YO
TAMBIÉN ME FUI
Enviado por Juan el 22 de septiembre de
2003
Por un hazar del destino -navegando- di con la página,
hace unas semanas, y durante este tiempo me he entretenido
leyendo alguno de los libros y muchos de los testimonios.
Coincido con muchas de las cosas que se han dicho, puesto
que yo mismo las vivi. Voy a intentar no obstante dar mi punto
de vista sobre algunos aspectos del opus, sobre todo ciñiéndome
a lo que viví durante los casi cinco años en
los que fui numerario.
Mi historia es muy parecida a la de muchos otros. Amigos
y hermanos cercanos al opus. Acercamiento progresivo, etc...
total, que con quince años entré como adscrito.
Poco a poco me di cuenta que no era lo mío. Mi afán
de libertad -eso de leerme las cartas, controlar las lecturas,
....-, mi espíritu crítico -no poder hacer el
más mínimo comentario sobre temas del espíritu
y práxis-, las incoherencias -incluido violación
del secreto de confesión-, etc, propiciaron mi salida
el mismo año que debería haber hecho la fidelidad,
es decir, cinco años después.
Mi salida no fue en absoluto traumática. Tras de un
periodo muy prolongado de crisis -de más de tres años-,
y tras de inmunerables entrevistas con gente de la delegación,
directores, etc, el que en ese momento era mi director me
dijo, con muchísimo cariño y respeto, que si
era mi decisión marcharme, lo aceptaban y que lo más
importante era que estuviera cerca de Dios y que buscara mi
camino. Nunca me sentí presionado para quedarme. Al
contrario. Sí es verdad que en esos tres años
se me animó a dar la batalla, a perseverar, pero la
decisión de quedarme o marcharme fue mía. Durante
un tiempo me estuvieron animando a que siguiera frecuentando
medios de formación, pero yo les dije que prefería
desvincularme por completo. Ellos lo aceptaron y punto.
Debo decir que salir de opus ha sido una de las cosas más
maravillosas que he podido hacer en la vida. No era para mi.
Me sentía encorsetado. Hacía cosas que me parecian
absurdas. No entiendo ni comparto la mayoría de las
cosas del opus en cuanto a la praxis y también en cuanto
al fondo teologal, más cercano de posiciones preconciliares
que otra cosa. En suma, debo decir que el "error"
haber estado en el opus me ha permitido conocer una realidad
que no comparto, aunque en el tiempo que estuve hice grandes
amigos y aprendí muchas cosas.
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