La cabeza y el corazón de Escrivá.- Levantisco
Fecha Monday, 24 June 2019
Tema 090. Espiritualidad y ascética


Hoy (21/6/2019) he intentado acceder a Opuslibros mediante Google como siempre y no he podido, no aparecía en el menú que me presentaba el buscador. He tenido que teclear la dirección de la nueva Web (http://www.opuslibros.org/nuevaweb), donde acostumbro leer la correspondencia del día. El mensaje que aparece me indica que no puedo acceder a la página. Recorto la dirección hasta convertirla en http://www.opuslibros.org y, por fin, puedo acceder: total que esto hace que me enfade (más bien que me cabree) y como pienso, quizá injustamente, que puede ser un ataque de las buenas personas que defienden a su madre guapa, manipuladora y saturnal, me pongo a escribir sin pensar todavía en el tema a tratar. Quizá el problema con la página solo sea de mi ordenador, pero...

Me viene a la memoria aquello de «Si no pasáis por mi cabeza, si no pasáis por mi corazón, habéis equivocado el camino, no tenéis a Cristo» (Escrivá, Meditaciones IV, pág. 354). Afirmación en la que el fundador asegura que los tránsitos por su cabeza y por su corazón son las condiciones sin las cuales no se puede tener a Cristo (Obsérvese el afán inconsciente de posesión que manifiesta su personalidad): Toda la infinitud de la naturaleza divina se la apropiaba en su cabeza y la encerraba en su corazón, que debían ser infinitos. Si esto no es (además de parecer una herejía) la afirmación de una persona desequilibrada, que algún teólogo o psiquiatra de la prelatura pueda explicármelo en esta Web para que yo, ni siquiera diletante en teología, ignorante en psiquiatría o nulo en psicología, pueda entenderlo.

Habéis equivocado el camino para tener a Cristo, se asegura en la afirmación anterior, aunque tomando una expresión más normal creo que podría convertirse en habéis equivocado el camino para llegar a Cristo. Jesús, sin embargo, gritaba «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os aliviaré. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Pues mi yugo es suave y mi carga ligera.» (Mateo 11, 28-30). Parece que Jesús pone menos trabas para llegar a Él que Escrivá (aunque este pretendía tenerle): por lo visto Escrivá revalorizó a Jesús al pasarlo por algunos de sus órganos vitales: debe ser el camino reglamentario. Ya se ve que Jesús quiere que vayamos a Él directamente, pero Escrivá se pone en medio, no podía faltar, como en aquel cuadro de la Anunciación en el que aparecía en lugar preeminente de la escena. «Os digo, por tanto: de toda palabra ociosa que digan los hombres darán cuenta el día del juicio.» (Mateo 12, 36).

Puede ser que esa forma de expresarse sea una táctica extraída de la lectura de los Evangelios: «Quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad.» (Lucas 4, 32). Aunque no creo que sea eso, debido a lo que esa forma de proceder, atribuyéndose autoridad sobrenatural, indicaría de la gravedad de sus mecanismos de manipulación.

Levantisco









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