UNA
SECTA, Y UNA ESPIRITUALIDAD MÁS AUTÉNTICA
NACHUSGALAICUS, 25 de abril de 2005
Hola a todos, esto es lo primero que escribo en esta web.
Conozco la iniciativa desde hace un año mas o menos,
aunque no he leído mucho. Me gustan los recursos
para seguir adelante de la pagina antigua, y los consejos
a los que se querían ir. Mi experiencia en la Obra
fue típica, a los 15 años fui por un centro
de agregados
a jugar los sábados y estudiar, sobre los 16 en el
santuario de Torreciudad me comieron la cabeza y me hice de
la obra. Si, inventaron mi vocación de agregado, y
me lo trague. Me sentí obligado a responder
a la llamada.
Recuerdo el asombro que sentí cuando me llevaron al
cuarto de baño y me enseñarón la caja
con los cilicios y disciplinas. Y cuando me dijeron que no
podía ir al cine ... Durante unos años desarrolle
vida de familia con el Opus Dei, sin pena ni gloria,
con dificultades para hacer apostolado ... pues eso de influir
en los demás no era lo mio, y además, como luego
he descubierto, mi tipo de personalidad es más bien
independiente y tendente a cierto aislamiento. Y en el Opus
las cosas iban por otro lado...
Empezando la universidad, mi fidelidad bajo,
y gracias a sentirme muy a gusto en la carrera con los compañeros
de forestales, me pude hacer la idea de dejarlo. No me fue
nada fácil decidirme, y al final un director nuevo
me ayudo a tomar la decisión, diciendome que mejor
me fuera, en vez de estar jodiendo a la Obra.
Los años han pasado, y varias revoluciones han pasado
por mi vida. Se que el Opus fue una etapa importante en mi
vida, que me permitió aprender algunas cosas, y probar
un camino que no llevaba a ninguna parte. Eso me da tablas
para saber seleccionar bien las asociaciones y grupos espirituales
donde me meto actualmente, se captar cuales valen y cuales
tienen componentes sectarios y fundamentalistas.
Voy por partes, tras dejar el Opus, viví unos años
de joven normal, viviendo la vida normal, viajando, estudiando
fuera, gozando de las fiestas, tratando de ligar, buscando
trabajo, ... etc. Me sentía con energía y libertad.
Unos años después, la vida no me sonreía
tanto, veía que la vida era difícil, empece
a ver debilidades de mi carácter y a sentir angustias
sentimentales. Era libre de estructuras sectarias, más
no era libre de mi mismo. La vida da muchas vueltas, y tras
la crisis, santa crisis, empece mi camino de desarrollo personal.
Quería mejorar como persona, liberarme de mis esclavitudes,
ser feliz, ser autentico ... En algunos aspectos no se diferenciaba
mucho a la inquietud en el Opus Dei por ser santo, más
ahora era yo el único que decidía como hacerlo,
y donde buscar para desarrollarme. Explore por aquí
y por allá, en libros y en cursos, y poco a poco he
desarrollado mi propia practica integral para ir transformando
mi vida. Es curioso, en muchos aspectos siento que ahora tengo
más vida interior que cuando estaba en el Opus. Mi
vida interior, personal, libre, para liberarme y transformarme.
Me encanta fluir por la vida aprendiendo de todo, me encanta
meditar sintiendo mis sensaciones corporales y dejar que la
ecuanimidad natural me vaya limpiando de condicionamientos
mentales, me encanta caminar por el Camino de Santiago, charlar
con la gente, aceptar todos los caminos vitales posibles,
sentir la hermandad de los hombres, sentir el alma grupal
de seres libres que viven autónomos y a la vez unidos.
No se si soy muy claro, no es fácil resumir media vida
en unas frases.
Lo que más quiero resaltar es que en el Opus Dei es
difícil tener una autentica vida interior, la estructuración
de las normas de piedad, la excesiva mentalización
de las oraciones, la ausencia de otros referentes, ... hace
que la espiritualidad opusiana sea mínima realmente.
Mentalidad devocional, sin mayor profundidad. Libre de esas
ataduras, pude desarrollar otra espiritualidad personal, experimentar
en el marco de mi propia conciencia, y buscar el ¿quien
soy yo? ... Y vale la pena, vale la pena aprender a vivir,
con todo el cuerpo, con todas las emociones, con toda la mente,
con todo el alma y con todo el espíritu. A mi me valió
mucho. Gracias Opus Dei por enseñarme el camino equivocado,
el camino fundamentalista, el camino poco integral. Siento
que aprendo más del error que del acierto, que ahora
mi vida es un ensayo continuo de como vivir y buscar. Soy
simplemente un buscador/encontrador. Busco y encuentro. Y
la vida, la autentica vida es para mi más rica que
lo que nos enseña el Opus y la vida occidental típica.
El Opus busca una transcendencia sin tener los pies en la
tierra, olvidandose del cuerpo y de la libertad personal.
El mundo occidental busca tener los pies muy en la tierra,
aprovechando todos los frutos de la tierra, dominando el mundo,
y olvidandose del sentido, de la ética, y del verdadero
valor profundo de cada ser humano.
Dos caminos parciales, y como Siddharta
(de Hermann
Hesse), he probado los dos caminos, y veo que los
dos son limitados, pues cada uno se olvida de algo. Ahora
elijo lo integral, lo completo, lo transcendente y lo encarnado,
Dios y el Diablo, el cielo y la tierra. Todo unido, mas allá
de la dualidad del Opus frente al mundo. Jodo, que rollete
me ha salido.
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