Las garras de la
Secta
Gema Castellanos
A medida que el tiempo ha transcurrido desde que en agosto
de 1998 Villalonga se jactara de su reajuste
tarifario, y anunciara, -de una manera subliminal-, que éste
sería el principio del fin de la incipiente Sociedad
de la Comunicación, -a la vez que mostraba su absoluto
y público desprecio hacia los usuarios de las nuevas
tecnologías-, algunos de nosotros, pese al escepticismo
de muchos y las acusaciones de no tantos hacia nuestro supuesto
partidismo, no dejamos de pensar que el gobierno, no sólo
era responsable directo de los incomprensibles abusos de una
compañía privada, sino que era el único
que podía frenar la especulación, y devolver
al ciudadano su dignidad y capacidad de ejercer su derecho
a una comunicación accesible.
A estas alturas,- yo personalmente -, me ratifico en lo dicho,
pero mis inquietudes y necesidad de explicarme el porque de
tanta oposición al desarrollo natural de la sociedad,
de tanta mentira encubierta por parte del gobierno y de tanta
intolerancia e intransigencia por parte de Telefónica
y nuestros dirigentes , me han hecho tirar del hilo y tomar
consciencia de una realidad, que lejos de ser alentadora,
me aterra.
Muchas veces he hecho alusión en mis artículos
a ese gran poder que transgrede gobiernos, y que
es el que de verdad mueve los hilos del mundo. Algunos habréis
percibido este pensamiento mío como algo surrealista,
imaginario o incluso digno de algún film futurista,
pero muy a nuestro pesar, existe; y sus tentáculos
son tan sutiles, que pudiera parecer producto de la imaginación.
¡Y es que todo es cuestión de ideología!.
Y cuando ésta ideología defiende una gran
obra, y ésta a su vez es adjudicada directamente
a Dios, los que luchan por ella se convierten en auténticos
Cruzados, capaces de idear las más viles y maquiavélicas
maneras de asociarse y actuar, para instaurar su orden en
el mundo.
Como dijo irónicamente el reconocido matemático
peruano Pedro Flecha Si eres ladrón, eres malo,
pero si eres un buen ladrón que donas lo robado a la
Obra, te ganas el cielo.
Esta ideología neoliberal,-Biblia de Aznar-, que invade
Europa y que se está exportando peligrosamente a Latinoamérica
por grandes empresas, bancos e incluso curas, -véase
caso del cura Cipriani-, con gran influencia sobre los gobiernos
de allá, -compartida por políticos y grandes
empresarios-, no beneficia nada más que a las élites,
que se arropan al abrigo del poder político despreciando
al pueblo llano, quién jamás debe tener inquietudes
de superación o ambiciones profesionales y personales,
si no quiere ser considerado como desagradecido y subversivo.
Es decir, el herrero debe conformarse con ser un buen herrero,
y nunca cometer el pecado de pensar por sí mismo o
tener el mal pensamiento de querer superarse.
Esta ideología de derechas compartida por las élites,
-que lejos de negar, utiliza los mejores medios modernos,
los cuales son percibidos a su vez como una amenaza, con un
espíritu peligrosamente conservador-, no es otra que
la del Opus Dei, organización definida por unos como
Sociedad Secreta, Santa Mafia por
los más osados o CIA del Papa por ciertos
estudiosos.
Del trabajo oculto de la OBRA, fundada en España por
José María Escrivá Balaguer en 1928,
se sabe bien poco. Pero tras ser erigida por Juan Pablo II
como Prelatura Personal, su reputación de actuar como
un lobby de derecho del lado de los poderes políticos,
se ha acentuado considerablemente.
Yvon Théroux, teóloga ponente en unas recientes
conferencias sobre el Opus Dei, hacía especial mención
a la peligrosa sumisión incondicional de los miembros,
y a la particularidad de que a este movimiento solo le interesen
las clases burguesas elitistas, despreciando a las personas
de poco nivel adquisitivo.
Evidentemente estas acusaciones son siempre negadas por sus
miembros, quienes afirman que el deseo de difundir el testimonio
de Jesucristo, es el único fin de la OBRA.
No vamos a entrar en discusión alguna sobre teología;
pero sí analizaremos ciertos datos desconocidos para
muchos, en tanto en cuanto nos puedan explicar las actuaciones
de un gobierno, -el nuestro-, que parece haber olvidado que
somos los del pueblo quienes lo hemos votado y a los que se
debe, y a quienes ha olvidado en pro de una OBRA, que a la
mayoría no nos incumbe ni por convencimiento, ni por
situación económica.
En 1997 salta la noticia de que el Opus Dei y cuatro gobiernos
europeos, pretenden crear en Strasburgo una estructura de
lobbying económica y familiarista. El Centro rhénan
de prospectiva europea. Esos países son Alemania, Francia,
Italia y España.
El Vaticano deseaba crear nuevas estructuras de intervención,
dándoles una imagen más técnica que política.
Esta estrategia se apoya en la fundación de nuevas
asociaciones, insertadas las unas en las otras, con un centro
de control común: el Opus Dei.
La primera de estas organizaciones, llamada Forum Democrático
Europeo, fue creada en Strasburgo tras la caída del
Muro de Berlín, para unir los diversos foros democráticos
de Europa central y oriental. Participaron los jefes de Estado
Arpad Goncz (Hungría), Vaclav Havel (República
Checa) y Lech Walesa (Polonia). Su presidente fundador es
Jean Luc Schaffhauser, antiguo responsable de CDS.
Tras la elección de Jacques Chirac en julio de 1995,
fue creada en Roma a iniciativa del Opus Dei y con delegados
de la Fundación Adenauer, La Fundación de la
Gasperie y la Universidad de Navarra, una Academia Europea
que dispone de estatus de asociación cooperativa, inscrita
como sociedad limitada. Su sede se fija en rue Saint Maurice
nº7, en Strasburgo.
La Academia Europea se presenta como un centro de
formación de cuadros directivos y futuros cuadros directivos
y políticos europeos. Increíble pero cierto.
Los directivos que de esta Academia salgan, tendrán
como misión la de proponer iniciativas concertadas
a los gobiernos francés, alemán, italiano y
español, en materias de crecimiento económico,
demográfico, de empleo, de reforma social y de ampliación
de la Unión Europea. Es decir, todo un futuro europeo
planificado por el Opus Dei.
En esta perspectiva, la Academia deberá facilitar el
nacimiento de una tercera estructura menos fácilmente
identificable, de aspecto exclusivamente técnico, que
implicará directamente a los gobiernos, alemán,
francés, italiano y español. Se trata del Centro
rhénan de prospectiva europea.
Los encuentros preparatorios fueron organizados por los ministros
de exteriores francés y alemán en diversos palacios
oficiales, y en este organismo, -donde los asuntos sociales,
políticos y de la familia alcanzan la misma magnitud-,
José María Aznar está representado por
la Sra. Gómez, -miembro del ministerio de Trabajo y
Asuntos Sociales-, quién está asistida en todo
momento por el profesor Rafael Alvira, alto dignatario del
Opus Dei.
A pesar de la repulsa de ciertos políticos como Alain
Juppé hacia este pacto con la extrema derecha católica,
el Centro rhénan seguirá su cometido. Evidentemente
a estas alturas y tras analizar estos hecho, el fondo y la
forma de nuestra lucha por la consecución de una Sociedad
de la Información, -a la que todos tengamos acceso
por igual-, cambia considerablemente.
El problema transgrede la individualidad de un país,
un monopolio y un gobierno, para extenderse, al menos, a los
demás países implicados en los macabros planes
del Opus Dei, e incluso a Latinoamérica, -donde la
gran influencia de esta organización, ya
se ha hecho sentir-.
No se equivocaron los que desde hace tiempo abogan por una
huelga europea extensible a Latinoamérica. De hecho,
si no iniciamos una serie de movilizaciones conjuntas y serias,
vamos en picado hacia un tipo de sociedad dirigida, manipulada,
sin personalidad propia, desinformada y sin ningún
tipo de posibilidades. Nuestro cometido social no será
otro que el de trabajar duramente, para que esas grandes empresas
y gobiernos puedan pagar su canon a la gran OBRA, que al mismo
tiempo les apoya y asesora en como dominar a las masas.
Internet se ha convertido en el peligro por excelencia para
estos poderosos. Todo contra lo que han luchado se encuentra
en la Red. Libertad individual, información verídica,
interconexión de ideas, tolerancia con otras culturas,
oportunidades laborales individuales y colectivas...todo esto
se escapa a su control, y no están dispuestos a dejar
que nos desarrollemos como individuos.
Ellos necesitan salvar nuestras almas, pensar y actuar por
nosotros y llevarnos por el camino de la supuesta salvación.
Se sienten en la obligación de reducirnos a zombies;
meros productores que engrandezcan su gran obra bendecida
por Dios y que no piensen.
Es realmente curioso descubrir como los mismos países,
-Alemania, Francia, Italia y España-, hemos llegado
a tener los mismos problemas con los distintos monopolios.
Y es que no es una cuestión técnica el de la
tarifa plana, como tampoco es económica. Es un problema
de control. ¡ No van a permitir que Internet sea popular!.
Demasiado peligroso para ellos. La Red, -según ellos-,
debe pertenecer a esa élite privilegiada, al menos,
hasta que puedan controlarla y nos la vendan a su imagen y
semejanza. O puedan utilizarla como otro medio más,
que divulgue su ideología.
Las Telecomunicaciones son el negocio del siglo XXI, así
como el mayor medio de control y manipulación de las
masas. Son perfectamente conscientes de esto y del peligro
que supone perder el poder sobre ellas.
Tampoco es casual que la gran mayoría de los altos
directivos de Telefónica en Latinoamérica, estén
afiliados al Opus Dei, instaurando casi la esclavitud entre
los trabajadores y el abuso contra el usuario.
No tenemos alternativa. O nos unimos y luchamos seria y conscientemente
con todos los medios a nuestro alcance contra este monstruo
ideológico, o terminamos todos rezando el rosario en
Torreciudad.
Un saludo
-Gema Castellano-
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