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CORRESPONDENCIA

 

Lunes, 06 de Junio de 2005



Supernumerarios A y B.- Edu

¡Cuantas memorias me han venido a la cabeza con los recientes comentarios sobre supernumerarios A y B! (Marypt, Aquilina, Dionisio...) El caso es que es bien cierto eso del clasismo dentro de la Obra. Todos los años llegaban a los centros por estas fechas las convivencias de verano para supernumerarios, y en un aparte estaba la lista con las que eran para gente A (clase alta) y B (media). Creo recordar que también existía la categoría C pero no estoy muy seguro; no quiero mentir.

Siendo yo subdirector de un centro en una buena zona residencial de Madrid nos enviaron “por error” a un supernumerario que era trabajador manual y tenía la cara algo desfigurada por un accidente laboral. Tras estar un par de semanas sin saber en qué grupo ubicarlo porque “no encajaba” con el ambiente del centro, tuve que convencerle para que fuera por otra sede -más lejos de su casa y atendido por agregados- al que acudía gente de su condición (¡qué Dios me perdone por haberme dejado llevar por semejante clasismo y falta de justicia y caridad!). Escribo esto con vergüenza pero es un hecho que no puedo negar porque fui yo quien humillé a un hermano mío sacándole de un centro al que iba gente de clase alta y con dinero.

Hay muchos más ejemplos que no cuento porque me entran ganas de llorar. Un abrazo a todos.

Edu





España y la Opus Dei.- E.B.E.

Drake ha tocado un tema tal vez "tabú" pero que merece ser tratado en la web, sobre todo porque ni los españoles en general (o sea, los que no son director@s de la Obra) ni España ameritan la culpa debida a la Obra.

 

No sé si los españoles serán conscientes de esto, pero la Obra le ha hecho una muy mala propaganda a España, pues ha exportado, a través suyo, una imagen de España que en no pocas personas –con críticas hacia la Obra- ha causado un cierto rechazo hacia todo lo que sonara español.

 

Ha habido una asociación muy íntima entre la Obra y España. Al ser la Obra oficialmente española (tanto por el idioma oficial como por la nacionalidad de quienes vinieron por primera vez a tierras latinoamericanas) la imagen de España que muchos teníamos aquí en Latinoamérica procedía directamente de la Obra. Uno escuchaba hablar con acento ‘español’ y pensaba: “Opus Dei”, como si fuera lo más natural (cosa que jamás le puede suceder a un español).

 

Ayudaba a todo esto la ignorancia de quienes nunca habíamos conocido directamente las tierras españolas sino a través de la Obra como su embajadora. España era entonces parte de la Opus Dei...

 

Imagínense los españoles si hoy todos sus embajadores en Latinoamérica fueran director@s de la Obra...

 

A su vez, el punto de vista latinoamericano –desconozco lo que sucedía en otras regiones- ponía el acento de los problemas de la Obra en los españoles, es decir, la crítica muchas veces apuntaba a que el espíritu de la Obra (supra-histórico) es de Dios, el problema son los españoles, o sea, esa parte de la Obra que es España.

 

Por otra parte, presentándose la Obra como un “espíritu universal” al estilo de la Ilustración, a los problemas concretos había que encontrarle un sospechoso y éste muchas veces era el carácter español. Otras veces, la sospecha se localizaba en el carácter nacional del país donde se presentaba el problema.

 

Se trataba de darle una ubicación geográfica a los problemas institucionales y esta teoría tenía una aprobación entre los mismos directores y aún entre algunos españoles que habían venido a tierras americanas (los cuales exhortaban a la comprensión hacia el carácter español). El prejuicio no tenía origen afuera de la Obra –ej., como si fuera un prejuicio nacionalista- sino que había nacido dentro de ella. Yo mismo lo aprendí en la Obra y no antes. Echarle la culpa a España era una explicación aceptable dentro de la Opus Dei.

 

Si había falta de libertad, el problema eran los españoles llegados a América, que habían encarnado mal “el espíritu de libertad de nuestro Padre”; si en la Obra había un ambiente de coacción, el problema era el carácter avasallador de los españoles; en definitiva, muchos ‘defectos’ tenían su explicación española. Lo que no estaba permitido pensar era que la coacción proviniera directamente de la Obra y que la falta de libertad fuera producto de un engaño de la Obra más que de un defecto atribuido al carácter español.

 

Todo lo bueno de España era presentado como propio de la Obra y mucho de lo malo de la Obra era atribuido a España.

 

En definitiva, España como tal, tenía mala imagen entre quienes defendían la Obra (allí ponían el origen de los problemas) y también entre quienes repudiaban a la Obra (pues veían a la Obra como un producto español). España salía perdiendo siempre.

 

Algo parecido sucedía con la Iglesia: todo lo bueno de ella era de la Obra y todo lo malo de la Iglesia era sólo y únicamente de la Iglesia…

 

En este sentido, creo que la Obra ha construido su prestigio, por un lado apropiándose características y elementos que no le pertenecían como propios, y por otro, criticando y siendo juez de los demás, desprestigiando. En este sentido, pienso que la Obra ha usado a España y a la Iglesia para su conveniencia.

 

Finalmente, complicaba más las cosas un cierto colonialismo apostólico por parte de la Obra, quien venía a imponer –en nombre de Dios- sus formas culturales consagradas por el fundador –desde libros editados en España hasta costumbres y giros idiomáticos españoles- las cuales se contradecían con “la universalidad del espíritu” que la Obra venía a predicar.

 

Ahí entonces se establecía la diferencia: el problema estaba en las formas culturales o sea en los españoles. Era la manera de “salvar a la Obra” y a su “espíritu divino”.

 

Fue necesario el paso de los años para darse cuenta de que el “espíritu universal” tenía como origen un “contexto cultural” muy concreto, que se exportaba a todos los países (aquí en Latinoamérica ese colonialismo cultural trajo posiblemente malos recuerdos). Toda la Obra como tal era un producto histórico y personal bien localizable en la figura de su fundador, institución a la cual se le podían atribuir todos los problemas que causaba. Los españoles de por sí estaban libres de culpa y cargo.

 

Es muy posible que este prejuicio anti-español siga vigente dentro del ambiente latinoamericano de la Obra.

 

Con Opuslibros se puso de manifiesto la “universalidad problemática” de la Obra, ubicando geográficamente todos los problemas dentro de la Obra y dando fin a las teorías anti-españolas (al menos desde mi punto de vista).

 

Una vez que se abandona la Obra uno comienza a distinguir claramente entre España y la Opus Dei. Y si no, es cuestión de ver Matador de Almodóvar y se van todas las dudas.

 

Saludos,

E.B.E.





Sacerdocio y Opus Dei. Para A. Esquivias.- José A. Botella

Estimado Antonio Esquivias,
 
me ha gustado mucho tu escrito sobre la dirección espiritual y estoy de acuerdo con lo que dices en él. Supongo que tu historia personal es tan rica y compleja como la de muchos aquí y tengo sólo una pregunta que hacerte: ¿Dejaste de ser sacerdote por tus desavenencias con el Opus Dei?
 
Por supuesto, no debes ni tienes que contestar en público; si estás interesado en contestarme personalmente pídele mi correo a los Orejas. Puedo entender que un sacerdote deje el Opus Dei pero me cuesta más entender que, habiendo entregado la vida al servicio de Dios y de los demás como sacerdote, se deje de serlo por problemas con una institución. No es la curiosidad lo que me lleva a hacerte esta pregunta.
 
Saludos,
Jose A. Botella




Cuando hay problemas el maligno siempre tiene la culpa.- J.A.

En relación al escrito de Satur del día 5 de junio de 2005 referido entre otras cosas a la importancia del maligno quisiera hacer una curiosa aportación personal.

A finales de los sesenta estudiaba yo segundo de carrera: 19 añitos de un joven de pueblo recién caído en la ciudad. Yo ya estaba encarrilado en la senda de supernumerario pero uno tenía amigos anteriores con los cuales me relacionaba. Uno de ellos, A. María, matemático, practicante y de sólida formación cristiana, no dejaba de encontrarse conmigo y hacerme ver las contradicciones del Opus Dei. Yo le rebatía pero obviamente esas conversaciones me creaban una desazón e intranquilidad que evacuaba en la confidencia. Bueno pues como  el problema se repetía un día se arregló  con la siguiente frase terapeútica de mi "preceptor numerario": esa persona no es tu amigo sino que es el diablo y por tanto debes  dejar de verlo y relacionarte con él pues peligra tu vocación. Ello me produjo una gran perplejidad y sinceramente incredulidad. ¿Cómo A. María que conocía de toda la vida iba a ser el diablo?. Ello era imposible pero .... dejé de verlo con tanta asiduidad y en nuestros encuentros dejamos de hablar sobre ciertos temas..... Ya  podréis imaginar.

Bueno pero hay un refrán que dice que la vida da muchas vueltas. Claro que sí, lo puedo confirmar. Yo dejé de ir a estudiar a la preciosa "jaula de oro" o sea que antes de adquirir mayores compromisos rompí toda vinculación con el Opus Dei, pero , paradojas de la vida, A. María entró en la orbita opusiana y lo encarrilaron  también en la vía supernumeraria. Yo ,como amigo suyo, no podía dejar de  aportarle mi experiencia y recordarle los razonamientos que tres años atrás él me daba. O sea el mundo al revés. Ahora las desazones y contradicciones las tenía él y claro yo empecé a notar que me rehuía. Así que  un día le pregunte directamente: ¿ qué pasa, te han dicho que soy el diablo y pongo en peligro tu vocación y por tanto no debes verme?. La respuesta de A. María fue: pues así es, a lo cual yo tuve que responderle que eso mismo me lo habían dicho de él en "la otra época". Desgraciadamente para él mi freno no fue suficiente eficaz y continuó el camino de supernumerario al menos unos cuantos años más. Luego circunstancias de la vida  hicieron que perdiera contacto con él. 
 
Por tanto confirmo lo comentado por Satur en su escrito. La etiología de cualquier problema se resuelve de un modo fácil: el maligno encarnado en cualquier persona o circunstancia y que, por tanto, obliga a  cortar radicalmente para evitar que la "infección espiritual" progrese. Muerto el perro se acabó la rabia.
Sin comentarios.
 
J.A.
 
P.D. : Una felicitación a los gestores de esta página por su contribución a la libertad de expresión y de pensamiento. ¡ Ánimo! 




Respecto al suicidio en la Obra .-NASRUDDIN

Queria hacer un comentario a Alberto respecto a lo del suicidio en la Obra. Hablé con Alberto hace anos despues de leer su "Historia oral...".
 
El ano pasado, el entonces defensor del pais en que vivo me dijo (y vale la "perla" como modelo de apologetica que utilizan los de la Obra) : "Pues claro que hay suicidios en la Obra... ya dijimos que somos gente normal; sucede lo mismo en la Obra que fuera!"
 
Un abrazo a Alberto y a todos,
NASRUDDIN
 
 




Intervenciones mías que provocaron perplejidad.- Drake

[Contexto: Durante 18 anos de numerario casi siempre viví entre gente mayor que yo, que eran “mayores” de la cosa. Muchos de ellos eran espanoles viviendo fuera de Espana]

-Cuando por primera vez pregunté por qué se le llamaba padre al fundadoso cuando en el Evangelio se dice claramente que no llamaréis a nadie padre sino a vuestro Padre del cielo.

-Cuando en una tertulia le dije al padre del Portillo que había leído dos escritos distintos del fundadoso sobre las obras corporativas y que, claramente, el tipo no se aclaraba. Mientras los acólitos me decían entre dientes que “eso no se dice al Padre”, él mismo se quedó callado y después de un rato dijo: “Tienes razón”.

-Cuando después de la elección del padre Echevarría dije que “muy mal” porque llevo anos diciendo pordoquier que la cosa no es espanola, a pesar de que el idioma oficial es el espanol, de que fue fundada en Espana por un espanol cuyo sucesor es espanol. Muy mal también porque el tipo no tiene experiencia del curro entre los mortales, nunca se le fichó, nunca se le despidió, nunca contrató a nadie y nunca despidió a nadie. Que vaya portavoz de la sanctificación del trabajo ordinario.

-Cuando dije que si de verdad somos como los primeros cristianos, la unidad de base de la cosa debería de ser el grupo de supernumerarios y no el centro de numerarios. Que si de verdad los supernumerarios viven la comunidad como la vivían los primeros cristianos, es inevitable que desparezcan los numerarios porque no son necesarios.

-Cuando, en base a lo anteriormente dicho, echamos todas las actividades de los supernumerarios fuera de los centros para dejar que las organizaran ellos cuándo y dónde mejor les convenía.

-Cuando me negué a cumplir el encargo de decirle a un numerario que no podía ir a la boda de su hermano.

-Cuando dije que la ley seca y lo de no tener aire acondicionado en los coches olía a parida de un burócrata con demasiados anos detrás de un escritorio en Villa Tevere.

-Cuando dije que se deja de glosar cuando la suma de todas las glosas equivale al tocho al que sustituyó.

-Cuando propuse, como se hace en todas las empresas, armar una fiesta para un numerario que se iba después de más de veinte anos en la cosa. Que habíamos pasado muy buenos momentos con él a lo largo de estos anos y que se lo queremos manifestar, además de desearle suerte para su futuro. Creo que “ingenuo” es una de las palabras que escuché…

-Cuando propuse, como se hace en todas las universidades, que montáramos una asociación de ex-miembros para no echar a perder todo el goodwill de tantos anos juntos.

-Cuando conté que en un encuentro personal con Juan Pablo II le dije que era de la cosa y que su reacción fue mirarme como si le estaba tomando el pelo.

Saludos
Drake



Es indignante que la Iglesia no actúe. Para Antonio Esquivias.- Khalil

Antonio Esquivias:
 
Has escrito muy bien sobre la dirección  espiritual que utilizan en el Opus Dei, intrumentalizada para conocer y gobernar, por parte de los directores, a las personas. Ellos no buscan "controlar", sino dirigir, orientar, gobernar. Los miembros del consejo local, al ser laicos, no tienen acceso a los secretos de la confesión, por eso utilizan la información de los sacerdotes para conocer a los miembros, desde lo más íntimo a lo más secreto, los pecados más procaces relacionados con la castidad se comentan en las reuniones de los consejos locales, con delicadeza, por supuesto, pero con claridad; todos saben si un muchacho se ha masturbado y las veces que le ha sucedido, se informa por escrito a la delegación; se exponen, para tomar medidas y ayudar a esa persona, que ha acudido a una casa de prostitución (casos estos muy
excepcionales, lógicamente); se comentan sus avatares afectivos, etc. También se expone en los consejos locales tantas cosas buenas que hacen tantas personas buenas que aún permanecen dentro.
 
En este sentido "utilizan" a los sacerdotes y "manipulan" el sacramento.
 
Hoy día esto es algo gravísimo, y siempre lo ha sido, pero lo más increíble e indigante es que la Iglesia no actúe decisivamente para suprimir estos atentados contra la conciencia colectiva de personas que se entregan sin conocer la realidad más profunda. Solo se comprende desde la perspectiva del "uso" que el Opus Dei hace de obispos y cardenales para ofrecerles una imagen solo parcial de la Obra, para reflejar aspectos positivos de sus apostolados, la fidelidad a la
doctrina del magisterio y la disponibilidad completa para cuanto desde el Vaticano se pida.
 
Pero la realidad diaria, la vida, es otra muy distinta. Antonio, conocemos bien la raíz; la Obra no sería tal si perdiese su capacidad para dirigir a las almas desde su verdad, desde su realidad, desde su sinceridad, aunque esto conlleve la violación no solo de los derechos humanos más elementales, sino la del sigilo sacerdotal, sea o no sacramental. No sé si existe alguna otra institución que conozca completamente los aciertos y los pecados de sus miembros sin necesidad de que ellos se los cuenten, sino a través de su clero; pienso que no.
 
Antonio, pienso que nos conocimos en Montalban, si eres ingieniero y tu segundo apellido es el que recuerdo, ¿qué hacías hablando con R. S. cuando todo diálogo resulta completamente absurdo? ¿Qué podría resolverte Javier Echevarría con sus pobres planteamientos ascéticos?¿Acaso pueden ellos dejar que la Obra sea ella misma? Eso es el Opus Dei y no pasa nada; lo importante es saber que esto sucede, para que quien pase dentro esté bien formado.
 
Mi experiencia personal quizá fue mejor que la tuya, Antonio. Simplemente los mandé a paseo, por no utilizar aquí una grosería. Eso es lo mejor que se puede hacer con ellos cuando se descubre su realidad, la falta de libertad, la ausencia de verdadero amor, la coacción de las conciencias. Suelo decir, Antonio, que después de mi nacimiento y mi bautismo la mejor medida que tomé en mi vida fue mandarlo a paseo, (por no utilizar de nuevo otra grosería).
 
Saludos: Khalil




Adiós a todos.- Isabel Nath

Queridos todos,

 

Ayer estaba haciendo meditación (que no es lo mismo que atender a una meditación…) y de repente tuve un sentimiento tan claro como inesperado, y que no puedo hacer otra cosa que seguir, por eso de que nuestro corazón es sabio y nosotros nos acercamos poco a poco a la sabiduría cuando le hacemos al menos tanto caso como a nuestra cabeza (de eso de la inteligencia emocional Antonio Esquivias sabe mucho, que os cuente…).

 

La certeza que tuve es que yo ya no pinto nada en esta Web y que lo que tengo que hacer es bajar del autobús y seguir mi camino, y así voy a hacerlo.

 

No es una cuestión de reconstrucción o no, ni de necesidad de la Web o no, ni de nada de eso. Yo doy gracias a Dios con mucha frecuencia por haberme hecho pasar por la experiencia opus dei de forma tan ligera, y sobre todo por haberme dado las herramientas personales y la comprensión y los afectos ajenos que me ayudaron a reconstruirme de forma tan eficaz.

 

Hace ya algún tiempo (dentro del breve tiempo que he habitado esta Web) que algún amigo me ha preguntado por qué yo escribía aquí, y yo nunca supe dar una respuesta clara, solo que sentía que tenia que ‘estar’. Pensaba que quizás mi experiencia optimista desde la felicidad más profunda podía ayudar a algunos de los que están pasando por el trance de la reconstrucción, o yo que sé. No se me ocurría otro motivo por el que yo sentía que debía estar aquí.

 

Ayer he sabido por qué era. Yo me he involucrado en esta Web para quererla, y queriéndola y haciéndola mía arrastrar a ella a un buen amigo de hace años al que quiero como a un hermano, y que es Antonio Esquivias. Antonio sí tiene muchísimas cosas que aportar a esta Web, algunas de las cuales ya habéis visto que ha empezado a mandar. Su testimonio y su valentía al darlo mirando a la cara (con esa expresión tan bonita que usaba él para explicar el porqué de dar los nombres) tienen mucho valor, y la profundidad de sus escritos y sus argumentaciones enriquecen el contenido de la Web. Ahora Antonio ya esta aquí, así que ‘mision cumplida’, que diría aquel.

 

Aunque Antonio este aquí no hace falta que tú te vayas, podría decir alguno de los amigos que he ganado en el viaje, pero no, no puedo quedarme. Porque como decía el maestro Raimundo Panikkar en algún escrito que le leí no recuerdo cuándo ni dónde, en la vida hay que estar en una postura en que se esté cómodo, porque por ejemplo estando de puntillas (poco cómodo) no puedes aguantar mucho rato y no puedes perseverar, no puedes ser fiel en primer lugar a ti mismo. Y yo desde que entre en esta Web y empecé a escribir cosas, he tenido siempre la sensación de que hay un grupo de personas a las que no conozco de nada ni me conocen de nada, y con las que constantemente tengo que estar de puntillas, en el sentido de que ya no sabe una qué ni cómo decir lo que piensa para que no salten, para que no me acusen de juzgar a los demás, de radicalizar mi discurso (José, con todo afecto, cuando he leído eso me ha entrado un poco de risa floja; no de ti, ojo, sino de eso de la radicalización…), de etc, etc. No se trata del hecho de no admitir ideas contrarias a las propias (mi amigo José Carlos y yo tenemos las ideas mas opuestas en según qué temas que todos conocéis y siempre me he sentido muy cómoda hablando con él), sino de la impotencia quizás de no saber expresarme para que la gente me entienda, o del estupor que me produce el ver como algunos interpretan una vez detrás de otra lo que digo exactamente al contrario de cómo yo quiero que se entienda. Me consta que hay gente que argumenta y contra-argumenta una y otra vez defendiendo sus tesis o sus puntos de vista, pero yo aún respetando hasta el infinito esta opción, no me identifico para nada con ella.

 

Le comentaba a Inés hace un rato que yo tengo el firme convencimiento de que no es en absoluto necesario convencer a nadie para que piense igual que nosotros en ningún tema. Por eso, no le veo el sentido a seguir con esto. Además seguramente tengo demasiado orgullo para aguantar según que cosas, que una tiene muchas y evidentes limitaciones queridos…

 

Si mi experiencia ha servido a alguien o si en el futuro le sirve (colgada en la Web está), genial, no me va a importar nada no enterarme de ello, que lo que importa es el resultado, no mi ego. La brillante idea de los fundadores de esta Web es ayudar, y me consta que lo consiguen. Mi experiencia es una gota más en medio de ese gran mar de todos los escritos y testimonios que llenan la Web, pero como decía la Madre Teresa de Calcuta, aunque mi gota es muy pequeña comparada con la inmensidad del mar, el inmenso mar no seria el mismo si no tuviese también mi gota.

 

Estoy muy contenta de haber entrado en esta Web, no por casualidad, que yo no soy del opus dei (jeje), sino porque mi hermano me mando el link y me dijo ‘entra, entra, y veras…’. Y entre, entre, y vi., vaya que si vi. Vi a un montón de gente estupenda, ‘guerrera’, de esos de saludo con sombrero quitado. Empecé prometedoras amistades con algunos de ellos que me consta que seguirán consolidándose y prometiendo durante mucho tiempo. Por lo tanto me siento ‘muy bien pagada’ por haber cumplido ‘el encarguito’ de acercar a Antonio a esta Web, jeje.

 

Y ahora, con lo que llegué me marcho: con la alegría de poder volver a confirmar al cabo de los años que Dios (cualquiera que sea el nombre que tenga) me ha querido siempre, y ha cuidado siempre de mi, y me ha guiado con mano firme por el bosque a veces oscuro de esta vida; la certeza de haber elegido siempre lo correcto porque lo hice con toda la información que tenia en cada momento y con la seguridad que me daba el corazón; la tranquilidad que me da el saber que he sido siempre fiel a mi misma a pesar de las consecuencias que podían tener mis decisiones; el agradecimiento a la vida por la familia y los amigos que me ha dado y me sigue dando; la felicidad de poder compartir la vida en libertad y grandísimo amor con mi marido y mi hijo; y la esperanza de que todos los que han pasado por lo mismo que yo pasé siendo del opus dei, puedan un día decir esto que yo digo hoy.

 

Como yo he estado por aquí poco tiempo, confió en que no empezareis con la mejor de las intenciones  otra ronda de ‘ve con Dios…’ como la que causó la despedida de José Carlos, que era un ‘histórico’ de la Web. Yo de verdad os lo agradecería (por no decir os lo rogaría…), porque desvía la atención de temas  más importantes que están ahora sobre el tapete (y no me refiero precisamente al rollito de los nombres…).

 

Como cantaba Joan Manuel Serrat y los del opus dei se aplicaban solo a sí mismos (again…), usurpando la belleza de los versos de Machado ‘caminante no hay camino, se hace camino al andar’. Lo que importa es andar y no pararse. A lo mejor la vida nos depara alguna sorpresa y volvemos a encontrarnos en algún recodo.

 

Que seáis todos muy-muy felices.

 

Un abrazo muy fuerte y cariñoso para cada uno y cada una,

Isabel Nath

 

(…que como ya expliqué en una ocasión es mi nombre y apellido verdadero, y que creo que es muy raro, porque si buscas en Internet solo salgo yo, así que soy fácilmente identificable… Para los de las obsesiones con los nombrecitos, digo…)





Gracias a Antonio y a muchos más.- Mariano Curat

Orejas!

Me quiero unir a la larga lista de felicitaciones para Antonio Esquivias. Qué claridad y qué contundencia!

Ya hay en esta web varias docenas de escritos tan concretos y documentados que no puedo entender que haya gente que siga entrando en esta web y pregunte por qué atacamos al Opus Dei.

Acá no se ataca, se demuestra con hechos que hay cosas que no funcionan y que perjudican a gente honesta que se entrega a Dios sin saber que está siendo engañada.

Y para los que los que escriben sin leer antes todos los emails y escritos, se vuelve tedioso el tener que repetir todo mil veces. Pedro (30/5) en el Opus Dei todo no es malo, hay cientos de emails que lo dicen, por eso la gente sigue pitando.  Muchos tenemos buenos recuerdos, mi paso por la Obra yo no lo veo como un fracaso, es más, me adhiero al email de Mauricio (3/6) ya que el haber estado dentro de la Obra me ayuda a gozar más plenamente cada día que estoy viviendo afuera.

Pero el hecho de tener buenos recuerdos y tener amigos numerarios como los tengo ahora, no me impide el decir que hay cosas institucionales (y no de personas concretas) que tienen que cambiar.

Finalmente quiero agradecer a E.B.E por sus brillantes aportes: "La reforma de la Obra" (1/6), y "La Obra como enfermedad" (18/5). Quiero aprovechar para rendir homenaje a Fernando B.  a quien EBE hace referencia en ese escrito. Fernando era un psiquiatra muy bueno, y fue el primero en recomendarme en irme de la Obra. Lo fui a ver con una depresión galopante, y sin vueltas me dijo que lo primero que tenía que hacer era irme de la Obra pues no me iba a curar si me quedaba. Y me derivó a un psícologo que no tenía nada que ver con la Obra que me ayudó a salir adelante. Cuando me dijeron que Fernando había fallecido de un infarto (tendría en ese momento 42 ó 43 años) me dió mucha lástima pues hace mucho que no hablaba con él y no le pude agradecer todo lo que ayudó.

Mariano Curat




 

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