GOYTISOLO, Juan
Reivindicaci—n del Conde Don
Juli‡n.
C‡tedra, Madrid 1985.
INTRODUCCIîN
Junto con Se–as de identidad
(1966) y Juansin tierra 1975), Reivindicaci—n del Conde Don Juli‡n (1970) forma
una trilog’acentrada en la cr’tica de Espa–a a lo largo de toda su historia,
pero poniendoespecial acento en la Žpoca de Franco. El punto de partida del
autor es sufascinaci—n por el mundo ‡rabe (que no trata de disimular en ningśn
momento);por esto, de fondo, se identifica con el nuevo Conde don Juli‡n,
imagenactualizada de aquel que abriera, en el a–o 711, las puertas de Espa–a a
lashuestes de Tariq.
CONTENIDO
La obra se presta, sin duda, a
distintasinterpretaciones; cuando el lector se acerca a ella, siente la
sensaci—n deencontrarse ante un rompecabezas que debe estructurar conforme a
una serie deconocimientos previos: desde el Idearium espa–ol de Ganivet, hasta
CaperucitaRoja, pasando, por ejemplo por la ciudad de T‡nger o la l’nea
ideol—gica deldiario ABC. Sin embargo, hay que prescindir de estos datos reales
para captarel significa do de la obra, ya que, por encima de ellos, Goytisolo
se basa enla imaginaci—n; Žsta va ganando terreno progresivamente, mientras se
complicala estructura de la novela. As’, en los śltimos cap’tulos (o secciones,
oapartados) se va difuminando el aire de realidad proporcionado en la
primeraparte de la obra, mediante las referencias a T‡nger y a lugares
concretos deesa ciudad: el cine, la plaza, los ba–os ‡rabes...etc. A la vez, el
propioConde don Juli‡n Ńnuevo Conde don Juli‡nŃ va tomando distintas
identidades.
No obstante, existe cierto orden a
lo largode la obra, aunque es dif’cil descubrirlo y comprenderlo antes de
finalizar sulectura, de hecho es en la śltima parte de RCDJ donde Goytisolo
identificaŃaunque no directamenteŃ las claves e im‡genes esparcidas en las
seccionesanteriores.
a) Primera secci—n
La acci—n comienza "in
mediasres" y en primera persona, para dar paso enseguida a la segunda. En
estaprimera parte el narrador va al cine para ver una pel’cula de James Bond;
estefilm aparecer‡ mezclado a lo largo del texto con escenas reales de la
vidatangerina y espa–ola: "junto al horario pizarroso de los autobuses y
laperfilada silueta de un hombre con un rev—lver t‡cito y elocuente: JAMES
BOND;OPERACIîN TRUENO, śltima semana (p. 101).
A continuaci—n se dirige a un
dispensariopara el an‡lisis serol—gico y el tratamiento antisifil’tico...a la
vez vaasimilando lentamente la personalidad de James Bond.
La primera referencia a la dualidad
queexiste dentro del narrador, la encontramos en la p. 126: "y
desdobl‡ndoteal fin por seguirte mejor, como si fueras otro: çngel de la
guardia, amanteceloso, detective particular, consciente de que el laberinto
est‡ en ti: que tśeres el laberinto: minotauro voraz, m‡rtir comestible:
juntamente verdugo yv’ctima". En este caso se alude a la escisi—n entre el
ni–o que era hace25 a–os y el Conde don Juli‡n, con quien se identifica.
El narrador ir‡ m‡s tarde a un
cafŽ, dondehojea un diario y sigue los anuncios de un programa de televisi—n;
despuŽsdirigir‡ sus pasos hacia un urinario y un "Night-club
submarino",para acabar esta primera parte en unos ba–os ‡rabes.
b) Segunda secci—n
El narrador entra en un cafŽ
tangerinodonde fuma Kif; el resultado es la vuelta a su pasado, identificando
el ni–oque fue el mismo, con el que, Ńen la primera parteŃ hizo de gu’a suyo
por lasclases tangerinas.
A partir de este momento,
Goytisolo acentśanotablemente la ficci—n e inverosimilitud de la obra; ambas
llegaran a su puntoculminante en la 4» parte. Ahora, por ejemplo, se
relacionar‡ la culpabilidaddel ni–o (que ha escapado de su casa ,ha orinado
encima de un ni–o mong—lico,etc) con la culpabilidad de las v’ctimas de la
Inquisici—n y los penitentes deSemana Santa.
TambiŽn presenta en esta parte
Goytisolo aAlvarito Peranzules como una ant’tesis del ni–o "delgado y
fr‡gil":Alvarito simboliza el bien (ridiculizado, como veremos m‡s
adelante) y el ni–o,el mal.
c) Tercera secci—n
Es en esta parte cuando se lleva a
cabo lanueva invasi—n: se destruye la Espa–a sagrada por medio de un virus que
infectael pa’s. Esto da ocasi—n al autor para emprender una cr’tica demoledora
deEspa–a, como luego veremos.
d) Cuarta secci—n
Este cap’tulo se abre con los
siguientesversos de El Pelayo (Espronceda):
"Sehalla
en los brazos do Juli‡n fornidos
ahog‡ndole,a
su cuello retorcidos.
Sobreel,
enhiesto a su gargante apunta
fieropu–al,
que el coraz—n le hiela
procuradesasirse,
y mas le junta
pechoa
pecho Juli‡n, que ahogarle anhela (p. 270).
Aqu’ se encuentran casi todos los
elementosde la cuarta parte; el sue–o de Rodrigo sobre su propia destrucci—n
puedecompararse con el sue–o del narrador sobre la aniquilaci—n de su ego
infantil;y la conclusi—n final de que uno es su propio verdugo, es la que
tambiŽn serevela en las śltimas l’neas de esa secuencia.
En esta secci—n Ńla m‡s
inveros’mil de lanovelaŃ Alvarito Peranzules se transforma en Caperucito Rojo,
enfrentado allobo Juli‡n; Isabel la Cat—lica Ńque ya antes hab’a aparecido como
la madre deSŽneca y la hija de Alvarito PeranzulesŃ se presenta ahora como la
madre delni–o: tres identidades que refuerzan la categor’a moral y cat—lica,
presta aser aniquilada por el traidor Juli‡n.
El ambiente de desrealizaci—n
culmina conla metamorfosis del sablista ‡rabe en un insecto que es aplastado
por elnarrador.
La obra termina aludiendo a la
invasi—n querecomenzar‡ al d’a siguiente: "lo sabes, lo sabes: ma–ana ser‡
otro d’a:la invasi—n recomenzar‡" (p.304); as’ se acentśa el car‡ctercircular de la
novela.
IDEOLOGęA
Si hubiera que buscar un adjetivo
quecalificara la cr’tica que se lleva a cabo en RCDJ Žste podr’a
ser"demoledora": se trata de destruir todo lo que el autor entiende
pormitos, valores e instituciones de la Espa–a Sagrada. En concreto, la
cr’ticallega a tantos y tan variados aspectos como los que se se–alan a
continuaci—n:
Franco: al que tambiŽn se
llama"Tonelete" (p. 99) o el "Ubiquo"(p. 107). "Con
suinseparable asesor, el ilustre doctor sagrado, somete al pa’s a una prudente terapeśtica de sangr’as
ypurgas que restablece lentamente, al cabo de varios lustros, su
comprometidasalud" (p. 189).
La generaci—n del 98:
"restauradoresde la continuidad celtibŽrica, visig—tica y v‡rdula:
floresta de esclarecidosandariegos de llanuras de cumbres de valles:
carpetovet—nicamente opuestos altime is money, al sentido comśn, a la apestosa
l—gica: enemigos viscerales delBaedeker y el Spleeing car, de la almohada y el
ba–o, del ferrocarril, delwatercloset, del telŽfono: enrolados bajo el lema
arist—crata de fidelidad alas Žlites, de almas demato-esquelŽticas, crust‡cea,
con la osamenta por defuera, y dentro la carne, —sea tambiŽn" (210);
tambiŽn, pp. 109,113,183...
Los cr’ticos literarios: "y tu
butacareservada en el Gij—n: disertando sobre m’stica, tauromaquia,
escepticismo:sobre la concepci—n castellana del honor o el dec‡logo del
cristiano caballeroperfecto: convertido en instituci—n nacional: en paradigma
vivo: luz y gu’a delas nuevas carpetovet—nicas generaciones: valetudinario y
yacente: con la manoapoyada en el coraz—n"(p. 110)
El Opus Dei: "gracias al
tacto ycompetencia de vuestros esclarecidos tecn—cratas..."(p. 99).
El ap—stol
Santiago:"...galopando portierra y por aire hasta la otra orilla del mar a
fin de prestar mano firme aCortŽs, y al frente de los Cholula, Tezcuco y
Tascala, hacer gran degollina deind’genas, embistiŽndolos a bocados y voces
para que se fundan en MŽxico tresAudiencias reales con once obispos y haya
Colegio Uhiversal de Artes y Estudiosdonde se den grados de licencia do y
doctor" (p. 213).
El diario ABC: "...el
pulcrohombrecillo de la gabardina devora el śltimo ABC llegado de la capital:
desdelas esotŽricas colaboraciones de los inmortales (Era andaluz uno de los
reyesmagos?) a las no menos esotŽricas esquelas de quiŽnes no lo son: helas
(Rogad aDios por el alma de don Abundio del Cascajo G—mez-G—mez y
Orbanagochea,camarero de capa y espada de su santidad Paulo VI)" (p. 105).
La lengua espa–ola, que se jacta,
segśnGoytisolo, de uniforme (pp. 260-262). TambiŽn ataca el autor la
purezalingu’stica del espa–ol (p. 265), mientras rinde homenaje a las
palabrascastellanas de derivaci—n ‡rabe: "retirar‡s el ajedrez de los casinos, el alquitr‡n de
las carreteras;prohibir‡s alborozos y juergas, zalemas y albricias, abolir‡s
las expansivas,euf—ricas carcajadas" (p. 264).
SEXUALIDAD Y RELIGIîN
Para realizar esta cr’tica
corrosiva,Goytisolo se sirve de dos medios muy distintos entre s’, que utiliza
tambiŽn demanera diferente: se trata de la religi—n y el sexo. Para el autor,
la primeraes s’mbolo de represi—n, mientras que la segunda representa la
libertad. Poreste motivo, la cr’tica religiosa Ńllegando en muchos casos a la
blasfemiaŃ esconstante a lo largo de la obra, ya que, f‡cilmente, para atacar
cualquierpersonaje, o instituci—n, Goytisolo se sirve de la religi—n...de
hecho, suvisi—n de Espa–a se identifica con la "Espa–a sagrada". As’,
porejemplo, critica nuestro idioma tach‡ndolo de apost—lico, trascendental,ecumŽnico"
(p. 260), o bien se refiere a la ayuda de EEUU enviando alimentosal Vietnam.
En otros casos, el autor dirige la
cr’ticadirectamente contra la religi—n ya sea parodiando una procesi—n de
Semana Santa(p. 251ss), el episodio de la Anunciaci—n, donde se llega de nuevo
a lablasfemia (p. 271), las jaculatorias e indulgencias (p. 273) o la confesi—n
(p.295).
TambiŽn es frecuente la
sensualizaci—n osexualizaci—n de temas religiosos o viceversa; es decir se
tratan aspectos ohechos er—ticos con terminolog’a e im‡genes religiosas (vg.p.
150).
Por otra parte, a lo largo de la
obra aparecendescritas la sodom’a, la violaci—n, la masturbaci—n,
lahomosexualidad...caracter’sticas todas ellas de valores positivos:
libertad,inteligencia, etc "las voces suenan ya: escucharlas: en el solar
ingrato,verdugo de los libres, inteligencia y sexo florecer‡n". (p. 198).
ESTILO
Ya desde su inicio, la novela nos
sorprendepor el comienzo "in medias res" y la ausencia de mayśsculas:
lapuntuaci—n queda reducida a la coma y a los dos puntos. TambiŽn llama
laatenci—n el paso, despuŽs de las primeras l’neas, de un "yo" a
un"tu", estableciendo as’ desde el comienzo, el desdoblamiento
interiordel personaje principal, que es simult‡neamente, emisor y receptor.
Tal vez, m‡s que hablar de la
lectura de laobra, sea necesario referirse al estudio de RCDJ, ya que para
entenderla senecesita un lector activo que intente descifrar los procedimientos
que enlazanla materia narrativa: palabras o frases que se repiten a lo largo de
la obra("donnez votra sang; sauvez una vie o "con los ni–os el l‡tigo
es necesario")sentido de algunos s’mbolos (flauta, insectos, gruta
sagrada)etc.
Por śltimo, conviene se–alar el
dominio queel autor posee de la lengua espa–ola y su literatura. Goytisolo
juega con ellenguaje y, en ocasiones, lo crea o lo recrea. No parece exagerado
aventurarque sin este domino de nuestra lengua (a nivel sem‡ntico y
sint‡ctico)Goytisolo no habr’a alcanzado la fama que hoy le rodea, ya que es
dif’ciladentrarse en un texto de estructura aparentamente ca—tica, si el uso de
lamorfolog’a y la sintaxis, por ejemplo, se revela como deficiente.
VALORACIîN DOCTRINAL
Es patente a lo largo de la novela
elradical maniqueismo que mueve al autor. Se podr’an contraponer los valores
queel presenta como buenos (el mundo ‡rabe, la libertad sexual, la ausencia
denormas morales) y los que cataloga como malos (la religi—n, la castidad, lo
queel llama "la Espa–a sagrada", el rŽgimen de Franco, la generaci—n
del98, etc).
La cr’tica que realiza alcanza
igualmente ateor’as, sistemas, hechos y personas. No se trata de un juicio
ponderado de"pros" y "contras" sino de un ataque
inmisericorde Ńpormedio de la parodia, la s‡tira, la burla o la blasfemiaŃ de
todo lo que elautor juzga como represivo o tradicional, ya que a lo largo de
toda la novelala norma que todo lo mide es la mente de Goytisolo; lo pasado y
lo eterno se valoran desde ese punto de vista, que carece de cualquier asomo
detrascendencia, objetividad... o rectitud meramente humana, ya que Ńcomo
hemosvistoŃ se alaban diversas acciones "contra natura" o se
ridiculizaŃincluso-el misterio y las Personas de la Sant’sima Trinidad (p.
271).
J.S.(1986)
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