SE
ACERCA DEL 19 DE MARZO
SONSOLES, 14 de marzo de 2004
La costumbre de la Lista
de San José de la que ya han hablado últimamente
Emevé y Compaq
es vivida con intensidad en el Opus Dei sobre todo en los
llamados centros de San Rafael, los de la labor
con gente joven. El bullicio acostumbrado de esas casas crece
en los días previos. Hay que pensar y discutir los
méritos de cada persona que se quiere incluir, negociar
quien pone a cada una para evitar repeticiones y todo esto
se hace sin que las directamente implicadas lo sepan. Si la
cosa marcha, se enterarán al año siguiente,
con más bullicio todavía: cuando se confecciona
dicha lista se lee la lista del año anterior y cuando
la persona nombrada está presente el alboroto suele
ser importante.
En el opus no han cambiado mucho las cosas en los últimos
20 años pero hay una que sí lo ha hecho: el
número de gente que pide la admisión es mucho
menor. Por ello quizás los alborotos sean menores...
Como un año es muy largo, algunas personas que estaban
en la lista, pedían la admisión y cuando se
leía su nombre al año siguiente ya no eran del
opus dei. También en una segunda lectura de lo que
pasaba, uno se podía dar cuenta que personas que habían
confeccionado la lista del año anterior ya no eran
del opus. Era gente muy joven y que había estado muy
poco tiempo dentro.
Varias de mis amigas estaban en esa situación y yo
seguí en contacto con ellas siendo yo todavía
numeraria. Lo que me llamaba la atención del asunto
era su alejamiento de Dios. Ya entonces le echaba yo la culpa
a una mala actuación del opus, hoy lo tengo todavía
más claro. Lo que ocurría entonces y continúa
ocurriendo, es que el opus transmitía a esas personas
que si no seguían allí se iban a condenar, no
iban a ser felices e iban a ser despreciados por los demás.
Ante estas afirmaciones muchas de aquellas jóvenes,
incluso adolescentes, optaban por la lógica: si me
voy a condenar de todas formas ¿para qué me
voy a esforzar en nada?
A mi no me preocupa tanto la pérdida de la Fe como
la pérdida de valores que también puede ir asociado.
El opus comete muchos errores y hay uno de concepto que me
parece que hay que destacar. Cuando una persona actúa
rectamente, es generosa, tiene buen humor y actúa con
responsabilidad para el opus sólo es bueno si se hace
desde un punto de vista cristiano, ofrecido a Dios;
no lo considera como valores laicos, que también lo
son. Da un paso más y dice que son propios de un fiel
de la Prelatura y que adquieren sentido en esa generosa entrega
que es su vocación. Con la parábola de los talentos
sería: el que actúa así pero no es cristiano
está tirando su talento, el que es cristiano, lo guarda
y a la hora de rendir cuentas sólo entrega el talento
recibido y ellos, los del opus son los que, haciendo lo mismo,
multiplican el talento por 10.
Creo que es claro que cuando una persona muy joven ha oído
estas explicaciones muchas veces y de gente que para ella
son la autoridad competente, la asociación sólo
tiene sentido hacer las cosas bien si se es del opus
viene inmediatamente. Ahí está la responsabilidad
del opus en esa pérdida de Fe y de valores de muchas
personas al menos durante años.
El único sentido que tiene la existencia de la prelatura
personal del Opus Dei es acercar personas a Dios. Al menos
debería ser la única finalidad que el Opus Dei
quisiera para si mismo. Esto es todo lo contrario a lo que
ocurre en realidad en muchos casos, con uno que ocurriera,
ya sería preocupante.
Estos días Isabel
y Rapelu
nos contaban cosas de sus padres supernumerarios, como antes
han hecho otros aquí. Seguro que sí, que son
fantásticos padres de familia, gente que aporta mucho
a la sociedad y está bien que sigan siendo del Opus
Dei si así lo quieren ellos. Yo creo que los supernumerarios
no son el problema del opus, realmente suele ser gente que
está con la mejor intención. Si el opus fuese
lo que realmente dicen sus slogans camino de santificación
como cristianos corrientes todos serían supernumerarios
y seguramente yo lo apoyaría.
Lo que a mí me preocupa es algo que ya apuntaba Rapelu
en su correo, el tema del dinero que aportan. Pensemos que
parte de ese dinero puede ir, por ejemplo, a mantener la casa
de Molino Viejo en Segovia, que sin ese dinero no podría
continuar abierta y que es una casa que se utiliza mucho para
el último empujón (como convivencia o curso
de retiro de pitables) para gente muy joven. Siguiendo
con el ejemplo, imaginemos que finalmente ese dinero haya
servido para que a un chaval de 17 o 18 años, Molino
Viejo termine por robarle el alma.
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