QUE ME CONDENEN SI
SU CONCIENCIA SE LO PERMITE
B. O. España, 31-03-2003
Soy una chica de 17 años que estudia en un colegio
del Opus Dei y me gustaría contar mi experiencia en
este colegio.
La historia se remonta a la llegada de mi familia a España
(he de aclarar que mi padre es español-católico
no practicante- y mi madre, extranjera-protestante-). Mi padres
comenzaron la búsqueda de colegios de buena reputación,
entre ellos, uno del OD... qué inocentes. Mis padres...
ninguno de los dos sabia qué era la obra.
Los primeros años transcurrieron normales. Todo empezó
a cambiar cuando la gente se entero de que yo me habia bautizado
a los 7 años ¿acaso es pecado? ahí las
numerarias olían que algo iba "mal". Cuando
hice mi primera confesión, lógicamente fue con
un sacerdote, pero las sucesivas confesiones las hacia directamente
con Dios, eso era lo que mi madre, al ser protestante, me
había inculcado.
Al enterarse de esto, los sacerdotes me agobiaban constantemente
con preguntas a las que yo, con 7 años no sabia cómo
responder y acababa siempre llorando. He tenido conversaciones
con sacerdotes en las que me decian que debia plantarle cara
a mi madre y hacer lo que el colegio (o sea, el Opus) me enseñaba.
A los 10 años, una amiga me habló de un club
en el que hacian muchas actividades y me apunté pero
al cabo de un año, me di cuenta de que yo no pertenecia
a ese ambiente... y lo dejé. Una vez dejado ese club,
ningun miembro de él (me refiero a la numerarias) me
ha vuelto ha dirigir la palabra, ni siquiera la mirada.
Mi madre sufría en las tutorías en el colegio,
temia siempre que la religión apareciera en la conversacion,
y siempre aparecía.
Imaginaros por un momento que sois protestantes, extranjeros
y sabeis hablar muy poco español, no lo suficiente
para defenderos de ataques, entonces entenderéis cómo
se sintió mi madre cuando mi tutora de aquel año
le restregó por la cara: "mi religion es la unica
verdadera, así que ¿por qué dices que
la tuya es la verdadera... no lo es; la mia sí".
Esa no fue la única vez.
Años mas tarde, las numerarias intentaron "atraparme".
No me dejaron en paz hasta que les dije con muy mala uva (por
decirlo de otra manera) pero con mucha educación -no
dejemos mal al colegio-, que me dejaran en paz. No me confesaba
porque no me daba la gana, no comulgaba porque no me salia
de ningun sitio.
Aún asi, me encontraba a sacerdotes por los pasillos
que no dejaban de atacarme con preguntas fuera de lugar ("¿como
va tu crisis religiosa?"), que siempre me dejaban llorando.
Ahora ya tengo 17 años y la fuerza suficiente de pararle
los pies a cualquiera que me viniera con cuentos...no chino,
sino del opus. Una numeraria que ha llegado nueva a mi ciudad
parece ser que me ha tomado cariño, y no deja de llamarme
para quedar a pesar de las indirectas directisimas que he
lanzado para que deje de buscarme. Siempre buscan la salida
de la conversación hacia la religion, por mucho que
ellas digan que no quieren presionarme... y digo yo, ¿a
qué llaman ellas no presionarme? ¿a estar constantemente
diciéndome en el tiempo en lo que dura un cafe "nadie
te va a presionar, tu eres libre... ¿en algun momento
te sentiste presionada?, ¿te sientes presionada en
el colegio?... "eres libre, nadie te va a decir nada
porque cada uno tiene su propia opinión y hay que respetarla"...
¿Respeto? ¿A qué llaman ellas respeto?
Porque por lo que me han hecho ver, mucho predican de la
igualdad de razas y del respeto hacia los demás pero
son unos hipócritas. ¿A qué llaman respeto?
¿En qué mundo viven? Respétanos
tu. Pero nosotros a ti no"... ¿Será ese
su lema? (Entre muchos otros) ¿se creen superiores
o que? Mira por dónde... aquí ha salido el racismo...
¡¡elitistas, clasistas!!
Yo sí tengo respeto hacia los demás y doy gracias
a Dios, nunca mejor dicho, y no al opus, que mis padres me
hayan enseñado desde pequeña a hacerlo. Pensé
en declararme delante de ellas como protestante para que me
dejaran ya de una vez en paz, pero ¿sabéis lo
que me han dicho? Que mi situación es fácil
de corregir. Ah claro, pertenecer a otra religión ¡es
pecado! Pero cómo se me ha olvidado ese detalle...
esta cabeza, en que estaré pensando! (En chicos...
¡no! (Eso es pecado... ¡lujuriosa! ) ..."¡Lo
puedo corregir!"...destaco otra vez su forma de respetar,
me da la risa.
Estoy casi segura de que tengo en mi colegio a diversas fanáticas
de la obra. Lo que hagan en su vida privada como mortificaciones
de la carne, no me interesa, puedo llegar a tolerarlo pero
no me parece bien que intenten comernos la cabeza poco a poco
con esas... mejor no decirlo. ¿No nos enseñan
ya desde pequeños que Jesucristo sufrió por
nosotros en la cruz? ¿No es suficiente ese sacrificio
que todavía los hombres tenemos que usar un cinturón
de pinchos para ofrecerlo a Dios? No sé si será
mi opinión algo egoísta pero hay formas incruentas
de hacerlo, como Dios quiere. Lo único que me faltaba
por ver ahora será ver como crucifican a un hombre
(o una mujer, porque con lo machistas que son...) cada vez
que se celebra una misa... pero tengo entendido (o me han
hecho entender, corríjanme si me equivoco, que lo dudo)
que la Iglesia condena cualquier daño que hagamos a
nuestro cuerpo como es el abuso del alcohol, drogas, mutilaciones,
el suicidio... o eso he estudiado en mi libro de religión.
Entonces, el uso del cilicio, ¿que es? un pasatiempo?
no, si solo hará cosquillas... por favor!!! eso es
hacernos daño a nosotros mismo, mutilar nuestro cuerpo.
He de decir que por más que me hayan echo sufrir,
no me cambiaria de colegio por nada... Pensareis: ¡estas
loca niña!. Pero no, estoy muy cuerda, no me cambiaria
por la simple razón de que tengo grandes amigas en
el colegio, y hay muy buenas profesoras (al margen de si son
o no de la obra), gente con la que puedes contar, y eso, es
difícil de encontrar.
Quizás lo que mas me ha dolido de todo es que hayan
intentado ponerme en contra de mi madre... la familia es sagrada...
quien me la toque, se prepara!!
Algunas numerarias me perseguirán por la eternidad,
¡que se le va a hacer! yo seguiré parándoles
los pies, eso sí, con mucha educación y respeto,
no como unas que yo me se. Ya he aprendido a tomármelo
como un chiste, cuando se acercan a mí, me río
(por no llorar de desesperación, claro) -recomiendo
esta práctica para todos-. Tengo 17 años...
¿que esperan de mi? Seré egoísta o superficial
pero aquí defiendo a Jesús, quiero pasármelo
bien con los amigos y salir con ellos, lo que debe de hacer
una persona de mi edad, vivir la vida.
Que me condenen, si su conciencia se lo permite.
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