¿HAY
VIDA DESPUÉS DE LA OBRA? ¡CLARO! NUNC COEPI
MERLOS, 29 de abril de 2005
Estimado VFA:
Lo que te pasa es totalmente normal: por un lado no estás
a gusto, la vida en familia se te hace cuesta arriba, por
otro lado tienes dudas de si dejar la Obra equivale a dejar
a Dios, y finalmente, crees o piensas que después de
la Obra no hay otra vida, sin mencionar el hecho del miedo
a que la Obra te persiga.
Vamos por partes: En esta web hay testimonios para todos
los gustos. Verás a gente que se fue con el alma hecha
girones y con heridas aún sin cicatrizar, y que con
toda lógica no alaban la experiencia; luego, hay personas,
que, o bien porque lo superaron antes, o bien porque su fortaleza
anímica les ha ayudado mucho, no sienten ningún
rencor o sólo sienten indiferencia; y por último,
hay también personas que conservan cariño a
la Obra, e incluso siguen manteniendo algún tipo de
contacto con alguno de sus miembros. Aquí pasa lo mismo
que con un divorcio: se puede acabar bien, se puede acabar
regular o se puede acabar mal.
¿Hay vida despues de la obra? CLARO!! Es más,
ahora comienza tu vida, ahora es cuando realmente y con todas
las consecuencias uno puede decir NUNC COEPI, este
es el momento de una auténtica conversión, en
la que tú y sólo tú serás el responsable
de tus actos. Recuerdo los primeros meses de mi "abandono"
con especial cariño. Todo es nuevo, a veces hay momentos
de tristeza, pero son los menos. Vas descubriendo la vida
ordinaria de verdad, con sus alegrías, sus problemas,
sus tristezas. La ilusión de buscar un trabajo, sin
más condicionantes que tu voluntad. El primer sueldo
que puedes gastar conforme te venga en gana. Ir al cine con
los amigos, y tomar una copa después. Dormir los domingos
hasta las doce. Conocer a una chica. Tener tu propio horario.
Viajar por gusto. Disfrutar de tu familia, etc. Qué
quieres que te diga: Vale la pena. No son sólo
cosas materiales, no te engañes: es mucho más.
Son todas esas pequeñas cosas que hacen que te des
cuenta de que tu vida es tuya, que tu felicidad es tuya, y
que lo que quieras entregar de tu vida y tu felicidad, y a
quien se lo quieras entregar sólo es decisión
tuya. Decía mi abuela, que era una mujer de una piedad
fina, sin beaterías, y con una "teología
práctica" desbordante, que "Obligada,
ni al Cielo". O sea que las cosas se hacen porque
uno quiere, y que incluso la felicidad eterna o se consigue
desde la libertad o no vale nada. Perdona, si quizás
esto va tomando caracteres de charla de formación,
con algunos "troncos", pero si como decía
S. Pablo "Si Cristo no resucitó vana es nuestra
fe", yo te diría, sin temor a desviarme de
la más pura doctrina que, si a la Salvación
uno no llega desde la libertad, en vano murió Cristo,
pues el fin último de su muerte fue nuestra liberación.
En fin, que no tengas miedo, pues en realidad se abren a tus
pies caminos de felicidad. No estás traicionando a
Dios, ni a la Obra, ni a tus hermanos. Decir que quien
se va de la Obra traiciona a Dios y se condena, es una blasfemia,
es considerar a Dios tendencioso y partidista: Dios sólo
sabe contar hasta uno, no ve grupos, no ve masas, sólo
te ve a ti, tal cual, y así te ama porque así
te creó. Descomplícate, desenrédate,
ahora sí que no pasa nada.
No quiero que te confundas: todo lo anterior te lo digo,
porque de tu carta se desprende que te quieres ir. Nunca te
lo diría si estuvieses feliz y contento.
Estoy seguro que serás capaz de hacer lo que te dicte
la conciencia y la inteligencia. Estoy seguro que dentro de
unos días, meses o años volverás a escribir,
y nos contarás que eres feliz, y tú acogerás
a los que aparezcan por aquí pidiendo ayuda, y cuando
mires atrás verás que no fue tan difícil,
que no traicionaste a nadie, ni mucho menos a Dios, y que
la vida sigue.
Un fuerte abrazo.
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