La importancia de los datos históricos en una 'obra de Dios'.- Compaq
Querido Roberto,
Agradezco tu escrito
del pasado viernes porque das pie para entablar un interesante (al menos
para mí) intercambio de ideas sobre la importancia o no de los datos
históricos del Opus Dei. Tú dices y estoy de acuerdo contigo que: “El problema [del Opus Dei] está en la falta de formación de los
que dirigen las almas, en el inmoderado y abusivo deseo de reglamentarlo
todo, en la soberbia de pensar que son los “guardianes de la fe y el
resto de Israel”, en el brutal atropello a las conciencias al que someten
a sus miembros, en el “terror de Dios” con que los someten, en el engaño
de hacer creer a sus miembros que son cristianos corrientes...” pero
también creo que es importante que se haga la luz sobre los datos históricos.
Que el 2 de octubre de 1928 pudiera no ser la fecha fundacional sería
irrelevante para cualquier otra institución, pero para el Opus Dei, que
se autodefine como la “obra de Dios” y asume su presencia en el mundo
como una revelación de Dios a Escrivá, sí que los datos históricos son
vitales para desmontar la historia "oficial" y, por lo tanto,
su presunta “revelación”. Y paso a exponer mi punto de vista...
El problema de la Obra, del que
quizá derivan todos los demás problemas es el de creerse que la verdadera
Revelación no terminó en Jesucristo, sino que (en contra del magisterio
de la Iglesia), continuó en Escrivá. Los tomos de las Meditaciones
internas están llenos de tal interpretación, de modo que cuando mencionas
entre los problemas de la Obra el de pensar
que son los “guardianes de la fe y el resto de Israel” no lo dices
porque te lo hayas inventado o se te haya ocurrido o lo utilices
como una exageración, sino porque lo has oído muchas veces en
meditaciones y medios de formación. (E.B.E., tiene un
brillante análisis: “La Obra como
revelación”).
En la bula “Ut sit”, la Iglesia
reconoce que el Opus Dei fue “inspirado” por Dios. No dice que fue
“revelado”. Inspiradas por Dios nacieron muchas órdenes, congregaciones,
asociaciones en el plano religioso o de la Iglesia Católica, y también
han nacido grandes ideales y programas fuera del contexto religioso: la
abolición de la esclavitud, la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, el Comercio Justo, etc., etc. Así que dentro de los impulsos o
inspiraciones que Dios pone en el corazón de los seres humanos, creo que
se puede afirmar sin ambigüedad, que Dios “inspiró” el Opus Dei como
ayuda a los laicos para santificarse en medio del mundo e inspiró a otras
personas a hacer una web para ayudar a los damnificados por el Opus Dei.
Pero ninguna institución bajo la
autoridad de la Iglesia Católica se atrevería a añadir pecados mortales a
sus fieles (confesar sin rejilla, leer un libro catalogado con un 6 sin
permiso del prelado...) ni se le ocurriría tener un catecismo propio, ni
a enmendarle la plana no sólo a un Papa –Pablo VI- y con él, a la Iglesia
-“cuando el Papa quitó el Índice [de los libros prohibidos], yo puse el
mío”, dijo Escrivá. El Opus Dei sí. ¿Por qué? Porque se siente por encima
de la Iglesia porque quien tiene la Verdad fue Escrivá y Dios
le transmitió "el camino". De ahí también el cúmulo de
descalificaciones hacia Juan XXIII y Pablo VI con motivo del Concilio
Vaticano II y de las conclusiones del mismo. Y de ahí que todos los que
conocimos la obra también en tiempos de Escrivá imaginemos fácilmente
cuál sería la reacción del prelado de turno hacia un Papa que no fuera
del gusto de la Obra. Si la Obra no se equivoca nunca, podemos deducir
quién sería el equivocado... De ahí también que los miembros o fans
de la obra, cuando se acercan e intentan comprender a los
"ex", argumentan que "los que se equivocan son las
personas de la Obra" pero no ven ningún error en la doctrina ni en
la praxis ni en la espiritualidad ni en la ascética, ni en el fundador,
ni en los crespillos.
La Iglesia, depositaria de la
Revelación y el Papa, representante de Jesucristo en la Tierra, ha pedido
perdón por los errores cometidos. El Opus Dei no ha "visto" la
necesidad de pedir perdón puesto que piensa que si la obra “es de Dios”,
Dios no tiene por qué pedir perdón porque Dios no se equivoca.
Para la historia de una
autodenominada “obra de Dios”, una fecha puede no ser el gran problema;
tampoco una distancia -¿5.000 o 50.000 kilómetros separan a la sección de
varones de la de mujeres?-, pero el cúmulo de errores a lo largo de esa
historia, nos puede llevar a pensar que Dios no se puede equivocar tantas
veces y entonces, podemos preguntarnos quién se equivocó de forma
continuada y es incapaz de subsanar los errores. Si el Opus Dei se
hubiera llamado “MonteMonte” en lugar de “Obra de Dios”, en ese mismo
instante ya hubiera sido muy diferente su planteamiento y su propia
historia, seguramente más real, más humilde y más cristiana.
Por tanto, ¿se quivocó Dios o se
equivocó Escrivá en los datos históricos? El fundador “vio todo” el Opus
Dei el 2 de octubre de 1928 pero el 14 de febrero de 1930 “ve” a la
sección de mujeres. Trece años más tarde (1943) “ve” a los sacerdotes
(Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz) pero en 1950 dice “"Estaba
decidido -¡y cómo y cuánto me costaba!- a dejar el Opus Dei, pensando que
ya podría caminar solo, para dedicarme exclusivamente a crear otra
asociación, dirigida a mis hermanos sacerdotes diocesanos”( Carta
24.12.1951, n° 3 citada en la página 171 del libro Andrés Vázquez de
Prada: El Fundador del Opus Dei III: Los caminos divinos de la tierra). En 1939 (primera edición de
Camino) escribe el famoso punto (cuando ya había “visto” que había
mujeres en la obra): “Ellas no hace falta que sean sabias,
basta que sean discretas...” pero en 1948, en la conferencia
sobre “La
provida mater ecclesia y el Opus Dei” escribe: "El fin general del Instituto es la
santificación de sus miembros, por la práctica de los consejos
evangélicos y la observancia de las propias Constituciones. El específico
es trabajar con todas sus fuerzas
para que los intelectuales se adhieran a los preceptos y aun a los
consejos de Cristo Nuestro Señor...". Si el fin del instituto es
la labor con intelectuales y las mujeres del Opus Dei no hace falta que
sean sabias, ¿es Dios quien está pensando sólo en la sección de
varones?... Cuando “ve” que haya mujeres en la Obra, ¿es Dios quien “ve”
a las administradoras y a las numerarias auxiliares, pero “no ve” que
haya administradores ni numerarios auxiliares?. En el año 1967 dice en
“Conversaciones” “Los directores de
empresa que forman parte del Opus Dei buscan, como todos los socios,
vivir el espíritu evangélico en el ejercicio de su profesión. Esto exige
de ellos en primer lugar que vivan escrupulosamente la justicia y la honestidad. Procurarán, por tanto, hacer su
labor de una forma honrada: pagar
un salario justo a sus empleados, respetar los derechos de los
accionistas o propietarios y de la sociedad, y cumplir todas las leyes del país” pero ¿es Dios quien
le hace “ver” que el Opus Dei no pague la Seguridad Social de oficiales,
administradoras y numerarias auxiliares, “obligándoles” así a saltarse
las leyes del país? ¿Es Dios quien no paga la Seguridad Social?
No es comprensible que si Dios le
hizo "ver" tantas cosas a Escrivá, no le hiciera
"ver" que se estaba pasando, que se iban demasiado de la Obra
en circunstancias penosas no buscadas por ellos, que se irían muchos más
con el paso de los años y que llegaría un momento de desbandada como el
que estamos viviendo.
Es por todo el conjunto de
contradicciones que conllevan, que los datos históricos son muy
interesantes. Y comprendo que a una jurista experta como Marypt le interesen especialmente
porque de muchos de ellos han nacido actuaciones, posicionamientos,
praxis y costumbres, también contradictorias. Si estuviéramos hablando de
errores que no afectan a las personas, podríamos disculparlos sin más,
pero dado que repercuten y han repercutido en tantas personas concretas y
no se han enmendado a pesar de la certeza que tienen de que algo que
produce tanta frustración no puede ser bueno, y –lo más grave- que lo
hace en “en nombre de Dios”, creo que hay que tomarlas en consideración
para poner a la Obra en el lugar que le corresponde: una institución más
dentro de las miles que existen dentro de la Iglesia católica, con unos
métodos de apostolado y de manipulación de las conciencias que muy poco
tienen que ver con lo que dice la Iglesia católica.
Hace pocos meses se descubrió que el
Everest mide 3,70 metros menos de lo que consta en los atlas y libros de
geografía; se ha subsanado el error y no tiene mayor importancia. Pero
una cosa es un error y otra bien diferente, es una mentira. Y un cúmulo
de mentiras en los datos históricos de una supuesta "obra de
Dios", es muy sospechoso
Es interesante intercambiar puntos
de vista.
Un abrazo y gracias,
Compaq
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