RECUERDOS
DE JUVENTUD
David, 13 de noviembre de 2003
Mi conocimiento del Opus Dei comenzó un verano en
el que yo tendría 15 años. Los veranos los pasábamos
en un pueblo de las afueras de Madrid. El padre de unos amigos
míos (a los que llamaré X e Y), amigo de mi
padre, le dijo que vendrían por allí unos chicos
muy majos a dar unas charlas sobre temas de espiritualidad.
Mi padre nos lo dijo a mi hermano y a mi, sin presionar en
ningún momento, así que tomamos la decisión
con entera libertad (aunque tal vez un poco condicionados
por no quedar mal con nuestros amigos, dejándoles solos).
Mi hermano tiene 2 años menos que yo (en total somos
muchos más de dos hermanos, pero mis padres NO son
ni han sido del Opus, aunque son bastante tradicionales).
Accedimos a ir a las charlas con estos amiguetes que, se me
ha olvidado decir que iban a un colegio del Opus, y con otro
amigo más que, como mi hermano y yo no tenía
ninguna relación con el Opus.
La verdad es que no nos lo pasábamos mal, la charla
era entretenida y se decían cosas de sentido común.
En mi familia siempre íbamos a misa los domingos, es
más, en varano solíamos ir a misa los amigos
todos juntos. Ese fue uno de los motivos por el que aceptamos
ir a las charlas sin oponer resistencia. Por cierto, el primer
día nos dijeron que se llamaban "Círculos".
Así fue pasando el verano. Cada semana venían
los dos chicos jóvenes, teníamos el círculo
y dábamos una vuelta por allí. Algunas semanas
íbamos de excursión a la sierra con ellos.
A mí me caían bien estos chicos del Opus, pero
reconozco que cuando llegaba el día de la semana del
Círculo, no me sentía muy bien. No me apetecía
ir al Círculo, no porque no me gustase, sino porque
me daba corte que la gente nos viera sentados en el cesped
hablando en voz baja, o rezando. Aunque buscábamos
sitios discretos, a veces pasaba gente, y teníamos
que callarnos, cosa que tal vez llamase más la atención.
Si sólo fuera el tiempo del Círculo, no habría
habido problema, pero claro, muchos días pasábamos
con ellos la mañana entera, y eso era un poco pesado,
porque ellos no iban a la piscina, a la que podríamos
haber ido todos juntos y pasar un rato agradable. Así
que ahí estábamos, pasando algunas mañanas
de sombra en sombra mientras hablábamos de uno en uno
con ellos. Realmente, aunque eran agradables y muy buena gente,
yo no tenía esa sensación agradable que se tiene
cuando vas a ver a un amigo que viene a hacerte una visita.
No había espontaneidad.
Una semana, se programó una excursión. Antes
de que llegara el día, mi amigo X le dijo a otro chico
de por allí (le llamaremos A) con el que apenas teníamos
relación que se viniera. Yo recuerdo que le dije que
le dije a X que sería mejor avisarle de con quienes
se iba a encontrar, porque el impacto podría ser grande.
En fin, nadie le dijo a "A" nada sobre las personas
con las que íbamos, y sobre su conducta. Montamos en
el Land Rover y nos encaminamos a nuestro destino. Cuando
llevábamos 5 minutos, sacaron el rosario y nos pusimos
a rezarlo.
Yo no me atrevía a mirar a "A", porque me
imaginaba lo que me sucedería a mi si me fuera con
gente a la que apenas conozco y de repente se pusieran a cantar
"Hare Rahma, hara,hare, hare Krishna...". Creo que
el impacto sería parecido. Ojo, con todos mis respetos
para el rezo del Rosario (aunque siempre he pensado que si
mis hijos me repitieran 50 veces seguidas lo mucho que me
quieren, acabaría bastante harto).
Después del verano, ya en Madrid, empezaron a llamarme
a casa, así que iba al círculo semanalmente
(tenía que coger dos autobuses para ir y otros dos
para volver), tambien porque me daban un poco la coña,
y yo pensaba: "son muy buenas personas, ¿cómo
voy a decirles que no?". Así que allí estaba
yo, en medio de unas personas que me parecían un poco
raras, y exageradas en algunos aspectos.
Por ejemplo, las tertulias me parecían muy artificiales,
daba la impresión de que estaba todo preparado. Había
personas que eran constantemente mencionadas en las tertulias,
gente a la que yo no conocía en absoluto (ni falta
que me hacía) yo pensaba que serían los graciosillos
de turno, los famosetes, en definitiva los "listos"
que nunca me han gustado. Despues, atando cabos he descubierto
que debían ser chavales famosetes del Opus Dei provenientes
de "importantes familias" opusdeísticas.
Allí me sorprendió que cantaban canciones que
estaban muy bien pero que yo no había oído nunca.
Luego me enteraría por medio de vuestra web que eran
las "canciones de casa".
En este centro del Opus al que yo iba para los círculos
también había una sala de estudio (como creo
que en todos). Estudié allí una sóla
tarde, porque aquello era deprimente. Me explicaré.
Todo el mundo callado, sin levantar la vista del libro, y
con una estampita de José María Escrivá
(o Escriba, depende de los gustos, entonces no tenía
el prefijo "San") o con otro tipo de estampitas.
Lo siento pero con ese ambiente no puedo. Yo cuando estudiaba
en mi casa, necesitaba levantarme, abrir la nevera, ir a hablar
un rato con mis hermanos o mis padres... Vamos, que tanta
seriedad no me gustaba nada.
Pasó el tiempo. Creo que fueron tres años en
los que en verano venían a darnos el círculo,
y en resto del año iba por el centro de vez en cuando,
respondiendo a la presión de los miembros del Opus.
Hasta que un día, estando ya en primero de carrera,
y ante la insistencia telefónica del que impartía
el círculo, que intentaba que fuera por allí,
no pude más y le envía a la porra telefónicamente.
Creo que incluso le colgué. No estoy orgulloso de esto,
pero me vino muy bien.
En fin, que si volviera a nacer, no basaría mis decisiones
en algo como "Son buena gente ¿cómo voy
a decirles que no?" Yo también soy buena gente,
y no necesito ser un rezador-orador- cumplidor-de-normas obsesivo
compulsivo.
Por cierto mi amigo X se hizo numerario. Ahora ya no lo es,
aunque creo que es supernumerario, porque según me
dicen tiene novia (creo que también ligada al Opus).
Mi amigo Y creo que es supernumerario. Tiene ya unos cuantos
hijos, y a los dos mayores (los demás no tienen edad
escolar) los lleva a un colegio del Opus. Por cierto, tengo
una curiosidad por si alguien me puede contestar. Las familias
de supernumerarios ¿cómo pueden llevar a todos
sus hijos a colegios del Opus? ¿Hay alguna tarifa especial
para socios? Porque si no es así, o tienen dinero para
aburrir o se empeñan hasta las cejas.
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