Sobre
numerarias
Por Ana, ex numeraria, recibido el 5 de junio de 2003
Hola amigos; después de leer el capítulo del
escrito "Lo
teologal y lo institucional" se me ha ocurrido
la respuesta a la numeraria o agregada que todavía
sigue en la "caverna de Platón". Y es que
el problema, o uno de los problemas más gordos del
Opus, es que las mismas personas que se hartan de hablarte
de sinceridad salvaje y de que hay que contar los más
recónditos pensamientos y tentaciones, no viven jamás
esa sinceridad. Es más, la Obra es en su conjunto una
gran mentira. Mienten sin parar, "mienten más
que hablan", es una segunda piel. Y además contagian
esta manera de vivir a todo el que se acerca y los defiende:
mienten por principio y definición.
Además es un práctica totalmente contraria
a Cristo manosear a las almas, utilizar el sacramento de la
confesión, utilizar las charlas para sonsacar, y luego
contarlo todo en sus reuniones o comités, e incluso,
reírse de la gente, burlarse de todas, numerarias,
agregadas y supernumerarias en la "vida de familia".
Quiero decir que las directoras, que -además de vivir
del trabajo de los demás, de ir mejor vestidas que
tú cien veces pero con tu sueldo-, no hacen nada útil
sino es mandar, además de todo eso, encima se permiten
el lujo, el cinismo de burlarse de su grey. Hacen tema de
una conversación superficial la vida de otros hasta
sus pliegues más íntimos. Así que si
sigues dentro y no te has enterado, entérate cuanto
antes. Me ha llamado la atención los testimonios de
gente que desde el primer momento advirtió que su vida
íntima estaba en boca de todas. Es cierto, si eres
numeraria en realidad no tienes vida íntima, todo se
sabe, todo se comenta, todo se cotillea.
No veo que se haya hablado de la "vigilancia" que
ejercen unas numerarias sobre otras. Es cuestión de
supervivencia. Para poder ser tenida en cuenta y apreciada
por las directoras hay que criticar, hay que ir a la Delegación
con chismes, lo que sea, todas lo hacen y la que no lo hace
ya sabe lo que le va a pasar. Va a ser uno de esos corderitos
inmaculados que hay en todos los centros, que encima de que
son de lo mejor, que tienen el mejor corazón, se llevan
todas las correcciones, los desprecios, las críticas.
hace muy poco que me he ido y sintiéndolo mucho de
todas las numerarias con las que he convivido más recientemente
y que están en esta ciudad no se salva ni una.
Las más viejas siguen porque son unas auténticas
arpías. Hay que ser un escorpión para perseverar.
Hay que estar picándose unas a otras, es gracioso,
se pasan la vida hablando de la importancia de la tertulia,
de la vida de familia, y lo más elemental que es escuchar
a la que habla, no lo hacen. A no ser que la que habla sea
una directora entonces sí. Se interrumpen, se quitan
la palabra, y siempre se discute por nimiedades, estupideces,
están las expertas en quedar por encima de las demás.
Claro que como de temas serios no se puede, y no hay libertad,
la gente se infantiliza. Incluida la que es catedrática
de universidad. Eso sí que es otra historia...
Es horroroso porque en los centros de jóvenes todavía
hay momentos divertidos, pero en cuanto te pasan a uno de
mayores ten por seguro que el 25% de las residentes sino es
más, tienen tratamiento psi.
No se puede quitar la libertad a la gente como ellos lo hacen.
Está claro que como dice Ruiz Retegui sin libertad
hasta el cuerpo se resiente y pasa factura.
Dentro del Opus queda mucha lista y mucha tonta. Mucha lista
porque sabe vivir la hipocresía institucional, sabe
hacer la pelota a las directoras, esto es importante, yo nunca
la hice y así me ha ido... mejor que a ellas porque
ser libre no se puede comparar a nada, creo que ni a ser santo.
Al menos como ellas dicen serlo, ser libre es lo más
maravilloso que me ha pasado en la vida.
Y mucha tonta, como era yo que me he pasado la vida en el
limbo ¡qué lugar tan estúpido para estar!.
Hay también auténticas desgraciadas que no
se van porque ya se ha encargado la Obra de que no tengan
a donde ir, o porque no se atreven, o porque también
se da el caso de que tienen tan pocas cualidades que no tendrían
adonde ir y dentro tienen comida, ropa, casa y encima les
dan un trabajo interno que consiste en pavonearse.
Lo de ser directora, subdirectora o secretaria es toda una
escala. Tengo también algún recuerdo de una
vez que dije en la charla que me había molestado porque
una me había presentado como subdirectora, "soy....
y lo demás no viene a cuento". El respingo de
la que me escuchaba se me quedó grabado. Claro que
ella es una de las típicas "escaladoras"
que hay dentro, a la que si le quitan el mando la deprimen
más de lo que ya está.
Y otro caso más triste aún: la numeraria que
no se atreve a dar el salto porque primero a sus años
nunca ha trabajado fuera de la administración, no tiene
otro título y encima su apellido es sonado dentro del
Opus. Y si se va a su madre la entierran al día siguiente
¿eso es ser cristiano? ¿es eso el evangelio?
Otro tema espléndido: ¡los famosos del Opus
de los que siempre se habla! me refiero a los nombres, familias,
gente que todas, y todos, conocen.
Alguien preguntaba si las numerarias tienen acceso a internet,
yo lo he tenido. Fui en mi centro pionera, hubo que batallar
para que se pusiera porque todas eran mayores o gente sin
intereses que no fueran los institucionales a su manera. Lo
que sea abrirse al mundo, salir de la torre de cristal no
les interesa por sí mismo. Mi experiencia es que las
numerarias mayores eran bastante torpes para el ordenador,
no sé si luego se las irán apañando para
controlar por ejemplo las páginas visitadas desde el
ordenador del centro. Supongo que tendrán que ir dando
consignas. Cuando yo estaba ya eran abundantes aunque daba
risa ver a la directora dar consignas sobre internet a gente
que lo más que se acercaba al ordenador era para quitarle
el polvo.
Otro día puedo hablar del tema de quitar el polvo...
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