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BREVE PERFIL PSICOLÓGICO DE LA OBRA

P.S., de Chile, 31 de agosto de 2003


Respecto de los miembros o cercanos al Opus que han estado escribiendo en esta sección, con la mejor voluntad, sin duda, y con toda la penosa angustia que visiblemente les provoca el diálogo con quien piensa y siente distinto respecto del Opus o de quien fuera su fundador (QEPD), tengo algunas reflexiones:

Me parece un error q algunos entiendan (o pretendan hacer entender) que los testimonios recogidos en esta web tienen como objetivo la "crítica constructiva" a la Obra, o el ánimo de ayudar a sus miembros -o al grupo todo- a modificar ciertas características negativas, de modo de contribuir al perfeccionamiento de la institución y a una mayor aproximación hacia el verdadero espíritu del mensaje de Jesús de Nazaret. Y aclaro que no estoy diciendo que me parezca errado escribir y publicar estos valiosos testimonios (que si creyera eso, ni yo mismo les estaría escribiendo); lo que considero un error, más exactamente, es la interpretación de algunos respecto de las intenciones que tenemos al esribir y publicar dichos testimonios (plan "crítica constructiva"), porque en realidad no pretendemos -ni jamás podremos- cambiar al Opus Dei, y sabemos que a lo más que podemos aspirar es a ayudar a cuantas personas sea posible a alejarse, prevenir y/o reparar el tremendo daño que la Obra es o ha sido capaz de causarles. Ésa es más bien la intención -tremendamente noble- que los mismos conductores de este website exponen en la presentación del mismo... (Ver ¿QUIÉNES SOMOS?)

¿Por qué creo qué la "crítica constructiva" no opera cuando se trata del Opus Dei? (y esto interesará especialmente a quienes sueñan con "cambiarlo desde adentro")

En primer lugar -de Perogrullo-, porque "el Opus Dei es perfecto" -será la automática respuesta a cualquier crítica- y, "si bien se pueden decir muchas cosas respecto de algunos de sus miembros como personas individuales, toda crítica directamente dirigida hacia la institución como tal es un ataque satánico contra una obra predilecta de Dios, contra la Iglesia y el Papa, contra Jesús y contra Dios Padre". Estoy seguro de que muchos escuchamos más de una vez ese discurso (o peor, fuimos los ecargados de pronunciarlo).

En segundo lugar -hilando un poco más fino-, creo necesario entender qué es lo que representa el Opus, como grupo, dentro del catolicismo contemporáneo. A mi modo de ver, y centrándome sólo en el aspecto que me parece más importante desde el punto de vista de la psicología de grupos, el Opus Dei funciona -dentro de la Iglesia- en una posición denominada Polo Narcisista Paranoide, donde los contenidos de la "ideología" defendida por el grupo adquieren un carácter peligrosamente total, y absoluto.

En este tipo de grupos (ciertamente, muy primitivos desde el punto de vista psicológico), el individuo está drásticamente supeditado a un valor único ("la Obra"); ella es más importante que el sujeto individual, hasta el punto de anular el valor de cada uno como persona y como ser humano. Sólo "valen" aquellos que se someten a dicho valor único, mostrándose una total intolerancia y desprecio frente al pensamiento y la autonomía individual.

Como característica que refuerza lo anterior se encuentra la utilización masiva de la escisión de la realidad -como mecanismo defensivo-; hay una disociación total entre buenos y malos, o sea una división del mundo en amigos y enemigos. Los malos pueden ser atacados y destruidos sin experimentar culpa (y sin siquiera tomar consciencia de dichos ataques); los buenos, por otro lado, deben ser defendidos. No existe lugar para el diálogo, para el intercambio, ni mucho menos para el cuestionamiento (esto queda perfectamente ilustrado en las palabras de Monseñor Escrivá: "obedecer o marcharse"...) Es decir, no habrá jamás "cruza" ni, por lo tanto, fecundidad, ni desarrollo, ni crecimiento, ni cambio.

El término "narcisista" alude al desproporcionado sentimiento de superioridad y privilegio del grupo respecto de sí mismo, y a su exagerada tendencia a auto-idealizarse; pero ojo q esto no necesariamente se da a nivel individual en los miembros del grupo en cuestión, donde vemos muchas veces la dramática desnutrición de la autoestima del sujeto, en contraste con la apodíctica convicción grupal de ser 'mejores' que el resto de los mortales -no importa que no lo digan, es claro que lo sienten-. Esta tendencia a la auto-idealización va asociada a otra, igualmente poderosa, a la desvalorización de quienes no forman parte del grupo ni le rinden tributo.

"Paranoide", por otro lado, se refiere a otra tendencia -también muy marcada- a sentir como amenazante todo lo que se sale de los cánones de la propia agrupación. La sensación de amenaza se experimenta como angustia y ésta, a su vez, fácilmente se traduce en conductas de ataque y/o fuga. Muy ilustrativo de la orientación fanática y paranoide del Opus Dei me parece el concepto de la "santa intransigencia" acuñado por Monseñor Escrivá (noción q más parecería plagiada de los escritos de algún psicopático clérigo de los tiempos de las Cruzadas o de la Inquisición).

En el caso del Opus Dei, a las propiedades narcisistas y paranoides atribuidas universalmente a los grupos regresivos, cabe agregar las de sadismo y masoquismo (no me extenderé en este punto, ni me parece necesario; basten las palabras 'cilicio' y 'disciplina', sólo como botones de muestra), y -en términos generales- todo el conjunto de graves lesiones infligidas a la vida psíquica de sus miembros, a sus modos de relación, a su capacidad de experimentar sentimientos profundos y genuinos por otras personas, a sus vínculos familiares, a su sexualidad y su capacidad de disfrutar de ella como cosa agradable y buena, a su inteligencia y su creatividad, a su identidad, a su personalidad, etc, etc, etc.

En fin, da para mucho más... pero volviendo al motivo de esta carta: no me parece -insisto- que, tratándose del Opus Dei, pueda existir algo llamado "crítica constructiva" ni nada semejante, puesto que -por todas las razones esgrimidas más arriba, y por muchas otras- la Obra es una estructura absolutamente impermeable a la crítica, sea ésta constructiva o no.

Para terminar, y como consejo para los miembros y cercanos al Opus: cuando visiten esta web, abran bien los ojos y los oídos, y traten de invertir su energía en atender y entender -sin prisa, sin apremio- lo que la mayoría de nosotros estamos tratando de transmitir, más que en ineficaces y nerviosas contestaciones que no logran disimular la bronca, y que no hacen más que repetir cuentos que ya nos sabemos de memoria.

Por la libertad (por la verdadera libertad),

PS, Chile.

 

 

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