RECUERDOS
A PROPÓSITO DEL 19 DE MARZO:
LA GENEROSIDAD
EMEVÉ, marzo de 2005
Esta pequeña serie de 3 artículos está
hecha pensando en aquellos adolescentes a quienes persiguen
y asedian, reclamándoles que sean generosos, para
todos aquellos cuyos nombres estarán anotados en
Listas de San José en estas semanas. Y también
para saldar un poco el daño que le causé a
aquellas en quienes creé crisis vocacionales. Que
Dios tenga piedad de nosotros. (Emevé)
Capítulo I (7-3-2005)
Capítulo II (9-3-2005)
Capítulo III (11-3-2005
y fin)
Capítulo I
"Emevé, hay convivencia de estudios este
fin de semana, van a estar fulanita, sutanita y menganita,
¿te anotas?"- ¡Claro!.-
Y allí fue a dar Emevecita, con sus pitables 17 años,
su cara de boba y su no-enterarse-de-nada que
te mueres. La convivencia fue mixta, es decir,
chicas de los dos centros de mujeres de la ciudad al norte
del Perú en donde vivía. Profesoras universitarias
(pescadoras) y alumnas (peces), todas mezcladas. No recuerdo
más detalles, para mí fue una convivencia más,
en donde siempre salía con cargo de conciencia porque
hacía de todo, menos estudiar.
Último día de la convivencia, vendría
Don Torreón a darnos la meditación. A pie de
página anoto que Don Torreón era un santo en
vida, porque había vivido con el Fundador algún
tiempo, era de los casi primeros, y fue el cura a quien tuve
que acudir luego que me dijeron que no renueve y yo anegada
en llanto dije pax y él respondió
frío, seco, inalterable Ave María Purísima...
yo ya no estaba autorizada a decir pax, pero me
salí del tema, volvamos al flash back.
Oratorio con luces apagadas, sólo la luz del Cristo
Yaciente que servía de altar, precioso, doliente, con
las manos extendidas pidiendo nuestro corazón. Tema
de la meditación: Generosidad. Y allí Emevé,
con el corazón conmovido ofreció que esta vez
sí se pondría a estudiar y que nunca más
iría a perder tiempo a una convivencia. Su mejor amiga,
Lady, ofreció algo más.
Era una convivencia de pitables (lo sé porque organicé
alguna después), y el tema de la generosidad, las luces,
y todo, estaban fríamente calculados. Lo
que no se calculó fue que Don Torreón no me
convencería ni de subirme a un autobús, así
que para variar, no me enteré de nada.
Lo que no calcularon tampoco fue que la amiguita de Emevé,
Lady, sí se iba a dejar llevar por todo el aparato.
Y dos días después, Lady quería pitar.
Me contó con el corazón en la mano lo que pensaba
hacer:
- Emevé, voy a pedir la admisión como Numeraria.
- Oye, ¿eso no es de viejas? .
- Noooo, ¡monga! Si C. es numeraria, ¿no te das
cuenta?.
- ¿Ellaaaaa? ¡pero si es sólo un año
mayor que nosotras!.
- ¡Claro! Por eso yo sí puedo.
- Ahhhhhh, ¿y qué puedo hacer para ayudarte?.
- Pues reza conmigo Señor, que vea.
- Ok Lady, yo rezo por ti, voy a ofrecer todas mis horas de
estudio y voy a rezar mucho, mucho Señor que
vea.
- Gracias Emevé.
Un día después, antes del ensayo del Coro,
estaba arrodillada en el Oratorio del lugar donde estudiaba
(Obra Corporativa) rezando por Lady, en eso se enciende la
luz verde (eso significaba que el confesor estaba allí
por si alguien se animaba). Muy feliz por mi amiga Lady, entré
corriendo a decirle Don Perico, Lady quiere pedir la
admisión, es lo más generoso que hay, imagínese
que esa decisión la tomó luego de la última
meditación de la convivencia del fin de semana.
Y a partir de allí, la conversación fue más
o menos así:
- ¿Y tú qué propósito sacaste
de esa meditación, Emevé?.
- Yo voy a ser más generosa con las horas de estudio,
padre
- ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿Ese
es tu propósito???????? ¡Lady va a entregar su
vida y tú ¿¿¿¿sólo
eso????????????!!!!.
- Pero Padre, si el estudio es oración.
- Sí, sí, pero ¿no te das cuenta, pequeña,
que a ti Dios te pide más?.
- ¿A mi?.
- Sí, a ti, todo esto Dios lo ha montado para que tú
veas lo que te pide
- ¿A mi Dios me pide cosas?.
- Pues claro, Jesús desde la Cruz te ha llamado, te
ha elegido desde antes que nazcas para que seas de Él.
- ¿A mi? ¿A Emevé? A una chica que no
sabe nada de la vida, ¿Dios Todopoderoso?.
- Jeje, síiii tonta, a ti.
- ¿Está usted seguro?.
- Por supuesto, y no le puedes decir que no
- No, yo a Dios no le quiero decir que no, ni en sueños,
entonces ¿qué hago?.
- Pues sal corriendo y busca a la Directora y dile que quieres
pedir la admisión en el Opus Dei.
- ¿Yo puedo ser del Opus Dei?.
- Tú debes ser del Opus Dei, pequeña, para eso
has nacido.
- Pero tengo ensayo de coro, y no puedo faltar.
- Pues después del coro.
- Padre, ¿qué es eso de la Directora?.
- Pues tu amiga con la que hablas, ella es la Directora.
- Ah, o sea que voy a buscarla y le cuento todo, y le digo
que quiero ser del Opus Dei
- Exacto, con mucha firmeza, que te vea convencida y que no
te irás de allí hasta que te diga que sí,
y luego ¿me buscas y me dices qué tal te fue?.
- Ok, padre, ¡gracias!.
- Gracias a Dios.
Y hubo ensayo de coro, y yo muy contenta porque no le iba
a decir que no a Dios, eso nunca.
Capítulo II
"Gaudeamus ígitur, iuvenes dum suuuumuuuusss..."
Pasaba el ensayo del coro, y yo repitiendo en mi interior
no le voy a dar la espalda a Dios, no lo puedo defraudar,
me ha elegido desde toda la eternidad... qué
maravilla eso de saber para qué habías nacido,
ya era hora, ¡ya tenía 17 años!!! mi abuela
a los 16 se había casado, así que por qué
yo no podía entregarme a Dios, a un Dios que me había
creado sólo para Él. Pero ¿de qué
voy a pedir? Si me preguntan le digo que de supernumeraria,
pero no, yo no le puedo decir a Dios qué es lo que
quiero, yo dejo que Él me guíe, si me ha guiado
hasta aquí...
y si alguien habla de Piura le rompería hasta
la sieeeeennn... ¡muy bien!, hasta el otro miércoles,
se acabó el ensayo- dijo el profe.
Sentí palidecer, pero no, Don Perico me dijo que cualquier
miedo que sienta es tentación diabólica. No
me iba a dejar vencer por el diablo, ahora que estaba tan
unida a Dios.
- Toño, ¿me jalas al Centro?
- ¿Al Centro Cultural Universitario?
- Sip
- ¿A esta hora?
- Sip
- Ok, sube
- Gracias
(...)
- Emevecita, ya llegamos, ¿pero no te parece que es
tarde?
- Si, pero hay algo urgente que tengo que hacer
- ¿Quieres que te espere? ¿quién te va
a llevar a tu casa?
- No sé, pero creo que me voy a demorar... chau, gracias
por el jale
- Chau.
Y allí se quedó Toño, me miró
hasta el final con mirada indescifrable. porque siendo supernumerario,
es casi seguro que se imaginaba a lo que iba, fue nuestra
última conversación. Hoy digo su apelativo familiar,
porque está en el cielo de los ex, nunca
dudé de su cariño sincero y me da mucha pena
haberlo hecho sufrir con lo que hice después... pero
ambos teníamos que seguir nuestro camino, espero que
cuando nos re- encontremos, nos riamos de esto.
Ya estaba en la puerta, no había vuelta que darle.
A tocar. Abrió alguien que no recuerdo, una agregada
quizás. Pregunté por mi amiga, salió
a verme aunque estaba cenando, pero yo tenía cosas
qué decir. Le solté el rollo tal como me lo
dictó Don Perico, le añadí que yo no
quería decirle que no a Dios, y si estaba allí
tan rápido era porque no quería hacerlo esperar
ni un minuto.
La Amiga-Directora, puso cara de felicidad y de sorpresa.
Para entrar al Opus Dei hay que tocar, para salir, las puertas
están abiertas. Pero ¿quién querría
salir? Pues mira, Emevecita, ahora es muy tarde, mañana
en la mañana vente para que hablemos mejor. ¿Qué
haces en la mañana?. En la mañana tenía
clases todo el día. Tenía la tarde libre, la
cita quedó señalada: vente mañana a las
3 p.m. Una agregada que estaba por allí me llevó
a casa en su auto. Esa noche no pude dormir. El demonio
me tentaba, tenía terror, angustia... entregarme..
para siempre... no quería decirle no a Dios,
y luché hasta que me dormí. A la mañana
siguiente no podía pensar en nada más. Recé
mucho. Pero no le iba a decir no a Dios. Lady había
recorrido el mismo camino, pero le habían dicho que
rece más.
- Oye Emevé, ¿a ti qué te ha dicho la
Amiga-Directora?
- Pues que vaya hoy a las 3 p.m. a hablar más, ¿y
a ti?
- A mi, que me espere y que rece.
- ¡Ah! pues recemos, ¿no?
- Si
Tres de la tarde, sentada en la salita en donde recibía
clases de doctrina (¡aún no había recibido
un solo Círculo de San Rafael!!!!), esa misma salita
que fue mi habitación unos años después,
por alrededor de un mes, cuando mis padres salieron de la
ciudad.
- A ver Emevé, ¿te quieres entregar a Dios?
- Si, claro, lo que Él me pida
- Pues Dios te ha puesto en unas circunstancias en que te
pide todo
- Pues le doy lo que me pida
- Mira, las Numerarias dormimos en tablas....
- Mejor para mi columna.
- Usamos mortificación corporal.
- ¿Qué es eso?
- Dos horas al día de cilicio que son como unos anillos
de fierro entrelazados así, que se ponen en la pierna.
- Ah, no me parece grave, si Dios me lo pide.
- No alternamos con chicos porque Jesús es un amante
celoso... ¿tienes muchos amigos?
- Si, muchos, pero si Dios me lo pide, yo hago lo que él
diga
- Si, todo lo que te digo nos lo pide a las Numerarias.
- De acuerdo ¿Y qué tengo que hacer para ser
del Opus Dei?
- Pues nada, entras en esa salita y escribes una carta al
Padre
- ¿A quién?
- Al Prelado, el de esa foto. Es Obispo Prelado del Opus Dei,
se llama Álvaro del Portillo
- Ahhhhhhhh... ¿y qué le pongo????
- No te preocupes, yo te voy diciendo... ¿sabes usar
pluma fuente?
- No
- Pues vas a tener que aprender.
- Ok
(...)
- Escribe Querido Padre, le cuentas quién
eres y le pones que pides la Admisión como Numeraria.
(sentí un frío en la espalda... y unas ganas
de gritar mejor de super, ¿no?, pero no había
vuelta que darle, ya estaba casi hecho)
- Se me ha hecho un manchón, ¿me das otro papel?
- Jaja, tranquila, aquí hay otro, voy a rezar... cuando
termines me buscas en el oratorio
- Ok
Y terminé de escribir. Luego me dijo que no le diga
nada a Lady, porque ella iba a pitar de Supernumeraria.
¿Y por qué?. Pues por sus circunstancias personales,
la vocación es la misma, pero a ella Dios le pide otra
cosa. A mí me pedía más. Me sonó
rarísimo, pero en aquellos días me creía
todo lo que venga del cura y de la Amiga-Directora, porque
ellos llevaban años en eso y rezaban mucho, así
que lo que me decían venía de Dios y todo lo
demás era diabólico.
- ¡Ah! y cuando saludes a alguien de la Obra le dices
Pax y ellos te responden In Aeternum
- ¿Eh????? Oye, ¿y yo cómo sé
quién más es de la obra?
- Pues a las de esta casa las conoces a casi todas.
- Creo que sí
- Pues a ellas, y a Don Perico, a las demás yo te las
voy presentando
- Ok, tengo que ir a ver a Don Perico a decirle Pax
- Emeve, ¿cómo es tu plan de vida?
- Ah... si, hago 10 minutos de oración al día,
rezo el rosario y a veces voy a misa en día de semana.
Estoy muy avanzada, es un esfuerzo grande
- Jajaja
- ¿?
- Nosotras rezamos media hora en la mañana, media hora
en la tarde, misa diaria.. pero no te agobies, empieza con
rezar 10 minutos en la tarde, igual que en la mañana.
Eso sí, misa diaria. ¿Has ido a misa?
- ¿Hoy? No
- Pues anda, hay misa de 7 de la tarde. Ah, te vienes mañana,
que el sábado es 2 de octubre, fiesta A, y te tengo
que explicar algunas cosas.... tranquila, irás aprendiendo
todo como en un plano inclinado... No le digas
nada a nadie. Y no te olvides, nada de amigos, sólo
amigas.
- OK... Pax
- In Aeternum
Capítulo III (y último)
¿Así que tú eres la famosa Emevé?
Te hemos encomendado un montón ah!!!.-
Me dijo una numeraria de una ciudad a más de 1,000
Km. de la mía que venía a hacer su curso anual
y me conoció en el centro donde pité, y a donde
yo estaba desde la oración de la mañana (6:30
a.m.), como todos los días.
Pié de página: Te hemos encomendado
un montón dicho a una recién pitada (vocación
reciente) y con un guiñito de ojo y sonrisa cómplice,
quiere decir hemos rezado porque pites y esperábamos
que lo hagas desde hace tiempo. Pie de página
dos: yo conocí el opus dei en semana santa (fines de
marzo), me hice asidua a mediados de junio y pité el
30 de septiembre de 1993... ¿Y en una ciudad a más
de 1,000 Km. sabían de mi y ya rezaban por mí?.
Me asombró un montón. Luego lo sufrí
en carne propia: nadie pitaba y las candidatas
de toda la región se encomendaban en toda la región.
Fin de los pies de página.
Mira, te dejo la foto de Verónica, está en
el colegio, es estupenda, tiene que pitar. El
próximo año viene a Piura, a la universidad,
y la tienes que hacer pitar.
- Ah, qué chica más linda, se le ve buena.
- Es e s t u p e n d a. Tiene que pitar.
- Ok, me voy a mi trabajo de verano. Gusto en conocerte.
- OK..
(he suprimido los saludos tradicionales para hacer esto más
digerible)
Año y medio (aproximadamente) más tarde, viene
la directora de San Rafael (labor que era mi encargo
apostólico junto con las Agregadas y otra numeraria
joven), a decirme Emevé, tienes que hablar con
Verónica. Verónica no quería pitar
ni saber nada de la Opus de Dios, pero se llevaba genial conmigo.
- Oye, pero a Verónica ¿no la trata C.?
- Si, pero Verónica no la soporta, así que tienes
que tratarla tú porque contigo se lleva bien.
- Ah, pero no quiere saber nada de ser numeraria.
- Pero tiene que serlo, su vocación es clarísima,
la vemos Don Perico, yo y todo el consejo local, está
en la Lista de San José desde hace años,
y ella no lo ve porque no es generosa.
- Bueno, pues si tú lo dices, le hablo yo.
- Eso, además que tú no has hecho pitar a ninguna
numeraria todavía, así que haz lo posible para
que Verónica sea tu contratuerca.
- Voy a rezar más por ella.
- Reza y háblale.
- OK.
A mi no me costó ningún trabajo andar con Verónica,
porque era una chica muy alegre, simpática, divertida,
la pasábamos muy bien haciendo planes, le encantaba
cocinar y a mi me encanta comer, así que nos pasábamos
el día organizando concursos de postres, cocinando
en su casa, en fin, nos hicimos muy amigas. Pero tenía
que hablarle, y le hablaba, poco a poco. ¿Sabes
qué Emevé? ¡Yo quiero tener muchos hijitos!!!!!!!.
Fin de la conversación y cambio de tema.
Pero Verónica (el nombre lo he cambiado
intencionalmente) era una chica muy buena, noble y, en fin,
llena de virtudes. Así que tantos años de asedio
le crearon una enorme crisis vocacional . Hasta
que llegó el día en que me llama la directora
de San Rafael y me dice: Verónica está
en la salita, anda habla con ella, y que pite hoy. Y
allá fue la obediente Emevé.
- Hola Verónica
- Hola Emevé
- ¿Qué tienes?
- Que no veo nada, yo no veo nada Emevé, no tengo vocación
ni nada. La Amiga-Directora me dice que tengo, Don Perico
me dice que tengo y yo no veo nada.
- ¿Pero qué quieres Verónica? ¿qué
baje un ángel y se saque una pluma y firme en un papel
Verónica tiene vocación? (para el
lector inexperto, no es una frase mía, está
escrita en alguno de los libros internos y la repiten insistentemente
a las vocaciones recientes, y a las que hacíamos labor
de San Rafael para que la usemos en estos casos. Estoy casi
segura que es frase de Chemita. En fin, yo sólo seguí
el manual)
- Noooooooooooooo, eso no!!!!
- Pues mira, si te serenas y te fijas, Dios te ha puesto en
una situación en que gente que tiene gracia de estado,
como Don Perico y Amiga-Directora, te dice que Dios te llama,
te lo digo yo (yo en realidad me estaba fiando de lo que cura
y Directora me habían dicho) y tú lo sabes.
¿Acaso no lo sabes? ¿En serio no lo ves?
- Creo que en el fondo sí, ¡pero yo quiero tener
muchos hijitos!!!!!!!!!!!!!
Este solía ser el fin de nuestras conversaciones, pero
no me pensaba dejar vencer, ya lo había consultado
en la charla: "Pues tendrás muchas hijas del espíritu
si eres generosa y fiel"
Cataplum, frase célebre, el arpón dió
en el blanco:
- ¿Ah????????
- Si, Verónica, si eres generosa ahora y fiel después,
traerás muchas vocaciones a la obra, que te costarán
mucho sacrificio. Serán como tus hijas en espíritu
¿Tú sabes lo que yo hago para que vengan numerarias?
¿sabes lo mucho que me cuesta? ¿todo lo que
rezo? Ni siquiera los dolores de parto te los vas a ahorrar,
porque se sufre mucho, incluso corporalmente, hay que sacrificar
mucho para que alguien entre, y sea muy fiel (en eso no mentía,
lo padecí todo en mi salud mental y en mis carnes).
- ¿Si? ¿Entonces no perderé mi maternidad?
- No, nunca, las querrás muchísimo, como yo
te quiero a ti, y te sentirás muy feliz al verlas felices.
Ve a hablar con la Directora.
- Ok, voy.
Me fui a rezar por ella. Pitó al día siguiente,
y aún sigue allí.
Hay dos frases que no se me borrarán nunca de la cabeza,
la primera, la de mi Amiga-Directora: Dios no se deja
ganar en generosidad, si te entregas a Él, aunque no
tuvieras vocación, Él, en premio a tu generosidad,
te la concederá, me la dijo al día siguiente
en que pité, y se me quedó grabada a fuego.
La segunda, la de Verónica: Emevé hizo
que me decidiera cuando me dijo que tendría muchas
hijas en espíritu y que no me ahorraría ni los
dolores de parto.
Ambas frases fueron dichas sólo para animarnos a ser
generosas. Ninguna era verdad, aunque hayan sido dichas
con la mejor de las intenciones.
- Fin -
Emevé
marzo 2005
Arriba
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