YO
SÍ CREO QUE EL OPUS DEI PUEDE CAMBIAR
Enviado por Ramiro E. el 4 de septiembre
de 2003
Detesto las concepciones deterministas de la religión.
Acepto que Dios tiene unos planes para la Humanidad y que
mueve a las personas suscitando en ellas determinados proyectos
o inclinaciones. Pero no puedo aceptar que las cosas ocurran
siempre "como Dios quiere". Precisamente eso es
una idea muy perniciosa que he oído a bastantes personas
de la Obra con una formación muy rudimentaria. Pienso
que las actuaciones humanas tienen siempre responsables con
nombres y apellidos, que actuarán con mejor o peor
voluntad y con mayor o menor acierto, pero echarle la culpa
a Dios diciendo que es su voluntad me parece una equivocación
(por usar un calificativo suave).
Con el Opus Dei pasa exactamente eso. Dios pudo suscitar
el nacimiento de la Obra y quienes la llevaron adelante pueden
haber actuado con mejor o peor voluntad y con mayor o menor
acierto. Dios los juzgará en cuanto a su actuación:
yo no tengo modo de entrar en su interior para examinar sus
conciencias y toda su vida, y por tanto no les juzgo. Lo que
sí puedo juzgar es el resultado de su actuación,
sus hechos, es decir el Opus Dei tal como ahora existe. Y
en esa institución encuentro cosas que me parecen negativas.
No merece la pena que las explique pues esta web está
llena de ejemplos.
¿Por qué no van a poder cambiar en el futuro
algunos de esos aspectos negativos de la institución?
En el momento presente, con los pocos años que tiene
el Opus Dei, los directores tienen pánico a cualquier
cambio importante pues les suena a sacrilegio. Tienen muy
frescos los comentarios del fundador sobre quien se atreviese
a tocar una letra del espíritu de la Obra. Pero eso
con el tiempo se va relajando y se van poniendo las cosas
en su sitio.
Conste que en esto la historia del Opus no difiere de la
de otras organizaciones eclesiásticas o civiles. En
el período fundacional se fomenta el inmovilismo porque
es una forma de perpetuarse los gobernantes, después
viene un período de continuismo y más tarde
comienzan las reformas.
¿Por qué no pueden cambiar los modos de captación
de adolescentes, o la manipulación de la conciencia,
o el hipercontrol de la vida, o la instrumentalización
de la fe, o la deformación de la afectividad, o la
imposibildad de crear espacios de libertad interior, o la
fraternidad convertida en disimulo, o la supresión
de la búsqueda de la verdad en favor de un dogmatismo
estéril, etc.? De hecho puedo afirmar con total seguridad
que conozco personas del Opus que están de acuerdo
con nosotros en muchas de esas cosas. El problema es que esas
personas, hoy por hoy, no ocupan generalmente puestos de gobierno
que les permitan operar esos cambios. Pero eso es cuestión
de tiempo.
Por otra parte, hay una cuestión de supervivencia
de la institución. Alguien hablaba hace poco en la
web de que el Opus cae en picado. La idea central de aquel
mensaje es cierta: la Obra pasó de ser una organización
imparable con enorme poder y con un crecimiento constante
a ser una organización con problemas. Ahora está
pasando por momentos difíciles porque sufre las consecuencias
de su inmovilismo y su falta de adaptación a la realidad
que le rodea. Hay pocas incorporaciones, muchas bajas, poca
presencia social, etc. Tiene que pasar por una fase de humildad
que le vendrá muy bien. Pongo un ejemplo (y sólo
es un ejemplo eh!). Los colegios de la Obra (con los matices
de rigor) son sólo para chicos o para chicas. En el
caso de España eso les está ocasionando enormes
problemas de supervivencia: algunos han tenido que cerrar
y otros lo harán en pocos años. Hoy por hoy
los directores de la Obra o de las empresas que rigen esos
colegios han optado por aguantar el mal momento esperando
a que pase. Pero tarde o temprano tendrán que asumir
el cambio y cambiarán, no lo dudéis. Ya veremos
cómo justifican el cambio para que parezca que en realidad
todo sigue igual, pero cambiarán, de eso estoy seguro.
En todo caso, lo que digo son opiniones y puede que esté
absolutamente equivocado.
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