Empiezo a sospechar que opus hay más de uno.

Por lo que nos cuenta Morgana ella conoce cientos de casos en los que la obra ayuda económicamente a familias de numerarios con pocos medios económicos y  no pongo en duda su afirmación.

Por lo visto los casos que se cuentan en opuslibros son minoría por eso me encantaría conocer de primera mano el testimonio de algún ex al que el opus haya ayudado económicamente una vez que dejó la barca del opus. Yo no es que conozca a muchos ex pero de los que conozco nadie ha recibido ayuda por parte del opus una vez que dejó ese camino. Además es que está escrito: Catecismo de la Obra, edición 7ª última edición, Capítulo IV: Salida de la Obra, página 54, punto 84:

84. -Si un fiel sale de la Obra, ¿tiene derecho a pedir alguna compensación económica? 

Si un fiel sale de la Obra no tiene derecho a pedir compensación económica alguna por los servicios que en la Obra haya prestado, ni por las donaciones o limosnas que haya hecho. 

Por lo tanto lo que han hecho conmigo y con más exopus es aplicar el criterio anterior, independientemente que ese criterio se ajuste al sentido común, a la legislación vigente, a la caridad cristiana o a la más mínima consideración con las personas que durante más o menos tiempo le dieron al opus todo.  

Por eso, de verdad, me encantaría que alguien nos contara qué se siente cuando recibe ayuda económica por parte del opus ya que debe ser algo curioso, distinto. El opus suele pedir, pedir dinero, porque siempre hace falta dinero para las labores, casas de retiro, de convivencias, actividades ... , el opus pide tiempo, pide que se firmen papeles en blanco sin saber el interesado para lo que se utilizarán a posteriori, el opus pide, bueno pero el opus también da, da formación espiritual y eso cuesta mucho dinero.

  Por eso creo que por lo menos hay dos opus: el opus que ayuda incluso económicamente (el que nos cuenta Morgana) y otro opus que se desentiende por completo y se hace el sordo, que ni tan siquiera escucha  las peticiones de ayuda que recibe (el que me tocó conocer a mí)

Saludos,
Mabel.