CORRESPONDENCIA

Viernes, 24 de Febrero de 2006

Querid@s tod@s

Hace mucho que no escribo aunque procuro seguir los avatares de esta magnífica web. Todos los correos son muy interesantes. Habría que felicitar a tanta gente que prefiero no dar nombres. El hecho es que Flanpan (22.02.06) comenta en su escrito un dato clave para entender la aberración en que se ha convertido la Obra: las visitas de pobres.

Lo que dice es cierto; con una cara dura digna de Maquiavelo se nos decía (y nos creíamos) que al visitar a los enfermos o pobres, no íbamos a ayudarles o a solventar un problema, sino a remover los corazones de los chicos de San Rafael para que pitaran. En su día “denuncié” esta manipulación en la delegación pero no me contestaron. No es de extrañar que la Obra se esté yendo a pique pues nunca nadie había prostituido de tal manera el mensaje de Amor del Evangelio. Si se pisotea de esta manera el primer y más importante de todos los mandamientos, ¡qué no se hará con las vidas y conciencias de quien se acerca a Cristo con la mejor intención! También es verdad la otra cosa que comenta; yo conozco personalmente a una persona de la Obra que – entre otras cosas – se dedica a visitar a algunas personas mayores, ricas y solas para que hagan testamento en favor de la Obra. ¡Lo que les gusta la pasta y las joyas a esos tíos!

Y ahora voy a por Vier. ¡Yo también he probado las croquetas de Molinoviejo! Estaban de chuparse los dedos. Su experiencia también la viví yo. Cuando comentabas en voz alta – e intencionadamente – lo bueno que estaba un plato, alguna numeraria con corazón se te acercaba con una sonrisa mal disimulada y te ponía la bandeja al lado para que repitieras. ¡Que Dios bendiga a esas santas y maravillosas esclavas del siglo XX!

Un saludo de

Edu

PD. ¿Podría alguna ex numeraria (o numeraria ¡igual nos leen!) darnos la receta de esas sabrosísimas croquetas? Las que yo hago me salen fatal; se me deshacen en la sartén y no las come ni la gata. Pero que sea una receta sencilla, porfa; no como aquella que comienza diciendo: “Para empezar, se coge un cerdo y se le capa”.

Visito la páginas desde hace ya 2 a 3 años, y de verdad llama poderosamente (y gratamente) la atención el cambio que se va generando en los participantes del foro ex post. Día a día están mas abiertos, menos problematizados, mucho mas centrados en lo que intentan conseguir con vuestro trabajo y participación.

Pensando en como participar y aprovechando el tema rondante de "Codigo Da Vinci vs...", se me ocurrió pensar en unir varias cosas que proponen o cuentan en sus ecritos. Imaginemos por un momento, que la decadencia del Opus no es tal, que la coyuntura les favorece unos 100 años mas, que su poder "economico" y por ende de presión sobre la sociedad y la iglesia sigue creciendo, y vayamos un poco mas allá. Supongamos por un momento que hasta los hacen PAPAS.

Ahora, imaginemos como la ingenieria del recuerdo del santo sigue su trabajo hasta convertirlo directamente en un ser inexistente y legendario pero asumido por los seguidores como real y todo poderoso, omnipresente, omnisiente.

¿Hasta donde creen ustedes que llegarian?, ¿Concilio para ampliar la trinidad?

En realidad, no es mi intención, (aunque no lo parezca), jugar al novelista perdido, sino sumar cosas, han contado y demostrado como poco a poco la ingenieria publicitaria que mantiene y mejora la imagen del padre va modificando poco a poco, palabras, frases, y supongo que pronto podran demostrar que hechos tambien. Esto debe ser sumado al estado de infantilismo en que se sume a sus seguidores, por lo tanto no tienen permitido dudar de la palabra del sistema opusino cuando baja linea. Porque dudar ya es pecado. No estoy lejos despues de leer a Itaca.

Por lo tanto, no hubiera faltado mucho en mis elucubraciones para que Escrivá se convirtiera en el centro de la liturgia y no en uno mas de la sumatoria de santos.

En definitiva y para darle un sentido a lo que digo, brindo aqui con ustedes por la DUDA, aquella duda que nos convierte en humanos, con libre albedrio, que nos obliga a mirar con detenimiento, a escuchar con detenimiento, a no quedarnos con una sola voz. Esa maravillosa DUDA que nos permite ser personas diferenciadas y diferenciables, preguntarnos si estamos en el buen camino, o si hay un camino. Esa duda que te permite comprender el mundo a tu manera por que es asi como debes comprenderlo.

Bueno nada...

Muchas gracias por su atención y a seguir atando cabos que de apoco se construye el conocimiento.

Un abrazo, un aliento y lean los libros prohibidos, aquellos que han crispado la piel de los prelados, y a la sumatoria de libros de los cuales el Opus y creo que la iglesia no han dicho nada, quisiera sumar uno que me resultó tan increiblemente interesante que me llamó la atención el revuelo del Codigo Da Vinci, y este es "LA SANTA ALIANZA - CINCO SIGLOS DE ESPIONAJE VATICANO" de Eric Frattini - ESPASA.

Lo increible de este libro es que cita documentos que demuestran la existencia histórica de un servicio de espionaje vaticano hasta nuestros dias practicamente e incluso como parte de este servicio es brazo ejecutor, asesinos para el papa y la iglesia.

A mi me dejó helado el leerlo y poder confirmar algunos de sus datos, y que no levantara revuelo, ¿es tan aceptada la idea de que el papa necesita un servicio de espias como que necesita un servicio de asesinos?

Lamentando los errores ortográficos cometidos, me despido hasta la proxima.

The End

Lateral

Queridos todos:

Me doy cuenta de que es un tema, el de la mortificación corporal con esos instrumentos, cilicio y disciplinas, que ha hecho mucho daño.

Lamento el haber re-abierto heridas con ello, pues siempre es doloroso rememorar lo que te ha hecho daño.

Yo introduje el tema en el sentido de que, para que nos hagan caso en la Iglesia, tratar de un tema que en ella no es problemático, o al menos asi me lo pareció, no nos trae ninguna ventaja, sino que van a pensar que no estamos muy por la labor en este renglón.

Tengo entendido que esos dos instrumentos la Obra los compra en algún convento de Carmelitas Descalzas ( las de Santa Maravillas de la Cruz ), que ellas los fabrican para su uso, y además los exportan al Opus Dei.

Desde luego a mi me supone una dificultad muy grande "tragar" que les sea impuesto -su uso- a los menores de edad.

De todas formas, todos habláis de auto-flagelación o de auto-disciplinas. Supongo que os dáis cuenta de lo del "auto", es decir, que es la persona que se lo auto-inflinge. No que es otro -el director o la directora- la que flagela al interesado. Siempre he pensado que, para sobrevivir como persona en estos sitios, hay que tener las ideas muy claras con la libertad. Lo mejor, lo más sano desde el punto de vista de supervivencia anímica, es hacer absolutamente lo que a uno le da la gana, aunque, claro, sin hacerlo delante de la cara de los directores, porque entonces sería una provocación y se cabrearían, provocando los consiguientes correctivos. ( Se supone que no en forma de flagelación). El andar siendo "salvajemente sincero" en estos temas, que te pueden ocasionar pérdida de sustancia anímica, tal como dice la Doctora Marie-France Hirigoyen en su libro Acoso Moral, no es de personas bien formadas. Me refiero a la formación de la familia cuando eres pequeño. Tu madre te enseña a no cruzar la calle sin mirar, porque pasan coches y, junto con ello, a que no pongas tu corazón siempre en tus manos, porque te lo puede devorar cualquier ave rapaz que esté por allí cerca. Eso es formación integral de la persona en casa, recibida de tus padres, y, es lo más elemental que los padres deben enseñar.

Bueno, en resumen, que el tema de marras es muy sensible y, ya se vé, levanta ampollas. No quiero ser yo el que las continúe levantando. O sea que por mí, tema concluido.

Un abrazo muy fuerte a todos, y, en particular, a los/las que haya podido hacer sufrir por rememorar esos temas: Os quiero muchísimo.

Josentonio

Respetables señores.

 Os ruego leer con atención la carta que escribí en 1998 como respuesta a las inquietudes que mi hermana me hizo llegar a raíz de la campaña mediática de insultos y descalificaciones que el Episcopado Mexicano lanzó con el propósito de alentar el odium plebis contra el abad de la Basílica monseñor don Guillermo Shulemburg quién había sido nombrado abad de la Basílica de Guadalupe por el Papa Pablo VI y sólo un Papa podría removerlo. He aquí mi carta:

Hola:

En mi anterior envio acerca del Opus Dei y el codigo da Vinci, se me quedo una idea sin terminar. Es esta: ¿por que la defensa violenta seria signo de inseguridad? ¿No sera mas bien una muestra clara de mala fe?

Es lo tipico en las acciones violentas: yo no estoy muy seguro de poder hacer algo que tal vez perjudique a mi vecino o a cualquiera que sea mi projimo, entonces busco un pretexto para sentirme ofendido y tomar violentamente aquello que quiero sin merecerlo. A veces el pretexto no es una ofensa, sino un llamado de un ser superior para una mision especial que me exime de otros deberes de justicia ¿les suena? De esto vive no solo el opus, sino otros muchos lideres espirituales.

Pues bueno, yo pienso que en el opus hay un poco de ambas cosas (inseguridad y mala fe)...

 Tu mensaje publicado el pasado día 17 me impresionó mucho. Se trata de un ejemplo vivo de las consecuencias negativas de la intromisión de la obra en un matrimonio y en una familia.

 María Cristina ya te dio los consejos más importantes para una situación como ésta, consejos que aquí sintetizo:

-         La necesidad de conversar abiertamente con tu mujer sobre la perturbación que el hecho de que ella se haya hecho supernumeraria constituye para vuestra relación matrimonial;

-         La insistencia en que tu mujer respete tu forma de pensar y de sentir en relación a materias de fe, de doctrina y otras;

-         La importancia de dejar claro que no quieres que vuestros hijos sean “absorbidos” por el opus dei, tanto en los colegios como en las actividades de los clubes;

-         El beneficio muy grande en que recurras a un sacerdote de confianza (que no sea de la obra) para pedirle ayuda en la orientación de tu vida y en los problemas que puedes tener que hacer frente.

Me gustaría también añadir lo siguiente:

a)      Como tú mismo dices, consideras que la unión de tu matrimonio y de tu familia son valores de enorme importancia, por lo que vale la pena hacer todo lo posible para preservarlos. Por eso, debes ser comprensivo con tu mujer y –además de la postura firme que escribí más arriba-, no la fuerces nunca a optar entre ti o el opus dei (de forma directa o indirecta).

b)      Es necesario tener en cuenta que tu mujer está viviendo la “fase de encantamiento” con la obra, porque, en realidad, las personas que la captaron para la institución sabe mostrarle bien la cara agradable del opus dei... Paradójicamente, sería más fácil para vuestro matrimonio si tu mujer ya hubiera sido supernumeraria cuando os conocistéis y casastéis. Si hubiese sido así como hubieran sucedido las cosas, habría menos sorpresas: ya sabrías como era ella y ella conocería tus reservas en relación al opus dei. Pero no fue así como sucedieron las cosas; entonces pídele a Dios que te dé la gracia para vivir vuestro sacramento matrimonial en las circunstancias actuales.

c)      Un último consejo muy práctico: si por causa de las exigencias de la obra vuestra vida se vuelve muy difícil, no dudes en dirigirte a un sacerdote del opus dei, no para que te confiese ni para hablar de tu vida interior, sino para contarle lo que está sucediendo con vosotros. La obra no contempla bajo ninguna hipótesis que una supernumeraria se separe de su marido; eso constituye para las directoras un enorme recelo, por lo que, teniendo conocimiento –a través de ese sacerdote- que tu posición es de oposición frontal a las actitudes de tu mujer, la tendencia será ablandarle las exigencias que le ponen y le aconsejarán ser más cooperante contigo. Pero éste es un recurso para una situación extrema que espero que no llegue a darse porque tú conseguirás –también con la delicadeza y ternura de un marido enamorado-, acertar con tu mujer en la orientación de la vida de vuestra familia.

Pido a Dios que te dé ánimo para superar esta fase difícil y para que de todo el sufrimiento surjan muchas alegrías para ti, para tu mujer y para vuestros hijos.  

Marypt

A tua mensagem publicada no passado dia 17 impressionou-me muito. Trata-se de um exemplo vivo das consequências negativas da intromissão da obra na vida de um casal e de uma família.

Maria Cristina já te deu os conselhos mais importantes para uma situação como esta, conselhos que aqui sintetizo:

-         A necessidade de conversares abertamente com a tua mulher sobre a perturbação que o facto de ela se ter tornado supranumerária constitui para o vosso relacionamento de casal;

-         A insistência em que a tua mulher respeite a tua forma de pensar e de sentir em relação a matérias de fé, de doutrina e outras;

-         A importância de deixares claro que não queres que os vossos filhos sejam “absorvidos” pelo opus dei, seja nos colégios ou nas actividades dos clubes;

-         A vantagem muito grande em que recorras a um sacerdote de confiança (que não seja da obra) para lhe pedires ajuda na orientação da tua vida e nos problemas que podes ter de enfrentar.

Eu gostaria ainda de acrescentar o seguinte:

a)      Como tu mesmo dizes, consideras que a união do teu casamento e da tua família são valores de enorme importância, pelo que vale a pena tudo fazeres para os preservares. Por isso, deves ser compreensivo com a tua mulher e – apesar da posição clara que acima referi – não a forces nunca a optar entre ti ou o opus dei (de forma directa ou indirecta).

b)      É preciso ter em conta que a tua mulher está a viver a “fase de encantamento” com a obra, porque, na verdade, as pessoas que a captaram para a instituição sabem bem mostrar-lhe a face agradável do opus dei… Paradoxalmente, seria mais fácil para o vosso casamento se a tua mulher já fosse supranumerária quando se conheceram e se casaram. Se tivesse sido assim, haveria menos surpresas: tu já saberias como ela era sendo da obra e ela conheceria as tuas reservas em relação ao opus dei. Mas não foi assim que as coisas se passaram; então pede a Deus que vos dê a graça para viverem o vosso sacramento matrimonial nas circunstâncias actuais.

c)      Um último conselho muito prático: se por causa das exigências da obra a vossa vida se tornar mito difícil, não hesites em dirigir-te a um sacerdote do opus dei, não para te confessares ou para falares da tua vida interior, mas para lhe relatares o que se está a passar convosco. A obra não deseja em hipótese alguma que uma supranumerária se separe do seu marido; isso constitui para as directoras um enorme receio, pelo que, tendo conhecimento – através desse sacerdote – de que a tua posição é de oposição frontal às atitudes da tua mulher, a tendência será para abrandarem as exigências que lhe colocam e para a aconselharem a ser mais cooperante contigo. Mas este é um recurso para uma situação extrema que espero que não chegue a verificar-se porque tu conseguirás – também com a delicadeza e ternura de um marido apaixonado – acertar com a tua mulher a orientação da vida da vossa família.

Peço a Deus que te dê ânimo para ultrapassares esta fase difícil e para que do teu sofrimento surjam muitas alegrias para ti, para a tua mulher e para os vossos filhos!

Marypt

LA CUESTIÓN FUNDAMENTAL. LA VOCACIÓN (y III)

El problema de la “elección” de la vocación puede ciertamente entenderse como un aspecto de la vocación misma, pero en la práctica lo implica todo, puesto que, por ejemplo, afecta también a quien tiene ahora treinta años y está ya casado, o a quien tiene 42 años y lleva 15 como sacerdote o monja, o a quien tiene 62, está viudo/a y se le presenta un nuevo amor a la vista, o a quien nunca se ha enamorado, o a quien emprendió un determinado camino y con el paso de los años ve que su ilusión en ese camino decae, o se siente engañado o maltratado.

Para la elección de la vocación, por tanto, el criterio no puede ser más que éste: en qué forma puedo yo – hemos tratado anteriormente en otro escrito de la importancia del “Yo”-, con todo lo que soy espiritual e intelectualmente, con mi temperamento, mi educación y mi cuerpo, servir mejor al reino de Dios.

Aquí, en esta afirmación se expresa el sentido del propio “yo“ al que me he referido en mi escrito anterior.

En este punto no resultará inútil una pregunta: al hablar de lo que uno debería hacer, del criterio para elegir la compañía para la vida, el criterio para elegir la carrera, el trabajo o la profesión, el quedarse aquí o el marcharse, el entrar, permanecer o salir de una “Institución”, hacer esto o lo otro, ¿acaso hemos escuchado una sola vez a alguien decir que el criterio último para dicha elección era tener presente la relación entre la propia persona y el reino de Dios, es decir, el bien del mundo, el bien cristiano en el mundo, el bien de la Iglesia, el bien de la comunidad cristiana?.

Cuando os hago y me hago esta pregunta entiendo que no vale como respuesta lo que escuchamos un día de: Ideales nobles, el ser de corazón grande, de renunciar a algo (hombre, o mujer, o carrera profesional...), el dar la vuelta al mundo como “un calcetín” para Cristo y demás...). Y no valen, porque todas estas expresiones atañen siempre a la generosidad personal. Por tanto estas respuestas colocan al hombre en una posición yo diría que errónea y también pretenciosa y disparatada, a saber, el pensar que podemos hacer algo por Dios a base de renuncias y bajo el paraguas de grandes promesas maravillosas de amor al mundo y a las almas frutos de nuestro esfuerzo...

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