MI
LUCHA POR ABANDONAR EL OPUS DEI
Ana, España
28-2-2003
Cuando se anunció la noticia de la santificación
de Escrivá me presenté ante el arzobispo de
mi ciudad. Le manifesté mi desacuerdo, y le argumenté
mi decisión de no pertenecer más a una iglesia
que santifica a "cualquiera" y menos a uno cuyo
invento me había hecho tanto daño psicológico
siendo yo una niña.
Él me entendió, no quiso hablar del tema opus
(me dedicó una pequeña y amable sonrisa con
la que capté que no podía hacerlo), pero me
derivó a una persona laica encantadora. Me sentí
comprendida, querida... ¡y estaba abandonando a la Iglesia!
Cuando comenzó mi larga lucha por abandonar el opus
dei me sentí cohibida, presionada, engañada,
humillada, manipulada, y cuando conseguí deshacerme
de él me sentí rechazada, abandonada, herida,
psicológicamente violada. Es decir cuando abandoné
el opus sentí todo lo contrario a AMOR. Cuando abandoné
a la Iglesia sentí COMPRENSIÓN Y AMOR. ¿No
era eso lo que predicaba Jesús? ¿a las duras
y a las maduras? Ahora veo que quizás me equivoqué
abandonando la Iglesia por culpa de un error del papa. Porque
los miembros "normales" de la iglesia practican
el AMOR.
Me gustaría apuntar mi impresión sobre los
miembros del opus dei, que se consideran tan practicantes,
tan de misa diaria y tan unidos a lo que creen que es "Dios".
Ellos NO SON PRACTICANTES. Practicante es el que PRACTICA
EL AMOR. Y ellos dicen que lo practican (algunos supernumerarios
no muy fieles a la doctrina opus sí que lo practican...)
pero la mayoría dejan tanto que desear...
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