El engaño del buen espíritu. Claves para salir del error.- Fueraborda
Fecha Wednesday, 09 March 2011
Tema 060. Libertad, coacción, control


"EL ENGAÑO DEL BUEN ESPÍRITU"

CLAVES PARA SALIR DEL ERROR

Fueraborda, 9 de marzo de 2011

 

 

Queridos amigos que formáis parte del Opus Dei:

Indudablemente, hoy has entrado en opuslibros. No sé si como novato o porque eres ya lector enganchado, pero el caso es que has entrado.

Naturalmente, desconozco el móvil que te ha llevado a ello, pero seguro que no has entrado por motivos apostólicos ni de entrega a la Obra que, en teoría, deberían ser tus únicos móviles.

En definitiva, algo estás buscando. Te ha podido mover la curiosidad, porque te resulta interesante conocer la versión de los que han andado ya tu mismo camino, aunque tú estés de ida y ellos de vuelta...



El hombre suele tener inclinación a oliscar el terreno prohibido; todo lo prohibido genera un morbo. La primera pregunta es: ¿Por qué estará prohibido? Lo prohibido suscita un interés.

Ayer, casualmente entré en Opus info, y me entretuve leyendo los informes de numerarios que allí aparecen. La mayoría de ellos hacen alusión a las caídas de los interesados haciendo mal uso de Internet. Pienso que en parte pueden referirse a entrar en esta bendita web.

Por lo visto, estos chicos se han visto con el compromiso moral de acusarse por haber entrado en Opuslibros y lo han contado en la confidencia; presumo que también en la confesión. El sentimiento de culpa ha empezado a actuar.

Si verdaderamente estás convencido de que haces mal entrando en este sitio, vete de aquí, no lo dudes.

Si, por el contrario, entras para recibir una información que no te da el Opus Dei, ésta es tu casa. ¿Te has preguntado el motivo por el que esta página es tabú en el Opus Dei? ¿Tan poco confían en la madurez y seguridad de los que estáis dentro? ¿A qué tienen miedo? ¿A que por fin podáis leer los estatutos y comprobéis que la praxis es contraria? ¿A que descubráis los engaños a la Iglesia y a los propios miembros?

Desearía que los que aquí entráis no penséis que lo hacéis por debilidad o cometiendo una traición, sino más bien que cumplís con vuestra obligación de aclarar bien vuestras ideas sobre la organización a la que habéis entregado vuestra vida.

La persona del Opus Dei que lo ve todo claro, que le encajan todas las piezas, que no se siente encorsetada, que está feliz y como pez en el agua, y que no tiene la menor duda de que los que despitan traicionan a Dios, no tienen el mínimo interés en leer lo que aquí decimos y jamás se le ocurrirá hacerlo.

Por el contrario, cuando uno está en la Obra y no todo lo ve claro, se cuestiona temas que no le encajan, tiene dudas de si está siendo coherente con los dictámenes de su conciencia… y los directores le dan como única solución que sea más sobrenatural, o que utilice más horas el cilicio, o que no piense tanto en sí mismo…, esta persona tiene una obligación moral de salir de su duda, de buscar la verdad.

Y tendrá que acudir a todas las fuentes a su alcance, que creo que son éstas:

1. Si todavía cree en Dios y es capaz de hacer oración, que busque un encuentro auténtico, limpio, desprovisto de estereotipos y prejuicios, sin tener en cuenta las palabras del fundador, sino solamente las de Dios, sin intermediarios ni interpretaciones. La oración es un encuentro personalísimo en el que nada ni nadie debe mediar.

2. Acudir al consejo de aquellas personas desinteresadas que nos conocen bien. Alguien de nuestra verdadera familia, algún buen amigo… y, desde luego, a un sacerdote de Jesucristo entregado a los demás.

Al acudir a este sacerdote, hay que hacerlo con el convencimiento de que se acude al Buen Pastor, pues los sacerdotes diocesanos son buenos pastores de los miembros de la Obra, los cuales son fieles que dependen fundamentalmente del obispo-pastor de su respectiva diócesis, mucho más que del prelado de la Obra. Y hay que haberse convencido antes de que no es cierto que este sea un mal camino, sino todo lo contrario: ya que no debe conceptuarse de mal espíritu lo que está de acuerdo con la norma eclesial y no se prohíbe en los Estatutos. Y no hay por qué dar cuentas a nadie por haber acudido a un sacerdote de la Iglesia Católica con licencias, pues es señal de libertad interior y de confianza en tu Santa Madre Iglesia.

Es muestra de libertad interior y es una obligación moral buscar la verdad sin cortapisas. Y el cortapisas impuesto por el Opus Dei es la orientación de no acudir a los sacerdotes que no sean de la Obra. Esta indicación, que se inculca desde la primera formación, es contraria a las normas de la Iglesia sobre la libertad de dirección espiritual, y no consta tampoco es los Estatutos aprobados para la Obra por la Santa Sede.

El Prelado lo sabe, pero mira para otro lado. El Prelado no se atreve a cambiar nada de lo que el santo fundador dejó esculpido y, a sabiendas, engaña a la Iglesia y engaña a sus hijos. Sé que esto que acabo de decir es duro, al principio difícil de creer, pero desgraciadamente, después de estudiar detenidamente las cosas, llegamos solos a esta triste conclusión.

Comprendo que no es fácil tomar la decisión de contar algo íntimo a quien no esté asignado por los Directores, pues nos parece la mayor traición. Es como romper el cascarón, salir a otro mundo. Por algo en la Obra nos han hecho creer que el mayor delito es faltar a la unidad buscando la ayuda de quien no tiene gracia de estado para ello. Esto es, sencillamente, un engaño. La Iglesia misma reclama la libertad de dirección espiritual y condena a quien la quisiera imponer. Así pues, seguir el juego de la doctrina del Buen Pastor según Escrivá, no es más que colaborar y ser cómplice de la desobediencia del Opus Dei al magisterio.

No lo digo yo, que no soy nadie, sino que lo dice el Código de Derecho Canónico (cf. cánones 630, 239, 240) y el Vaticano II, (Perfectae caritatis, 14).

Por tanto, es un bien para el alma actuar con libertad a la hora de pedir consejo, y no hay que dar cuenta a nadie de haberlo hecho así. Sería un bien para la Obra romper de una vez con el tabú de la total incomunicación, que es contrario a la ley natural y de la Iglesia.

3. Y esta página, ¿por qué no? también os puede ayudar y mucho. Se cuentan por cientos las personas que aquí han encontrado la explicación del extravío de sus vidas y la ayuda para recomponer una situación que parecía perdida.

Nadie en esta web se cree en posesión de la verdad. Es más, con frecuencia discutimos, disentimos y nos enfrentamos. Porque hay una sola verdad objetiva que es la de Dios (no la de Escrivá), y es inevitable que al exponer nuestros puntos de vista no siempre coincidamos. Aquí no hay espíritu de cuerpo ni unidad de pensamiento.

Y precisamente en esta diversidad de opiniones, formarás la tuya propia y podrás encontrar las respuestas que buscas. Además, te adelanto que te encontrarás con una enorme sorpresa: tu historia no es única. Tu historia lleva muchos años repitiéndose, pero nadie lo ha impedido. Distintos nombres, distintas circunstancias y, al final, siempre es lo mismo.

¿Por qué siempre es lo mismo? Porque el error no es personal (no fue el director el que se equivocó). El error está en la raíz, es institucional. Por lo tanto, el foco de infección produce los mismos síntomas, la misma enfermedad.

Si te detienes a leer algunos de los artículos contenidos en opuslibros, tú mismo iras tirando del hilo y creo iras encajando las piezas que tienes sueltas, las dudas que te hicieron entrar tímidamente y a escondidas en esta web.

Y entonces encontrarás las respuestas que los directores no quisieron, o no supieron darte. Habrás cumplido con tu obligación de informarte, y solamente así estarás en condiciones de actuar con libertad.

Por último, quería hacer una consideración. En la Obra de Dios, para desprestigiar ésta página, deciden opinar que somos una pandilla de amargados que no hemos asimilado nuestro fracaso.

Entre los millares de personas que entran en esta web, supongo que habrá algún amargado y algún fracasado (quizá también entre los que están en la Obra). No me importa su opinión, pero me han hecho pensar y quiero que reflexionéis conmigo:

¿Conocéis alguna asociación, grupo, web, etc., donde los exmiembros de una institución de la Iglesia expresen sus denuncias, se den apoyo, cuenten su experiencia, y avisen a los que están en peligro? Excepto los exlegionarios, víctimas de los abusos de Maciel, no me suena ninguna otra.

Y en la sociedad civil, sólo en un caso: el de las víctimas (víctimas del terrorismo, víctimas de una secta, o víctimas de un fraude).

Os deseo lo mejor. Un cariñoso saludo a todos,

Fueraborda

P. D.- Para facilitar esta tarea, te aconsejo que veas los “libros silenciados”, los escritos de Gervasio, E.B.E, Antonio Ruiz-Retegui, “La libertad de las conciencias”, de Oráculo... Aunque estoy segura de que todos los testimonios que aquí aparecen os ayudarán a encontrar lo que buscáis.







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