajador Curruca y con Pérez Tenessa.

Churruca es presentado como ridículo e incompetente: "se dirige a su ministro, Alberto Martín-Artajo, para informarle, paradójicamente, de su estado de ‘desinformación’", "no disimula su desconcierto", "no expone una información sino «una impresión»”, "es fácil deducir que lo hubiera oído en salas de pasos perdidos del Vaticano", "el desorientado embajador Pablo Churruca demuestra tan escaso conocimiento de Josemaría Escrivá que, al mencionarlo, confunde sus apellidos con los de su nuera Pilar Díez de Rivera y Escrivá de Romaní".

En suma, e un embajador que está desinformado, desconcertado, desorientado e ignorante; y que informa a su ministro basándose únicamente en lo que oye en las salas de pasos perdidos del Vaticano ¡nada de lo que escribe puede tener valor!

 

5.- El cardenal Tedeschini.

 

El cardenal Tedeschini habría sido el promotor de la idea: "sería muy conveniente que el Padre fuera nombrado obispo, porque esto (en aquellas circunstancias) taparía muchas bocas"; y encargó a don Álvaro que hiciera gestiones de su parte ante el nuncio en España y ante el ministro español de Asuntos Exteriores.

 

En este relato Tedeschini no queda muy bien porque:

- no da la cara directamente ante la Santa Sede, sino que busca que su iniciativa aparezca como iniciativa de otras personas (el nuncio y el gobierno de España) y él se limitaría a apoyar una propuesta de otros.

- tampoco da la cara ante el nuncio y el ministro español, no les escribe sino que envía a don Álvaro con un recado verbal.

- utiliza un procedimiento retorcido que hubiera llevado a un resultado totalmente inadecuado: el nombramiento de Escrivá como obispo residencial, cuando lo correcto hubiera sido obispo titular.

 

Pero en realidad hay que subrayar que la primera y única "prueba" de que Tedeschini actuó como nos dicen es la palabra de don Álvaro en la nota de 1961, redactada cuando Tedeschini ya había fallecido (murió en 1959) y no podía dar su versión de los hechos. Posteriormente a esta nota, incide en la misma explicación Echevarría relatando lo que comentó Escrivá a Pablo VI en la audiencia de 1964: todo fue iniciativa de Tedeschini.

 

6.- Pérez Tenesa

 

La carta de 1956 de Martín Artajo a Castiella es breve pero contundente. El entonces Secretario general de Opus Dei, Antonio Pérez Tenessa, le dice al ministro que la Obra acepta desistir del nombramiento de Escrivá como obispo (ante la resistencia de la Santa Sede) pero que sigue pensando en la conveniencia de conseguir la dignidad episcopal para alguno de sus colaboradores.

Pilar Urbano no puede desconocerlo y no se le ocurre otra cosa que arremeter contra el pobre Pérez Tenessa (que en paz descanse) y que ninguna culpa tiene en todo este embrollo. Bastante debió tener con cumplir "el papelón" que le obligaron a hacer solicitando al ministro, una vez más, hacer obispo a alguno del Opus Dei.

Como no puede negar el hecho, acusa a Pérez Tenessa de actuar contra las órdenes expresas de Escrivá. ¿Puede alguien creer en serio que el Secretario General del Opus Dei actuaría en contra de las indicaciones del fundador, en un asunto de tanta relevancia y que en el fondo a él (a Pérez Tenessa) ni le iba ni le venía?.

Ah, pero Pilar Urbano en el colmo del juego sucio deja caer la insinuación de que tal vez pretendía la dignidad episcopal para él. El pobre Pérez Tenessa que según sus propias palabras se resistió todo lo que pudo a ser ordenado sacerdote y ahora pretende la dignidad de obispo; aquí la periodista ha sido realmente cruel rayando en la difamación.

Pérez Tenessa dejó el Opus Dei por causas que nunca llegaremos a saber completamente, porque él así lo quiso, pero que podemos conjeturar razonablemente. Y entre estas causas no es difícil suponer que estaría la de no soportar la obligación de realizar muchas gestiones como la que comentamos, con la carga añadida, tal vez, de que todo debía presentarse como iniciativa personal y bajo su exclusiva responsabilidad. Llegó un punto en que no pudo más.

 

7.- Don Álvaro del Portillo.

 

También don Álvaro del Portillo queda mal, si bien "ma non troppo".

Don Álvaro falla por no frenar la iniciativa de Tedeschini, como le decía Escrivá a Pablo VI en la audiencia de 1964. Pero no solo falla por omisión (no frenar) sino por acción, proque había cumplido el recado de Tedeschini (había obedecido a "un extraño"; ¡huy!) viajando a Madrid, entrevistándose nada menos que con el nuncio y con el ministro de Asuntos Exteriores ¡y no había dicho nada a Escrivá!, ni antes ni después, hasta pasado mucho tiempo (3 ó 4 años como mínimo).

Don Álvaro queda como un irrresponsable; en teoría todas las decisiones en el Opus Dei son colegiadas, ¿con quíen consultó?, ¿no se daba cuenta de que si Escrivá era nombrado obispo residencial de una diócesis española tendría que dejar el gobierno del Opus Dei?, ¿era Tedeschini "buen pastor"?.

Don Álvaro queda como un insensato; "ma non troppo", tiene que venir Escrivá en su ayuda: "era ancora più innocente di me", cuentan que le dijo a Pablo VI.

Al final don Álvaro queda como un ingénuo; se ha mitigado su culpa.

 

8.- Marcus Tank.

 

Ante todo hay que matar al mensajero. Ya hemos señalado al principio la retahila de improperios contra el bueno de "Marcus Tank". Pero cabe preguntarse el por qué de tanta saña contra él.

Pilar Urbano podría haber adoptado una postura de suficiencia y habrse limitado a mostrar los documentos de la Prelatura y argumentar que con ello queda demostrado -no para mí- que Escrivá no sabía nada de nada.

Por otra parte, no es la primera vez que en opuslibros se ha mencionado que Escrivá pretendió ser obispo, entre otros:

 

Sperpento 24/09/2012

 

Guillaume 28/09/2012

 

Jaume García Moles 20/03/2013

 

 

Con ellos no se consideró necesaria la réplica, a pesar de que "Guillaume" por ejemplo narra casi los mismos hechos y fechas que "Marcus Tank". ¿Por qué ahora la Prelatura saca la artillería gruesa contra "Marcus Tank"?, ¿Qué diferencia hay?

Estoy convencido de que la diferencia está en la prueba. Aquellos escritos se limitaban a afirmar y criticar unos hechos, pero "Marcus Tank" ha aportado ¡pruebas!, dos documentos que prueban irrefutablemente que se pretendió que Escrivá fuera nombrado obispo. Y esto es algo que la Prelatura no puede dejar pasar.

 

VI.- Conclusiones

 

1. Toda defensa tiene un precio y en mi opinión en su intento de desacreditar a "Marcus Tank" la Prelatura ha pagado un alto precio.

La publicación de la nota de don Álvaro de 1961 deja meridianamente claro que éste hizo gestiones ante el nuncio y ante el Ministro para que Escrivá fuera obispo, aunque luego venga con la excusa de que lo hizo todo por encargo de Tedeschini y ¡sin que Escrivá lo supiera!

Ha pasado algo parecido a lo que ocurrió con la demanda contra opuslibros para que suspendiera la publicación de los documentos internos; el precio pagado entonces fue también grande: la Prelatura reconoció la autenticidad de dichos documentos, dejó patente su voluntad de que permanezcan secretos, y al justificar su titularidad la sociedad SCRIPTOR tuvo que reconocer que le pertenecían por haberlos comprado a Santiago Escrivá, el cual los había heredado de Josémaría Escrivá, el cual ¡no había hecho testamento!.

 

2. No se puede comparar la autenticidad ni el valor probatorio -hablando científicamente- de los documentos enfrentados: los dos de "Marcus Tank" y los dos de Pilar Urbano.

Las cartas o notas entre Ministro y embajador se redactaron contemporáneamente a los hechos que narran; en cambio la nota de don Álvaro de 1961 está redactada 11 años después de los hechos y cuando ya había muerto Tedeschini, el protagonista principal. Y la nota sobre esa nota de Echevarría, se redactó en 1994 cuando incluso había concluido el proceso de canonización.

Las cartas del ministro y del embajador están redactadas con asepsia oficial y por personas a las que el asunto de si Escrivá era o no nombrado obispo les afectaba de una forma muy secundaria. Mientras que la nota de don Álvaro y el relato de Echevarría sobre la audiencia con Pablo VI de 1964 están redactados por personas muy interesadas en dejar bien a Escrivá y probablemente según sus indicaciones y tal vez a su dictado; de ahí no se sigue necesariamente que sean falsas pero su credibilidad es muy débil.

Tanto o más importante, desde el punto de vista cientifico, es el hecho de que "Marcus Tank" reproduce sus dos documentos íntegramente y los dos textos de Pilar Urbano están mutilados. No me refiero al hecho de que el escrito de Pilar Urbano no los cite en su integridad, pues es lícito defender la propia tesis citando lo que se considera esencial y omitiendo lo que se considera secundario o irrelevante. Me estoy refiriendo a que cuando estos textos se reproducen en imagen adjunta al texto, "Marcus Tank" los reproduce por entero, tal como están, incluso con sus manchas y tachaduras, mientras que Pilar Urbano hace un corta-pega de imágenes, pero además crea la apariencia de que las tres minúsculas imágenes que encabezan su anejo documental se reproducen íntegramente en las tres páginas siguientes, cuando eso no es verdad. ¿Por qué se ha tomado tanto trabajo, si lo más cómodo hubiera sido reproducir el documento tal cual? ¿por qué las micro-imágenes, enmarcadas en azul, se reproducen con una tan mala calidad de resolución que impide que se puedan leer ampliándolas?; tal vez lo haya hecho solo para fastidiar; quizá en lo omitido no haya nada importante y luego se pueda permitir mostrar el resto y decir triunfante¡"Simplicio", eres un conspiranoico!

Sea lo que sea, "Marcus Tank" puso las cartas boca arriba y Pilar Urbano es una tramposa.

 

3. Los directores de la Prelatura, a través del escrito de Pilar Urbano, se han lanzado a por todas, pero tal vez inconscientemente han revelado parte de su preocupación. Me ha llamado la atención la siguiente frase de su escrito "… el ignoto Tank descanoniza lo que la Iglesia ha canonizado".

Aquí podría estar el quid de la cuestión, porque ¿qué es lo que la Iglesia ha canonizado? Ante todo la Iglesia no canoniza "ques" sino "quienes". El gran error de los directores de la Prelatura radica en suponer que la canonización de Escrivá implica la canonización de toda su vida, de todas sus obras y de toda su Obra; y esto es completamente falso. No quiero entrar ahora en la espinosa cuestión de si una canonización puede llegar a ser nula por defectos de procedimiento, de manera análoga a como puede resultar nulo un matrimonio, una ordenación sacerdotal o una confesión sacramental.

No entro en el tema de la validez, me limito a acotar su eficacia o alcance. La canonización supone el juicio de que el canonizado ha vivido determinadas virtudes en grado heroico y que la Iglesia propone al canonizado como modelo para vivir esas virtudes; pero ello no implica que haya vivido bien todas las virtudes, ni durante toda su vida, ni que no haya cometido pecados y mucho menos que haya estado absolutamente libre de errores.

Los directores de la Prelatura, respecto de cualquier norma o costumbre en el Opus Dei, desean poder razonar así: "esto" es bueno porque lo estableció así Escrivá y Escrivá está canonizado; pero ese es un razonamiento falaz y además una herejía.

Paradójicamente es mucho más necesario separar el trigo de la cizaña en los hechos y dichos de un canonizado que en una persona no canonizada, porque en los de ésta está claro que son opinables y discutibles, pero en los de la primera existe el grave peligro indicado de darlos por buenos todos sobre la base de un falso principio de autoridad.

 

VII.- Peticiones finales

 

- pido perdón a todos por haberos aburrido con un escrito tan largo

- pido a quienes tuvieron cargos de gobierno que nos den su opinión sobre si encuentran verosímil el relato de don Álvaro, que hizo gestiones episcopales por indicación de alguien ajeno a la Obra y sin decir nada a Escrivá.

- pido a "Marcus Tank" que tenga paciencia.

- pido a Pilar Urbano, que tiene tan fácil acceso a los archivos de la Prelatura, que publique la parte "censurada" de sus notas y además íntegro el quirógrafo de Pablo VI en que prohibió a la Obra actuar organizadamente en política; ¡venga, Pilar, sé buena!

- pido alguna ayuda económica para esta página web, que de momento está muy lejos de cubrir su presupuesto

 

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