MACCIOCCHI, María Antonietta; y OTROS

Le donne secondo Wojtyla. Ventinove chiavi di lettura della Mulieris Dignitatem

Edizioni Paoline, Milano 1992, 419 pp.

Maria Antonietta Macciochi (MAM) se propusó con este libro original un debate acerca de la Carta apostólica Mulieris Dignitatem (MD) que el Papa Juan Pablo II escribió en el año 1988.

Para MAM, se trata de un "testo d'eccezione", que le entusiasmó, y propone hacerse el portavoz de 29 intelectuales, de diversos orígenes y ambientes. El resultado es heterogéneo; en esta nota se destacarán las aportaciones de más interés y los aspectos más discutibles.

ESQUEMA:

El libro consta de cinco partes. Después de una introducción, donde MAM explica su propósito y se define a sí misma como "una laica che si sentiva tanto spesso figlia della cultura dei Lumi, una rebelle alla religione del nostro tempo (il comunismo)", viene una parte histórica introducida por Giulio Andreotti.

— Regine Pernoud (Historiadora francesa):  "Il bimbo, la donna, l'uomo". Subraya el esquema histórico en el que se desarrolla el documento papal: del Génesis al Apocalipsis. Especialmente interesante es la exposición de la evolución del papel de la mujer en la sociedad (p. 75-80): las primeras mártires, de un modo novedoso, se afirmaron como personas; después, otras favorecieron la desaparición de la esclavitud, la construcción de hospitales, y la creación de instituciones de paz. Luego, con la prohibición en la Francia del siglo XVI de darles "todas las funciones del Estado", se produce una regresión sucesiva: se excluye la mujer del poder político y reaparece la esclavitud. En el siglo XIX esto desemboca en la reducción del papel femenino a ser objeto decorativo. Regine Pernoud defiende que hay en la modernidad una pérdida del poder de las mujeres ("Può la donna trovare il suo giusto posto in un mondo ove regnino exclusivamente la Logica dei logici e la Ragione ragionante...?"), que se juzgará mejor dentro de algunos siglos. Después de este análisis, la autora resalta la esperanza que lleva consigo la Carta del Papa.

— Armanda Guiducci (Filósofa italiana):  "Le donne della svolta". Destaca la novedad del comportamento de Jesús con las mujeres, y el papel preponderante de las mujeres en la Iglesia primitiva. Desarrolla la tesis según la cual, en el siglo II y III, para fijar los cánones del cristianismo verdadero, se construye la jerarquía eclesiástica que hace callar a los herejes tanto como a las mujeres, sometiéndoles. Es interesante notar que Armanda Guiducci, en su tesis sobre la Iglesia primitiva, se apoya tanto en lo que se sabe sobre las sectas como en lo que se sabe de los primeros cristianos fieles al Señor. No parece que discierna entre fidelidad e interpretación errónea del mensaje evangélico. Como ejemplo de la mujer sometida por fuerza —"a colpi d'ascesi, di sofferenza, d'introspezione"... con "rinuncie"— presenta a Santa Mónica y Santa Marina. Parece que no considera el valor auténticamente cristiano de la entrega de la propia vida. Obviamente, da por supuesto el oscurantismo de la edad media y no comparte la visión histórica de Regine Pernoud.

— Birgit Klockars (Filósofa finlandesa. Gran conocedora de Santa Brigida. Conversa al catolicismo):  "Birgitta di Svezia, profeta dei tempi nuovi". Este capítulo es el resumen de otro trabajo publicado. Hace una breve historia de la santa, e insiste en las luces especialmente providenciales que recibió de Dios para su época: la miseria del pecado y la santidad de la Iglesia. Tiene claridad doctrinal.

— Maria Antonietta Macciochi:  "Parlando della catedrale di Lugano, luogo di veritá, tra storia europea e storia personale". Se trata de la conferencia que dió MAM el 12-III-1989 en Lugano, durante una manifestación cultural. Evoca las raíces cristianas de Europa, el nacimiento de las universidades, la riqueza intelectual de la época cuando "Tommaso leggeva Aristotele, riportato in Europa dagli arabi, e tradotto in latino da cristiani e ebrei". Al evocar la intolerancia dice que "ciò avviene non perché quella societá fosse troppo cristiana, ma perché lo era poco, trascurando Cristo e il suo Vangelo...". Enseguida MAM se refiere a la tolerancia de Voltaire, rebelándose contra las intolerancias, y se complace en la vuelta al diálogo entre religión y fe. Quien conozca la misma intolerancia de Voltaire acerca del Catolicismo podría esperar de MAM otra referencia.

La segunda parte del libro se titula  "La forza delle teologhe". Recoge distintas intervenciones de mujeres teólogas y feministas que tienen un punto en común: reconocer la profundidad de la primera parte del documento MD, con una reserva muy crítica: con el tono de un "por fin, la Iglesia, que siempre ha sido machista, empieza a entender lo que es una mujer"; y se continúan con una crítica vivaz de lo que reafirma el Santo Padre: el sacerdocio ministerial está reservado a los hombres. Como si este punto fuera el tema central, y esta doctrina anticuada, poco fundada, e inadmisible. Sorprendentemente, este capítulo de tono contestatario está introducido por Jean Guitton que elogia al Papa. Da la impresión de no haber leído los trabajos que introduce. Participan:

— Elisabeth Behr-Sigel (Filósofa y teóloga francesa, recibida en la iglesia ortodoxa en 1929. No se hace mención de su religión de origen):  "Ci si puo fermare qui?" Critica tanto la posición de la iglesia ortodoxa como de la católica.

— Catarina Broomé (Dominica. Doctor honoris causa in teología de la Universidad de Uppsala (Suecia)):  "L'Enciclica del Papa sulla donna sorprende". En un comentario final a esta intervención, MAM invita a la reflexión: "Andandome, mi chiedo se una donna così non meriterebbe di essere sacerdote, e se non assolverebbe a questa funzione in modo eccellente. E se non lo meriterebbe anche Madre Teresa di Calcuta. Ma qui sta il paradosso: è la stessa Teresa, nata in Albania, a non volerne sapere, perché, dice, il ruolo de le donne è un altro —addiritura tutt'altro— rispetto a quello degli uomini" (p. 166).

— Elisabeth Lacelle (Teóloga canadiense. No se precisa su religión):  "La promessa de un'affermazione teologica fondamentale della MD". De tono más moderado, que trata de ser conciliador. Insiste sobre la luz que puede dar a la Iglesia católica el hecho que en otras confesiones cristianas se "ordenen" mujeres.

— Jane Morissey (Hermana de San José. Literata y filósofa de USA):  "Riflessioni sulla Lettera Apostolica di Giovanni Paolo II «sulla dignità e sulla vocazione della donna»". Imagina, con enfoque feminista, cómo la hermana del Papa hubiera reaccionado acerca de su posición en lo referente a la ordenación de las mujeres.

— Kari Elisabeth Borresen (Teóloga noruega):  "Immagine aggiornata tipologia arretrata". Según sus propias palabras, "il carattere unilateralmente maschile di questa verbalizzazione, sia nella Scrittura che nella tradizione cristiana, si erge come ostacolo tra le donne e Dio. Oggi la dottrina e il simbolismo tradizionali sono ancora più inadeguati, per il fatto di essere basati sulla sola esperienze maschile..."

La tercera parte,  E Dio affida l'uomo alla donna reúne reacciones más positivas de gente de cultura. Destacan:

— Christine Pelistrandi (Linguista y exégeta francesa):  "Il corpo della donna: un simbolo della tenereza di Dio". Ha trabajado sobre los pasajes de la Sagrada Escritura que evocan el Amor de Dios a través del de la mujer. Son 12 páginas profundas y poéticas.

— Albert Card. Decourtray:  "L'insegnamento più nuovo que ci sia pervenuto dalla Cattedra di Pietro". El título, provocativo, está extraido de la primera línea del texto, donde queda explicitado por un "su questo argomento". Resalta la profundidad del escrito.

La cuarta parte del libro se titula:  "Crolla il muro del continente segregato (o "segreto"). Reúne trabajos de intelectuales, filósofos o teólogos. Está introducido por Carlo Bo, crítico literario y senador italiano.

— Francesco Alberoni (profesor de Sociología en Milan):  "Osservazioni sociologici in margine alla MD". El autor mismo precisa que no pretende comentar las palabras del Santo Padre, sino ofrecer una explicación sociológica de la existencia del sacerdocio sacerdotal presente en la iglesia romana, a diferencia de la iglesia oriental: en Occidente, la Iglesia tuvo que sustituir el imperio decadente constituyéndose como una autoridad espiritual que daba a sus miembros un poder espiritual no hereditario: "il carisma di ufficio".

— Giulio Giorello (Filósofo italiano, y matemático):  "Sotto il cielo della libertà". Hace un paralelismo entre los escritos de John Milton, poeta inglés puritano del siglo XVII, y la MD. Considera que el mayor problema de la mujer es su condición de dominada: su libertad perdida es símbolo de toda injusticia. Para el desarrollo del concepto de libertad cita la noción calvinista, como si fuera común a todos los cristianos, olvidando que fue precisamente a raíz de la concepción luterana del libre albitrio cuando se desvió la teología protestante. Admite entender la coherencia del Papa en la tradición de la Iglesia, pero pone en duda la legitimidad de la "opción romana".

— Italo Alighiero Chiusano (Poeta, novelista y ensayista):  "Variazioni sulla MD". Hace una descripción pesimista del antifeminismo, especialmente en la Iglesia, antes de Vaticano II. Para él, la MD manifiesta una toma de conciencia de la Iglesia. Destaca, con admiración, lo que le parece son las tres notas características de Juan Pablo II en esta encíclica: su conocimiento del mundo, su planteamiento filosófico y su penetración poética.

— María de Lourdes Pintasilgo (ex primer ministro de Portugal):  "Custodi della soglia. Expone la especificidad de la mujer, desde su papel de apóstol en el Evangelio hasta, en la sociedad actual, su papel político y social, para el desarrollo mundial.

La quinta parte es introducida por Cory Aquino:  "Il genio della donna. Mondo ebraico, mondo islamico, mondo laico: elementi por un confronto e una sintesi". La introducción vuelve a considerar la necesidad de respetar las cualidades femeninas en la construcción del mundo para no perder lo "esencialmente humano".

— Victoria Camps (Filósofa española, agnóstica):  "Dignità e vocazione della donna". Se adhiere a la defensa que hace el Papa de la igual dignidad de ambos sexos, y de la vocación humana al don de sí y al amor. A su vez critica los otros dos presupuestos fundamentales que cree leer en la MD: la plenitud de esta vocación es elegir la virginidad, y la realización de la virginidad femenina es distinta a la masculina. A su parecer, el cristianismo puede contribuir a la solución de grandes problemas de nuestro tiempo con su ideal de amor. Pero debe evitar "dogmatizar" sus propios ideales utópicos, porque son susceptibles de mutaciones en la historia. Intenta explicar por qué el Papa, que defiende la igualdad entre el hombre y la mujer, niega a ésta la vocación sacerdotal. Cree ver la explicación en una falta de apertura, en la persisitencia exclusiva y anacrónica de formas tradicionales de realización femeninas en la vida consagrada. En resumen, analiza, en base a unos datos limitados, lo que entiende de la visión cristiana, sin referencia a una Revelación verdadera, ni a una tradición viva y rica en sabiduría. Tiene la posición típica de un intelectual "honesto" pero que juzga la Iglesia con un conocimiento incompleto y sin visión sobrenatural.

— Rosetta Roy (Escritora italiana):  "Cose bellisime e limiti della Lettera Papale". Presenta la vocación máxima de la mujer cristiana como la de la religiosa, a diferencia de la del hombre que puede ser ordenado sacerdote. Identifica ser miembro activo en la Iglesia y formar parte de la jerarquía ecclesiástica.

— Kari Vogt (Noruega, católica, profesora de Historia de las religiones, especialista de la lengua copta y del Islam):  "La dignità specifica della donna nel Cattolicesimo e nell'Islam". Le parece que convergen las tradiciones católica e islámica acerca de la mujer: especial dignidad, especificidad como madre, papel complementario de ambos sexos. Concluye que, a pesar de esfuerzos para explicitar sus concepciones positivas de la mujer, las dos tradiciones no han abandonado todavía presupuestos androcéntricos, y que en la Iglesia se deja a la mujer en un puesto reservado tradicional.

— Sergio e Anna Quinzio (Escritores italianos):  "La donna nel mondo ebraico e nella MD". Denuncian una polaridad: en la tradición cristiana ven una oposición entre materia y espíritu, y —como concecuencia— una desvalorización de la sexualidad. En la tradición ebraica se notan más las cualidades femeninas de Dios, como la sensibilidad, la ternura. Con respecto al matrimonio el ideal hebraico es muy alto y religioso, y estar casado es condición obligatoria para la felicidad. Como en la tradición cristiana, desde la misma creación se manifiesta el designo de Dios sobre el matrimonio. Pero la tradición hebraica antepone el bien de los esposos que es completo en sí mismo aún sin la procreación de los hijos. En los textos de la MD notan una vuelta al origen, Sagrada Escritura y Padres, después de un período de siglos marcado por una concepción espiritualista del hombre. No entienden cómo se sigue sosteniendo en algunos documentos y en la misma MD la superioridad de la virginidad, y encuentran una tensión dentro de la Iglesia entre la revelación bíblica y un espiritualismo ascético.

Un Apéndice reúne artículos de MAM sobre la MD.

VALORACIÓN:

Llama la atención la heterogeneidad de este libro: MAM parece fascinada por el pensamiento del Santo Padre. Esta feminista convencida intuye la verdad contenida en el Evangelio y explicitada por Juan Pablo II: la dignidad de la mujer, su especificidad y aportación propia al nivel familiar y social. También intuye que la reflexión del Papa tiene en cuenta a todas las mujeres, y que sus consideraciones van mucho más allá de las de aquellas que reclaman para sí la ordenación ministerial ("come se questa fosse l'última spiaggia dell'emancipazione delle donne", p. 364).

        Como mujer de cultura, honesta y tolerante, MAM invita otros intelectuales a opinar sobre las nuevas luces que aporta un documento de la Iglesia; la propuesta es original, y merece atención: todos reconocen el valor del mensaje cristiano.

        Pero pide demasiado a algunos. Les falta conocimiento de la doctrina cristiana y algunas de estas opiniones están fundadas sobre datos erróneos: por ejemplo, interpretaciones de la historia (como lo demuestra bien la misma Regine Pernoud), enfoque reductivo de la existencia de la jerarquía de la Iglesia (como si fuera el ideal evangélico hacer carrera en la Iglesia).

        En resumen, algunos de esos intelectuales, y todas las teólogas, pasan por alto la visión sobrenatural. La fe en la revelación es necesaria para reflexionar con fruto sobre un sacramento como es el del Orden; en la Iglesia la jerarquía es de institución divina y ordenada al servicio. La vocación cristiana es personal y no admite comparaciones en terminos de mayor o menor excelencia de una persona a otra: la mejor vocación es la que Dios quiere para cada uno.

UTILIDAD:

        Este libro confundirá a gente de poca formación doctrinal.

        Algunas intervenciones pueden aportar datos a quien trabaje sobre el tema de la mujer: la visión histórica de Regine Pernoud y Brigitte Klockars en la primera parte, y la exégesis de Christine Pellistrandi en la tercera parte.

 

                                                                                                                  E.S. (1996)

 

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