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CÓMO FUE MI SALIDA DEL OPUS DEI

JFI, 12 de septiembre de 2005

 


Teniendo 3 años de haber pitado como numerario y viviendo en un centro estudiantil, se aproximada la fecha del 19 de marzo para renovar otra vez.

Sin duda que la "tibieza" (¿recuerdan esa palabra?) me había inundado, y una voz interna que decía que debía de terminar con todo eso y buscar nuevos derroteros. Sin embargo, la presión de salir equivalía a la condena eterna, y eso era algo que definitivamente no se juega, y nadie en su juicio y con una formación religiosa fuerte le gustaría experimentar. Por otra parte, era eminente que el consejo local estaba esperando a que terminara los estudios universitarios (un año más), para tener que viajar a otro país a hacer el CE. Nunca pude explicarme la causa de no tener que interrumpir los estudios para hacer el CE antes, y es algo que hoy agradezco a Dios para no tener que haber truncado los semestres de estudios. Sin duda que tomar la decisión fue muy espontanea y muy oportuna, como se lo comuniqué al director (hoy fuera también del Opus Dei) unos días antes de la fecha de renovación. Asimismo, como todo lo hace Dios, por cosas del destino, pude conocer en la Facultad a la primer promedio de la carrera. Una mujer muy preparada, amable y con una gran inteligencia que sin duda venía mezclada con una gran juventud y sencillez. Cursaba un año adelante (ya dije que era muy inteligente), y estaba por terminar ese semestre la práctica en la Universidad como profesora sin título, para poder graduarse y hacerse un espacio en el campo laboral. En el fondo, Dios me decía que esa era la que el había elegido para mí, y como dice P. Cohelo, "cuando tu quieres algo, todo el universo conspira para conseguirlo". Recuerdo bien que en ese tiempo que mentalmente no habian imposibles, que se podía conseguir lo que quisiera con mucho trabajo, pero que en el campo de parejas, realmente el Opus Dei no es la mejor escuela para como aprender a buscar novia, si o no!!.

Como la conciencia dictaba hacer siempre lo correcto, un detalle fue esperar a que pasara el 19 de marzo para comenzar a ver como podía acercarme a dicha persona, como dije, sin ningún tipo de experiencia previa en esas batallas o caminos "pecaminosos".

Las 12:00 de la noche del 19 de marzo lo esperé despierto en la casa de mis padres. Un gran peso se quitaba de encima y esa noche dormí muy relajado y emocionado por "recuperar" el poder de decidir, de dicernir y de "hacer lo que me daba la gana", que más pedirle a la vida.

Terminadas dichas obligaciones contractuales, el deseo más ferviente era que todo resultara de la mejor manera con esta hermosa mujer. Sin duda, la providencia de nuevo tuvo mucho que ver para que en poco tiempo, pudiera estar disfrutando de su compañia e iniciando una nueva etapa de noviazgo. He de admitir que ella tuvo que tener mucha paciencia para conmigo, porque a la distancia se veía que era muy inexperto, y las marcas del Opus Dei ha veces salían y se manifestaban en todo su explendor. Tuvo que esperar algún tiempo para darle el primer beso, y cuando al fin llegó ese momento, la exclamación inmediata de ella, pero también besas!! Tener que lidiar con posiciones intransigentes y un menosprecio a otras religiones o religiosos. Para colmo de males, su formación era protestante, y tuvimos que establecer un pacto entre ambos para que las creencias personales no interfirieran con la relación de pareja. Es decir, doblemente condenado al infierno eterno. Salir del Opus Dei e intimar con una novia protestante. Qué gran problema!!!.

Escribo todo esto, porque de no haber estado ella en ese periodo muy importante, seguramente el proceso de salida hubiese sido muy diferente. Sin duda, Dios todo lo hace bien, y todo tiene un motivo, aunque al momento no podamos entenderlo.

Para terminar con Rome y Juliet, después de 6 años de noviazgo, me propuso matrimonio, he de admitirlo porque yo estaba muy contento soltero, y tenemos dos hijos estupendos, uno de 5 años y otra de tan solo un año de edad, que sin duda son otra etapa muy distinta al matrimonio sin hijos. Cuando un hijo nace, se siente una gran responsabilidad que pesa sobre los hombros como ningún otra sensación comparable. Aquellos que leen esto y son padres entenderán perfectamente.

Pero empezamos hablando del Opus Dei y terminanos hablando de mujeres, familias e hijos. Vaya lío, pero que divertido, volver la vista atrás, y volver a recordarlo. Un saludo a todos, y gracias por el apoyo que todos ustedes representan.

 

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