SIN
DEJAR HUELLA
HARTO, 13 de diciembre de 2004
Una de las cosas que han venido a mi memoria, después
de ser numerario en España y otros paises durante 12
años, es la obsesion de los jefes -en la ¿secta?
hay muchas obsesiones- de no dejar huellas. Me explicaré..
-Cuando te coaccionan (en mi caso fue casi chantaje) para
que escribas "la carta" pidiendo "la admisión",
tú escribes una carta, pero NADIE te la contesta por
escrito. Al cabo de un tiempo (semanas, meses, años)
te dicen: "estás admitido" o "puedes
hacer la admisión", pero nadie responde con una
carta o un documento donde eso esté por escrito.
-Cuando te dicen que salgas de casa de tus padres para ir
al "centro de estudios" tampoco te entregan NADA
que puedas mostrar a tu familia como que te han otorgado plaza
en dicha residencia.
-Cuando tus padres (ellos sí que son unos santos)
te dan el dinero para pagar la mensualidad de la residencia
o el piso (eres un estudiante universitario y no tienes ingresos
propios) yo no recuerdo que se me diera NINGÚN recibo.
-Cuando te mandan a "comenzar la labor" a las Chimbambas
(bien lejos), tampoco recibes ninguna carta de tus directores
(de ningun nivel) en la que te "pidan" ese desplazamiento,
o te lo agradezcan, o te lo expliquen: NADA. Un buen dia te
cruzas con un director (de la delegacion, normalmente) en
un pasillo de cualquier casa de la ¿secta? y te espeta:
"por cierto, tenemos que hablar, porque este curso que
viene seria bueno que fueras a... XYZ. No se lo digas a nadie
por ahora, llevalo a la oración (vete haciéndote
a la idea)". Y a ti te empiezan a temblar las piernas
pensando en qué habras metido la pata que te "exilian"
a semejante parte del pais o del globo. Allí no conoces
a nadie, tampoco te dicen con quién vas a ir, ni en
qué condiciones. Y mucho menos POR ESCRITO.
-Cuando haces por primera vez la "oblación"
(compromisos anuales) tampoco te entregan ningún documento
por escrito; recibes nada más que un pequeño
papel que tienes que leer: de rodillas, en plena misa, tras
la consagración y que habla de "votos" (promesas,
no papeletas); papel que tienes que devolver al director una
vez terminada la misa.
-Cuando haces los "estudios internos" y vas pasando
las asignaturas y los cursos, los semestres y los años,
tampoco te entregan ninguna "papela" que atestigue
la asignatura cursada y la nota, nada.
-Cuando "te piden" que hagas testamento, entregas
una copia al director de tu centro, pero éste tampoco
te firma ningun recibo.
-Cuando mensualmente entregas tu sueldo íntegro al
secretario del centro, él no te da ningun recibo. Eso
sí: si tu pides algo de dinero para tus pequeños
gastos -autobús, peluqueria, sellos, o lo que sea-
tienes que firmarle un papel, del cual él no te da
copia.
-Cuando te marchas de la ¿secta?, te obligan, ANTES
de dejarte ir, a escribir una "carta de dimisión"
o "solicitud de baja o de dispensa" (no sé
bien cómo se llama porque yo me marché en silencio,
sin dar portazos, pero tampoco escribiendo ninguna carta).
El caso es que tampoco a ese escrito tuyo responde la ¿secta?
con un "acuse de recibo" o una carta agradeciéndote
"los servicios prestados", nada. Simplemente te
llaman o te dicen: "se admitió tu dimisión"
o "estás dispensado", y ya está: NADA
por ESCRITO.
-Uno de los curiosos "encargos materiales" que
tuve durante un tiempo fue escribir el diario del centro y
encargarme de las fotos. Recuerdo que una de las obsesiones
(otra mas que tenían) era hacer "desaparecer"
cualquier foto o rastro donde saliera algún numerario
que hubiera dejado de serlo. A veces me enteraba de ello porque
me pedían que revelara un carrete (que estaba sin terminar)
y les entregara las fotos rapidamente.
-Hacia abajo (a los miembros "de base") de la ¿secta?
no hay ninguna comunicación por escrito que deje huella;
pero hacia arriba, al consejo local del centro (casa), de
ésta a la delegación (distrito), de ésta
a la comisión regional (país) y de ésta
al consejo general (Roma), sí que hay un contínuo
flujo de notas, informes, cuentas, papeles, avisos, cartas,
etc..., a veces excesivo (otra obsesión mas).
-En varias ocasiones, mi familia (no sólo mis padres,
sino mis tios, primos, abuelos, padrinos y demás) que
NO ERAN de la ¿secta?, ha contribuido con ayudas substanciosas:
dinero, muebles, joyas, préstamos de casas o coches,
a "labores" en las que intervenia yo o se me pedía
por los directores que ellos contribuyeran. JAMÁS nadie
de mi familia recibió por escrito ni una nota agradeciendo
la ayuda, NUNCA. Todo lo mas que hacian era decirte: "dale
las gracias a tus padres (o a quien fuese) por...", pero
era YO quien tenia que decirlo, llamarles o visitarles, NUNCA
los directores responsables de la "idea". Eso me
parecia muy mal, pero obedecia y callaba. Pensaba que estaba
"dando gloria a Dios", "ayudando a la ingente
labor", "poniendo los medios materiales para salvar
las almas" o cualquier otra de las "divinas llamadas"
que el lavado de cerebro de la ¿secta? me fue moldeando
a lo largo de los años. No me daba cuenta entonces
de que lo que yo estaba haciendo era ser cómplice de
una enorme estafa, un mayúsculo engaño a personas
generosas, de buen corazón, que pensaban que estaban
haciendo "el bien" ayudando a la Iglesia a "salvar
al mundo".
Luego, al cabo de los años de haberme salido, he hablado,
o les he escrito, a cada uno de los familiares que aún
estan vivos y que tan ciegamente (y a veces con sacrificio:
no eran tiempos de vacas gordas) confiaron en mí y
les he pedido perdón por haberles engañado.
Ninguno me ha pedido que le restituya nada, aunque sé
que alguno echa de menos algo de lo que me dio entonces. Eso
es "clase", señorio, estilo, categoria y
no esa actitud "pícara", pero cobarde, de
quién no quiere dejar huellas de sus actos. ¿A
qué temen?
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