Historia
secreta del Opus Dei en el Perú
Román de la Fuente
Publicado en el diario Liberación, Lima 30 de marzo
del 2001
La historia de la penetración política del
Opus Dei en el Perú no comienza con Rafael Rey. Empieza
en realidad a inicios de los sesentas, con los esfuerzos de
tener presencia en los medios de comunicación.
A través de Enrique Chirinos Soto, Arturo Salazar
Larraín, Carlos Rizo Patrón y Jacobo Rey -estos
dos últimos supernumerarios-, los superiores de la
Obra entran en contacto y anudan una excelente relación
con Pedro Beltrán Espantoso y Eudocio Ravines, cuya
figura sería exaltada años después en
el libro El Deportado por Federico Prieto.
Algunos numerarios como Carmela Aspíllaga y el propio
Federico Prieto Celi entran al diario La Prensa. Y, además,
los del Opus consiguen que Beltrán done en Cañete
los terrenos para el Instituto Rural Valle Grande y Condoray,
escuela para la formación de las empleadas que atienden
sus casas.
Incluso el Opus, apoyado por la gerente de La Prensa, promueve
una revista que controla completamente: Informe Ilustrado,
cuyo antecedente es la revista ERPA que editaban en Cañete;
y cuyo nombre era las siglas de las Escuelas Radiofónicas
Populares Americanas promovidas en la sierra de Yauyos por
la organización. Las escuelas se transformarían
después en Radio Estrella del Sur.
Todo este esfuerzo concluye en 1968, en vísperas del
golpe, con la ley que autoriza la creación de la Universidad
de Piura. El lobbie del Opus en el Congreso, conducido por
un experto español llamado Alberto Moncada, le permite
ampliar sus relaciones políticas. Moncada terminaría
abandonando el Opus y realizando posteriormente una labor
de denuncia.
De estos contactos existiría uno fundamental en Piura:
la familia Romero, con quienes compartía orígenes
españoles comunes. Y de ella, de manera particular,
Dionisio Romero. El Opus Dei obtendría de los Romero
en la exclusiva zona de El Chipe, los terrenos para levantar
la Ciudad Universitaria, así tomo una casona en el
casco urbano de Piura. Con los años el Banco de Crédito
cumpliría la labor que desempeñó en España
el Banco Popular, como plataforma de financiamiento de la
Obra.
Sin embargo, la revolución de Juan Velasco Alvarado
y la cancelación política de la oligarquía,
frustra esta primera etapa. Compañías como la
de Beltrán o Ravines, no eran la mejor tarjeta de presentación.
AMARGA EXPERIENCIA
La época militar es una etapa difícil para
el Opus Dei. Por un lado Arturo Salazar Larraín y Federico
Prieto Celi, a través de Opinión Libre, tratan
de revivir las trincheras de La Prensa y combaten al régimen.
Son deportados y la publicación clausurada.
El Opus entiende el mensaje y cierra Informe Ilustrado, guarda
perfil bajo, se atrinchera detrás de sus obispos y
espera mejores tiempos. Asimismo, se fortalece la labor de
Cañete para mostrar un rostro social a la Revolución.
Es en esa época que Ricardo Rey Polis, papá
de Rafael Rey y supernumerario, es nombrado rector de la Universidad
de Piura. Es necesario un peruano al frente de la institución
para preservarla de cualquier asedio castrense. En la actualidad
el rector es el español Antonio Mabres.
En el segundo gobierno de Fernando Belaunde, el Opus no comienza
de cero. La universidad de Piura se convierte en el gran gancho.
Es visitada, por ejemplo, por Mario Vargas Llosa y algunos
miembros de la familia Miró Quesada; y empieza así
unos contactos que le serán al Opus muy útiles
años después. En lo inmediato, el escritor les
dedica un reportaje en un programa de televisión que
conducía.
Por fin, Federico Prieto consigue entrar al Ministerio de
Trabajo, invitado por Alfonso Grados Bertorini. Sin embargo,
muy pronto la llegada del APRA frena el proyecto político.
En las filas de Alfonso Ugarte sólo contaban con Rodrigo
Franco, a quien podrían tolerar como lo hicieron en
España con Rafael Calvo Serer, porque lo necesitaban
y era la coartada de la pluralidad. Pero su muerte prematura
y la resistencia de un partido popular, a un proyecto político
esencialmente conservador y autoritario, frustran cualquier
posibilidad de penetración.
Como recuerda Francisco José de Saralegui, un ex numerario,
que se retiró después de 25 años, en
el Opus Dei "se hablaba de libertad política y
profesional. De la segunda tengo experiencia personal, pero
creo que hay mucho menos libertad en cuanto a opciones políticas.
Si los esquemas en que uno vive son autoritarios, inmovilistas
y conservadores, sólo con un esfuerzo mental casi esquizofrénico
se puede ser, de veraz, socialista o liberal."
Lo sucedido de 1968 a 1980 y de 1985 a 1990 convence al Opus
Dei de la urgencia, en un país tan inestable como el
Perú, de una penetración más orgánica
en el poder político; y la necesidad de contar con
un medio de comunicación amigo, sin que pueda ser identificado
como del Opus.
Por otro lado, no era sino cumplir lo que establecían
entonces las Constituciones del Opus Dei, es decir, el derecho
eclesiástico interno por el que se rige, las cuales
señalaban en el artículo 202: "Medio de
apostolado peculiar de nuestra Institución son los
cargos públicos, en especial aquellos que implican
el ejercicio de una dirección".
DE VARGAS LLOSA A FUJIMORI
Esta conclusión a la que llega el Opus, cuenta con
un liderazgo que la puede impulsar y hacer efectiva: Juan
Luis Cipriani Thorne, primero como Vicario de la Prelatura
y después como obispo. Considera Cipriani que la situación
del Perú es muy parecida a la de la España de
los años 50, donde el Opus decidió entrar masivamente
en política para brindar seguridad a la labor que realizaban
y apoyarla económicamente.
El sacerdote Antonio Pérez, que dirigía en
la década del 50 el Opus Dei en España, ha dejado
un testimonio impresionante de cómo se planificó
y ejecutó la entrada de la organización en el
gobierno de Franco (Historia Oral del Opus Dei. Plaza &
Janes Editores, octubre de 1987).
En el Perú lo primero era renovar cuadros, porque
la figura de Prieto Celi estaba muy quemada. Se movieron contactos
y amistades para colocar en el entorno del candidato favorito
de 1990, Mario Vargas Llosa, a dos numerarios jóvenes:
Rafael Rey y Domingo Fatacciolli. Este último se terminó
casando, abandonó el Opus y vive actualmente en Australia.
Por otro lado, la penetración en El Comercio se acentuó.
Los graduados en la Facultad de Comunicacicín de la
Universidad de Piura entraron a los diversos niveles del diario.
Algunos de sus periodistas hacen postgrado en la Universidad
de Navarra. El personaje clave en este proceso es el sacerdote
numerario Joaquín Diez, que es formalmente e1 responsable
de la página religiosa del diario.
El poder del Opus en el periódico se consolida, cuando
en alianza con un sector de la familia, aprovechando disputas
internas consiguen que los herederos de Racso Francisco Miró
Quesada Cantuarias y Francisco Miró Quesada Rada sean
separados de la conducción de El Comercio. Los dos
son hombres progresistas críticos del Opus.
Producida la victoria de Fujimori, el Opus que ya tiene una
cabeza de playa en el Congreso, se mueve en el entorno de
Santiago Fujimori, a través de la entonces supernumeraria
y actual cooperadora de la Obra de Dios, Martha Chávez.
La cual juega en pared con Rey, entonces en el Movimiento
Libertad. Después del 5 de abril ambos confluyen, en
un apoyo a la dictadura.
Por su parte, Prieto entra al Ministerio de Educación
-terreno favorito del Opus- y posteriormente trata de controlar
El Sol, desde donde hace una labor desembozada de apoyo al
fujimontesinismo.
Para cerrar el círculo del poder el paso siguiente
era obtener para Cipriani el arzobispado de Lima y el capelo
cardenalicio. Para ello, hay una división del trabajo:
Cipriani fortalece sus relaciones con Fujimori; y Rey trabaja
a Montesinos. Ambos apoyados por Martha Chávez y del
banquero Romero, que como demostró un vladivídeo,
mantenía relación permanente con Cipriani. Así
se aseguran una mayor influencia del Opus, fuentes de financiamiento
y una poderosa protección para sus labores.
En síntesis, todo parecía marchar muy bien
para el Opus, que tiene acceso directo a los más altos
círculos del poder y de la banca a través de
Romero. Cipriani ve confirmada su tesis: la situación
es como la España de Franco y el Opus habría
hecho bien en apoyar a un régimen que aparentemente
tenía muy largo aliento.
UNIDAD NACIONAL
Cuando el fujimontesinismo comienza a desmoronarse, el Opus
comprende que es hora de abandonar el barco. Rey empieza a
marcar sus distancias, tratando cubrirse con una pátina
democrática. Asimismo. con gran sentido de la oportunidad
el 28 de julio de 2000, Cipriani denuncia el "poder oscuro".
Esa coartada se deshace cuando se le pregunta ¿por
qué no lo hizo antes?
Tampoco podía sospechar el Opus que los vladivideos
demostrarían que Rafael Rey se había corrompido
en el SIN. Incluso, como lo denunció Liberación,
el numerario en una actitud poco ética, y abiertamente
violatoria de la ley, había intervenido ante Montesinos
para que liberara a Higueras, uno de los secuestradores de
Mariano Querol, por el hecho de que era piurano y su familia
estaba vinculada al Opus.
Juan Luis Cipriani debió haber aprendido de la experiencia
de Antonio Pérez, sobre las consecuencias de mezclar
a la Prelatura en aventuras políticas con las dictaduras.
Ante la llegada de la democracia para la que no estaba preparado,
la única forma que encuentra el Opus para cubrir sus
huellas de complicidad con la dictadura -evitando un estigma
como el que lo persigue por haber sido una de las familias
políticas del franquismo-, fue establecer una alianza
con Unidad Nacional. No hay que olvidar que el padre de Cipriani
fue fundador de la Democracia Cristiana y del PPC.
Lo que sería bueno saber es con exactitud cuántos
más del Opus hay en el entorno de Lourdes Flores. Lo
cual resulta especialmente difícil por el secreto con
el que manejan su pertenencia a la organización, aunque
se conocen algunos casos como el de la mamá de Jaime
Bayly que es supernumeraria.
Las primeras Constituciones del Opus Dei eran muy claras.
El artículo 190 imponía el secreto: "A
los extraños se les oculta el número de los
socios y, más aún, los nuestros no han de conversar
de estos temas con extraños". La misma idea del
secreto se confirmaba en el 191: "Socios numerarios y
supernumerarios sepan bien que han de guardar siempre un prudente
silencio respecto al nombre de los otros miembros; y que a
nadie van a revelar nunca que ellos mismos pertenecen al Opus
Dei".
Ante el escándalo que se desató al conocerse
estos textos, destinados también a ser secretos, hubo
una reforma formal, aunque el espíritu se ha mantenido.
La obligación del secreto sólo se ha atenuado,
pero no desaparecido.
JAQUE AL REY
Sin embargo, el de Rey no es único caso de miembros
del Opus que llegan a corromperse al contacto del poder político
y económico. Cipriani antes de impulsar una aventura
política autoritaria, debió meditar lo que sucedió
con los miembros del Opus involucrados en los casos Matesa
y Rumasa en España.
A Rey el Opus lo tiene escondido, no hace campaña,
para no llamar la atención sobre su persona y evitar
un escándalo mayor, que podría hacer aparecer
donaciones no muy santas a las labores de la Obra de Dios.
Ante lo que se puede destapar, el caso Higueras sería
de poca trascendencia.
También es una estrategia para tratar de que no exista
un remezón, de consecuencias impredecibles, que sacuda
aún más a la ya de por sí debilitada
candidata de Unidad Nacional.
A tenor de las últimas encuestas, parece que la alianza
con Lourdes no va a funcionar para cubrir al Opus Dei. La
pregunta es ¿qué harán ahora?
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