CORRESPONDENCIA

Miércoles, 23 de Febrero de 2005

Aun a costa de mis habituales errores de memoria, fruto tanto de mi edad como del tiempo transcurrido desde que ocurrieron estas batallas, y esperando que salga mi cordial amigo Hércules a corregirme, cuento a continuación, para quien tenga interés, algunas peripecias de los numerarios residentes en Aralar que en el año 1964 comenzamos la labor de San Rafael en Vitoria, Álava, España (por ahora).

Muy cerca de una de las calles principales se había alquilado, creo que alquilado, aunque esos aspectos inmobiliarios no me atañían, un piso pequeño al que se bautizó Indar (fuerza en Euskera), que fue mi propuesta nominativa. No recuerdo haber dormido allí en cama alguna, sino sobre una mesa en la sala de estudio o cuarto de estar. Allí íbamos Gerardo G, ahora todo un psiquiatra que entonces estudiaba medicina y que había pitado de numerario en Granada tras dejar a la novia, quien también creo que hizo lo propio. A mí, como era el más joven, se me encargó la sospechosa labor de introducirme en un colegio de la ciudad para detectar y contactar con los alumnos más brillantes de bachillerato. Al principio teníamos un par de nombres facilitados por Álvaro S, hijo de una familia aristocrático-monárquico-carlista de la ciudad.

La moto que vendía a la salida del colegio, como ahora los camellos, era una sala de estudio y charlas para aprender a estudiar. ¿Quién daba las charlas?... ¡Premio!, el futuro psiquiatra.

Nuestro fin  de semana comenzaba el viernes por la tarde, cuando viajábamos de Pamplona a Vitoria en el autobús de La Burundesa, y terminaba a las seis de la mañana del lunes en la estación de autobuses vitoriana desde donde, en la misma línea, regresábamos a Aralar para desentumedecernos, lavarnos y tomar la Villavesa (Villavesa green.... a ritmo de Yellow submarine) para ir a clase en la Navarrensis University. Otras veces, si la muchachada vitoriana no acudía al reclamo, regresábamos antes: el domingo, y por lo general en autoestop. Es decir, que nos pasábamos el domingo casi entero en la puñetera carretera, con nuestra chaquetita azul, con su escudito en el pecho, dándole al dedito gordo de la mano derecha y rezando al custodio para que nos pusiera delante cualquier cosa que tuviera motor y se digiera a Pamplona.

De aquellas exiguas huestes de bachilleres contactados recuerdo pocos nombres y ninguna cara. Sí tengo una imagen grabada: los tejados que se veían desde los dormitorios del colegio, los pasillos, toda una cosa muy tétrica como corresponde a un colegio de frailes de esa época. Algunos chicos internos tenían permiso para acudir a las charlas, y cuando uno se puso enfermo fuimos unos cuantos a visitarlo: por eso recuerdo el colegio por dentro.

¿Dónde radica el interés de contar esto? Creo que en mostrar cómo con apenas 17 años nos lanzábamos a empresas en las que había que echarle mucho coraje, y en relacionar ese ánimo con  la insatisfacción y desengaño que con el transcurso de los años el entonces primer instituto secular nos fue secando toda ilusión.

Requiero la colaboración de Ántrax para indagar el paradero de Alvaro S., primogénito de la linajuda familia que también nos acogió alguna vez a mesa de caoba y mantel de hilo, para compartir excelentes menús servidos por primorosas jovencitas encofiadas , de impoluto uniforme. Creo que se dedicó al cine, no sé si se ordenó, si anduvo por yanquilandia y tuvo algún lío con la prela. ¿Qui lo sa?

Y como esto se alarga mucho, dejo para otro día la convivencia en casa de la familia Ch., en un pueblecito próximo a Vitoria y que pudo acabar con tragedia, aunque acabó mal para Alvaro S.

Bastián.

Si se tenía duda de que alguna fuera  a hacerlo o no, se quedaba con ella para remachar el tema, y asegurar que lo haría. Incluso si era alguien que llevaba casi todo el año prácticamente sin aparecer por el centro, se hacía lo posible para que siguiera y renovara. Había casos clamorosos de personas que realmente no pintaban nada allí dentro y se insitía, supongo que por las estadísticas, ya que luego en la Delegación se pedía cuenta de las bajas. Al no haber sido directora, sino simple encargada de grupo no supe bien hasta dónde llegaban las presiones, pero sé que hasta que llamaba la última persona para confirmar que seguía, la Directora ni salía de casa para ir apuntando las bajas y altas y si faltaba alguien, ir a hablar con ella y hacer que renovara.

 Han pasado años desde estos hechos, pero es lo que recuerdo. Me da la impresión de que se primaba más el número que la calidad a que la gente renovara por convencimiento.

Desde luego, para ir al cielo hay que amar a Dios y a los demás, no renovar el 19 de Marzo. Eso, a pesar de los años, también lo tengo claro. Es más, cada vez, más claro.

Saludos con cariño de U2

No sé si te puedo ayudar. Creo que lo que relatas como problemas de "falta de conexión con Dios" no son tales, sino procesos normales de la vida interior. No sé si era Santa Teresa de Jesús, o de Lisieux, la que se quejaba de sus periodos de sequedad interior, que luego eran recompensados con creces. Muchas veces, dependen de procesos biológicos.

Yo te recomendaría que no te impacientes con tu alma. Dale un poco de "cuartelillo", déjale libertad. Piensa que durante 23 años no vivió la libertad de los hijos de Dios, sino la esclavitud de los hijos del Opus Dei. Tú alma no podías dirigirse a su Padre como le viniera en gana, sino siguiendo la "bastardilla" impuesta por el Fundador de la Obra. Siguiendo unas rígidas normas del plan de vida, que, a lo mejor, no se compadecían con tus propios deseos espirituales. No te estaba permitido, por ejemplo, seguir el Oficio Divino, si te hubiera gustado hacerlo. Ni rezar los salmos, o componer tus propias oraciones, como han hecho muchos santos en la Iglesia, a lo largo de los siglos. O pasar noches en oración.

En la obra sólo se permitía seguir el camino trillado, sin salirse ni un milímetro.  Por eso, es normal que ahora no sepas utilizar la libertad que tú misma te has conseguido. Te pasará, por un tiempo, como al pajarillo al que le abren la jaula: no se atreve a salir de su encierro. Y lo peor es que ni siquiera sabe que puede salir, que ya no hay cárceles que le sujeten. Se queda petrificado, mirando fijamente la puerta de salida.

Claro, ahora no haces las normas. No las haces todas. Te has arrancado esas alas, como decía monseñor. Y piensas que ya no puedes volar, cuando es todo lo contrario: has dejado el lastre que te ataba a una espiritualidad constreñida, y vuelas en libertad. Lo que haces, sea poco o mucho, lo haces porque quieres, no para poder rellenar por la noche la hojita de las normas, o para no tener que mentir a tu directora en la confidencia semanal.

No te olvides de que en el Opus Dei se deforma a vida interior, y eso nos hace más difícil tratar a Dios como hijos, volver a tratarle como meros cristianos de a pie.

No sé si has sido directora de algo. Pero si has estado 23 años, creo que sí. Seguro que durante muchos años has "llevado" asuntos a la oración, has "visto" soluciones, y las has aplicado, a veces contra viento y marea Parecía que los directores, al tener "gracia de estado", tenían que "conectar" todos los días con Dios. Que "veían" cosas que el mismo Maestro les susurraba al oído. ¡Cuántas veces pusimos en boca de Dios lo que era nuestra propia opinión! ¡Cuántas otras veces aprobamos como venidas del Altísimo consignas de la Obra, que no teníamos claras para el caso concreto que teníamos delante! 

Ahora es distinto. Ya no tienes las cosas tan claras. Ya no "ves" cosas en la oración. Pero, ¿acaso pensabas que Dios te susurraba al oído esas cosas?

No es así. El espíritu sopla donde quiere, y cuando quiere. No dudes de que Dios es tu amigo. Que ve cómo te esfuerzas en ver su rostro. Y que te lo mostrará, pero cuando Él quiera. No cuando tú quieras.

Creo que me ha salido un correo engreído y antipático. A fin de cuentas, quién soy yo, con todos mis defectos a cuestas, para darte consejos. Espero haberte servido para algo. Reza un poquito por mí. Estoy seguro que Dios te escuchará.

Un abrazo muy fuerte.

Gregory P.

He recibido un par de correos privados de sendos amigos de la web cuestionando que instara a los lectores de opuslibros a “Perdonar” (18-II).  Me dicen que Dios mismo no perdona en el sacramento de la confesión a los que no tienen dolor de los pecados y propósito de la enmienda, y Jesucristo afirmó que no se perdonarían los pecados contra el Espíritu Santo.  Es decir, que las disposiciones del penitente – el arrepentimiento sincero – son “conditio sine qua non” para recibir un perdón real y eficaz.

Por eso, alegan – como mi amigo José Antonio (20-II) – que si los miembros o directores de la Obra que han cometido errores y perjudicado a otros no se arrepienten y no ofrecen reparaciones, no se les puede perdonar.  Y para colmo, ahí aparece el bueno de Pedro Juan (18-II) en plan demostración práctica de lo que un miembro de la Obra puede llegar a herir a ex-miembros.

Esos amigos tienen razón.  Pero es que no diserto en mi escrito sobre si los que pecan son absueltos o no: no arguyo que Judas, Caifás, Herodes y Pilato hayan sido justificados.  Pretendo enfocar el asunto del perdón desde el punto de vista del herido y de su reconstrucción.

Jesús nos perdonó a todos – también a San Pedro, ejemplo mencionado por una amiga de la web por quien guardo respeto y afecto – colgado de la Cruz.  Si los que erraron quisieron o no acogerse a ese perdón universal, con su arrepentimiento y enmienda, es otra cosa distinta.

Sostengo que para que el alma llagada pueda recuperarse, ha de intentar asumir ese ideal y ofrecer el perdón.  Que aunque lo normal cuando se ha sufrido tanto sea dar lugar a la rabia, no es saludable entrar por ese camino.  Que abrir las puertas al comprensible resentimiento que respiran algunos correos no es constructivo para la persona, sobre todo si permanece.  Que el solaz que permita superar un pasado doloroso ha de pasar por el amor de Cristo, que incluye el perdón sin condiciones.  Que ese paso, nada fácil, es tremendamente liberador.

Admito que cuesta lo indecible, sobre todo cuando llegan correos como el de Pedro Juan; que si yo estuviera en la situación de algunos, seguro que no sería capaz por mí mismo; que puede llevar tiempo; pero estoy convencido de que la gracia existe para que podamos dar ese paso esencial.

No niego que hayan existido las ofensas – pongo ejemplos reales, que me creo a pie juntillas.  No excluyo que se hayan de buscar justas reparaciones.  Reconozco que hay que trabajar para que no vuelvan a suceder.  Siento en lo profundo de mi ser el dolor que profesáis tantas y tantos.

Pero también sugiero, por propia experiencia, que no todo es negro; y que presentar el mundo Opus Dei de forma exclusivamente negativa ni se atiene a la compleja realidad, ni ayuda a la renovación personal: porque es casi imposible perdonar al mal encarnado, y totalmente inútil perdonar a una caricatura virtual que con su sombrío absolutismo sustituye a la humana verdad del claroscuro.

Y quiero que quede claro que sólo busco ayudar, basándome en lo que conozco y en mis creencias razonadas.  Por favor, que nadie interprete otra cosa, pues no existe otra intención.

A Pedro Juan ya le han contestado muchos con gran acierto.  Yo sólo le quiero preguntar qué pretende con su intervención: ¿cómo crees que nos ayuda a los que fuimos tus hermanos?

Un abrazo,

José Carlos

Para Pedro Juan: 

Creo que en lo que respecta al odio y al rencor entre los ex miembros del Opus Dei....es exactamente al revés.

- Por lo general- salvo honrosas y escasas excepciones – en la Obra  se prohíbe tener contacto alguno con los que se han ido. Eso lo he vivido y promovido yo cuando era miembro de “consejos locales”; y  mi  historia no es en absoluto una excepción sino que es muy representativa de lo que se vivía en la Obra en España durante los 20 años en los que he estado dentro. ¿Cúal es el motivo de semejante conducta tan poco caritativa? Se me ocurren:

a)  Miedo a que “corrompan” a los que aún no se han ido. ¿Tan poca seguridad tienen en  la solidez de la vocación de sus miembros?

b) Qué es inútil porque “ya están perdidos”. ¿Tan poca confianza tienen en su poder de convicción? ¿Tan poco confían en “el poder transformador de la gracia de Dios”? ¿Dónde dejan aquello de las noventa y nueve ovejas y la que se perdió... (que antes estuvo con las noventa y nueve...)

c) La rabia infantil del dictador a los que no siguen sus dictados. En la Obra, como en la dictaduras de Stalin, Hitler... se practica la “damnatio memoriae” contra los que se van: se borran sus fotos, se modifican páginas de Crónica para hacerlos desaparecer..... No hablo de oídas. YO LO HE HECHO.

Yo he sufrido en mis carnes ver  por la calle a un cura  numerario al que no veía desde antes de que se ordenara,-  cuando aún me quedaban a mí años de estancia en la Obra- Se me llenó el corazón de alegría y me apresuré alegremente a ir a darle un  buen saludo cuando, de repente, me mira muy sorprendido..... ¡ y se cambia de acera a toda velocidad, mirando de reojo!. Eso sí que es una persona llena de rencor, de desprecio y de odio.

No es una conducta individual. Es la norma. Eso es lo que le dicen a los miembros que haga con los ex. Yo mismo lo dije y transmití ese criterio cantidad de veces leyendo notas de Roma. Quien diga lo contrario miente.

En los testimonios que se dan en esta web, abundan las palabras de consideración hacia los que aún están en la Obra.(lee, lee si te atreves). Y aquí podéis escribir los que sois miembros de la Obra y nos odiáis, mientras que en vuestras miles de  páginas  no nos dejáis escribir ni una línea.  Me dais vergüenza ajena. Me sonrojo leyéndoos y realmente pido a Dios que os perdone vuestra suficiencia y  vuestra falta de caridad.

¿Dónde dejáis  aquello de “¿nadie te ha condenado mujer?- Yo tampoco te condeno. Vete y no peques más”?

En ese mismo Evangelio tenéis el remedio: “La verdad os hará libres”.

Luis

Estimados todos, 

He seguido con atención este intercambio entorno a enamorarse de un numerario o agregado.  Ampliémoslo a numeraria o agregada... que también se ha visto.

No puedo "recomendar" una solución a este "problema"... para empezar, no sé si es problema.  Además, si alguien ya se enamoró no es mucho lo que le podemos recomendar que haga o piense...

Con respecto a lo de que las numeraritas no coqueteen... bueno, yo sé de una que se salió por eso precisamente... mi primo fue el responsable (o la víctima) y su historia es todo un "morality play" dirían los que hablan el idioma de la Madre Patria --pero eso es harina de otro costal.  Al igual que los personajes masculinos que mencionan en los mensajes de Malu y Vicky, el asunto empezó por una relación de trabajo.  Como la situación requería que esta dama estuviera con mi primo por mucho tiempo, tuvieron demasiadas oportunidades para empezar con esas miraditas y cosas.

En mi condición de simpatizante (o ex-simpatizante???) le dije que no se le acercara, por que ella tenía un compromiso, que el compromiso era una promesa muy seria, que era "persona sagrada", que se excomulgarían  y cosas por el estilo... por supuesto, sin ningún éxito.  Posteriormente, supe que él era correspondido y lo dejé de acosar con las llamas del Infierno, pero le dije que se metería en problemas.  Como la familia es un bien de la Cosa, finalmente le dije que contara con mi solidaridad para cuando el asunto explotara... por que padres hermanos, tias y mascotas lo abandonarían...

Cuando ella abandonó la Cosa una madrugada por la puerta de los muertos (como Clara en Asís), necesitaron un refugio y yo colaboré activamente para ubicar uno... a los pocos días los amigos (de él y de ella) los consideraron  inexistentes por que ya no los saludaban ni los conocían. La relación se estabilizó pero tristemente ya no llegó a matrimonio por que ambas partes se portaron muy inmaduras al reevaluar la situación.  Que no le pase esto, por que es trágico, dramático y molesto  y en esto me apoyo para recordarles...

Si finalmente se quedan con él (ella), ténganle paciencia a su príncipe (princesa)... puede que el de tanto estar "en medio del mundo" no sepa usar una chequera, planchar las camisas, llenar un formulario o manejar un presupuesto... recuerden que ha vivido gran parte de su vida adulta como personas dependientes de otros para las actividades de todos los días.

No los presionen... hace rato que no toman muchas decisiones... Recuerdo que esta dama no era capaz ni de escoger comida en un restaurant de comida rápida... siempre le preguntaba a mi primo ¿Que crees que deba comer?  Cuando él se desesperó, lo que ella hacía era pedir lo mismo "Un menú de Big Mac --que sean dos (decía una vocecita en off)"... Otra escena se dió con la ropa.  Esta mujer sólo había usado "el uniforme" en la última década y su ajuar incluía sólo faldas largas.  Mi primo la llevaba a comprar ropa y el asunto era jugar con una Barbie "natural size" por que él escogía la ropa ("lo que más te guste").

Y MUY importante... Recuerden que no son caballeros andantes que salvaron a una damisela en peligro... al final si ella (él) se fue, fue por la "sobrenatural razón" que le dio la gana (o que ya no aguantó... que es lo mismo pero no es igual).

Paciencia y suerte... saludos con cantos y flores,

Nehuatl.

... asi empezaba un programa para críos, muy popular en la televisión española de los 70. El programa tenía su eje argumental en la actuación de unos payasos y el plato era.. un circo. Je!.

¡Qué gracia... cómo este puñetero mundo!. O sea: lleno de payasos o/y payasetes, de hombres que hacen de animal y de animales que hacen de hombre.

Hace casi un año que conocí la web y tiempo me falto para dar mi nombre, y que me apuntaran como damnificado, de los "tirados" a la cuneta de la vida, por ese autobús despendolado y sin conductor llamado "opus dei". Leo periódicamente vuestros escritos y me río, lloro y recuerdo... la verdad es que poco nuevo puedo aportar a vuestros magníficos relatos (algunos con verdadero talento para la pluma.. ).

Si quiero escribir hoy es por el follon que ha armado el desafortunado mensaje de un tal Pedro Juan F., que lamentablemente no es el primero y parece que no sera el último. También debo reconocer que ha coincidido con un reciente comentario que escuché, de una persona que pertence al opus, hacia esta web. Por casualidad de la vida, este personaje se me cruza por el camino, y al hacerle mención a esta página su respuesta fue: ... "ah! sí... esos infelices..."

¿¿Pero es que uno no puede vivir tranquilo en el puñetero planeta sin que aparezca un iluminado-arregla-cosmos y te ponga de infeliz, mentiroso, resentido?? ¿Es que han dejado ya de amar la libertad y el respeto a los demas? (¿la respetaron alguna vez?) ¿¿no son capaces de dejar en paz una iniciativa como esta web, que ni les va ni les viene??

¡¡Ahora los niños vais a dar palmas porque toca!!. A ver todoooos !plas! !plas!.... mira que bien.. Pues sí: la vida es un circo.

O sea que la institución ha dado consigna de: "¿éstos?: infelices, calumniadores, resentidos..." y luz verde para tiro al pichón; al que le pete, que deje un mensaje poniéndonos a parir. Eso sí, dejando constancia con total chulería de lo feliz, santo, elegido, transcendente (sin olvidar la exitosa carrera profesional) que es uno por tener tan grandioso capitán, y pertenecer a tan gloriosa nave, con destino y victoria asegurados....tachan, tachan (¡¡a veeeer que los niños sigan dando palmitas!!)

Amigo Pedro Juan y tantos otros que se cuelan por casualidad aquí: lo que SI es objetivo, es que hay una enorme cantidad de gente (sí, sí, nenitos: muchos, mogollón de gente) que hemos pertenecido a la cosa y hemos quedado muy tocados: lo hemos pasado muy mal para irnos. De esto, y PRECISAMENTE SOLO DE ESTO, es lo que leeréis aquí. De gente que ha sufrido (o les han hecho sufrir sin venir a cuento) por cortar con un vínculo, de reinsertarse a una vida social, y de superar amenazas y presiones psicológicas. Encontraréis biografías que son la VIDA DE ESA PERSONA (su vida) y que si lo cuentan aquí, en esta web, es porque saben que las leeremos. Somos anónimos. Pero el hecho de estar aquí es suficiente para dar apoyo, y para algunos esto les ayudara a llevarlo mejor. Ojala hace 10 años yo hubiese tenido estas páginas: estaba solo, sin dinero, sin casi familia y con un mentecato persiguiéndome y diciendo que el averno me esperaba para consumirme (toma ya, despues de 15 años en lo cosa, lo que tienes que oir).

Animo a los moderadores, ánimo a los que leéis esta paginas, mucho ánimo y cariño a los que estáis pasándolo mal.

Un abrazo,

Labuhardilla

PD. Para los animales disfrazados de hombre, que actúan en el circo de la vida y que de vez en cuando escriben...

1. SOY MUY FELIZ
2. me importan las personas; las instituciones me importan un bledo (si, incluyo tambien a eso) No gasto ni un minuto de mi vida ni siquiera en destruir y menos en calumniar
3. Ah y lamentablemente, por mucho que os fastidie, lo que aquí se escribe y hace referencia al opus dei: ES VERDAD. Yo estuve 15 años y por ahora (en lo que respecta a los varones, que es lo que conozco) no he leído nada inventado

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