DIARIO MADRID: CUANDO EL OPUS CHOCA CON EL OPUS…
Artículo de Horizonte español 1972, tomo I.
Comentado por Ana Azanza, 16 de octubre de 2006
En el año 1968 el gobierno sancionó al diario Madrid dirigido por el numerario Antonio Fontán y cuyo presidente del consejo de administración era el también numerario Rafael Calvo Serer. El periódico fue cerrado cuatro meses y su director debía pagar 250.000 pts. de multa.
Según Calvo Serer el motivo inmediato fue un artículo suyo “Retirarse a tiempo. No al general de Gaulle”, en el que la censura franquista interpretaba que se estaba refiriendo a Franco. También Calvo Serer acusaba a otro opusino, el banquero Luis Valls Taberner, presidente del banco Popular de querer hacerse con el Madrid. Si todo esto es verdad, no me resulta fácil creer las declaraciones de un opus como Calvo Serer, Luis Valls ha dado el mejor y más duradero perfil de “traidor” de sus “hermanos”. Recordemos que también Ruiz Mateos, cuando fue expropiado en 1981, culpó a Luis Valls de haberle dejado en la estacada frente al gobierno socialista. Al parecer Valls Taberner “ordenó” a Calvo Serer que a la sazón era el propietario mayoritario de las acciones, que se retirara del periódico, pues el gobierno amenazaba con represalias económicas, y Valls quería “ayudar”.
Calvo Serer opinaba que su periódico representaba una fuerza reformadora frente a los reaccionarios de toda la vida por un lado (falangistas, integristas, tecnócratas) y los radicales también de siempre (socialistas, comunistas, nacionalistas catalanes y vascos). Yo creo que Calvo Serer diciendo eso, soñaba despierto. Especialmente soñaba si recordamos su primer libro “España sin problema”, en el que defendía los principios de la dictadura franquista basados en el “nacionalcatolicismo”.
En 1971 el periódico fue definitivamente cerrado. Calvo Serer estaba ya en el “exilio” en París. Curiosamente el otro diario también en manos opus, El Alcázar no hizo ningún comentario al cierre, daba la noticia en primera página sin más. Los otros periódicos madrileños se limitan a breves comentarios coincidiendo en que el diario Madrid se había venido distinguiendo por sus críticas al gobierno.
Es preciso saber que el diario Madrid en su origen era El heraldo de Madrid, arrebatado en 1939 a sus legítimos propietarios por un tal Pujol. Calvo Serer con una buena dosis de cinismo por su parte afirmaba que pagó 40 millones de pesetas a su “antiguo propietario”, el señor Pujol. Sospecho que Calvo Serer era otro numerario tipo A, super A, porque esos 40 millones no los pudo sacar de la caja de su centro para “gastos ordinarios”, ni siquiera para gastos “a justificar”.
En la revista Política (n. 41, noviembre-diciembre 1971) se retrataba así a Calvo Serer:
“Pero ¿quién es Calvo Serer? Además de destacado portavoz del Opus y Dei y paladín de la nueva “Kultur kampf” desde 1939, fue muchas cosas al servicio de la “Orden” y de la “Cruzada”. El Consejo de Investigaciones científicas, creado en 1940, remedo de la Institución Libre de Enseñanza y para sustituirla en sentido reaccionario, publicaba la revista Arbor, que dirigió Calvo Serer hasta que unas piruetas contra el gobierno, al que consideraba demasiado liberal, provocaron un incidente con Ruiz Jiménez, otro “cruzado” ministro de Educación nacional. También dirigió la editorial RIALP, que publicó la “Biblioteca del pensamiento actual”, que recogía, naturalmente, la obra del propio Calvo Serer, amén de hacer compatibles sus actividades con las de consejero político de don Juan de Borbón. Más tarde, según propia confesión, llegó a ser propietario del periódico Madrid, en el que cuenta con las dos terceras partes de la empresa.”
“¡Albricias! Desde Le Monde, de París, el profesor y periodista español Rafael Calvo Serer lanzó un angustiado grito de alarma ante arbitrariedades del gobierno de Franco. Como el gran novelista francés en el histórico proceso Dreyfus, Calvo Serer también acusa. ¿Para denunciar una injusticia, como hizo Zola, y que se haga la luz? No. Calvo Serer, además de los suyos defiende intereses de empresa bastante discutibles; ataca “medidas draconianas que le son impuestas” y rompe lanzas contra la dictadura gubernamental, de la que al parecer se entera ahora, y en defensa de las “libertades de expresión y de asociación”. Desde 1939 España está secuestrada, no existe ninguna libertad y Calvo Serer se calló hasta que vio la suya cercenada y sus intereses en peligro. ¡Libertades de expresión y de asociación! ¿Es que las que ahora reclama para su periódico existen desde el año 1939 para El liberal, El Socialista y Política, por ejemplo, y para el Heraldo de Madrid, transformado en Madrid por obra de los que de éste se incautaron?”.
En un boletín interno del carlismo, se describía la historia del cierre del diario como un enfrentamiento entre dos tipos de neocapitalismos, ambos representados por miembros del Opus: el retórico que sería el de Calvo Serer frente al práctico, el del gobierno. En julio de 1972 se anunciaba la venta de los locales y la maquinaria del periódico. Finalmente el 24 de abril de 1973 fue volado por la propia empresa para pagar las multas y costas del proceso. Aunque también se dice que fue hecho explotar por orden del gobierno.
Ana Azanza
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