LO
QUE YO OPINO DE LA SANTA MAFIA
MANUEL, 18 de mayo de 2004
Cuando por casualidad encontré hace meses esta web,
desconfié de ella, pero al ir leyendo lo que se cuenta
en "Tus Escritos", he de decir que esto me suena,
y multitud de detalles que comentáis coinciden al 100
% con mi propia experiencia.
Simplemente unos apuntes sobre lo que yo opino de la santa
mafia. En primer lugar, me llamo Manuel y soy de Pontevedra.
Los nombres propios que aquí aparecen también
son los reales.
- Son manipuladores mentales
El primer día que yo entré en un "club"
del Opus, uno de los sujetos que allí había
me preguntó mi edad. Creo que le debí dar la
fecha de mi cumpleaños -de aquella yo tenía
13 años y unos 10 meses. "¡Qué atentos!",
pensé, me lo preguntan -seguro- para felicitarme en
mi cumpleaños ... Nada más lejos de la realidad,
ya que pasó el día y ninguno me felicitó
-al menos, no lo recuerdo. Sin embargo, hacia los 14,5 años
fué cuando empezaron a darme la lata con pitar, hasta
que llegó un día que después de haberme
hecho llorar y haberme puesto a mis 14 años y 8 meses
(aproximadamente) en situación de pensar que si no
me hacía del Opus, Dios me castigaría, escribí
una carta al mítico Don Florencio (para pedir mi admisión
como aspirante). Tuvo traca -ahora que lo pienso- la cosa,
pues aquel día yo tenía un bolígrafo
mío, pero no servía para tamaña misión:
tenía que usar una pluma. O sea, que son una pandilla
de cursis de aquí te espero. En cualquier caso, de
aquella desagradable tarde recuerdo una pregunta y una respuesta:
"-¿Pero por qué no le puedo decir a mis
padres que quiero ser del Opus?"
"- Porque a los padres no les suele gustar saber que
tienen un hijo que no se va a casar."
¡¡¡Este grado de manipulación no
se hace ni en las órdenes de clausura!!! El que me
dijo esto se llama Antonio y de aquella -verano de 1982- vivía
en Vigo.
- Son obsesos sexuales
El mismo Antonio, un día comentando a un grupo
de "pitables" nos decía medio en broma medio
en serio que él empezaba cada día con una jaculatoria
para preservar su pureza, puesto que la música del
despertador de su reloj era la del "Can can", con
lo que peligraba su virtud ¡simplemente por oir aquella
melodía! (¿sabrán estos individuos aquello
que dijo un tal Jesús de que no es malo lo que entra
en uno sino lo que sale de él?). Lo cierto, es que
tardé bastantes años (por dar una cifra, casi
20) en superar determinadas manías y rarezas con las
que estos sinvergüenzas me comieron el coco en el tema
sexual.
- Son proselitistas
No buscan hacer apostolado que entiendo que va encaminado
a ayudar al prójimo a todos los niveles, sino ganar
adeptos. El iluminado del prelado que en mi época regía
el tinglado -creo que era Alvaro Portillo- decidió
a finales del verano del 82 que cada uno de nosotros tenía
que conseguir que un amigo pitara antes de la Inmaculada,
y que tres amigos vinieran regularmente a las meditaciones
ese curso 82-83. Jamás se me aconsejó mientras
estuve vinculado a esta gente que buscara el bien de mis amigos,
que les ayudara a encontrar a Dios o que diera sobre todo
ejemplo. Antes bien, se buscaba aumentar el número
a cualquier precio, y no para que se cumpla el dicho catalán
de que cuantos más seamos más nos reiremos ...
- Son pesados
Como una vaca en la solapa, como si todos hubieran sido sacristanes
de pequeños -aludo al chiste del sacristán y
la petaca. Cuando en Octubre o Noviembre del 82 decidí
-ayudado por mi familia y por un amigo sacerdote- dejar el
Opus (aunque no hubiese pasado de "aspirante") me
llamaron por teléfono repetidamente, me buscaron en
casa de mis abuelos, llegaron a esperarme a la salida del
colegio y vinieron en comisión un sacerdote -no recuerdo
su nombre- y el que debía ser director del club de
Vigo -del que dependía el de Pontevedra de aquella-
a hablar con mis padres. Gracias a ellos (a mis padres) a
su apoyo y sobre todo a su respeto por mis decisiones estoy
hoy fuera del Opus y felizmente casado.
Para no alargarme demasiado, simplemente me gustaría
que alguien me aclarara si el fundador -no el brandy sino
el santo- nació por esporas, ya que sólo eso
podría hacer levemente comprensible el desprecio que
transmite su mítico punto 28 de Camino hacia los que
se casan:
El matrimonio es para la clase de tropa y no para el
estado mayor de Cristo. Así, mientras comer es
una exigencia para cada individuo, engendrar es exigencia
sólo para la especie, pudiendo desentenderse las personas
singulares.
Fijaos que ni san Pablo llega a decir semejantes barbaridades.
Cada palo que aguante su vela, porque el hecho de que un tipo
que dice esto esté en los altares, nos causa sonrojo
y vergüenza a muchos cristianos.
Por último, en el Opus también hay buena gente:
aquellos que, por encima de sus convicciones son personas
y llevan a su vida y a su relación con sus semejantes
algo que brilla por su ausencia en el modus operandi de la
generalidad del Opus: RESPETO.
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