POR
SI SIRVE PARA AYUDAR A LOS PADRES
PRIN28, 9 de julio de 2004
Os voy a contar lo que se de la obra después de 15
años de conocerla y su manera de pensar al principio
te crees que son fantásticos pero cuando más
profundizas menos te gustan ya que la virtud de la caridad
no la entienden ni la practican. Esta es la primera parte
espero que os guste y ayude a algún padre con sus hijos
por si les han comido el coco. Perdonar la redacción
pero se me da muy mal escribir.
No he sido numeraria pero a punto estuve de pitar, hasta
que fui a Roma al UNIV y creo que aunque tuviese 16 años
se me abrieron los ojos. Por el trabajo de mi padre he vivido
en varios países de Latinoamérica y en algunas
ciudades estuve en colegios de la obra y si no había
en colegios de monjas, pero hasta que no viví en Madrid
y estaba en una edad apetecible 15 años no supe lo
que realmente era la obra. Mis padres no eran supernumerarios
si no más bien cooperadores, ya que por la vida social
que llevan les era muy complicado; con mi madre casi lo consiguen
pero no tenía la paciencia que hay que tener para que
te machaquen todo el día con has hecho esto o aquello
por lo que la dejaron en paz ya que lo único que ella
quiere es ser una buena católica sin tanta norma (también
debieron pensar que si se rebotaba se acababan las donaciones,
meriendas que les organizaba etc. ) y mi padre cuando se ponían
muy pesados tenía un viaje de trabajo o alguna excusa
aunque todavía asiste a circulo todas las semanas.
Cuando vinimos a vivir a mis padres les recomendaron un colegio
de la obra, se quedaron encantados de lo simpáticas
y buenas personas que eran, imaginaros que para que no tuvieran
que ir al colegio que estaba en las afueras vinieron la directora
y la subdirectora con todos los papeles de la matricula para
que facilitarles su vida (no se les fuesen a escapar esas
4 almas que además no ponían pegas con el dinero).
En fin si darles tiempo a pensar entramos en el colegio X.
Mis hermanas eran pequeñas por lo que era más
fácil integrarse, pero yo tenía 15 años
una edad más complicada sobre todo para hacer nuevas
amigas pero llegue y todas las numerarias de mi clase me hacen
la vida más fácil y reconozco que gracias a
ellas me integre perfectamente. Al mes de estar en el colegio
conocí por primera vez un club no me acuerdo cual fue
la excusa si una clase de cocina o de técnicas de estudio
lo que recuerdo es que me lo pase muy bien y empecé
a ir cada vez más a los 3 meses iba por lo menos 4
días al club a estudiar, meditación, circulo
y algún retiro mensual hasta que me empezaron hablar
del UNIV, yo estaba encantada me sentía querida, tenía
un montón de amigas o sea que empecé a convencer
a mis padres para que me dejaran ir además de a Roma
a un retiro que era indispensable para poder ir a Roma. Para
ir mis padres como buenos católicos no pusieron demasiadas
pegas al retiro, me llevo mi padre y lo único que les
daba miedo era el viaje en autobús pero la directora
del club les convenció que era imposible que nos pasase
nada si íbamos rezando casi todo el viaje: 40 ángeles
de la guarda no permitirían que nos pasase nada.
Lo que no sabían mis padres era que yo me estaba planteando
mi vocación, estaba casi convencida de entrar en la
obra y era lo que pensaba hasta que estuve con ellas toda
una semana día y noche. Me agotaron. Nunca había
visto tanta histérica junta. Veían un grupo
de chicos y casi les da un infarto ni que las estuviesen violando
cuando los pobres solo miraban al suelo. El día de
la tertulia con D. Álvaro del Portillo estaban cerca
del éxtasis, yo creo que se aparece la Virgen y no
se dan ni cuenta en cambio con el Papa que para mí
fue mucho más emocionante estaban más tranquilas.
Eso me hizo pensar yo no era igual que ellas aunque no me
importaba rezar, seguir mi plan de vida.
Llegue a Madrid y le dije a mis padres que no sabía
si tenía vocación. Ellos hicieron lo mejor,
me dieron libertad para elegir pero me hicieron hablar con
un sacerdote que no era de la obra y me hizo la pregunta que
me abrió los ojos: ¿te crees madura para casarte?
Yo no me había planteado esa cuestión y lo pensé
y me di cuenta de que no era madura para un compromiso tan
grande ni con el Señor ni con un hombre. En esos días
mi madre se las ingenia para que no fuera al club que si tenía
que ir de compras, hacerle un recado, que estudiara en casa
y el fin de semana organizaron un viaje familiar por lo que
estuve sin ir al club por lo menos 10 de días. Yo seguía
haciendo mi plan de vida pero sin tener contacto con la obra
fuera del colegio. Al final cuando volví me echaron
una pequeña bronca: que si me habían echado
de menos... pero me dejaron volver a hacer la vida de siempre.
Aunque los fines de semana mis padres me controlaban un poco
más me obligaban a ir a las fiestas que me invitaban
por lo que conocí a otras personas y otras cosas aparte
del club.
Llegó el verano, me convencieron para ir a una convivencia
pero mis padres me organizaron el verano de manera que fuera
imposible ir, pero sin decir directamente que no. Pero me
lo pase muy bien que la verdad es que mi idea de ser numeraria
se me fue de la cabeza.
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