SER AGREGADO
José L. - febrero 2003
Me tiene perplejo lo poco poquísimo- que se
sabe de los socios agregados del Opus Dei. Incluso en los
libros que habéis reproducido en esta página
(escritos por antiguos miembros) se pasa como de puntillas
por la figura del agregado. Los volúmenes escritos
por personas ajenas ni la nombran. El motivo, lo sospecho.
Creo que ni los propios directores de la Obra tenían
muy claro por qué uno entraba de agregado y no de numerario.
Ya la misma palabra agregado invita a pensar en
un socio añadido, apegado.
La definición oficial suele ser la de aquél
miembro célibe que por circunstancias personales no
reside en casas de la Obra. Pero no es así, exactamente.
Se suele decir también que no tiene estudios universitarios.
Falso. Se dice que padece alguna tara o enfermedad crónica.
Falso. Se dice que su renta familiar no es alta. Falso. Conozco
bastantes que fueron agregados universitarios, de salud de
hierro y con ingresos económicos de una clase media
alta. Algunos cumplen con los esos requisitos, pero no siempre.
Esa es permitidme el exceso verbal- la gran tragedia
del agregado: no sabe ni él mismo lo que es. En bastantes
ocasiones ser agregado puede ser bastante más duro
que ser numerario: no hace vida comunitaria pero se tiene
que buscar la vida para cumplir con casi las mismas obligaciones
de aquél. Con el añadido de tener que estar
dando continuamente explicaciones a familiares que no acaban
de entender a ese bicho raro que se mete en su
cuarto media hora todas las tardes (por ejemplo); o que tiene
en el primer cajón de la mesilla de noche una botellita
de agua; o que se ducha todas las mañanas con agua
fría, para pasmo de la correspondiente madre; que no
asiste al cine; o que jamás va con chicas (o chicos)
con lo bien que mira al muchacho la vecinita del quinto. La
tabarra familiar está asegurada.
Luego, por supuesto, tiene que participar de una vida mediopensionista
en el club de turno, donde no se sabe muy bien si hace vida
comunitaria o va por libre. En fin, que creo que son los grandes
desconocidos de la Obra. Y para colmo, no nos citan ni los
ex miembros. No es justo.
(Sollozo).
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