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Mi experiencia con psicólogos de la Obra

CARMEN CHARO, 13 de junio de 2004

 

Creo que puede ayudar a alguno o alguna conocer mi experiencia en este asunto de la salud mental, tratado estos días.

Mi vida en la actualidad creo que está completamente llena, no porque no tenga tiempo sino porque me siento plenamente satisfecha y feliz. Tengo problemas como todo el mundo, pero la vida me parece apasionante y preciosa.

- ¿Por qué los psicólogos deben ser de la obra?: creo que fundamentalmente porque los problemas que tenemos son fruto de una falta de libertad, una negación de la propia personalidad, fruto de pisotear día a día y con constancia la propia autoestima... Cualquier psicólogo lo primero que hace es ayudarte a pensar por ti misma y a decidir por ti misma, a quererte, valorarte, aceptarte. En la obra es exactamente al revés. Cualquier autoestima supone soberbia y egoismo. Se busca de forma positiva el aniquilamiento personal para que sólo la obra aparezca, se pide un servicio abnegado hasta el aniquilamiento personal por la obra.

Un psicólogo con dos dedos de frente, mediana preparación profesional y mediano equilibrio humano, te aconsejaría, o te haría ver que te estás ahogando con tu propia exigencia de vida, que te estás negando la existencia. La conclusión primera y lógica sería dejar la obra y eso jamás lo va a hacer un hijo del Padre.

- Sobre si el psicólogo informa a la obra acerca de ti: yo no lo he dudado jamás. En mi caso entraba yo sola a la consulta, luego, solía entrar la numeraria que me acompañaba si la médico tenía que darle alguna recomendación que me facilitase la vida..., y en alguna ocasión, entró ella sola. Pero de todas formas estoy segura que la información llegaba vía delegación, aunque, es cierto que nunca tuve constancia de ello. Bueno, cuando vas a cursos anuales, cambias de casa... al hacer la charla, nunca vas de nuevas. Te das cuenta que de ti ya saben muchas cosas que tu nos has dicho, ergo...

Yo también tengo que decirte que esto no me escandalizó mientras estuve en la obra ya que veía a la obra como a una familia. Entendía que el consejo local supiese de mi vida, mis problemas, enfermedades... por una razón de eficacia y de cariño. Luego, la delegación, y si hace falta, la asesoría están al cabo de la calle de todo. Aunque si esa información se usara para tu bien, no estaría mal. En cierto modo creen que hacen bien cuando te llevan de aqui para allá por tus circunstancias... Pero tienen un concepto de bien bastante distinto del que tu puedas tener ahora, y más, conforme pase el tiempo.

El bien en la obra es el bien para la obra, o sea, que la obra crezca, que tenga cada día más prestigio, más miembros, más dinero, más poder, más influencia... Se confunde la gloria de Dios con el poder humano. El bien no es tu realización personal, tu felicidad, que tu sirvas a Dios y a los demás dando, sacando a la luz, desarrollando la infinidad de talentos que tenemos cada uno. El bien para la obra es todo lo que he dicho más arriba: aniquilarse, así que obedecer o marcharse.

- Sobre las pastillas, bueno, creo que su afán no es empastillarte. Pero en la medida que das problemas lo mejor es tenerte atontada.

Yo creo que mientras estuve ingresada en la cuarta planta de la Clínica estuve excesivamente medicada. Ya conté, que muchísimos días no me acordaba al dia siguiente cómo y cuándo me había acostado. Me iba absolutamente drogada a la cama. Yo no sé la repercusión que tienen estas medicaciones. Yo lo que noto es que tengo lagunas de memoria de ciertas etapas de tiempo, y también creo que la memoria se ve atrofiada. Yo ahora soy mucho más olvidadiza, tengo menos capacidad de retentiva, y siempre he tenido magnífica memoria. No sé, no quiero pensar que conozcan el daño que hace este tipo de medicación y te lo den a posta. Creo que, en general, saben que medican en exceso a las personas, y lo hacen para que no creen problemas.

Conozco varias numerarias auxiliares, de las que tengo la convicción personal profundísima, que no tenían ninguna enfermedad psicológica, y a fuerza de tomar medicación y bombardearles permanentemente con la idea de que estaban enfermas, han llegado a deshacerse psicológicamente.

A mí, esto es lo que me parece más grave, que incrustan a fuego en lo más hondo de tu ser, la idea de que estás enferma, con una enfermedad grave y crónica. Te van haciendo anormal poco a poco. No sé si las directoras tienen mucho desconocimiento médico, pero desde luego, los psiquiatras, no. Por eso he dicho alguna vez que la obra comete delito, promoviendo estas situaciones, torturando a las personas.

Por es, te digo, Angeles, aun sin conocerte que estoy segura de que eres una persona valiosísima y normal, que podrás casarte si tu quieres y así lo decides libremente, y serás muy feliz, con los problemas normales de cualquier persona. Pero, ¡es tan gratificante ir descubriendo las muchísimas cualidades y talentos que Dios o la Vida te han dado, y ver que eres libre y, por lo menos yo, empiezas a pensar y a razonar por ti misma, a decidir libremente...! Las únicas cortapisas son tus limitaciones físicas, intelectuales, económicas... pero tienes un montón de cosas positivas que desarrollar y ofrecer a los demás. El irlas reconociendo da una felicidad inmensa, no sé si en parte por lo que supone de reconocer en ellas la propia imagen de Dios.

Tú también vas a ir aprendiendo a quererte y a valorarte. Tendrás momentos bajos como todo el mundo, pero eso jamás les dará la razón acerca de que eres un despojo de la sociedad. Eres un tesoro, para nada menor que su "sanjosemaria". Tienes una misión en la vida insustituible por nadie, así que crécete y llénate de alegría.

Acerca de las pastillas, tu misma irás viendo. Puede ser bueno que te dejes orientar por el médico al que acudes actualmente, aunque yo las dejé por mi cuenta, y poco a poco, en cuanto dejé la obra, ya que desaparecierosn todos los síntomas. Llevo por lo mesos trece años sin tomar una pastilla para dormir, un ansiolítico ni antidepresivo.

 

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