Sobre el magnífico análisis de E.B.E. - Fulcro
Fecha Saturday, 03 January 2004
Tema 100. Aspectos sociológicos


Estimado E.B.E.:

El análisis que haces en tu trabajo (Las redes de la 'barca' del Opus Dei) es magnífico, definitivo, concluyente. Desenmascaras magistralmente el doble lenguaje y el contenido subliminal con que Escrivá tejió esa doble red de la que hablas, para pescar a hombres y mujeres de buena voluntad inocentemente desprevenidos.

"Por eso, yo no les decía a los primeros a qué iban; si no, hubiéramos tenido que comenzar por el Derecho, por un reglamentito. ¡No, no!. El Reglamento vino después" (Reconstrucción de la cita de la pag. 37, ref. 21: Carta, 29-XII-1947/14-II-1966, n. 23 de El itinerario jurídico del Opus Dei, Historia y defensa de un carisma, tercera edición).

Hasta en las publicaciones "oficiales" externas se encuentran retratos del fundador bien distintos del que se colgó en la fachada del Vaticano el día de su canonización, con su aureola sui géneris.

Pero me parece imprescindible acudir a los textos internos para poder añadir eslabones a la cadena que acaben por sacar del pozo del desconocimiento a semejante fundador; y esto lo has hecho tú. Veo que has tenido la fortuna de conservar textos en los que el fundador se delata a si mismo en su propia manipulación, y que, desafortunadamente, muchos no tuvimos esa previsión (por cierto, también explicas muy bien el por qué esto es así: la cautividad mental que persiste aun después de dejar la institución).

Te agradezco tu magnífica aportación que ayuda notablemente a esclarecer el fenómeno opus dei: lobo y cordero simultáneamente. Puestos a imaginar un anticristo, creo que éste sería un buen candidato. Una organización que se considera a si misma como el resto de Israel, divinamente inspirada y perfecta, con una metodología mentalizadora de probada eficacia, refractaria al poder civil e infiltrada en el, siendo ya una parte orgánica de la Iglesia Católica, puede ser virtualmente indestructible y su influjo imparable.

Ese ir por delante en el discurrir de las personas, poniendo barreras casi insuperables al discernimiento y ahogando la conciencia y la crítica en su mismo nacimiento, quizá sea el secreto mejor guardado de Escrivá (yo no había reparado en el hasta que tu me lo has descubierto), y a la vez, que bien explica eso la gran cantidad de tiempo que se lleva el llegar a descubrirlo.

Creo que también Aquilina descubre una clave importante en su escrito del 31-12-2003 cuando apunta que la posible menor institucionalización y la consecuente mayor humanidad en los directores de países diferentes a España propicia la mayor tardanza en conocer la perversidad del sistema. Pero también creo que a nivel local eso se da igualmente si uno tuvo la "suerte" de tener directores más humanos. Al final, algo bueno hace más difícil entender al sistema y retrasa fatalmente el escape de la doble red. Magnífico complemento a todo esto es el escrito enviado por Jorge Santiago en la misma fecha.

Empiezo a conocer ya con algún detalle los resquicios psicológicos que hacen posible que esa red, que tan bien describes E.B.E., me capturara a mí en su día y supongo que a los demás también, y eso explica satisfactoriamente mi comportamiento. Pero la conducta de Escivá y su diseño de organización ¿es acaso la obra de un perturbado (un esquizofrénico, por ejemplo)?; ¿tal vez el producto de una mente perversa?. Aunque las evidencias son claras me resisto a creer en una persona maligna; más bien me inclino a pensar, en principio, que la primera víctima del fanatismo contagioso fue él; que tal fanatismo le convirtió a su vez en verdugo, y que de la coacción elevada a la categoría de santa hizo su instrumento predilecto; y que finalmente los hechos parecieron darle la razón:

"Tenéis por delante tanto camino recorrido, que ya no os podéis equivocar. Con lo que hemos hecho en el terreno teológico -una teología nueva, queridos míos, y de la buena- y en el terreno jurídico; con lo que hemos hecho con la gracia del Señor y de su Madre, con la providencia de nuestro Padre y Señor San José, con la ayuda de los Ángeles Custodios, ya no podéis equivocaros, a no ser que seáis unos malvados" (de nuestro Padre, Tertulia, 19-III-1975)

Al parecer, para Escrivá, los hechos que enumera (sumamente discutibles) eran la prueba irrefutable de que toda su obra estaba exenta de error y era santa; ya no podía haber ninguna equivocación, y el que se equivocara era un malvado. ¡Que barbaridad!, si errar es condición del ser humano, todos somos unos malvados excepto él y los directores, que tienen el don de la inerrancia. ¿Quien para y como se para este triunfalismo?. Si la pobrecita Iglesia es víctima del error, aquí a venido el opus dei para salvarla, porque, además de tener también un origen divino y poderla mirar de tu a tu, a diferencia de aquella, este es perfecto...

Gracias una vez más amigo E.B.E. por estas valiosísimas citas que fundamentan tu trabajo.

Fulcro







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