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¿POR QUÉ EL OPUS DEI OCULTA TANTAS COSAS?

Enviado por M.M. el 14 de agosto de 2003

 

Llevo ya algunos meses visitando la página con cierta frecuencia y me estoy quedando impresionada por la cantidad de gente que ha sufrido tanto dentro del Opus Dei.

Yo no he formado parte del mismo nunca, pero estudié durante doce años en un colegio del Opus en Madrid y en la actualidad mantengo dos grandes amistades de la Obra, dos agregadas a las que conocí durante la Carrera. Tras el colegio, mi contacto con el Opus no fue especialmente significativo en cuanto a medios de formación se refiere y ellos (más bien ellas) también me dejaron incomparablemente más en paz que durante la pubertad (entonces me dieron más la lata en dos centros y en algún curso de inglés que en el propio colegio, pero vamos).

Todo esto os lo cuento porque, pese a no haber estado dentro, el Opus no es una realidad que me sea en absoluto ajena. Y aun así, si no fuera por vuestra página, habría aún muchas cosas que se me escaparían, ya que ellos no te dicen ni mú.

El caso es que hay bastantes cosas que contáis y que he leído en el libro de Mª Angustias Moreno "Opus Dei, Anexo a una historia" que me resultan muy familiares porque yo las viví o, por lo menos, las intuí y me las confirmaron dos compañeras de colegio que se metieron en el Opus y que ya se han salido y con las que yo hablé nada más salirse. Nunca olvidaré lo que me dijo tajantemente una de ellas: "M., si alguna vez te planteas meterte en el Opus Dei, primero hablas conmigo, porque tú no sabes exactamente lo que se vive allí dentro". Yo callé un momento y luego le dije que estuviese tranquila, que el Opus siempre me había producido cierta prevención y que su visión del catolicismo no terminaba de casar con la mía: poca sencillez, poca naturalidad, demasiadas normas de piedad en un solo día para mí y un proselitismo feroz con los jóvenes, del que yo abomino.

Lo que desconocía era el tema de la confidencia semanal, los cilicios, las disciplinas, todo el dinero y las herencias para el Opus (salvo los supernumerarios, aunque esto del dinero me lo contó hace relativamente poco mi amiga agregada y porque yo se lo pregunté, fui así de directa: "¿le tienes que dar algo al Opus ahora que trabajas?". "Todo" y hale, asombro total servido), la desconfianza hacia la amistad sana y sincera entre sus miembros, las notas internas por las que lo regulan hasta lo más nimio, la gente que se sale y no pocas veces se queda en la calle, en fin... ¡Que me estaba perdiendo lo mejor, vaya! Aunque, más que molestarme estas prácticas, algunas de las cuales me parecen totalmente censurables, lo que me cabrea es QUE SE LAS OCULTEN A LAS PERSONAS A LAS QUE TRATAN DE METER EN EL OPUS, SOBRE TODO A LOS MENORES Y A SUS PADRES. Esta actitud me parece sencillamente intolerable.

Lo que a mí me duele verdaderamente de todo esto es el sufrimiento de tanta gente buena, más de una vez me he indignado leyendo la página, y que este tema afecte a la vivencia de la fe católica, que metan a Dios de por medio; como el amor a Dios es el más grande y el que más compromete a quien se toma en serio su fe, no me extraña que queden secuelas importantes en las personas. A mí misma se me "pegaron" algunas cosas, por ejemplo, una cierta desconfianza hacia curas no opusinos, sin saber siquiera si estos últimos están mejor o peor formados que los del Opus y LA MUY, PERO QUE MUY INCÓMODA SENSACIÓN DE SER EGOÍSTA CON DIOS SI NO ACUDÍA A LOS MEDIOS DE FORMACIÓN DEL OPUS, SI NO HACÍA LO QUE ELLOS ME DECÍAN, QUÉ TORMENTO. COMO SI FUERAN IMPRESCINDIBLES PARA ALCANZAR LA SANTIDAD.

MENOS MAL QUE NO PITÉ NUNCA, PERO SI LO HUBIESE HECHO NO CREO QUE HUBIESE DURADO MUCHO, LA VERDAD; SOBRE TODO, NO HUBIESE AGUANTADO REVELAR SEMANALMENTE MI INTIMIDAD ESPIRITUAL Y PERSONAL A LA PERSONA QUE ELLOS ME IMPUSIERAN Y ESTAR OBLIGADA A PRACTICAR CON OTRAS PERSONAS EL AGOBIANTE PROSELITISMO QUE EJERCIERON A SU VEZ CONMIGO. En fin, qué triste. ¿Es esto el catolicismo? Personalmente, lo dudo.

2. En un momento personal difícil, me ayudaron muchísimo unos libros del ya fallecido sacerdote y periodista José Luis Martín Descalzo, seguro que os suena. Esos libros son recopilaciones de los artículos que él publicaba en la revista "Blanco y Negro" y se titulan "Razones para la esperanza", "Razones para la alegría", "Razones para el amor", "Razones para vivir" y "Razones desde la otra orilla". Estos libros reflejan una visión de la fe católica, del amor a Dios y al prójimo muy positiva, alegre y realista, tanto que uno se sorprende de leer cosas así después de haber tratado al Opus. Por lo menos, así me sucedió a mí. Me ayudaron bastante y creo que pueden ayudar a otros. Además, este cura publicó una biografía de Cristo titulada "Vida y Misterio de Jesús de Nazaret" (3 libros), que a mí me encanta. Si queréis, creo que podríais añadirlos a vuestros "recursos para salir adelante" pero, naturalmente, es sólo una sugerencia.

En fin, me he alargado más de lo que pensaba, pero creo que me ha venido bien contaros brevemente mi propia experiencia, quizá era algo que tenía ganas de hacer desde hace tiempo.

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