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OPUS DEI: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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Características sectarias encontradas en la Obra


 

A corazón abierto… despedida con hasta luego.

Hola a todos.

Este será mi último escrito respecto del Opus Dei. Hoy cerraré al público el diario de mi vida en la Obra, así como mi pensamiento sobre ella. Hoy pediré que quiten de la web todo lo que he dicho. Hoy es un día que marcará el resto de mi vida. Hoy les digo de nuevo a todos quienes he conocido por medio de opuslibros gracias, ¡gracias de verdad! Hoy Dios es testigo y sostén de esta decisión que me ha costado trabajo tomar y que al mismo tiempo realizo con gusto.

Para comenzar debo decir que no he ocultado ni mi nombre ni las circunstancias que permitieran identificarme porque creo en la transparencia, el diálogo, el perdón y la capacidad humana de salir adelante.

Algunos me conocen más porque nos hemos hecho amigos gracias a este espacio de encuentro. Y en la Obra en mi país saben muy bien quien soy porque he recibido un correo que lo indica.

Desde pequeña he conocido la Cruz gracias a circunstancias de enfermedad sumamente dolorosas en mi familia, de las que sólo por amor, con continua entrega y perdón hemos salido adelante. Por ello pienso que el Amor (con mayúsculas porque creo que viene de Dios, que Es Dios) es la única fórmula válida para dar sentido a los acontecimientos de este mundo. Espero este breve pensamiento se quede en su memoria como recuerdo mío.

¿Por qué les digo todo esto?

Porque en ocasiones se ha dicho que muchos escritos contenidos en esta web son fruto del odio de personas amargadas, enfermas, resentidas, etc. Y que no aportan nada positivo y que sólo sirven para destruir.

Para mí la experiencia ha sido muy diferente. Aquí he encontrado personas maravillosas que, desde las distintas perspectivas de vida asumidas tras su ruptura con la Obra, ayudan a clarificar cuestionamientos sobre la misma, o han dedicado mucho tiempo y esfuerzo acompañando a otros en su proceso de reconstrucción personal, dando claves para su reinserción al mundo. He recibido el beneficio real de que el "hermano que ayuda al hermano es como una ciudad amurallada". He reconocido y recuperado la "fraternidad perdida" gracias a la compañía, consejos, apoyo y amistad de varios de ustedes. He recibido el Amor de Dios que me ha sanado en muchos aspectos por medio de algunos "amigos orejas", situación que me ha ayudado a comprender también el sentido de muchos acontecimientos de mi paso por el Opus Dei.

Hace unos días me llegó un mensaje de una numeraria que quiero mucho. Me decía que después de leer con calma y dolor mis escritos, confirmaba su camino y agradecía experimentar la calumnia y persecución de parte mía (que "había sido de la familia"), y que le pedía a Dios perdón por el daño que hago con mi intervención en la web y que ojalá algún día rectifique…

No, no escribo ni me retiro ahora para justificarme o disculparme ante eso, ni me interesa desmentirlo porque si la Verdad no se impone ahora, de todas formas terminará haciéndolo al final de los tiempos cuando no haya "nada oculto que no salga a la luz". Mi conciencia está tranquila. Dios, y quienes desde el principio conocen todo el contenido de mis intervenciones en la web, saben que estuvieron escritas con respeto y objetividad, y que han respondido a mi afán por colaborar en el esclarecimiento de la verdad, cuestionar y hacer reflexionar sobre lo que pienso debe reconsiderarse y cambiarse al interior del Opus Dei, y el interés por ayudar y abrir nuevos horizontes de esperanza y alegría a quienes han salido lastimados en aspectos importantes de su existencia.

No, les escribo porque no pensaba desaparecer sin despedirme, y porque al tener conciencia de mi compromiso moral con lo que he dicho en público, quería darles a conocer el motivo por el que retiraré mis escritos y ya no participaré públicamente en la web.

Se trata de esas "razones del corazón que la razón no entiende", pero que les pido compartan conmigo: El hombre de mi vida, al que amo profundamente, me sugirió su deseo de caminar juntos el resto de nuestras vidas, dejando atrás el pasado, para elevar nuestro vuelo por nuevos aires en los que no ronden nunca más anteriores fantasmas, ni siquiera su recuerdo…

Sé que me entenderán, y que lo que ya compartimos es imposible de romper. Hemos extendido puentes que rebasan fronteras, países, continentes… porque se construyen en el espíritu y nos han reunido en una búsqueda y con unos lazos que espero nos unan a todos allá Arriba.

Dios los bendiga.
Gracias por todo.


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