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CORRESPONDENCIA

 

Miércoles, 26 de Abril de 2006



Libro de Satur.- Agustina

LIBRO DE SATUR
 

 

Libro

Precio.

 

SANGÜESA, Satur.- La recomposición de la crisma. Guía para sobrevivir a los grandes ideales. Prólogo de Jacinto Choza.
Thémata, 2006, Sevilla. 21x15.
164 pgs.(R2252)

12.00EUR

ELEGIR

 

Satur ha publicado un libro y su 'agente literario' ha sido Jacinto Choza. Cuando tengamos la portada, la pondremos. La otra buena noticia es que ya se puede comprar en internet a través de dos direcciones:

Librería Renacimiento 

Iberlibro.

El prólogo es de Jacinto Choza y comienza así:

 

            La Guía para sobrevivir a los grandes ideales de Satur ocupa un lugar de honor en ese venerable elenco de obras de misericordia que son consolar al triste, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra y redimir al cautivo. Porque las víctimas de la seducción por parte de los supremos ideales, son cautivos, equivocados, ignorantes y, sobre todo, tristes, desengañados, y, a veces, desesperados y cínicos. Deambulan como extraviados entre sus congéneres, cuando en épocas pasadas han marchado ante ellos como los dueños del mundo y los herederos del futuro.

            Cientos de adictos y adeptos al caudillo de España, que vencieron en la guerra civil creyendo firmemente en unos ideales más o menos vagos, se sintieron defraudados con el advenimiento de la monarquía y traicionados en aquello por lo que habían dado su vida. Miles de militantes  comunistas sintieron que los cimientos del mundo se hundía y que el sol desaparecía para siempre tras la caída del muro de Berlín. Como San Agustín ante la constatación de la caída del imperio romano, esos miles de militantes vieron hundirse el imperio soviético, y, con él, el imperio sobre el futuro que ellos gestionaban y en el que vivían. Porque los grandes ideales le llevan a uno a vivir en el futuro, o, en cualquier caso, en un mundo imaginario...

 

 

Leer prólogo completo





UNA COCA-COLA CON CAFEINA.- enric

Buenas noches, casi os puedo decir buenas medianoches, he tomado una coca-cola con cafeina durante la cena y la noche sera muy larga, como la presente vida.

He repasado ultimos mensajes, dejo los mensajes de contenido juridico para los juristas, me quedo con los de anecdotas, he leido horas antes el articulo de la revista Time que he recogido del buzon justamente hoy, es lo que hay. No tengo ganas de lesionarme las neuronas con discusiones canonicas y demas. Quiero deciros a todos que cansado de buscar sentido a esta vida, he decidido no seguir buscando.

La vida no tiene sentido porque la vida es. ¿Quien fue el malcriado que quiso darle sentido a lo que es? . Mujeres y hombres de este mundo: vivan ! ! ! y quien sepa vivir, sera feliz.

Actualmente - en Spain- , y me duele mucho decirlo, en la obra no se vive. No se vive porque la gran mayoria abandona esa forma de vida: no vida. No explicare las razones de esta situacion de la obra, que estimo son temporales e historicas, sin olvidar el momento historico de su fundacion (pais, cultura, situacion politica...).

Y el problema consiste en recobrar la vida. Romped los lazos: si nos fuimos, no volveremos, ni  nos acercaremos. Y eso sera asi por ti - Opus - y por nosotros.

Por cierto, creo sinceramente que el nombre Opus Dei es excesivo para lo que comporta, el mundo es la obra de Dios, la Iglesia es obra de Dios, el Universo es obra de Dios. El Opus no debe llamarse Obra de Dios, asi lo pienso, luego lo escribo.

A todos, muchas gracias y felicidades.

Enric





Si [el Opus Dei] no te escuchare, díselo a la Iglesia (Mt 18, 17).- Doserra

Si a la Iglesia le constaran fehacientemente los abusos que comentamos en esta Web, coincidiría totalmente con Un amigo y con Mabel en que la Jerarquía estaría pecando de complicidad por omitir la corrección debida.

 

Pero, como han señalado recientemente Oráculo y Trinity, esas praxis abusivas del Opus Dei no aparecen para nada en los Estatutos que, desde los tiempos del Fundador, la institución ha ido presentando a la Santa Sede para su aprobación.

 

Por otra parte, que nos conste a los lectores de esta página, sólo se han ENVIADO una carta (y no en clave de denuncia canónica) de Antonio Esquivias al Prefecto de una Congregación y una denuncia colectiva de 40 antiguos miembros del Opus Dei ante diversas Congregaciones pontificias. Y ni siquiera sabemos si esas denuncias han LLEGADO a sus destinatarios o han sido interceptadas por alguna hábil mano negra que las haya relegado al fondo del escritorio. Pues no olvidemos que en casi todos los dicasterios pontificios trabajan actualmente miembros de la Obra, y nadie está inmunizado contra un fanatismo que le lleve a actuar maquiavélicamente, aun obrando de buena fe.

 

Quizá esté llegando el momento de poner los medios para que estos abusos sean denunciados eficazmente ante la Santa Sede. Pues si consideramos la petición de Jesucristo que recoge Mateo (18, 15-17: “Si tu hermano peca contra ti, ve y corrígele a solas … Si no escucha, toma entonces contigo a uno o dos, para que cualquier asunto quede firme por la palabra de dos o tres testigos. Pero si no quiere escucharlos, díselo a la Iglesia), podremos advertir que se han dado sobradamente los dos primeros pasos, pero que apenas se ha intentado el tercero.

 

En efecto, en esta Web se cuentan por decenas los testimonios de miembros de la Obra que, en cumplimiento del “Ve y corrígele a solas”, plantearon lealmente sus observaciones a las autoridades del Opus Dei, en Semanas de Trabajo, en conversaciones con Directores regionales o Delegad@s del Prelado en Comisiones de Servicio, en cartas al Padre, etc., y que no sólo no fueron atendidos de forma efectiva, sino que fueron represaliados como disidentes.

 

Respecto del segundo paso recomendado por Jesucristo –“Toma a otros contigo”-, Opuslibros.org se ha convertido, en primer lugar, en una eficaz plataforma de comunicación que ha empezado a conjurar  providencialmente los efectos perversos del estado de aislamiento en que se encuentran entre sí los miembros de la Prelatura, al tener injustamente prohibido cambiar impresiones sobre cuestiones institucionales (cf. Catecismo de la Obra, n. 221): una incomunicación que les deja mentalmente indefensos para advertir el engaño de la “realidad virtual” que les dibujan sus Directores.

 

Esta Web esta cumpliendo el papel del niño inocente de la leyenda del rey desnudo, con la que Václav Hável derrotó a la nomenclatura checa. Y al romper esa antievangélica ley de silencio, está sembrando paz en muchos que padecieron o padecen esos abusos: no sólo por permitirles compartirlos, sino por ayudarles a entender las injusticias que originaron sus sufrimientos. De esta forma, además, desde Opuslibros.org se está efectuando una advertencia colectiva a la institución. Pues me consta que este portal es seguido minuciosamente desde las Oficinas de Información de la Prelatura.

 

Pero, ¿qué decir del tercer paso: “Díselo a la Iglesia”? En esto, el combate contra los abusos de las autoridades de la Obra está en mantillas. Los que piensan que deben seguir dentro no pueden hacer nada, pues serían inmediatamente presionados hasta que voluntariamente pidieran la salida. Y los que, por estar fuera, podrían hacerlo sin perjuicio personal, desconocen los intríngulis eclesiásticos pertinentes, pues los Directores de la Obra, so capa de ser una familia, no informan a sus súbditos de la protección que les otorgaría, en caso de discrepancia, el recurso a la legalidad canónica.

 

Puesto que los requisitos primero y segundo, previos a la denuncia ante la Jerarquía, ya están cumplidos, tal vez sea el momento de pasar sistemáticamente al tercer paso. Las informaciones que aparecen en los medios apuntan a inminentes cambios en la Curia Vaticana, que pueden privar a los Directores de ciertas influencias en algunos dicasterios. Y, por lo que leo, entre los colaboradores de esta página hay conocedores del mundo eclesiástico, que podrían asesorar al respecto, para que las denuncias se realizaran con eficacia. ¿Qué opináis?

 

Saludos cordiales,

 

Doserra



La jerarquía es quien corrige, no el Espíritu Santo. A Oráculo.- Un_amigo

Hay que reconocer en Oráculo un gran poderío intelectual por el modo que tiene de diseccionar la realidad con los instrumentos que le aporta la ciencia moral, principalmente, y el derecho canónico. Sus colaboraciones según mi subjetivo y sincero punto de vista, dan una gran categoría a esta página y todos sus lectores aprendemos mucho de él. Pero ocurre que en todos los saberes, y no sólo en los teológicos o en los aplicados a interpretar las instituciones eclesiales, el punto de vista del observador influye en lo observado y lo modifica, de manera que cada perspectiva da lugar a que lo definido desde ella resulta en cierto modo heterogéneo de lo definido desde otra.
 
Con esto quiero decir que me muevo con cierta incomodidad al enjuiciar la realidad que me rodea bajo la perspectiva de las ciencias eclesiales, quizá precisamente por poseer en mi insulsa biografía académica los flojos estudios del bienio filosófico y el cuadrienio teológico recibidos en el seminario de la prelatura (cuando me enteré de que había sido alumno de un seminario es que me subía por la paredes...). Lo mío son las humanidades de amplio espectro y bajo ese subjetivo punto de vista interpreto la realidad -la modifico- que me rodea.
 
Se hacía evidente desde el primer momento en que se me ocurrió sugerir responsabilidades a la Iglesia por los excesos de la Obra, que sólo me podía referir a la jerarquía católica -a resulta de los cientos de denuncias implícitas recogidas en los testimonios publicados en Orejas-, por amparar y legitimar con sus bulas u otros permisos pontificios y canónicos la existencia de la prelatura. Únicamente la autoridad eclesiástica es la que tiene potestad para permitir la circulación de los carismas eclesiales, o lo que sea, encarnados en prelaturas u otras figuras jurídicas y, por lo tanto, sólo al legislador se le podrá exigir el buen cumplimiento de su legislación, o cuando menos, que corrija los desvíos y, si es el caso, retire ese permiso de circulación de las carreteras eclesiales a quien no hace bien las cosas. Me refería exclusivamente a la jerarquía y no, en cambio, a la persona del Espíritu Santo u otro tipo de realidades de ámbito divino, que por su naturaleza no tienen cabida en el derecho positivo, sea éste canónico o civil. Es decir, sólo apelaba al derecho positivo y nunca a la subjetividad de los juicios morales sobre realidades humanas. Estoy seguro de que Oráculo nunca ha sugerido que el único modo que existe de evitar los males en la Obra sea llevar a un tribunal eclesiástico al director de mi delegación cuando violentó mi conciencia en tal cuestión... Esto es imposible, para empezar porque no creo que exista ese tribunal, para seguir, porque ningún juez valorará cuestiones morales y además no tipificadas y, para terminar, porque sólo de pensarlo me da la risa.
 
No hace muchos siglos un Obispo de Roma tuvo a bien, o a mal, que más da, promulgar un decreto disolviendo la orden de los Jesuitas. Estoy seguro de que el Papa en su decisión nunca tuvo presente los actos morales de cada uno de los religiosos, sino el juicio global sobre la institución. ¿Y por qué lo hizo así?, no tengo ni idea, pero lo que si estaba en aquellos años claro, como lo está ahora, es que entonces el Papa no juzgó -como me hace ver Oráculo, aunque no se refiere a los Jesuitas- a los sujetos concretos y personales de esa institución, sino a toda una estructura. Estoy seguro de que entonces el Papa actuó con suma corrección en atención a las personas. En aquél entonces el primado de Pedro interpretó que la Sociedad de Jesús cumplía insuficientemente con el Oficio, y por eso se los quitó temporalmente de en medio.
 
Aunque Oráculo opine que no estamos discutiendo de estructuras de pecado, porque este es un tema distinto, yo aseguro que aquí es donde está lo sustantivo de todo lo que publica en opuslibros desde su nacimiento. Pero ya escribiremos sobre esto en otro momento.
 
Yo no sé cuanto tiempo durará la Obra en la corriente de la Historia, supongo que no mucho, pero esta suposición no me consuela nada contra sus excesos, de la misma manera que tampoco me consolaría saber que quien me ha perjudicado gravemente va a sufrir una enfermedad que le retirará de la circulación. Aquí de lo que se está hablando es de reparar injusticias y todos sabemos que en lo humano esta reparación es exigua, pero es reparación, por este motivo no suelo entender muy bien esos comentarios que afirman el uso que da Dios de estos males para purificar a las almas. Esa purificación divina es de orden moral y subjetiva, y la reparación humana es solo humana, casi siempre insuficiente, pero siempre objetiva
 
Estimado Oráculo, allí donde estés que seas muy dichoso y feliz. Es lo que desea para ti
 
Un amigo




Entidades interpuestas.- Trinity

            No hace mucho me preguntaba una amiga qué pensaba sobre las posibles causas de la crisis que padece el Opus Dei. Ante mi silencio inicial, ella misma contestó: “Por lo que yo veo, la falta de autenticidad. En muchos asuntos, dicen una cosa y practican la contraria”.

 

Me lo han recordado las comunicaciones de Flanpan y Doserra sobre el control secreto que los Directores de la Obra ejercen sobre muchas iniciativas de sus miembros. Éste último se refería a iniciativas de naturaleza cultural, como una revista o un congreso universitario, de los que dicen que la institución no tiene responsabilidad alguna cuando en realidad los Directores sí se entrometen. Pero me viene también a la memoria lo que decía Oráculo sobre lo económico, en su artículo sobre La legalización canónica del “fraude” en el Opus Dei. ¿Con qué derecho controlan los ingresos laborales de l@s Numerari@s y Agregad@s sin que esto aparezca en los Estatutos? ¿Y por qué luego no siguen una transparencia en la administración de los bienes que los miembros de la Obra y los Cooperadores entregan a la institución?

 

            Basta leer el número 129 §2 de los Estatutos para que se despierten las sospechas: «De todos los bienes, sea cual fuere su procedencia, que pueden ser adscritos a la Prelatura, tan sólo habrán de ser considerados verdaderamente eclesiásticos, según las normas del derecho, aquellos que de hecho hayan sido ya adscritos a la Prelatura como tales por el Prelado». Y puesto que, en la práctica, sólo se adscriben a la Obra un porcentaje ínfimo de lo que ésta recibe, ¿qué pasa entonces con la mayoría de las donaciones? Pues muy sencillo: se van adjudicando a múltiples figuras jurídicas –fundaciones u otras sociedades civiles interpuestas, pero directamente controladas por unos pocos Directores y Directoras-, con las que se evita que esos bienes sean subjetivados en la Prelatura como tal y escapen así al régimen de las normas canónicas con las que la Iglesia vela por el espíritu de pobreza, honradez y caridad de sus instituciones.

 

            Esto no es veraz. Si quieren promover algo, que lo hagan a las claras, para que pueda saberse si actúan legítimamente y sea posible exigir responsabilidades a los realmente responsables. Lo que no parece admisible es ni la doblez con que funcionan en estas materias, que no es humana ni cristiana; ni la intromisión de los dirigentes de esta institución, teóricamente secular, en las actividades no institucionales de sus miembros.

 

            Saludos,

                                                           Trinity



LOS INFORMES SECRETOS SOBRE LOS MIEMBROS.- escriBa

 

 

He enviado a un par de amigos, por e-mail, el Informe sobre un numerario que cambia de centro y el Informe para la fidelidad de un numerario que tenemos en la web. Ninguno de ellos sabía que en la obra se hacen este tipo de cosas.

 

Es claro que solo a través de la publicación de documentos internos del opus dei es posible probar los abusos (y pecados) que se cometen sistemáticamente en la obra.

 

Esta es la respuesta de uno de ellos (que nunca ha sido miembro del opus dei, aunque lo frecuenta desde pequeño) después de leer lo que le envié:

 

 

 

Hola XXX. Acabo de terminar de leer el correo que me mandaste sobre las "confidencias" del numerario que iba a ser trasladado a otro centro. La verdad es que me parece impresionante!!! Están tratando a esa persona como si fuese una máquina!!!!, un robot!!! Es como si por ejemplo yo te dejara una bicicleta y te diera las siguientes recomendaciones:

 

1) El freno delantero está un poco flojo, así que tendrás que apretar más fuerte la mangueta del manillar para frenar con seguridad...

 

2) Las ruedas están un poco bajas de aire porque hace un tiempo que no la uso y se han deshinchado...

 

3) Para bajar el sillín necesitaras una llave tipo Allen de 15''....

 

4) Es una bici que pesa poco y te ira muy bien para dar paseos campo a través. Es resistente a los golpes y caídas porque esta hecha de una aleación de titanio cromado...

 

Y así, podríamos poner 10000000 ejemplos mas!!!!! Y que te dijera XXX cuando hablasteis de este mail que en parte tenían razón en hacer estas cosas..., manda h..... En fin... esto seria volver a contar lo que ya sabemos...

 

 

UN ABRAZO A TODOS!!!

 

escriBa 





Mi granito de arena al respecto del escrito de L.R.S.- Mabel

He leído varias respuestas  al escrito de L.R.S.  y yo también quiero aportar mi granito de arena.

Cuando se sale del opus normalmente, por lo menos en mi caso fue así,  se tiene una confusión grande  ya que aunque se ha tomado la decisión de abandonar ese camino las consignas dadas durante años siguen hablándonos desde nuestra cabecita. El corazón quiere algo que la cabeza no acepta al 100%.

La identificación entre lo que Dios quiere y el opus dice es total cuando uno está dentro y esa identificación se rompe realmente después de tiempo.

Uno se tiene que dar tiempo para que las aguas vuelvan a su cauce y no seguir forzándonos a hacer cosas que no nos salen. 

A veces el sentimiento de culpa es grande y llevamos una idea de Dios muy poco amorosa nuestra idea es la de un Dios exigente.

Por eso si no te sale entrar en una iglesia,  pensar en Dios o dirigirte a Él  yo te diría: no lo hagas. Date tiempo, nuestra mente y cuerpo tiene que depurar mucho de lo aprendido en el opus. De repente un día serás capaz de hacerlo.  ¿ Cuándo? Cada uno tenemos nuestros ritmos mentales y no hace falta ponerse fechas.

Lo que es interesante es empezar a escucharnos e ir descubriendo lo que la nueva vida nos ofrece, disfrutar de lo cotidiano, descubrir nuestras aficiones o la ausencia de ellas, viajar si podemos ... en definitiva dejar que entre aire nuevo en nuestras vidas, en nuestra cabeza y en nuestro corazón.

Saludos.   

Mabel





Más sobre costumbres y moralidades.- Miguel Angel

Hola a todos.

En primer lugar se me permitirá corregir fraternalmente (jeje) a Australopitecus. Ya no me acordaba yo de aquello de dormir en el suelo que comentabas en tu correo del pasado día 24. Sin embargo, hay que añadir un pequeño matiz: sólo si el suelo era de madera. Como no me tocó nunca semejante lujo, pues nunca tuve que dormir de esa guisa. Quizá por ello no lo recordaba. Lo mismo lo de las numerarias y la tabla para dormir, que creo que era "sólo" hasta que cumplieran los 45 años. Ya sé que son detalles obvios para nosotros, pero no para los que nunca han sido de la obra y lean esta página. Y no te digo ya de algún "in", que venga acusándonos de mentirosos.

Es curioso, abundando en el oscurantismo que mencionas, cómo niegan algunas evidencias. Hace unos días conversé con un familiar que es de la obra, y hablando del cilicio y las disciplinas declaró que no se usan, en todo caso, alguno que quiere. Pero vamos, si aplicamos lo que oí una vez en una tertulia: "En la obra todos somos voluntarios para todo"... Esa conversación dio para mucho, pues empezamos a discutir sobre el Cardenal Ratzinger y sus libros prohibidos en la prelatura. Decía que no, que eso no era cierto, que siempre se han podido leer, que en todo caso en algún tiempo que el actual Papa andaba descarriado quizá, pero ahora se pueden leer todos. Literal. Otro día desvelaré más detalles de esa conversación.

Opacan cuenta en ese mismo día ciertos detalles morales en la obra. Los hay para partirse de risa, si no fuera porque algunas cosas son serias. Yo recuerdo otro detalle moral. ¿Recordáis los viajes en tren, varios juntos al curso anual o al curso de retiro?. Todos con billetes sacados aprovechando el carnet de familia numerosa de uno de los viajeros, como si fueramos hermanos, esta vez sí, de sangre. Uno alto, otro bajo, uno rubio, otro moreno, igual hasta se terciaba alguno de color,... y los ocho de la misma edad, oiga. El truco era el mismo, cuando pasaban a comprobar los billetes, todos a hacerse los dormidos mientras uno muestra los billetes. Los revisores del tren, o pasaban, o no se enteraban. O eran de la obra, que todo es posible.

Ya que cito los viajes, recuerdo una anécdota, o hecho raro, que me sucedió al volver de un curso de retiro. El sitio, una EFA, escuela familiar agraria, en Cataluña. Seguramente debió ser la primera vez y última que se hizo algo allí. Acudían numerarios de varios centros y ciudades, y seríamos como unos 40 ó 50. Allí el vino se servía en porrón. Novedad que, en sí, no tiene nada de particular, si no fuera porque el porrón estaba presente... ¡en el desayuno, en la comida y en la cena!. Ya sabéis, la sana costumbre del numerario, que sólo bebe vino en la comida, pero en esos cinco días todo el mundo empinó el codo a destajo. Y con el beneplácito del dire, ojo. Y de las camareras (no eran auxiliares) no digo nada, que se me pondrá celosa la señora; bueno, sólo insinuar que un poco muy mucho bastante descocadas, sí que eran. Vale, vale, ya me callo. Pues eso, que igual era un curso de retiro para descarriados como yo, no sé.

Pero lo que yo quería contar es relativo al viaje de vuelta. El último día me levanto de la cama, consulto la hora, y me voy a cumplir con la ducha fresquita. A la vuelta al dormitorio había desaparecido el reloj. Pero no fue eso todo. Recuerdo que llevaba, como todo dinero, exactamente un billete de mil pesetas y otro de 500. Ni una moneda, ni nada más. El regreso a "casa" lo hicimos, los dos que vinimos de la misma ciudad, en un autobús de línea normal y corriente. Subo, abro la cartera y ¡halehop!, los billetes de mil pelas y el de quinientas había volado. Pero al ladrón, inexcusablemente uno de los que estaban en el retiro, le debió dar pena, y me dejó cuatro billetes de 100 pesetas y tres duros sueltos, lo que hacían justamente las 415 pesetas que valía el billete.

Tened por descontado que esta ha sido de las cosas que más mosca me han dejado en mi vida. No por lo que puedas pensar de "mira que hermano hay rondando por la obra, ladrón, más que ladrón, robando los relojes y los cuartos mientras los demás se mortifican en la ducha". No, no es eso, es por lo de que me dejara lo justo para coger el autobús.

En fin...

Un abrazo. Miguel Angel.





Responsabilidad de la Iglesia sobre los excesos del Opus Dei.- Abra

A propósito del cruce de opiniones entre Oráculo y Un Amigo, sobre la posibilidad de enjaretar a la Iglesia alguna responsabilidad sobre los excesos del Opus Dei, me animo a enviaros una opinión más amplia al respecto.
 
La identidad del Opus Dei con la Iglesia no puede percibirse desde el derecho canónico. Sólo puede entenderse desde la perspectiva teológica contemporánea. El derecho canónico es una creación de la Iglesia, y la Iglesia ha tenido la precaución de disponer las cosas de modo que nunca se la pueda identificar a Ella con una de sus partes.
 
Por cierto, también la teología católica es creación de la Iglesia y, como era de esperar, reserva para Ella un papel mediador fundamental. La teología contemporánea, en cambio, siendo - como toda teología--, una reflexión filosófica sobre Dios, tiene los efectos de una carga de Goma2 sobre la teología tradicional y, por tanto, sobre la Iglesia.
 
La filosofía contemporánea, como sabe el querido lector, es la descubridora del límite gnoseológico: el hombre sólo puede conocer con categorías humanas (como el mono sólo puede conocer con categorías simiescas). Pero claro, afirmar esto presenta graves problemas para las elaboraciones clásicas sobre la revelación y la gracia. Si el mono pudiera conocer con categorías humanas, realmente sería "algo" de tipo humano, aunque con forma de mono. Si el hombre pudiera conocer y vivir según categorías divinas (revelación, gracia), sería algo divino bajo forma humana. La teología clásica no puede admitir esto por la barrera insalvable que levantó entre lo natural y sobrenatural (que sólo la Iglesia estaría capacitada para saltar).
 
Algunos teólogos católicos --pero intelectualmente honestos-- reconocieron las dificultades puestas por la cuestión gnoseológica y buscaron una explicación de síntesis. De forma muy simplificada: según algunos (Rahner, De Lubac, etc.), todo acto del conocimiento humano tiene como base anterior un conocimiento implícito del ser. El hombre se interroga a sí mismo, cierto, pero siempre sobre la base misma de su misma existencia. A esa base anterior a todo preguntar la llamaron ser. Así pues, el ser que, en su extensión universal es lo que llamamos Dios, está soportando todo conocimiento humano. De esta forma, el ser humano, por la naturaleza misma de su intelecto, implica un algo original divino.
 
Desde esta perspectiva "gnoseológica", los grandes dogmas se interpretan de forma distinta a como se hace desde la perspectiva realista (fe de Nicea y Caldedonia): La pérdida de la gracia por el pecado de Adán fue como un desgarro en la capacidad del hombre para reconocer la base sobre la que se sustenta su capacidad de conocer (la preexistencia del ser a todo conocer); La redención en el Calvario, que la Iglesia predica como universal, fue algo así como la curación de ese desgarro: el hombre, todo hombre, puede reconocer su sustancia divina. Esto incluye a los miembros de otras religiones y, en último término, también a los ateos.
 
Desde esta perspectiva, como entenderá el querido lector, el papel que le queda a la Iglesia en la vida de los hombres es puramente histórico. Ella ha sido la escalera por la que, a través de siglos y procesos culturales muy variados (teología de los padres, tomismo, Ilustración, etc.), el hombre ha llegado a entender su subsistencia divina. Pero la Iglesia nunca admitirá esta perspectiva, porque le supondría no sólo perder muchos privilegios institucionales (exclusividad de la mediación entre Dios y el hombre, etc.), sino también --aunque se una razón demasiado "humana"--, la desbandada de los que han hecho de la Iglesia su forma de vida. Algo de esto (desbandada) ocurrió tras el Vaticano II, precisamente porque el Concilio supuso la entrada en la Iglesia de las ideas sobre la unidad entre lo sobrenatural y lo natural (De Lubac).
 
No es momento para entrar en cómo quedan de "tocadas" las demás cuestiones de la "fe del carbonero" (cristología, teología trinitaria, etc.) y tampoco la de los teólogos tradicionales (puesto que la "fe del carbonero" es exactamente la misma fe del teólogo tomista, sólo que desnuda del ampuloso lenguaje metafísico). Baste decir que la teología contemporánea tiene una concepción unitaria de lo real y de la relación Dios-mundo-humanidad; y que pulveriza la teología de los dos mundos (natural y sobrenatural) vigente desde el siglo IV hasta el siglo XX. La teología contemporánea supera ese dualismo, mostrando cómo la gracia de la autocomunicación divina es el supuesto de la conciencia del hombre y es experimentada de modo universal, si bien de modo mediato.
 
Concluyendo: "El Opus Dei es divino", como tú y yo, querido lector, somos "divinos". "La Iglesia es de origen divino", como tu yo somos de origen divino. La buena gente entiende estas frase desde lo positivo: la dignidad de todo hombre procede de su ser redimido y divino. Un buen eclesiástico, o miembro de institución eclesiástica, lee esta frase desde lo negativo: quien haga semejantes afirmaciones está atentando contra la existencia de la Iglesia o de la Opus Dei.
 
Querido lector: es casi imposible que en unos pocos párrafos hayas podido acompañarme en un itinerario intelectual que, a lo largo de años de lectura y meditación, a mí me llevó desde la posición de pacífico miembro de la Obra de Dios, hasta la expulsión, por motivos exclusivamente de conciencia. Pero si de algo te sirven estas líneas, consideraré bien invertido el tiempo.
 
Que el Buen Dios nos ayude a todos.
 
Abra




'Los buenos quedan, los demás se van': para Zuri – José Carlos

Querido Zuri:

 

Sabes que había resuelto escribir muy de cuando en cuando, en ocasiones puntuales; pero tu correo de ayer me ha llegado al alma y no puedo dejarlo pasar sin intentar contestarte.  Y lo hago como tú, a la vista de tod@s (¿nos queda rubor en opuslibros?), por si le puede servir a alguien.

 

Te quejas de que “ya no eres uno de ellos”.  Lamentas lo que puede haber dejado de ser tu relación con los de dentro.  Te preguntas amargamente si mantienes la amistad, o si realmente existió en su día.  Cuestionas tu propia rectitud de intención al tratar a las personas que conociste en la Obra.  Y te quedaste destrozado.

 

Sobre la amistad que pudiste tener en su día: Zuri campeón, tú como yo les atendimos: oímos sus confidencias, dimos sus círculos, nos hicimos disponibles.  Sería por un encargo: pero la realidad es que les escuchabas (¡y lo que costaba, a veces!), ponías atención, sonreías (incluso al pesado que te caía menos bien), rezabas por ellos mientras te contaban sus penas, desagraviabas por lo que no iba bien y te impresionaba lo mucho bueno que hacían…  Todo eso, amigo Zuri, conlleva sacrificio, y era motivado por querer su bien, no por egoísmo: creo recordar que así define Aristóteles el amor de amistad, el filios, que sin ser eros ni ágape es una de las formas más altas del amor: “No os llamo ya siervos, sino amigos.”

 

Estoy convencido que todo lo que hicimos por servir a otras personas durante nuestra estancia en la Obra, dentro de nuestras limitaciones, agradó mucho a Dios, que lo tiene en cuenta y que nos responde con ese ciento por uno que hemos llegado a apreciar, de formas insospechadas.

 

En cuando a su reacción ahora que nos hemos ido, me imagino que hay de todo.  En general, yo he encontrado tres tipos de personas:

 

  1. Uno, quizá más personificado por supernumerarios, a quienes sin pensarlo mucho les parece fenomenal que uno siga su propio camino: en su sencillez ni cuestionan, ni juzgan; saben que sigues siendo el mismo, conscientes de que lo habrás pasado mal no permiten que accidentes circunstanciales afecten el aprecio y el respeto que te tienen, y siempre agradecerán lo que hiciste por ellos;

 

  1. Otro, llamémoslo el de numerarios ilustrados (la gran mayoría de los que yo he tenido la suerte de encontrar), que han visto mucho, que conocen el percal suyo y ajeno, que valoran lo personal por encima de lo institucional, que saben que sólo Dios conoce las intimidades más profundas de las conciencias, que reconocen que la santidad existe fuera de la Obra, que no se atreven a asumir nada sobre tu situación, y cuya vocación no se tambalea por verificar que la vida es rica y plena también en otros lares: son los que te tratan con cariño, recuerdan tu cumpleaños, te saludan por la calle, te cuentan cosas, te invitan a tomar algo, te preguntan por tu mujer y recuerdan los viejos tiempos.  Cuánto tengo que agradecerles…

 

  1. Y es verdad que existe un tercero, de algunos numerarios rígidos o inmaduros, para quienes la seguridad de su propio camino parece exigirles un juicio negativo sobre quien lo abandona, sin pararse a pensar en las razones que hayan motivado la crisis.  Éstos no saludan por la calle (6.VIII.04), o lo hacen de forma incómoda; dejan que el prejuicio empañe las relaciones humanas.  No voy a dirimir aquí si su reacción es por su forma de ser o por criterios variables de índole institucional, a mi parecer mal digeridos y desprovistos de raíz evangélica.  Pero para ellos mi reacción es de compasión y comprensión, porque – en contraste con los dos grupos anteriores – son los que necesitan ayuda como cristianos y como personas.

 

Así, en nuestra nueva vida y círculo de relaciones, “los buenos quedan, los demás se van”: porque los que indagan con profundidad y afecto, podrán ver que en realidad nunca hemos cambiado; que quizá nos fuimos precisamente por querer ser constantes y fieles a nuestra forma de ser, a nuestras convicciones firme y hondamente asimiladas, y lo que cambió fue una circunstancia externa que nos hizo imposible seguir sin dejar de ser nosotros mismos.  Y la prueba puede residir en nuestro rumbo fundamental, que fuera de los constreñimientos de un “crucero de línea” prosigue inalterable en cada velero, como inalterable es la compañía de nuestro Dios.

 

Y a fin de cuentas, los que nos une a ellos y a nuestros amigos de la web no es esa carta que escribimos en nuestra juventud, sino la comunión de los santos en el Dios que vive hecho Hombre.

 

De todo corazón, un abrazo enorme

 

José Carlos





Frases brillantes del Catecismo sobre Oposición a la Obra.- Spiderman

Dice el catecismo de la Obra:

 

-¿De dónde proceden, de ordinario, las dificultades o incomprensiones ante la labor apostólica de los fieles del Opus Dei?

 

De ordinario, esas dificultades o incomprensiones proceden de los ambientes anticatólicos o católicos mal informados.

 

Concretamente, esas dificultades pueden venir de:

1) ambientes laicistas, que no soportan la presencia activa de cristianos consecuentes en los quehaceres temporales;

            2) algunos católicos mal informados sobre la realidad de la Obra, o que se dejan llevar por la celotipia;

            3) algunas familias de nuevos fieles de la Obra, siempre muy pocas, gracias a Dios;

4) algunas personas que, por una deformada visión de la Iglesia, o por su experiencia amarga al haber abandonado unos compromisos de entrega a Dios, suelen criticar a cuantos, fieles al Magisterio de Pedro, se esfuerzan por seguir a Jesucristo.


¿Quién soy yo de entre estos cuatro tipos de personas?

  1. Laicista está claro que no.
  2. Católico mal informado sobre la realidad de la Obra tampoco porque si algo se procura en el Opus Dei es que sus fieles se aprendan al pie de la letra la apologética interna. ¿Me dejo llevar por la celotipia? Pues va a se que no porque no me da envidia la actividad proselitista de la Prelatura.
  3. ¿Soy familia de un nuevo fiel de la Obra? Pues no, porque yo fui el primero de mi familia, así que…
  4. ¿Tengo una deformada visión de la Iglesia? Desde que salí he aprendido lo que es un kiko, un carismático, Comunión y Liberación, los problemas de los “progres” que manejan el cotarro en el Obispado, el estilo de los Legionarios de Cristo, los movimientos vinculados al Apostolado de la Oración… Todas estas cosas no las aprendí precisamente en la Prelatura, entre otras cosas porque en estos movimientos y realidades “hay chicas”.
    ¿Tengo una experiencia amarga al haber abandonado unos compromisos de entrega a Dios? Pues en todo caso tengo una experiencia amarga de haberme impuesto unas exigencias que dañaron a mi salud
    ¿Critico a los que fieles al Magisterio de Pedro se esfuerzan por seguir a Jesucristo? Yo intento no criticar a nadie. De todas formas en esta web casi no aparecen ataques personales, sino reflexiones a actitudes e ideas de fondo. Una de esas ideas equivocadas que se denuncia con frecuencia es la actitud de quienes “fieles al Magisterio del Prelado se esfuerzan por seguir a Escrivá”.

-¿Cómo pretenden justificar su oposición a la Obra?

 

Pretenden justificar su oposición a la Obra, atribuyendo a la Prelatura lo que consideran errores de personas concretas.


Me apuesto unas cervezas a que menos del 5% de los testimonios de esta web recurren a criticar a la Obra en base a los errores humanos de los directores. De hecho es bien común que de vez en cuando recordemos las personas increíbles con las que nos encontramos dentro.

 

Bueno, de cara a la octava edición, además de los cambios de rigor en el apartado jurídico para adaptarse a las críticas de los canonistas, propongo una revisión de estos puntos sobre los “ataques” a la Obra. Porque el redactado actual es muy poco realista. Creo que igual era válido en los años 50 pero ahora no. Igual necesita un aggiornamento.

 

Spiderman





Algunos textos sobre el tema del trabajo.- Australopitecus

Hola:

 

Sin animo de polemizar con la visión de la Obra sobre el trabajo -y su supuesta santificación- me gustaría compartir algunos textos sobre el trabajo. Son tomados de un libro llamado "el antimanual de filosofía".

 

Pienso que pueden ser útiles para pensar el tema del trabajo un poco más a fondo de lo que tradicionalmente se piensa en el Opus Dei, y aunque de seguro que muchos alli estaran de acuerdo con estos textos lo más común en los medios de formación es insistir mucho en la perfección técnica de este como medio de obtener un prestigio profesional que sea útil a los fines de la Obra misma. Otros planteamientos van en una linea mas teorica acerca de la importancia del trabajo como participacion del hombre en la creación y otros en la linea de influir en el ambiente haciendolo mas cristiano... 



(Leer artículo completo...)




Traducción del testimonio de Dennis Dubro en Time.- Alberto Moncada

Adjunto la traducción del testimonio de Dennis Dubro* en la revista Time. A la educación católica anglosajona le importa tambien la moral económica. El Opus, siempre tan latino, pasa de ella.

La ultima vez que me confesé, practicamente fuera del Opus, fue en Nueva York y el cura, después de oirme las habituales chorradas que los varones españoles de mi época contábamos, me preguntó: "Paga Ud. sus impuestos?

Por cierto me dice Dennis que él mandó tambien una protesta al Vaticano y le acusaron recibo. Se ve que allí tienen más respeto por los católicos americanos, debe ser por lo de los curas pederastas.
 
Un abrazo,
Alberto Moncada
 
*Nota de la web. Dennis Dubro es también el autor del escrito "17 años en el Opus Dei"
 

Dennis Dubro, a sus 55 años,  empieza y termina cada día con una oración su trabajo como ingeniero en la división nuclear de la compañía de energía en Fremont, California. Se acostumbró a hacerlo durante los 17 años que fue del Opus Dei pero Dubro se marchó del Opus, desilusionado por la obediencia ciega que la organización exige a sus miembros.  Conoció al Opus cuando estudiaba en el MIT y se convirtió en numerario en 1974. Ese mismo año el Opus lo mandó a Sidney, Australia, para ayudar a llevar las finanzas en la residencia de varones. Lo que vio al llegar le horrorizó “Las cuentas eran un caos completo”, recuerda, “nadie sabía lo que había en el banco. Se perdía dinero. Algunas cuentas tenían errores del 100%100”. Dubro se lo contó a su director, que era también  su jefe  quien le dijo que no se preocupara.

Pero las irregularidades contables continuaron apareciendo y Dubro siguió quejándose incluso a un visitador del Opus que fue por allí. “Me senté con él durante una hora y él me dijo; “Esas cosas no pasan en la Obra”. A continuación me preguntó por mi vida interior” (Un portavoz del Opus declaró al Time que no conoce los detalles del caso pero que en el Opus nadie trata de engañar a nadie).

Dubro se hartó de que le dijeran que cuestionar a la Obra era lo mismo que cuestionar a Dios y que si se iba de ella se condenaría. Cuenta también que se sentía presionado constantemente para hacer proselitismo. Empezó a hablar con frecuencia de sus problemas y a los dos años le dijeron que se fuera. Dejó el Opus en 1987: “En la organización no hay sentido autocrítico, no hay más que control absoluto, obediencia ciega”. 




 

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