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CORRESPONDENCIA

 

Lunes, 07 de Febrero de 2005



Gracias a Jacinto Choza y Humildad colectiva.- Eutimio

Hola a todos:

Primero he de decir algo que debí haber comentado la primera vez que escribí en opuslibros: he tenido dudas sobre la conveniencia de escribir en esta web. Podéis comprobar que he resuelto esas dudas. Agradezco todos lo testimonios que ayudan a alguien. No pongo nombres porque no terminaría y se me olvidarían algunos. Evidentemente no estoy de acuerdo con todo lo que aquí se escribe (sería imposible por venir de muy distintas personas) pero sí con muchas de las cosas que he leído que me han ayudado mucho a pensar y a replantearme cosas. O sea, que gracias.

Me ha impresionado leer a Jacinto Choza (gracias por escribir tus libros y por escribir aquí) porque estudié un libro suyo en el bienio. Por cierto: yo disfrutaba enormemente estudiando Filosofía y Teología. Es algo que agradezco junto con muchas otras cosas. Además no me parece mal que, para empezar, se estudie una filosofía de ese tipo (tan "ortodoxa"). Como ya conté en mi primer escrito yo leía de todo y hasta ahora no he encontrado ningún libro intrínsecamente malo (moralmente). De hecho, muchos de los que más me gustan seguro que tienen un 5 o un 6 (el Ulysses de Joyce, para empezar).

Y sigo leyendo de todo. Hoy me ha sorprendido una párrafo del libro "Isabel la católica" de Luis Suárez (aconsejo enormemente tanto éste como el resto de libros de Suárez). Está hablando de Fray Hernando de Talavera, Jerónimo que fue confesor y consejero de Isabel I. Comenta Luis Suárez: "La orden jerónima, en un externo de humildad, se prohibió a sí misma promover causas de canonización para sus miembros". Esto es humildad colectiva, creo.

Saludos a todas y a todos, gracias por escribir a los que escribís.

Eutimio





No se debe generalizar.- Gregory P.

Queridos todos:
 
Espero que me volváis a aceptar en vuestra comunidad de escribidores, varios meses después de no meterme en vuestras vidas en forma de correo. No obstante, me he leído la correspondencia cada semana. Raro es el día que me la he perdido. No sabéis lo que me alegra ver bullir, en este mundo virtual, a tantas personas para las que, lo queramos o no, el Opus ha sido algo determinante en nuestras vidas. Para bien o para mal. En muchas ocasiones, y de muchas formas, para mal.
 
Desde hace días, se está librando una batalla descomunal sobre el tema del preservativo, que se ha ampliado a otros aspectos de la moralidad de la Iglesia. He de decir que la primera batalla a la que aludía me queda un poco lejana. La naturaleza no ha querido que sigamos teniendo hijos, por lo que no necesito preocuparme de impedir la reproducción. Pero entiendo que para muchas personas puede convertirse en piedra de escándalo. En el verdadero motivo por el que alejarse definitivamente de la Iglesia.
 
Creo que el mismo hecho de generalizar sobre estos asuntos, y de meter a todo el mundo en el mismo saco, es contrario a la misma esencia de la moralidad, que fija en la conciencia recta el patrón de la conducta. La conciencia de cada uno, no la de monseñor Escrivá, o la del Padre Topete.
 
El mismo tema del preservativo es algo muy delicado. Conocí a un señor que fue infectado por el virús del SIDA en una transfusión sanguínea realizada en un centro médico. Cosa que sucedió hace muchos años, cuando el SIDA era una enfermedad mortal de necesidad. Este hombre estaba casado, y su mujer no había contraído la enfermedad, evidentemente, por mantener relaciones con preservativo. ¿Alguien en su sano juicio le recomendaría a ese señor que tuviera relaciones abiertas a la vida a este pobre hombre? Estoy convencido de que no. Por lo que hay casos y casos.
 
Creo que estos asuntos forman parte de la conciencia de cada uno. O, en el matrimonio o en la pareja, de dos. Que cada uno, o cada dos, tomen una decisión suya y personal sobre ese tema. Pero sin asombrarse de que esa decisión, en algún momento, pueda ser equivocada. Y que uno pueda arrepentirse de haberla llevado a cabo.
 
Es decir: que no pasa nada si uno sigue creyendo aquello de que el justo peca siete veces al día. Hombre, entre las siete veces, alguna será por el tema del fornicio. Y si no peca hoy, pecará mañana, o pasado.
 
Ultimamente he visto algunas jaurías televisivas, en las que ciertos homínidos despellejaban a otros por haber cometido el increíble pecado de decir mentiras. Luego explicaban sus múltiples relaciones sexuales con múltiples tertulianos, casados, solteros o mediopensionistas. Es curioso lo moralistas que salen algunos para el tema de la mentira, o de la apropiación de lo indebido, y lo laxos para el tema del sexo.
 
Ojo. Yo no sé qué es pecado o no en materia sexual, pero entiendo que es normal que uno peque en ese tema. Si no, lo de siete veces al día, se queda como una exageración del Maestro, que se ve que tenía el día malo cuando lo dijo.
 
Lo que quiero decir: que no hay que obsesionarse. Que hay que informarse. Y que si uno piensa que ha hecho mal una cosa, se confiesa, y ya está.  
 
Algunos me dirán que la confesión es una injerencia en tu conciencia, y que nadie debe meterse en tu intimidad. Quizá sea cierto. Que tú eres el único que debe tomar tus propias decisiones. Es posible.
 
Quizá a algunos la Opus les dio una seguridad en sí mismos que les permite guiar la barquichuela de su conciencia con mano firme, sin balizas de señalización, ni barcas de salvamento. Pero convendréis conmigo en que no todos fuimos tratados igual. Muchos soportamos, años después de nuestra salida, una ligera, pero evidente, necesidad de conocer la opinión de los demás. No es deseable, pero tampoco lo es la calvicie, ni los pies planos. Ni la hernia de hiato. 
 
Muchos de quienes nos acercamos al Opus, y que lo dejamos, seguimos intentando cumplir con los diez mandamientos que nos enseñaron nuestros padres, y el cura que nos dio la catequesis de primera comunión. ¿Pasa algo? Y nuestra opción es tan legítima como la de quien se ha convencido de que Dios no existe.
 
No creo que sea más o mejor "ex" el ateo que el creyente. Son dos opciones. Y las dos merecen ser tratadas con respeto.
 
No es de recibo que todo sean reverencias con personas que han tomado una decisión, y que se insinúe que los que aún creemos somos cooperadores o algo parecido. No digo que se haga en esta página. Pero si se hiciera, yo no estaría de acuerdo.
 
Por ello, creo que tanto derecho en la página tienen unos a hacer apostolado de su descreimiento, como lo tienen otros a hacerlo de su fe.
 
No obstante, a Pentium le diré, con todo el cariño que puedo, que siga el ejemplo del Maestro. Que no nos recuerde la moral de la Iglesia, que ya la sabemos. Algunos recordamos el catecismo de memoria. Mejor será que nos enseñe con su vida que Cristo vive. Que tenga muchos hijos, que sea un buen padre para todos. Que sea un Tomás Moro en este extraño siglo XXI que nos ha tocado en suerte vivir. La charlita que dio el otro día la podemos suscribir todos. Pero, ¿es así como vives tú? Ojo, no sé quién eres. Pero, ¿lo sabes tú mismo? ¿Te conoces a ti mismo?
 
Un abrazo.
 
Gregory P.




Para el pérfido Ántrax.- Hércules

Antrax,

te has caído con todo el equipo. Eres un disoluto depravado. San Honorio te castigará. Le dice Kaiser a Bastián que limpiabas las cristaleras de Aralar. ¿Cuáles?, voto al chápiro verde, si no las había. Lo más parecido al cristal en el pasillo o corredor entre pabellones eran unos tochos aladrillados de algún compuesto silíceo para evitar las mojadinas. Diablos, Antrax, llovía siempre entonces en esa nouvelle Babilonia.

Pero volviendo a tu último escrito en la web. ¿Por qué te juegas la condenación eterna?, perdón, digo la salvación, descreyendo, intoxicando a José Carlos, ¡un santo!; y, sobre todo, con esa manía que tienes de hacernos creer que mojas a pelo... Será en casa... ¿O acaso desconoces que esas excrescencias externomandibulares que te adornan desde que viajabas con frecuencia a Cascante las hubieras evitado con un freno a esos atletismos sexuales, que todo el mundo del teatro hispanomericano te reconoce y valora como medalla de oro?

No nos vengas con milongas, impúdico pecador. Más obediencia a Roma y más ejemplo a Europa es lo que necesita el mundo.
 
Os dejo. Voy a mortificarme pidiendo por el Papa que ha de venir. Otro mártir seguramente. Cras seguiré admonizándote.
 
Hércules.
(El de las aporías de Zenón. El que acabó con el bicho)




No puedo dejar de decir lo que creo y amo.- Pentium

Para Dani:

Primero, gracias por congratularme conmigo y apoyar mis escritos. Veo que tenemos algún punto en común.

Entiendo lo que dices al afirmar que no todo el mundo considere válida la doctrina moral de la Iglesia, lo cual me da mucha pena, pero ¿qué le vamos a hacer?

Por cierto, Dani, estoy bastante cansado de oir siempre el mismo sermón: no abras heridas, todos los que aquí escriben han sido hermanos tuyos, etc., etc., etc., No es mi intención herir a nadie, insultar a nadie, simplemente expongo algo en lo que creo y a lo que amo y debo ser respetado como cualquier otro que tenga una opinión diversa a la mía. No me considero mejor que nadie y veo que hay personas alejadas de Dios que son mucho mejor que yo en muchas cosas. Pero no puedo dejar de decir aquello en lo que creo y amo, aunque no guste en oidos de algunos. Mira, todos los que aquí estamos hemos sufrido y mucho. Yo también, aunque haya alguno/a por allí que no se lo quiera cree.

Por eso, tus palabras me suenan al cuento de la lágrima, al afirmar: Te animo a que no hagas más grandes esas heridas y que sepas perdonar y entender si algunos te agreden como lo hizo Isabel. No respondas en el mismo tono que no vale la pena. Es bueno aclarar con altura como lo hiciste, pero creo que sobraron comentarios.

Dime, por favor, qué comentarios sobraron.

Pentium





Estamos en las antípodas.- Pentium

Para José Antonio:

De veras lamento, José Antonio, que te haya dado tanta pena en mis escritos. Intentaré la próxima subir un poco este mar de tristeza que invade tu alma.

Por lo que dices, tú y yo estamos en las antípodas. Tú seguirás en tus trece y yo en los míos. Y aquí paz y después gloria.

Pentium





Me causa pena que no aceptes lo que dice la Iglesia- Pentium

De nuevo para Cooper,

Querido Cooper, primero de todo agradecer tu correo –te lo digo sinceramente- pues veo que, a pesar de todo, podemos hablar como personas, aunque a veces nos equivoquemos. Espero, con mis letras anteriores, haberte ayudado, como tú a mi.

En ningún momento quiero, ni he querido, recitar las tablas de la Ley. Simplemente expuse lo que en conciencia considero que debía exponer, con la máxima buena intención y sin querer herir a nadie.

Te diré, Cooper, que yo también pienso lo mismo que tú, que el sexo es una de las mejores maneras de demostrar el amor a otra persona, pero te añado, siempre que esas dos personas sean marido y mujer. Porque yo puedo querer mucho a un amigo, y le quiero como amigo, pero no le quiero conmigo en la cama, ¡¡jamás de los jamases!!

Entiendo todo lo que me dices y me causa pena que no aceptes lo que dice la Iglesia, cuando afirmas: Lo que trato de decirte, es que tu postura, de pura ortodoxia tal como tu la entiendes, es fantástica si te hace feliz. A mi no me sirve.

No creo que yo tenga la fe del carbonero, simplemente me cojo a la doctrina que predica la Iglesia en nombre de Dios, pues es la que racionalmente me encaja con la naturaleza de las cosas.

Te deseo lo mejor, Cooper, y espero que tú también seas muy feliz con tu esposa e hijas.

Un abrazo sincero.

Pentium





A mi amiga Agustina.- Jacinto Choza

Querida Agustina. Tienes toda la razón. Ya una o más veces hemos hablado de esto, y he hablado de esto con otras personas. Tu olfato y tu tacto me siguen pareciendo el mejor criterio sobre lo que debe aparecer en la web.

Mi apoyo a Sonsoles significa que a mí tampoco me interesa el asunto de los preservativos, ni voy a la web para buscar una sociología de la Iglesia. Pero me parece muy legítimo el interés por el tema de los preservativos y por la sociología de la Iglesia. Además, hay lectores a los que sí les interesa, y mucho. Ya las estadístsicas de visitas a los temas indican la fluctuación de los intereses hacia unos u otros, y me parece perfecto.

Agradezco mucho tus aclaraciones y me alegra y ayuda ver por escrito y bien puesto cosas que ya antes hemos tratado de palabra.

Muchas gracias por todo y un abrazo inmenso

Jacinto Choza





Más sobre la gomita ... Miguel Ángel

Llevamos unos días con correspondencia hablando de preservativos y similares. Por lo que parece, según la doctrina de la Iglesia, son lícitas las relaciones sexuales entre los esposos, siempre que no se pongan obstáculo a la concepción. Dicho esto, no serán válidos el preservativo, el diu, la píldora... como, para mí, tampoco lo debieran ser oginos, test de fertilidad, ... Pues, al fin y al cabo, métodos anticonceptivos lo son tanto unos como otros. Anticonceptivos, esa es la palabra fundamental; tratándose de relaciones sexuales orientadas exclusivamente al goce, o a todo lo noble y bueno que queráis ponerle, no veo la diferencia. Se trata de un mismo fin: que no derive en embarazo esa relación. Bueno, en realidad sí veo una diferencia, pero entra fuera de esta discusión. Si llamáramos fin a “no embarazo”, y medios a “preservativo”, “ogino”,... qué diríamos: ¿El fin no justifica los medios?. O era al revés, ¿los medios no justifican el fin?. Ya me he liado, no me acuerdo de cuál es la frase correcta. O depende, según convenga.

 

Hay una ciudad en España, ahora no recuerdo el nombre, pero que es famosa por su espectáculo de moros y cristianos, que se celebra siempre en Viernes Santo. Esta ciudad tiene una antigua bula papal, que exime a residentes y transeúntes de la observación del precepto de ayuno y abstinencia correspondiente a ese día. Supongamos a un señor de un pueblo próximo, muy católico él,  que pensara el viernes de Pasión tengo hambre, me voy al pueblo de al lado, que tiene bula y me puedo comer un bocadillo de jamón con tomate. Si así obrara, ¿pecaría?. Personalmente creo que no, pero también pienso que no obraría rectamente. Si esa es su visión de la religión, comer donde hay bula (que lo equiparo a tener relaciones en período infértil), la veo muy pobre. No por lo de comer, léase también lo otro, sino por el concepto.

 

Seguramente habré dicho alguna barbaridad y merezco la hoguera. Quizá algún oreja, o no oreja, me pueda hacer la oportuna corrección... Para compensarlo, un chiste. Iban dos lapiceras paseando por el parque, y a esto que se acercan dos lapiceros con intención, alcanzada finalmente, de ligar con ellas. He aquí que, pasados los meses, se descubre que una de las lapiceras ha quedado embarazada. ¿Quién es el padre?

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El que no llevaba goma...

 

Un abrazo. Miguel Ángel.





Sois una pandilla de aburridos.- Margarita Arenas

Creo que sois una pandilla de aburridos que no teneis nada mas interesante que hacer en vuestra vida que mirar la de los demás. Salvaros a vosotros porque desde luego que a la gente del Opus no le llegais ni a la suela de los zapatos, y no por la cantidad de dinero que teneis, sino por la cantidad de infelicidad que profesais.
 
GRACIAS
 
Margarita Arenas




¡Animo y no tengas miedo a nada!.- Carmen Charo

Querida Blanca (30.1) te siento como alma gemela. Yo estaba exactamente como tu hace 15 años. Tenía 33 años, padecía una depresión estupenda y me tuve que refugiar en casa de mis padres hasta poder recomponerme minimamente a nivel físico y psíquico, y poder encontrar un medio de vida.
 
Tu has tenido la suerte de poder contar con la ayuda de opuslibros.org, que es muchísimo. Verás que pronto empiezas a sentirte bien y feliz. Yo te escribo para decirte que si quieres puedes contar conmigo y escribirme personalmente para cualquier cosa que necesites. Me encantaría, si la necesitas, poder darte mi experiencia para que tus bajones sean menos y más suaves.
 
¡Animo, y no tengas miedo a nada! Procura cuanto antes ser autónoma y empezar a andar sobre tus propios pies. Recibe un fuerte abrazo con todo mi cariño.
 
Carmen Charo




Me estoy volviendo a encontrar con Dios.- Carmen Charo

Para "el Idiota", con toda mi admiración, respeto y cariño:
 
Si señor, estoy contigo. "Soñad y os quedareis cortos" no te volverás corto (tontito), como tu dices, sino que te quedarás corto, que hay mucho más de lo que imaginas. En la obra nos han mentido tanto, han abusado de nosotros tanto, que por mucho que imaginemos, no sé si llegaremos a saber nunca qué hay debajo realmente.
 
Yo salí pensando que era yo la mala y la inadaptada. Han pasado 15 años y veo meridianamente claro que la organización no tiene resquicio de bondad. Creo que lo que mejor la define es llamarla perversa. El Dicc. Real Academia Española la define como "sumamente mala, que causa daño intencionadamente" "que vacía con malas doctrinas o ejemplos las costumbres, la fe, el gusto..." Eso ha hecho la obra, por lo menos conmigo, asi que soy de las que llevan encima quemaduras muy graves.
 
Yo, como tu, soy de las que no quieren resignarse a pensar que no tiene vocación. Quiero decir con esto que yo pité con todas las de la ley, que fui plenamente consciente, a pesar de mis quince años, de que tomaba una decisón vital, de compromiso para vivir un servicio de amor a todos los hombres y mujeres. Así viví mis 17 años dentro y hoy mantengo esa misma ilusión por esa decisión de vida. Hoy puedo decir con toda propiedad, si no me diera alergia la palabra por su mal uso, que soy Opus Dei.
 
También es cierto que hoy pienso que no hace falta alistarse a ningún grupo u organización para ello. Que la vocación es universal, es un estilo de vida que nace de lo más hondo del ser, es un don, una necesidad. Es bueno rodearse de gente afin, que a una le ayude, que le den ánimo, gente con la que poder compartir esa ilusión...
 
He dicho en otros escritosa que no soy "creyente", y lo pongo entre comillas porque por esa palabra todos entendemos la persona que va a misa los domingos, cumple los mandamientos, cree los dogmas, obedece al Papa... el típico practicante. Yo me quedo con el primer mandamiento de la ley de Dios y todo lo demás lo dejo a la libre decisión de mi conciencia en cada momento. Ya no obedezco a nada porque sí, porque lo contrario es pecado. ¡No tengo miedo!
 
Pero me estoy volviendo a encontrar con Dios. Igual que tú dices, yo no he renunciado a ser hija de Dios, amada de Dios..  Yo, y muchas personas en esta web, hemos dejado de practicar, algunos dicen que se han vuelto ateos... pero no creo que sea para tanto. Yo me alejé de dios, y lo pongo en minúscula.
 
¿Sabes lo que pasa? Que el dios de la obra es una caricatura. Ahora estoy comenzando a conocer a DIOS. ¡Què aberración!, ¿verdad? Uno pierde la fe en el mismo momento en que es fidelísimo a la obra. Uno se rompe, se destroza humanamente, interiormente, como nos contaba ayer Jacinto Choza, y se le cae todo el teatro espiritual que se había montado dejando la vida por la obra.
 
Y,  ¿ahora qué? Ahora tienes que empezar a ser tu mismo, a prescindir de seguridades y cielos prometidos. Por supuesto que la experiencia de la obra te marca y ya no puedes ser tampoco el que eras antes de entrar. Como le decía el otro día a otra oreja, quizá la obra para lo único que nos ha servido es para ser conscientes, hacer patentes la inmensidad de cualidades y talentos que teníamos y tenemos: la capacidad de dar desinteresadamente,  el entusiasmo a raudales, la capacidad de sacrificio, la alegría, la honestidad, la humildad... y tantas cosas más.
 
¡Animo y a Vivir!
 
Carmen Charo




Pilar, agradezco tu intervención.- Carmen Charo

Querida Pilar, (4.2) te he reconocido y te agradezco tu intervención. Solamente comentar como Escrivá ha hecho el milagro con vosotros. Su estampa debajo del colchón en la cuna de tu hija, os ha hecho abrir los ojos. ¿Ves? ¡A que va a ser cierto que nos echa una mano, pero ayudándonos a salir por la puerta contraria a la que sus hijos nos invitan a entrar!
 
Os mando un fuerte y cálido abrazo a ti a tu marido, y ya sabéis dónde me tenéis para lo que queráis.
 
Carmen Charo




Destrucción de datos.- Carmen Charo

Merlos, (4.2) me apunto a tu plan de solicitar que se destruyan todos los datos que obren en manos de la obra sobre mi. Me gustaría que algún abogado nos explicara bien si la Agencia Estatal de Protección de Datos puede intervenir en esos ficheros que tenga la obra. Si es así, ¡contad conmigo!
 
Acabo de ver un poquito del programa televisivo Documentos TV, que hoy trataba sobre los españoles que fueron en 1940 desde Angulema al campo de concentración de Mattahussen (no creo que esté bien escrito), y he pensado lo importante que es dar la cara frente a cualquier abuso o atentado contra la dignidad de la persona, para que estas aberraciones no se repitan, o el hecho de conocerlas, ya que nos cuesta aprender, nos haga conscientes a todos y a las generaciones posteriores de cuales son los frutos del mal.
 
Ponte en contacto conmigo, Merlos, si es que el enviar el formulario es eficaz.
 
Un abrazo,
 
Carmen Charo




Quiero ser sacerdote.- Marcelo

hola,
les cuento que frecuento una residencia del opus y me gustaria ser sacerdote y ellos me dicen que si dejo mi carrera, voy a fracasar en el mundo. Donde recurro para ser cura?
 
Marcelo



 

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