Nosotros somos vuestros hijos y hermanos. Para Marga Valenzuela.- Ottokar
Querida Marga,
Gracias por venir a Opuslibros. Como supernumeraria con un hijo exnumerario creo que tu presencia aquí puede constituir una aportación muy valiosa a lo que creo que es un problema muy extendido en las familias del Opus Dei. Me refiero a la relación entre hijos exmiembros de la Obra con sus padres supernumerarios y con sus hermanos que son de de la Obra.
Es mi caso, y no es una excepción. El mundo del Opus Dei es relativamente pequeño y gira alrededor de las “familias del Opus Dei”. La mitad de la vocación se la debéis a vuestros padres, decía el fundador. Yo creo que es mucho más de la mitad. En el planeta ‘Opus Dei’, y me refiero tanto a miembros como a exmiembros, nos conocemos todos. Cuando te llamo ‘Marga’ al comienzo de este correo no lo entiendas como un abuso de confianza; es simplemente porque en casa he oído tantas veces a mi madre y a mis hermanas hablar de Marga Valenzuela que para mí no puedes ser sino Marga.
Dices en tu correo que tu hijo entró y salió sin traumas de la Obra. Si realmente es así, enhorabuena, sobre todo para él. Si lo que afirmas lo sabes porque has tenido con él una comunicación profunda en la que ha compartido contigo su experiencia, enhorabuena a ti también como madre. Lamentablemente yo no puedo decir lo mismo de mi caso. En todos los años que han transcurrido desde que me marché de la Obra nunca he podido hablar en profundidad con mi madre ni con mi padre –los dos supernumerarios- de mi experiencia personal y de mi opinión sobre los aspectos de la praxis de la Obra que a mi entender son más criticables. Y lo mismo con mis hermanos.Y esto ocurre con unos padres y unos hermanos a los que adoro, con quienes convivo mucho, y con los que en el resto de cuestiones existe una comunicación fluida.
¿Por qué se produce esto? ¿Por qué este debate que gracias a esta web puedo tener contigo, no puedo tenerlo con las personas que más quiero? ¿Por qué cualquier posible opinión crítica hacia la Obra es un tema tabú con mis padres y mis hermanos? ¿Por qué esa incomunicación? ¿Por qué ante la situación de un hijo/hermano exnumerario, a quien ellos quieren tanto como yo a ellos, el único comentario es que “con él se equivocaron”, pero jamás le han dado opción a que desahogue con ellos una experiencia vital que le hizo sufrir?
Marga, los que escribimos esta web no somos unos malvados rencorosos ajenos a los que seguís en la Obra. La mayoría de los que escribimos aquí somos vuestros hermanos y vuestros hijos. Imagina que un día descubrieras que tu hijo exnumerario también hubiera contado aquí su experiencia y hubiera criticado algunas de las formas de hacer de la Obra. ¿Cómo reaccionarías? ¿Le dirías que es como un disco rayado? ¿que hay otras formas de ganarse la vida? ¿que está haciendo de una experiencia personal el “leit motiv” de su vida? No, Marga. Si tú eres como yo creo que eres, primero te llevarías un disgusto importante, pero luego te acercarías a tu hijo para ayudarlo y acogerlo. Y seguro que te preguntarías si le habías proporcionado a tu hijo el apoyo que quizás necesitó antes de pitar, mientras fue de la Obra y después de marcharse. Si hiciste todo lo posible para que se sintiera comprendido. Si además de rezar por él, hablaste con él.
No sé la opinión de tu hijo sobre el Opus Dei. No sé si se marchó sin rencor, como tú dices. No sé si ha leído esta web o ha escrito en ella alguna vez. Pero lo que sí sé es que muchos hemos encontrado en esta web la posibilidad de compartir nuestros pensamientos y sentimientos sobre la Obra que no hemos podido compartir en nuestra casa. Y eso debería ser motivo de reflexión. No somos unos extraños, Marga. Nosotros somos vosotros. Vivimos juntos, aunque para leer opuslibros tengamos que hacerlo con mucho cuidado, y con el dedo sobre la tecla del ratón para cambiar de ventana en cuanto se acerque nuestra madre o nuestro hermano. Compartimos ilusiones, celebramos juntos cumpleaños y bautizos, os besamos al llegar a casa, y fíjate, si hace falta os llevamos en coche a Molinoviejo o al Soto al curso de retiro o a la convivencia. Marga, ¿por qué hemos tenido que venir a Opuslibros para encontrar quien nos comprenda? ¿Os dáis cuenta de que la mayoría de los escritos que aparecen en Opuslibros se escriben desde vuestras casas o las de vuestros hijos? Y vosotros, padres supernumerarios, pensando que vuestro hijo exnumerario en realidad es de los que “se marchó sin rencor", y “sigue queriendo a la Obra”.
Marga, no sé si lo anterior se da en el caso de tu hijo. Pero te aseguro que sí es el de muchos, muchísimos de nosotros. No te imaginas lo solos que nos hemos sentido en ocasiones rodeados de nuestra propia familia. ¿Qué hay en la pertenencia al Opus Dei que puede crear esa incomunicación entre padres e hijos?
Dices que en tu familia cada uno hace lo que le da la gana. Quizás tu familia constituya un entorno más abierto que muchas familias más ‘típicas’ del Opus Dei. Quizás existan familias más variadas donde un miembro es cura del Opus Dei y otro es religioso misionero en el Brasil. Si es así, enhorabuena. Pero, Marga, ten en cuenta que en general no es así. Por eso, en tus encargos dentro de la Obra, como celadora, desde la AOP o desde donde sea, te pido que digas a las supernumerarias que hablen con sus hijos. Que hablen con ellos antes de pitar, después de pitar y cuando se hayan marchado de la Obra. Que les escuchen, que les comprendan. Te lo suplico, díselo. Porque si tú lo has logrado con tu hijo, otros hijos también tienen derecho a ello.
Gracias, Marga, por haber venido a Opuslibros. Gracias por haberme dado la ocasión para decir, simbolizado en tu persona, lo que hubiera querido ser capaz de decir a mi propia madre, a mi propio padre, a mis hermanos.
Ottokar
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