EL
CASO ENRON Y UNA SIMILITUD CON EL OPUS DEI
E.B.E., 6 de mayo de 2005
Hace unos días leí un comentario sobre un documental
(Enron: The Smartest Guys in the Room) acerca de la corporación
Enron, estrenado días pasados en Estados Unidos.
«Existe una impresión general de que Enron
fue una buena corporación a la que le fue mal. Esta
película argumenta que se trató de un juego
engañoso casi desde el comienzo. Era "la mejor
compañía de energía en el mundo"
según sus propios ejecutivos (
). En el momento
en que ellos hacían esta afirmación, tenían
que saber que la compañía estaba en bancarrota,
había perdido su valor mucho tiempo atrás, había
inflado sus beneficios y ocultado sus pérdidas a través
de prácticas contables corruptas
»
Me pareció un comentario muy pertinente a la corporación
de la cual fuimos parte, algo así como si la Obra fuera
«una Enron de la Iglesia», que todavía
«no cayó» sencillamente porque «el
Estado» no interviene:
- la Obra oculta y niega permanentemente sus pérdidas,
el número de personas que abandonan la institución;
- vive en medio de una atmósfera de existismo y
de omnipotencia;
- reelabora constantemente su propio pasado: sus balances
históricos no son acordes a los hechos sino que están
«inflados»;
- hace publicidad de un «valor sobrenatural»
extraordinario que no tienen ni la vocación ni la
institución (sus prácticas corporativas demuestran
que las vocaciones tienen el valor de lo descartable);
- tiene un crecimiento externo ficticio, basado especialmente
en que «todos dejan algo» pero «nadie
retira nada» cuando abandona la compañía,
por lo cual es una acumulación perfecta
sin pérdida alguna (salvo excepciones, que las habrá);
- sus ejecutivos dicen constantemente que se
trata del «mejor lugar para vivir y para morir»,
cuando en realidad son conscientes de la cantidad de personas
deprimidas que hay en la compañía;
- Así como explica el documental- Enron fabricó
su valor en base al valor hipotético a futuro,
muchos entregamos todo por algo hipotéticamente revelado
por Dios, que nunca se demostró como tal;
- Existe la impresión de que la Obra fue buena en
un comienzo y luego le fue mal. En este sitio web no pocos
pensamos que se trató de un fraude, desde el comienzo.
Y por tanto hablar de reforma no tiene mucho sentido.
Los entendidos dicen que el gran fraude de Enron fue posible
gracias al marco jurídico desregulador que le permitió
evitar muchos controles estatales. Al menos, en lo que respecta
a la Obra, lo que ella ha conseguido es una desregulación
que le ha otorgado una autonomía adecuada a sus deseos
hegemónicos.
Por último, no menos coincidentes son dos comentarios
que, en otro artículo, hace el mismo autor citado:
«Me ha sorprendido la manera en que mis amigos se
identifican con sus corporaciones. Ellos son leales a una
entidad que sólo existe para perpetuarse a sí
misma». Me pareció una buena definición
de la Obra: entidad que sólo existe para perpetuarse
a sí misma.
Luego dice:
«Yo creo posible que él [responsable de Enron]
piense que es inocente. En términos corporativos lo
es: sólo hizo su trabajo siguiendo la naturaleza psicopatica
de [la corporación] Enron». En la
Obra, los directores no conciben que puedan ser culpables
de nada ya que ellos están «obedeciendo siempre»
a la «Superioridad», no importa quién sea,
de dónde venga ni qué sea lo que mande.
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