HUIR
DEL OPUS PERO NO DE DIOS
Enviado por Cooper el 26 de enero de 2004
Yo fui Numerario durante 9 años y me fui alrededor
del 70, después de haber estado en un par de países,
Al leeros, mi primera impresión es que parece mentira
como se repiten los argumentos y como esta repetición
elimina la consideración de caso particular que es
como el Opus quiere considerar cada uno de nuestras situaciones.
La segunda fue darme cuenta que esto que contáis como
reciente yo lo había vivido hace ya muchos años...
No, no han cambiado las cosas, es mas, tengo la impresión
que si algo ha cambiado es una progresiva perdida de respeto
a las personas y una mayor exasperación del sentido
corporativo.
Una cosa que se me ha ocurrido mientras os leía es
que la tremenda presión del Opus en las conciencias
con el tema del "abandono" de la vocación,
permite percibir en algunos casos pequeños atisbos
de angustia sobre la decisión tomada. Si fuese así,
he pensado, quizá valdría la pena contar el
asunto desde una perspectiva de mas de 30 años desde
que me fui. Así que ahí va.
Yo me fui poco a poco, como todos, pero creo, pensando a
posteriori, que lo que me decidió, fue la primera vez
que mi conciencia me dijo que "visión sobrenatural"
o no, estaba haciendo algo objetivamente malo. En mi caso:
cambiar la historia de la Obra, mediante la sustitución
de fichas internas y la destrucción de las viejas.
El hecho en si y las cuidadosas instrucciones de cómo
hacerlo, estaban demasiado cerca de Orwell, (Otra vez Orwell)
para no sacudir mi conciencia. Después de esto, lo
demás fue en cascada; las contradicciones entre "la
santidad en medio del mundo" y la vida que llevaba, el
uso de la "visión sobrenatural" para hacer
tragar carros y carretas, la prostitución de la amistad
por fines proselitistas, el desprecio a la persona siempre
postergada en servicio de la Cosa, la falta del sentido del
humor, la hipocresía entre el amor a la Iglesia y a
los Obispos y los casos prácticos vividos, la sospechada
megalomanía del fundador, en fin qué os voy
a contar.
A mí siempre me ha parecido que esto debe ser como
cuando un pollo rompe por primera vez el cascarón;
una vez roto, se debe dar cuenta de su incomodidad, de sus
estrecheces, de que las cosas no son como pensaba, que el
mundo es muy grande; puede que le de miedo, pero acabará
saliendo de allí.
Una noche decidí que no podía dejar pasar mas
tiempo. Escribí las razones para seguir y las de quedarme
y vi que las razones para quedarme estaban todas teñidas
del miedo a lo que podía pasar. Una vez visto esto,
tomé una decisión y me fui a dormir. Al día
siguiente dejé una carta en el buzón, le pedí
dinero a mi hermana que vivía en la ciudad y me fui
con lo puesto. Hasta hoy.
Por supuesto que me siguieron, me llamaron, me citaron, pero
creo que la decisión que tomé fue buena. Decidí
que había que huir, para mi tranquilidad de conciencia,
de todo lo que oliera a Opus, pero que de Dios no. Respondí
a sus llamadas y acudí a sus citas, pero nunca se lo
puse fácil, siempre elegí los lugares y las
horas y siempre fui muy claro. No admito que me toreéis.
Que si había que reescribir la carta, que si me lo
pensase, que si que iba a hacer con mis obligaciones hasta
el momento de.... Mi respuesta era que yo había hecho
lo que tenía que hacer y que me sentía libre,
todo lo demás era su responsabilidad. Que allá
yo con mi conciencia y ellos con la suya.
Claro que las cosas no fueron fáciles. Está
uno tan perdido. Pero también tenía cosas positivas
en mi haber. Se trabaja bien, así que trabajando como
me habían enseñado, la subsistencia se arregla
pronto y el prestigio profesional también.
Mención especial merecen las relaciones con el otro
sexo. Ahí si que estamos todos en Babia, pero tampoco
es tan difícil, es una asignatura para toda la humanidad
que simplemente cursamos con un cierto retraso. Eso si, aquí
el sentido común y la prudencia deben tener un sitio
en un asunto tan poco propicio a ambos, aunque solo sea para
compensar el desajuste entre nuestro "lavado de cerebro"
y el día a día. De todos modos nos equivocaremos
una o mas veces y que? Como todos los demás miembros
de la especie.
Además hay un factor que nos facilitará el
transito, y es una cosa que llevamos bien aprendida. La filiación
divina. Dios sigue siendo el de siempre, nosotros también.
Venga, vale, a lo mejor nos hemos equivocado, ¿y qué?
Dios seguirá siempre ahí, y nos tendrá
siempre en cuenta los años dedicados a El con la mejor
intención. Eso si de verdad nos hemos equivocado, pero
lo mas probable es que nos han engañado y nos hemos
dado cuenta que eso era una trampa y nos hemos ido. Total
un buen balance, dentro de que siendo como somos, siempre
nos podrá parecer en algún momento que cualquier
decisión que hemos tomado ha sido errónea, sea
cual sea.
Pasó el tiempo, yo seguí mi decisión
inicial y me mantuve lejos y poco a poco fui recuperando la
normalidad, también recuperé algunas devociones
que siempre me gustaron, eso si, sin obligaciones y al mismo
tiempo iba recuperando mi sitio en la sociedad, en fin, una
vida normal que como a todo el mundo exige mucho tiempo cada
día.
Por cierto, cuando me fui nadie me habló del testamento,
al cabo de dos años lo anulé con el Notario
de mi pueblo, que era Supernumerario. Días mas tarde
me llamaron de la Delegación diciéndome que
me devolvían mi viejo testamento. Coincidencia? Nunca
lo creí.
Me he mantenido lejos del Opus, nunca he avanzado esa información
sobre mi vida pasada, aunque nunca la oculté, en fin,
discreción. He vivido al margen y no me han causado
apenas problemas y estos pocos derivados de "caritativos"
informes. He encontrado que el mundo es muy grande y que se
puede vivir como si no existieran.
Han pasado los años tengo hijas adultas, una de ellas
casada y lo del Opus es historia. En casa no se habla del
tema casi nunca, y cuando mi mujer o mis hijas me preguntan
algo, suele ser en el curso de conversaciones sobre otras
personas.
Ah! La canonización no me ha caído nada bien,
nunca sabremos que virtudes heroicas ha tenido a bien encontrar
la Iglesia, pero dudo que alguna vez sea un Santo de mi devoción.
Estoy mas cerca de aquel baturro que ante una talla de un
santo le decía "Anda, anda, no me vengas a mi
con esas, que te conocí cerezo". Yo a este santo
también lo conocí cerezo.
Cambiará el Opus? Los caminos de Dios son inescrutables,
pero opino que le costará. En 40 años de los
que puedo opinar no veo cambio, es mas, tanto afán
de eficacia, de atar cabos, me hace pensar lo peor, porque
dejan poco espacio a Dios, como si le tuvieran miedo y quisieran
todo atado y bien atado. ¿Os suena verdad?.
De momento mientras los Papas sigan valorando la apariencia
de las cosas, las cosas seguirán mas o menos como hasta
ahora , pero cuando venga una revalorización de lo
de dentro, me temo que se les verán los agujeros debajo
de la capa. Entonces tendrán que decidir.
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