COMENTARIO
DE LA AOP (Apostolado de la Opinión Pública)
y CARTA DE UNA AMIGA EX NUMERARIA
CARMEN CHARO, 9 de enero de 2006
Queridos todos, ¡Feliz Año!. Os transcribo parte
de una carta de una ex numeraria, porque creo que los detalles
concretos ayudan mucho y sobretodo a quienes nos leen desde
dentro. La carta iba acompañada de un archivo sobre
los ancianos y a ella le conmovió pensar cómo
se nos enseñó a "querer" a los propios
padres, cual es el valor de cualquier persona y por lo tanto,
de cualquier anciano en la obra... NINGUNO! por mucho que
algunos puedan contar anécdotas en contra de lo que
digo. Valen tanto como los datos que yo tengo de supernumerarias
abandonadas por tener demencia senil, o los datos de hijos
a los que se les anima a meter a sus padres en residencias
porque entorpecen los encargos apostólicos....
El archivo lo mandé a la Oficina de la AOP
[Apostolado de la Opinión Pública] acompañado
de un comentario. Al entrar en la web oficial, me veo de forma
muy oportuna, el
caso de Mª José Lostau, una numeraria
de 45 años, con una enfermedad degenerativa que la
tiene postrada en una silla de ruedas. Todo mi respeto por
ella, pero ¿cuántas, en situaciones similares,
han sido devueltas a su familia para que se hagan cargo de
ellas? Les pregunté de qué vive esta numeraria,
quién se hace cargo de ella económicamente y,
lógicamente no me han contestado ni van a hacerlo porque
no tienen nada que decir. Mientras, persiguen a otras huidas
de la secta, a las que fundaciones fantasmas les concedieron
préstamos para vivir en los centros y cursar sus estudios.
¡Ay obradedios, obradedios! ¡Cuanta mentira!
Pero qué bien ha quedado el testimonio de Mª Jose
Lostau en plena Navidad. ¿Habéis conseguido
mucho dinerito?
Bueno, a lo que ibamos, la carta...
Queridísima Carmen,
..... De solo pensar que a mi en el centro de estudios
se me puso el entonces don Javier de ejemplo, que al morir
su madre no fue al entierro y esto para más gloria
de Dios.... en fin, raya la blasfemia. Esto me lo dijeron
en Patrialandia para que vaya a visitar a mi familia cada
dos meses teniendo yo los 18 recién cumplidos y sabiendo
que en medio año me iba a Quintopino y a no verles
por cuanto tiempo??? Increíble, poco antes de irme
fue el cumple de uno de mis hermanos y tampoco me dejaron
ir. A la vuelta de los años me pregunto qué
fusible no me funcionaba en la cabeza para no reaccionar
ante semejantes aberraciones.
Otra historia, para que veas que bestias son y como,
además, tergiversan la verdad. Al llegar a Quintopino
nos invitó a mi padre (que me acompañó)
y a mí el consiliario a merendar. Como en Quintopino
es todo muy pequeño pues cuando llegas, haces una
paseo que dura unos 10 minutos y "te pasan" por
la asr [Asesoria Regional] y por la comisión para
saludar. En fin, a nosotros nos pareció así
como un super honor y bastante familiar (y la merienda estuvo
muy buena). El consiliario de Quintopino era -ya no lo es-
Pepito Grillo, que trabajó años en el consejo
gral en Roma. En fin, que en esta merienda nos cuenta que
lo importante en casa es ser sinceros y decir siempre lo
que nos pasa, aunque a veces tengamos la sensación
de que no se nos entiende, que nunca nos echaran nada en
cara (sic). Y nos contó una cosa que le pasó
en carne propia: siendo miembro del consejo gral en Roma
surgió en Madrid un asunto familiar de importancia
y el decidió viajar. Nos contó que don Álvaro
lo consultó con el consejo y todos estaban de acuerdo
que no tendría que ir. El contestó que veía
de conciencia ir, y efectivamente, fue. Al regresar -y este
es el mensaje que él nos quería transmitir
a mi papi y a mi-, nunca nadie le echó en cara su
decisión, es más, ni siquiera se habló
del asunto. Esto nos lo contó en el 88.
Curso de retiro en el 2001: en la consabida charla sobre
la obediencia cuenta la secretaria regional de Quintopino
la anécdota pero, ¡oh sorpresa! para mí
que la conocía de primera mano, solo hasta "el
consejo gral y don Álvaro decidieron que no tendría
que ir". Y ahí se terminó la anécdota.
Mira que estando en el pantano hay miles de millones de
anécdotas sobre la obediencia heroica (je je je)
de los primeros, los segundos, los terceros.... y por qué
entonces meterse en camisa de once varas, contar una cosa
por la mitad y en el fondo mentir??? Yo, como me creía
muy responsable del buen espíritu (del Espíritu
Santo y no del espíritu aquel.....) fui y lo consulté
para comentárselo a esta persona, porque lo veía
de conciencia. Además viendo la responsabilidad que
tiene ella como secretaria regional y estar contando una
cosa (a sabiendas, claro que si) a medias de una persona
a la que todas conociamos. Y adivina???? Que no, que no
hacia falta que se lo comentara, que quizás a ella
el consiliario le hubiese contado la historia así
como la contó ella y que no aportaría nada
contándole la segunda parte. Mira, mientras te lo
escribo sigo alucinando por todo.... Pero por ese entonces
ya me funcionaban algunos fusibles mas y sabía yo
con palabras de E.B.E. que tenia "los
días contados", sólo que me costaba
hacerme a la idea que lo que yo creía divino no era
ni siquiera humano, más bien diabólico, si
sigues el pensamiento que tanto se cuida allí que
Satanás es el padre de la mentira, y el vivir allí
es vivir en la mentira.
Además pensé, a mi no se corta nadie en
hacerme una corrección fraterna porque llevo una
falda un poco ajustada (!tendrías que verla!) o por
llegar tarde a la oración, o por no limpiarme bien
los zapatos o por hablar demasiado en las tertulias (cuando
nos dormíamos todas del aburrimiento) o tantas sandeces
que estando allí aceptas que te digan porque son
"las reglas del juego". Y a mi se me prohíbe
hablar con una persona para aclararle una cosa que quizás
no sepa???? Me acuerdo que dije que además con la
fidelidad me había comprometido a hacer la corrección
fraterna especialmente a las personas de gobierno.... y
no me dejan hablar con ella no para comentarle una falta
sino para contar -repito- la segunda parte de una historia
que ella conocía????
También recuerdo que estando en el retiro le
dije a Dios: punto final entre ellas y yo. Una cosa era
para mi ponerme frente a Dios y otra muy distinta participar
de un sistema viciado y vicioso. Claro que esta actitud
te hace una vida allí imposible y recién al
decidir firmemente irme empecé a respirar en esta
vida.
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