¿QUÉ
ES LO FUNDAMENTAL?
MELQUI, 8 de julio de 2004
El comentario de Sagimar
(6-7-04), creo que plantea un tema muy interesante.
Dice: ¿Qué ocurre cuando alguien que
está dentro de la Obra te dice: que todo esto es cierto
pero que eso no es lo fundamental, que es como cuando uno-a
se casa con uno-a mujer-hombre, pero que a lo largo de los
años se da cuenta que tiene algunos defectos, ¿la
sigue queriendo.... y que acepta sus defectos?.
Ya es suficientemente significativo que una persona de la
Obra te reconozca que en la institución existen cosas
que son criticables aunque eso no es lo fundamental.
Posiblemente no dure mucho dentro.
Pero, con independencia de esa consideración, para
saber si esa afirmación es cierta, convendría
preguntarse: ¿qué es lo fundamental
en la Obra, lo que la define?.
Asumiendo la dificultad de establecer una definición
estricta y exacta de una realidad, creo que lo más
útil es establecer qué es lo que a esa cosa
que pretendemos definir la diferencia esencialmente de las
demás realidades. Por ejemplo, a mí me parece
muy difícil dar una definición exacta e incontrovertida
de lo que es un ciruelo. Ahora bien, sí que puedo distinguir
fácilmente un ciruelo de un olivo, puesto que lo esencial
del ciruelo es que da ciruelas y lo esencial del olivo es
que da aceitunas. Si yo tengo mi jardín plantado de
ciruelos y me ofrecen un olivo, me interesará si verdaderamente
da aceitunas, pero no me interesará un olivo que dé
ciruelas, porque para eso ya tengo los ciruelos.
Sentado esto, creo que para saber qué es lo
fundamental, lo esencial del Opus Dei, sería
bueno saber cual es la finalidad, el objetivo, la razón
de ser de la Obra, lo que la distingue de otras instituciones.
Una buena forma de responder a esa pregunta sería,
entonces, buscar primero en las fuentes oficiales. Y la página
oficial (se entra de mil maneras, opusdei.com, opusdei.org,
opusdei.net, opusdei.es, opusdei.fr, opusdeilibros.com, ...)
dice que: La finalidad del Opus Dei es contribuir
a esa misión evangelizadora de la Iglesia, promoviendo
entre fieles cristianos de toda condición una vida
plenamente coherente con la fe en las circunstancias ordinarias
de la existencia humana y especialmente a través de
la santificación del trabajo. (Apartado Misión
de la Descripción General)
Parecería entonces que tenemos una respuesta. Pero
en realidad no es así. Porque la Acción Católica,
por ejemplo, ¿no promueve una vida plenamente coherente
con la fe en las circunstancias ordinarias de la existencia
humana y especialmente a través de la santificación
del trabajo?. Por otro lado, nos recuerda el Concilio Vaticano
II que todos estamos llamados a la santidad. Por lo tanto,
resulta que todos los cristianos tenemos que santificarnos
en nuestras circunstancias ordinarias y, los que trabajen,
en el trabajo. No parece que eso distinga a los cristianos
del Opus Dei de los cristianos que van por libre
o que pertenecen a otras realidades eclesiales. ¿No
promueven la santidad en la vida ordinaria las Comunidades
Neocatecumenales? ¿o Comunión y Liberación?
¿o los Focolares? ¿o Regnum Christi? ¿o
el Movimiento de San Juan de Ávila? ¿o el Movimiento
Familiar Cristiano? ¿o los Equipos de Nuestra Señora?.
Hace unos días oía en Radio Vaticano entrevistas
a diversas personas en una Audiencia del Papa, y tres de las
entrevistadas pertenecían a distintos movimientos (ni
recuerdo el nombre) de diferentes países, cuyo carisma
era en los tres casos la santificación en las tareas
ordinarias.
Habrá entonces que buscar otra especificidad, otro
fundamento distintivo para averiguar qué es lo
fundamental en la Obra. Podría ser que los miembros
del Opus Dei trabajen de manera diferente a los demás
cristianos. Y en ese aspecto, el siguiente párrafo
de la página dice que trabajar, para los miembros de
la prelatura, significa trabajar según el espíritu
de Jesucristo. Pero claro, la pregunta surge inmediata:
los demás cristianos ¿según qué
espíritu deben trabajar?. El propio nombre de cristianos
remite a Jesucristo como maestro, luego resulta que todos
los cristianos debemos trabajar según el espíritu
de Jesucristo. Tampoco aquí se encuentra, entonces,
lo fundamental de la prelatura.
Podemos leer y releer toda la información de la página
oficial, y no encontraremos absolutamente nada que distinga
al Opus Dei, en cuanto a finalidades, objetivos, carisma,
de los cristianos corrientes. Habrá, entonces, que
escarbar más adentro. Quizá podamos encontrar
algo en los Estatutos de 1986 (los más recientes),
que, al referirse a la finalidad específica de la prelatura,
afirma que : 2. § 1. La Prelatura se propone,
conforme a normas de derecho particular, la santificación
de sus fieles, por medio del ejercicio de las virtudes cristianas,
en su propio estado, profesión y condición de
vida, según su específica espiritualidad, absolutamente
secular.
¡Eureka!. Aquí ya existe una especificidad.
La prelatura pretende la santificación de sus fieles,
tal y como ya sabíamos, y tal y como pretenden todos
los cristianos, pero el Opus Dei lo pretende según
su específica espiritualidad. Ya no estamos ante
una vida cristiana vivida gnericamente según
el espíritu de Jesucristo, sino que estamos ante
un espíritu específico y propio del Opus Dei.
Si seguimos leyendo los estatutos, veremos cómo se
va corroborando esta conclusión. Lo que les une a todos
los miembros, entre otras cosas, es el mismo espíritu
y la misma praxis: 6. Todos los fieles de Cristo
que se incorporan a la Prelatura, bajo un vínculo jurídico
sobre el cual hablaremos en el n. 27, hacen esto movidos por
la. misma vocación divina: todos persiguen el mismo
fin apostólico, cultivan el mismo espíritu y
la misma praxis ascética.
El objetivo de todo miembro es la santificación personal,
pero no gnéricamente según el espíritu
de Jesucristo, sino cultivando el espíritu
y la práctica ascética que son propias del Opus
Dei: 20. § 1. Para que alguien sea admitido
a la Prelatura se requiere:
1° que haya cumplido al menos diecisiete años
de edad;
2° que se dedique a la santificación personal,
cultivando esforzadamente las virtudes cristianas, junto al
espíritu y la práctica ascética que son
propias del Opus Dei;
Además, más adelante, se afirma: 22.
El candidato debe ser instruido, antes de que se le admita,
a apreciar el espíritu del Opus Dei
Y, en el momento de formalizar el vínculo temporal
o definitivo con la prelatura, nos dice el artículo
27: § 3. Pero el fiel cristiano manifestará
su firme propósito de que él se va a dedicar
con todas sus fuerzas a conseguir la santidad y a ejercer
el apostolado conforme al espíritu y la práctica
del Opus Dei. Luego lo específico no es conseguir
la santidad sin más, sino hacerlo conforme el
espíritu y la práctica propios y específicos
del Opus Dei.
Luego me atrevo a concluir que lo fundamental
del Opus Dei, en cuanto característica diferenciadora
de cualquier otra realidad eclesial, es el espíritu
y la práctica. Si no fuese por eso, se confundiría
con la propia Iglesia, que promueve la santificación
de todos sus miembros en sus condiciones ordinarias, se confundiría
con las restantes realidades eclesiales que promueven también
esa santificación. No tendría razón de
ser su existencia. Sería como el olivo que daba ciruelas
del ejemplo que ponía al principio.
Llegados a este punto, habría entonces que preguntarse
¿qué es el espíritu y la práctica
del Opus Dei?. Desgraciadamente, los estatutos no tienen respuesta
para ello. Se limitan simplemente a afirmar: 79.
§ 1. El espíritu y la praxis ascética propia
de la Prelatura tiene caracteres específicos.
Sabemos, pues, que tienen carácter específico,
pero ignoramos su contenido.
¿Dónde se recoge, entonces, el espíritu
y la práctica del Opus Dei?. Pues en toda esa cantidad
de vademecums,
glosas,
criterios, notas internas, formas prácticas de actuar,
que han ido configurándolo. Eso es el espíritu
y la práctica del Opus Dei.
Por lo tanto, contestando a la cuestión que plantea
esa persona de la Obra conocida de Sagimar,
no es verdad que los defectos de la Obra no afecten a lo
fundamental. Porque en la Obra casi nadie actúa
en casi nada por libre. Todo está reglamentado. Desde
qué fotos se pueden poner en la habitación hasta
que exista un plano de la colocación de los muebles
de cada habitación. Y todo eso es espíritu
y práctica del Opus Dei, porque todo se considera
que ha sido dictado por Dios a través del fundador.
Y por eso no es verdad que todas las contradicciones que existen
en esos vademecums y criterios y en las formas de actuar dentro
de la prelatura no sea lo fundamental. Porque
precisamente todo eso es lo que configura el espíritu
y la práctica del Opus Dei, y, en mi opinión,
ESO ES LO FUNDAMENTAL.
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