CONSIDERACIONES
SOBRE LOS CLUBES DEL OPUS DEI
GATA4, 7 de julio de 2004
Yo pasé toda mi vida en el opus dentro de clubes juveniles.
Pedí la admisión, a los famosos 14 años
y medio, cuando frecuentaba uno de ellos. Y poco después
ya estaba con encargo apostólico en el de más
pequeñas. Desde el primer verano (y salvo los últimos
que eran semestres de centro de estudios), mis vacaciones
eran: mi curso anual y varias tandas de convivencias y campamentos.
Vamos que con 15 años recién cumplidos ya estaba
cuidando de niñas de 13. Y eso era así en casi
todos los casos: menos el consejo local, que eran universitarias-
máximo 22 años- todas las monitoras éramos
de ese tamaño.
Una vez desde el club nos fuimos a esquiar. Excursión
de un día y pistas facilitas. Pues bien volvimos con
una escayolada hasta la cadera y un montón de esguinces
y golpes. Las que sabíamos esquiar, nos dedicamos a
ello olvidándonos de a lo que íbamos.
Otra vez, en una convivencia en el norte de España,
se nos ocurrió irnos con 8 niñas y dos "responsables"
de 16 años a una especie de acantilado del que habíamos
oído hablar y que no conocíamos. Pues bien,
volvimos a casa a las 12 de la noche, acompañadas de
unos amables señores de verde (para los no españoles,
guardia civil, fuerzas de seguridad del estado), mejor no
contamos los motivos.
Ahora que lo pienso, eso no es privativo de los jóvenes
del opus. Este invierno, un domingo, en la sierra madrileña
hubo que poner en marcha un dispositivo de rescate importante
para buscar a 3 chicas que se habían perdido en la
montaña. Habían salido a pasar el día,
sin buen material de montaña, les pilló una
nevada y se perdieron. Se las encontró sanas y salvas
y posteriormente se generó un gran debate público
pues el costo de la operación (helicópteros,
bomberos, ambulancias, personal
) y el riesgo que habían
corrido "los rescatadores" por una imprudencia de
las "muchachitas" era grande. Digo muchachitas porque
al verlas en la televisión me di cuenta que los 40
ya no los cumplían. También me sonó todo
a conocido. Efectivamente, pocos días después
me lo contaba una numeraria como anécdota divertida:
eran 3 numerarias en su excursión mensual.
Vamos que si algún padre está pensando en mandar
a sus niños a estos clubes (o en estas fechas a alguno
de esos campamentos), además de otros riesgos, también
están en manos de irresponsables en el plano físico.
En el plano "espiritual", pues lo de siempre: se
montan actividades divertidas y atrayentes para chavalas pero
en las que siempre va a haber una intención proselitista
del opus. Y aquí es exactamente igual que en los clubes
que nos cuenta Lala:
se le encarga a gente del opus con gancho con esas edades
(y si no lo tiene, se inventa y se hace una campaña
de marketing con las niñas diciendo lo "estupenda"
que es fulanita que se va a hacer cargo del club) para lo
del efecto mimético.
Recuerdo que cuando ya llevaba algún tiempo en el
opus, una profesora de mi colegio (el colegio nada que ver
con el opus) que era agregada montó un club de estos
en su casa y con chicas de su barrio. Claro era menos pijo.
Ella pensaba que yo no era del opus sino de San Rafael y me
pidió que le ayudara con una actividad. Así
lo empecé a hacer. Al poco tiempo ella ya sabía
"lo mío" y me dijo que lo consultara. Lo
hice y
no volví por allí. La razón
no era, como la lógica nos podía hacer pensar,
que quitaba tiempo a mi verdadero encargo. No. Era mucho más
clasista. ¿Qué hace una chica como tú
en un club como ese?
Mi directora de entonces- a la que consulté lo anterior-
había estudiado en mi mismo colegio (más pijo
que los del opus, la directora del colegio por entonces era
una monja que era hija de no sé que marqueses y eso
de la urbanidad lo adquirimos por arrobas), y recuerdo que
en una ocasión hablando de alguien conocido de las
dos, comenté "¡es que tiene una mala uva!"
pues me dijo que eso no lo debía decir. No porque no
se debe criticar sino porque la expresión no era propia
de nuevo "status de numeraria". De esta anecdotilla,
me vengo acordando yo estos últimos días al
leer la correspondencia. ¿Se habrán relajado
en esto del vocabulario?
Para terminar algo más refrescante.
El segundo año de ser yo del opus, cambiamos "la
sede". La casa se había quedado pequeña
y hubo mudanza a otra mucho más grande y nuevecita.
Recuerdo el oratorio. No sé si es que tenían
muchas "sedes" nuevas y este retablo se lo encargaron
al último artista que quedaba y que era daltónico
o es que pensaron que era para gente joven y así no
se dormían. Es la única vez que he entendido
"la postura de la numeraria que reza" esa de sentada
en el banco con la cabeza entre las rodillas y no mirando
al Sagrario como parece lo lógico. ¡Cualquiera
miraba esa pintura! Vaya colorido, vaya contrastes
El caso es que cuando lo vi por primera vez, me preguntaron
que me parecía y yo dije: "pues que vamos a entrar
todas con gafas de sol".
No sé si es que no se dieron cuenta de la sutileza
de la crítica o que se quedaron solo en la forma, el
caso es que se convirtió en el tema de mi broma de
reyes: Una gata con gafas de sol.
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