GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel
Del amor y otros demonios
La obra empieza con una introducción del autor firmada en Cartagena de Indias, 1994, en la que narra un suceso que llamó en su momento la atención de la prensa.
Cuando García Márquez era periodista recibió el encargo de hacer un reportaje sobre las criptas del Monasterio de Santa Clara, que iban a derruir. Allí supo de la exhumación del cráneo de una niña con una cabellera de veintidós metros y once centímetros de largo. Entonces recordó una leyenda que le contó su madre, sobre una marquesita de doce años a la que después de muerta le creció exageradamente el cabello durante doscientos años. Esto le sirvió de inspiración para escribir la obra.
Está compuesta por una Introducción y cinco capítulos.
La novela se sitúa en una ciudad colonial del siglo XVIII con una gran discriminación racial y social, con esclavos negros y personas con títulos nobiliarios.
CONTENIDO
La protagonista es una niña de doce años, Sierva María de Todos los Angeles, a la que muerde un perro con rabia. Al pensar que está endemoniada aconsejan a su padre, el marqués de Casalduero, que la deje encerrada en el Convento de Santa Clara.
Encargan a un sacerdote de treinta y seis años, Cayetano Delaura que lleve el caso y si es necesario, que haga un exorcismo. Este sacerdote se enamora apasionadamente de ella. Confiesa su culpa y es enviado a un leprosario.
Al final la niña muere y es tenida por algunos como santa.
Introducción. García Márquez explica el porqué del asunto de su novela. Cuando trabajaba como reportero en un periódico, recibió el encargo de hacer un reportaje sobre las excavaciones de las ruinas del Convento de Santa Clara.
"En la tercera hornacina del altar mayor, del lado del Evangelio, allí estaba la noticia. La lápida saltó en pedazos al primer golpe de la piocha, y una cabellera viva de un color de cobre intenso se derramó fuera de la cripta (...) mi abuela me contaba de niño la leyenda de una marquesita de doce años cuya cabellera le arrastraba como una cola de novia, que había muerto del mal de rabia por el mordisco de un perro y era venerada en los pueblos del Caribe por sus muchos milagros. La idea de que esa tumba pudiera ser la suya fue mi noticia de aquel día, y el origen de este libro".
CAPÍTULO UNO.
En el mercado de una ciudad colonial, un perro con rabia mordió a varias personas:a tres esclavos negros y a Sierva María de Todos los Angeles, hija del marqués de Casalduero. La niña tenía doce años, y una gran cabellera.
La niña y la esclava que la llevaba, vieron cómo compraban a unos esclavos y entre ellos, a una esclava abisinia, la cual fue adquirida por el gobernador por su peso en oro. Ese día festejaron con petardos el cumpleaños de Sierva María.
La casa del marqués colindaba con el patio de un manicomio de mujeres La Divina Pastora.
La sirviente contó a Bernarda, la madre de la niña, el incidente del perro, pero ella no le dio ninguna importancia.
Bernarda e Ignacio de Alfaro, el marqués de Casalduero, vivían soportándose. Bernarda no quería a la niña.
Hay un pasaje en donde se describe crudamente la vida de Bernarda, una mujer desvergonzada con una conducta aberrante.
Un judío portugués, Abrenuncio de Sa Pereira Cao, que se hace pasar por médico, cuando se entera de lo acontecido a Sierva María aconseja al padre.
CAPÍTULO DOS.
Presenta la vida del marqués, hombre inculto, ignorante, enamorado de Dulce Oliva que era hija de talabarteros y se había vuelto loca. El padre de él no lo acepta y lo manda desterrado a una hacienda. Ignacio odia a los animales.
Acepta el matrimonio con Olalla de Mendoza que le impone el papá en el testamento. Olalla era hija de un Grande de España. Fue alumna de Scarlatti y tocaba el clavicordio. Formó un coro de novicias. Un día cayó una tormenta y la fulminó un rayo.
El no quiso casarse. La loca lo llegaba a visitar y le propuso quedarse con él, pero él no aceptó.
Después se casó con Bernarda Cabrera hija de un antiguo capataz que había subido de categoría por la venta de ultramarinos.
Nació Sierva María; su madre le tenía miedo, le parecía "fantasmal". La niña se crió con las esclavas negras.
Bernarda se dedicó al contrabando, a la droga y a amores ilícitos con Judas Iscariote en el Trapiche de Mahates. Una noche lo mataron en un pleito.
Dominga de Adviento, una de las empleadas llevaba las riendas de la casa. Bautizó a la niña pero le habló de sus dioses yorubas.
Un día notó que la niña enfermaba de rabia. El médico recetó mil cosas pero la niña se ponía peor. Le dijo que sólo quedaba confiar en Dios.
El obispo del lugar mandó llamar al marqués y le dijo que era posesión diabólica y que la llevara al Convento de Santa Clara. El padre la llevó.
CAPÍTULO TRES.
Márquez describe el convento. Había ochenta y dos monjas españolas y treinta y seis criollas. Llama a las monjas "las enterradas vivas".
El marqués les entrega a la niña. Las monjas la dejan en el patio cerca de donde viven los negros y se olvidan de ella. Hubo revuelo en el convento pues se corre la voz de que está endemoniada.
Márquez describe de forma irreverente lo que pasaba en el convento, entre otras cosas, los pleitos ancestrales entre la abadesa y el Obispado.
Colocan por fin a Sierva María en una celda cerca de Martina, una monja que está presa porque mató a dos monjas.
El obispo mandó al padre Delaura para que atendiera el caso de Sierva María. Ella al principio lo muerde. El se empezó a interesar por ella y recuerda versos de amor de Garcilaso de la Vega.
CAPÍTULO CUATRO.
El padre Delaura y el obispo están observando un eclipse. Conversan sobre el caso de la niña que tiene ya obsesionado a Delaura.
Hablan sobre el informe de la madre abadesa que está segura de que es endemoniada porque han sucedido cosas raras desde que ella llegó. Entre otras cosas estaban los cantos y bailes que aprendió con los negros pero que la abadesa los atribuyó al demonio. Delaura empieza a visitarla y empieza en él a arder la pasión.
Por esos días se anuncia la llegada de España de Don Rodrigo de Buen Lozano el nuevo virrey y se sabe que la virreina va a vivir en el convento. La virreina quiso enterarse de todo y conoció por tanto el caso de Martina y de Sierva María.
Hay una escena inconveniente de la esclava abisinia en la fiesta "para hombres" que dio el gobernador para festejar al nuevo virrey. El rechaza la propuesta. La conducta moral del virrey es el contrapunto de la novela.
El virrey habla con el obispo sobre el caso de la niña y éste vuelve a encargarle el caso a Delaura. Por sugerencia de la virreina Sierva María es llevada a otra parte del convento más confortable
Delaura visita al marqués para saber más sobre la vida de la niña. El marqués lo envía donde Abrenuncio, quien descubre sus sentimientos. Conversa con Abrenuncio sobre los libros prohibidos por el Santo Oficio.
Delaura va al convento y la niña se porta como endemoniada, escupiéndole. Él, al regresar a su casa, se flagela.
CAPÍTULO QUINTO.
El sacerdote confesó al obispo su pecado y éste lo mandó a un leprosario con el cargo de haber discutido acerca de los demonios.
Martina cuida a Sierva María sobre todo cuando se desesperaba por salir.
Un día que Delaura curaba a los enfermos se presentó Abrenuncio y le propuso que se escapara y que se fugara con Sierva María.
Delaura fue al convento y visitaba a Sierva María hasta que ella cedió.
Llevaron a Sierva María a exorcizarla al templo, le cortaron el cabello y le echaron agua bendita.
Delaura visita a Sierva María la cual le propone fugarse; él quiere hacerlo todo legal.
Dulce María visitó al marqués y le contó lo de Delaura. El marqués se disgustó. Visita a Bernarda en el trapiche y ella le cuenta su vida de una depravación total.
Delaura fue a ver al marqués y se encontró con Dulce Oliva como dueña de la casa.
Fue al convento a ver a Sierva María pero no la encontró.
Fue juzgado por el Santo Oficio.
El obispo fue el que hizo el exorcismo. Sierva María golpeó al obispo.
Termina el libro diciendo que cuando una monja entró a la celda de Sierva María vio que había muerto de amor.
VALORACIÓN DOCTRINAL
Se advierte en García Márquez una clara intención de crítica al juzgar negativamente las instituciones y personas de la Iglesia Católica.
Describe la vida del convento como algo insoportable, la actitud de la abadesa como arrogante, al obispo como un hombre aburguesado y al padre Delaura faltando al celibato sacerdotal. También ridiculiza la religión al poner el nombre de algunos personajes como Judas Iscariote, Dominga de Adviento o de lugares como el manicomio de la locas La Divina Pastora y al tratar lo del exorcismo.
Los personajes se agrupan en dos núcleos: los representantes de la Iglesia y el Santo Oficio que consideran a la muchacha endemoniada y los que viven al margen de la fe por diversos motivos (esclavos negros, el padre de la muchacha, etc.) que sólo la tienen por una enferma. En el centro, y como punto de equilibrio de esas posturas, quedan otros, fuera y dentro de la Iglesia.
Márquez presenta un conflicto entre los dogmas de la Iglesia y los hechos reales. Por encima de este conflicto sobresale el tema del amor, que ejerce su poder como una fuerza destructiva que se manifiesta en el rendido homenaje a los versos de Garcilaso de la Vega que están completamente fuera de lugar, ya que no encajan sus ideales románticos con las escenas truculentas. El amor es presentado como una pasión exagerada y se sustituye por neurosis violentas.
A pesar del título del libro, el amor está ausente entre los diversos personajes: Bernarda odia a su esposo y a su hija, la abadesa se lleva muy mal con el obispo y con algunas de las monjas, etc.
La religiosidad, como es habitual en García Márquez, aparece como una histérica enfermedad, o como superstición.
Hay continuas referencias a temas eróticos y expresiones obscenas y blasfemas, por ejemplo al referirse a todo lo sagrado.
VALORACIÓN LITERARIA
El lenguaje es coloquial, de la época. El narrador omnisciente.
El argumento desquiciado, a pesar de contar con un estilo colorista, ahoga los nobles sentimientos.
M.C.D.E. (1996)
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