Las almas gemelas no se buscan, se encuentran.- Carocha
Fecha Friday, 04 January 2013
Tema 100. Aspectos sociológicos


Zita Seabra fue una jovencísima miembro del Partido Comunista Portugués, en la década de 1960. Vivió siete años en la clandestinidad, desde los diecisiete años, en la época del anterior régimen; después de abril de 1974 formó parte de la “cúpula directiva” de dicho Partido. A finales de los años ochenta salió del Partido, clamorosamente. Escribió después sus memorias, que le hacen honor, porque asume claramente su responsabilidad por todo lo que hizo, sin buscar excusas. Simultáneamente, claro, esas memorias le ayudaron a conseguir el billete para la soleada orilla de en frente...



Seabra fue entrevistada en el telediario del pasado 26 de diciembre, a las 9 de la noche en SIC, una cadena privada de televisión. Es la misma cadena que hace un par de años emitió un documental de propaganda sobre el Opus Dei en Portugal. En ese documental fueron exclusivamente entrevistados fieles muy fieles, ex-fieles muy agradecidos, padres de candidatos a fieles muy informados sobre la vocación de sus hijos menores, familias muy luminosas, sacerdotes muy revestidos de sotanas… el folklore habitual del Opus Dei. Todos extremadamente sonrientes y, como es ahora habitual después de la advertencia que les hizo Juan Pablo II a finales de la década de 1990, todos admiradores incondicionales del Vaticano II y de las “obras de solidaridad”. Todo “como siempre dijo san Josemaría”.

Zita Seabra es una presencia frecuente en ese telediario de las 9 de la noche y lo que dice tiene habitualmente interés, por lo menos histórico, aunque aproveche casi siempre para hablar de sus actividades empresariales: es una persona muy comunicativa. Cuando salió del Partido Comunista, Seabra se fue a trabajar a una conocida editorial y, pasado tiempo, fundó su propia editorial, en la que publica ahora cosas como un libro de entrevistas a un cura “numerario” del Opus Dei, Gonçalo Portocarrero de Almada, cuarto vizconde de Macieira (el hijo mayor es un hermano suyo) y caballero de la Orden del Santo Sepulcro. (Gonçalo es el celebrante de la Misa, en la secuencia de fotos al final del artículo). Y fue sobre este libro, publicado recientemente, que fueron entrevistados ella y Gonçalo el pasado miércoles 26 por la noche.

Gonçalo Almada pidió la admisión al Opus Dei muy joven, en España. Es hijo de un diplomático que estaba en los años ochenta destinado en la embajada de Portugal en Madrid, y que era muy contrario al Opus Dei. Expulsó de casa a sus dos hijos “numerarios”, adolescentes, y les soltaba los perros que vigilaban la casa cuando sabía que intentaban escaparse para ir al “centro” del Opus Dei: en ese ambiente familiar, y después en el Opus Dei, trascurrió toda la vida de Gonçalo Portocarrero de Almada.

Son estos los personajes de la historia; el escenario es el ambiente de recesión económica del país, campo fértil para muchos proselitismos y para muchos y buenos negocios.

El asunto del libro es presentado a través de un supuestamente jovial juego de palabras, proceso sobre-utilizado hasta la nausea por la literatura pro-Opus Dei: la opinión pública como “Inquisición” de la Iglesia, en los tiempos actuales -además de “otras preguntas sobre la Iglesia.”

Pero, por una casualidad del destino, el periodista decidió empezar preguntándole si había visto la película El exorcista: que a lo mejor no, porque, añadió presurosamente, se trata de una “película profana.” Gonçalo sonríe suavemente, duda una fracción de segundo y finalmente dice que sí. El periodista habla entonces de la primera película de esa serie y queda inmediatamente claro que Gonçalo no había visto nunca la película, ni mucho menos tenía idea de la serie. Por su parte, el periodista desconocía la existencia del “Index” interno del Opus Dei, o prefirió desconocerla. Magnífica conversación. (“Ficha de experiencia”: conviene ponerse de acuerdo con los periodistas sobre el comienzo de las entrevistas).

El periodista tiene entonces necesidad de afirmar que aquella va a ser una conversación “libre”, que el cura no le ha puesto “limitaciones” - que incluso le había “podido” preguntar si era del Opus Dei! Gonçalo sonríe y dice que contestará a todo, “excepto a banalidades”, que a eso no. Zita Seabra añade entonces que Gonçalo le gusta mucho, mucho, porque “contesta siempre con precisión, con la doctrina de la Iglesia, y que eso es lo importante”. Es decir: no es del Opus Dei y polémicas asociadas lo que nos trae aquí, estimado público, sino la defensa de la Santa Madre Iglesia. Y la venta del librito en la época festiva: es ahora o nunca.

Gonçalo Almada produce a continuación afirmaciones muy intencionales para el Opus Dei, a la vez que muy poco banales, como había prometido:

- “Todos tenemos tendencia para la eternidad”;
- ”Las Jornadas Mundiales de la Juventud son una ocasión para que miles de jóvenes escuchen la novedad de la verdad”;
- “Estamos en el quincuagésimo aniversario del Concilio Vaticano II”.
- Y etc.

Mientras tanto Zita Seabra, muy contenta, hacía guiños y sonreía a alguien que estaba por detrás de las cámaras, y concluyó la conversación, muy asertivamente como es su estilo, con la afirmación de que “Dios es Padre, es amor y felicidad”. Surrealismo puro.

En suma: el Opus Dei tuvo su momento privilegiado de marketing, Zita Seabra idem, la cadena de televisión cumplió con su parte, como habitualmente hace con el Opus Dei. El Opus Dei es bien acogido en una editorial dirigida por una figura pública, que salió del Partido Comunista para entrar en la órbita del Opus Dei: los hábitos mentales mueren con tanta, tanta dificultad! Y la editorial va teniendo material para publicación, lo que no es un detalle pequeño en estos difíciles tiempos.

Un abrazo,

Carocha







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