EN
EL OPUS DEI NO HAY DIRECCIÓN ESPIRITUAL
Galileo, 20 de febrero de 2004
En el opus Dei, según mi experiencia de 8 años
en consejos locales en la década de los 80 y numerosos
testimonios, no se vive así. Al menos en los centros
de universitarios y profesionales jóvenes, los temas
de conciencia eran tratados habitualmente en el consejo local,
con una periodicidad semanal. También se despachaba
periódicamente con la delegación, creo recordar
que con 2 vocales (san Miguel y san Rafael en centros de jóvenes).
Esas reuniones podían ser mensuales. Recuerdo algunas
situaciones tensas, porque esos directores de la delegación
a veces daban indicaciones muy tajantes o fuera de lugar,
sobre personas a las que sólo conocían de oídas.
A finales de los 80 llegó una indicación de
que los temas relacionados con la "pureza" se comentaran
sólo con el director y el sacerdote, y no en el conjunto
del consejo local.
Puedo decir también que habitualmente el sacerdote
-confesor del centro- quedaba excluido de algunas decisiones,
por ejemplo sobre si un chico de san Rafael que se confesaba
con él estaba en condiciones de pedir la admisión.
Al hablar de esos temas en el consejo local el sacerdote callaba
y no se le preguntaba. Pero se hacían "trampas"
valorando el gesto y la expresión de la cara del sacerdote,
o algún comentario circunstancial favorable que hubiera
hecho.
¿En el opus Dei se tiene director espiritual? Es cierto
que existen cargos de director espiritual ocupados por sacerdotes,
pero se refieren a nivel general: centro de estudios, delegación,
comisión
El opus Dei ha evitado llamar director
espiritual al laico que de facto se supone que ejerce esas
funciones, por algo será. En su lugar se han inventado
una terminología absurda porque no corresponde para
nada a la realidad: confidencia y charla fraterna.
El término CONFIDENCIA parece "diseñado"
para confundir a alguien de fuera, de la Iglesia, que indagara
en este tema; como si fuera una cosa espontánea y no
regularizada: abrir el corazón a un hermano mayor o
a un igual. Sabemos que de confidencia no tiene nada:
1. Se supone que una confidencia es espontánea y libre,
y no es ninguna de las dos cosas. Está perfectamente
regularizada la periodicidad, el tiempo que se le debe dedicar
y los temas que se deben tratar.
2. Se supone que uno se expresa confidencialmente con quien
desea, y tampoco es así. Se te indica con quien debes
hacerla y no existe posibilidad de apelación.
3. Se supone también que si es confidencia es "confidencial",
valga la redundancia. Tampoco lo es. Quien la recibe informa
periódicamente al consejo local, de TODOS los temas
tratados, ayudándose si es necesario de notas apuntadas
en la agenda al preparar esa reunión. También
se utiliza para redactar los informes de conciencia que se
mandan a instancias superiores (delegación/comisión)
con periodicidad y que son utilizados para tomar las DECISIONES
DE GOBIERNO más importantes: encargos, cargos, traslados
dentro de la región o a otro país, ir al colegio
romano (seminario interno de la prelatura) u ordenarse sacerdote,
concederse la fidelidad (incorporación definitiva)
o cualquier tipo de dispensa o "privilegio"
La denominación de CHARLA FRATERNA tampoco se corresponde
con la realidad. Aunque efectivamente se hace con un "hermano",
la relación no es para nada de tu a tu, ni existe la
reciprocidad habitual entre hermanos. Es más, se afirma
que ese hermano ejerce las funciones del Padre por delegación,
de modo que lo que se indica es como si viniera directamente
del prelado. En realidad parece que todo en el opus Dei se
sustenta en la autoridad delegada, en que el padre actúa
por delegación a través de los directores. Por
tanto la charla en realidad no es fraterna, sino con la autoridad
máxima, colocada por el opus Dei a un nivel "sobrenatural".
A mi entender eso es un burdo recurso para reforzar la autoridad
-que así se convierte en indiscutible- hasta los escalafones
más bajos, y al mismo tiempo para divulgar y compartir
la conciencia de las personas, porqué esos directores
ejercen por delegación del padre, y todos están
en situación de conocer dentro de su ámbito.
Todo eso me lleva a pensar el porqué el opus Dei evita
a toda costa hablar a nivel interno de dirección espiritual.
Si hablamos de dirección espiritual entonces obviamente
debe haber directores espirituales. Y la praxis de los directores
espirituales no se quiere vivir el opus Dei, porque supone
una libertad, independencia de criterios y confidencialidad
que el organigrama, la cadena de mando del opus Dei no está
dispuesta a aceptar. Interesa por tanto articular otros mecanismos,
otros modos, que salvaguarden el control absoluto de los directores,
y a su vez nieguen la independencia de estos, para que el
flujo de información hacia arriba no se corte.
Todo ese sistema tan peculiar, que contradice el derecho
eclesiástico, y hasta diría que el derecho natural,
no me cabe duda de que fue ideado por monseñor Escrivá.
El tenía una obsesión por tenerlo todo controlado.
Cuando ya no pudo llegar a todo, inventó los mecanismos
para seguir enterado del más mínimo detalle,
en vez de confiar en otras personas. Los testimonios de Antonio
Pérez y Maria del Carmen Tapia, ambos con cargos a
nivel central al lado del fundador, apoyan la idea de que
mientras el vivió no delegó muchas de las funciones
y decisiones que -de acuerdo con las constituciones aprobadas-
correspondían a instancias inferiores. Por tanto la
personalidad del fundador, que gustaba de mandar y controlar
todo, configuró el modus operandi de la dirección
espiritual en el opus Dei.
No hace falta decir que la Iglesia no funciona así.
El Papa está en el vértice y tiene unas atribuciones,
como pastor universal. Sin embargo en las diócesis
los obispos tienen las suyas, y no deben rendir cuentas a
nadie para tomar ciertas decisiones. Lo mismo sucede a nivel
parroquial y a otros niveles. En otras instituciones religiosas
de larga vida y fecundidad, creo que la burocracia es mínima
comparada con el opus Dei y la dirección espiritual
se lleva de modo muy distinto y con gran autonomía.
Después de la muerte del fundador, han seguido las
cosas como estaban, y en teoría son multitud las cosas
de las que se informa al Padre y sobre las que decide, al
mismo tiempo que se afirma sin pudor, que lee todas las cartas
que se le escriben. Cuando estaba dentro esto me llegó
a parecer un poco como lo de los Reyes Magos, que el día
6 de enero están en todas partes. Pero en el opus Dei
se trata a las personas de un modo infantil. Seguramente encontraríamos
profesionales brillantes, empresarios, que abandonan su raciocinio
de puertas adentro, y no ponen en cuestión si el padre
se entera de todo y se lee todas las cartas que se le envían.
Nos consta por testimonios, como el de María del Carmen
Tapia, que no es así, y porqué además
el tiempo que se nos ha dado a los mortales es de 24 horas
cada día y la burocracia interna genera miles y miles
de papeles, que teóricamente deben llegar al Padre
(al menos según las praxis a nivel local). Los que
tenemos un trabajo profesional en el que asistimos a reuniones,
elaboramos y estudiamos informes, sabemos perfectamente hasta
donde puede llegar la capacidad de una persona singular por
muy trabajadora y brillante que sea.
Contestando a la pregunta que he formulado anteriormente,
creo que en el opus Dei no se tiene director espiritual y
ni siquiera existe una dirección espiritual como tradicionalmente
la ha venido entendiendo la Iglesia. A parte de que el contenido
de la charla es pobre y reiterativo, muchas veces limitado
a repasar listas, hechos concretos
y quien la lleva
normalmente no goza de una preparación específica
ni sabe en que consiste realmente la dirección de almas.
Esto tiene su enjundia porqué el opus Dei se comprometió
-es su única obligación- a formarnos, y pienso
que incumple su obligación en este sentido, por tanto
en esto también podemos sentirnos liberados de nuestros
compromisos. Los documentos
de D. Antonio Ruiz Retegui abundan en este sentido.
Lo que hay en el opus Dei, no es dirección espiritual,
formación de la conciencia, ayuda en el crecimiento
y potenciación de cada persona en singular, es otra
cosa, y además por lo que veo y comprobé en
su momento, les funciona bastante mal. Puede ser una de las
causas de que se les vaya tanta gente. ¿Para cuántos
el principio de su salida se ha debido a un "hermano"
autoritario e incomprensivo, sin posibilidad de acudir a otra
instancia? (ver testimonio
de R. como caso extremo). ¿O para cuántos
se ha debido a conocer que la confidencia no es confidencial?.
¿Para cuántos directores ha sido muy duro -me
incluyo- ver como las instancias superiores tomaban decisiones
cruciales para la vida de una persona, basándose en
temas de conciencia que ni siquiera podían calibrar
en su justa medida?
Tantas y tantas cosas tienen que cambiar, que no sabría
por donde empezar (bueno algunas si, son bastante obvias).
Lo que si puedo decir es que cuando se hacen las cosas mal
se acaba pagando.
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